jueves, 23 de agosto de 2012

Las Memorias de Vegeta (Entrada 46)


19 de Julio 791 12:15pm

Descendí lentamente y mis pies tocaron el césped del patio, Bulma se acercó a mí con mi hijo en brazos.

-          Volviste… ¿Encontraste lo que buscabas?
-          Mas bien me encontró a mi – le conteste con jovialidad.
-          ¿Que?
-          Es complicado… tengo hambre.
-          Pues llegas a tiempo para desayunar… pero creo que primero deberías darte un baño, ugh hace cuanto que no te aseas.

Asentí de mala gana, a decir verdad mi larga estancia mi larga estancia en la tierra me había hecho amante de estar limpio, cosa nunca me importo mucho en los tiempo que trabajaba bajo el mando de Freezer, pero ahora me agradaba la comodidad que presentaba mi vida en este planeta.

Durante varios días me limite a descansar y pasar tiempo con Bulma y su familia, aunque tenia mis convicciones renovadas, sentía que podía darme un poco de tiempo de asueto antes de retomar m propósitos. Aproveche esas “vacaciones” para relajarme y aclimatarme por completo a mi nueva vida de familia. Había decidido que haría de la tierra mi hogar por completo, después de todo que caso tenia recorrer el cosmos sin un objetivo fijo.

Fue un par de semanas después de mi llegada que el Dr. Briefs se acercó a mi con una interesante propuesta. Me confeso que desde que había creado la maquina de gravedad para Kakarotto, le había intrigado la manera en que funcionaba el metabolismo de los saiyajin; y cuando me vio entrenar para convertirme en súper saiyajin su interés en nuestra raza creció.


-          Veras Vegeta – comenzó a decir – además de mis conocimientos en ciencias robóticas, también soy hábil en medicina y biología, pero nunca en toda mi carrera había visto un fenómeno tan interesante como el de ustedes los saiyajin.
-          Hable claro, que es lo que quiere de mí.
-          Bueno, si me lo permites me gustaría estudiarte.
-          ¿Que? – la imagen del padre de Bulma tratando se hizo presente en mi imaginación - ¿A caso cree que soy una rata de laboratorio?
-          Permíteme replantearlo mejor; me gustaría documentar tus entrenamientos, llevar un registro de tus signos vitales y cosas así, quiero entender como funcionan sus cuerpos.
-          … Eso no suena tan… perturbarte
-          Esto por supuesto te podría beneficiar mucho, de la misma manera que un deportista de alto rendimiento estudia los tatos de sus entrenamientos para mejorar su condición.
-          Creo que entiendo lo que quiere decir.
-          Estoy seguro que si entendemos el funcionamiento de tu cuerpo, podrías volverte más fuerte.

Siempre me  ha gustado saber más sobre las cosas, analizar como funciona lo que me rodea, ya que siento que mientras mas conocimiento tenga mayor será mi dominio sobre mi vida. Acepte la oferta del Dr. Briefs y un mes después ya estábamos comenzamos experimentar con un electro encéfalo grama y un scanner tomo grafico. El padre de Bulma me conecto unos electrodos en la cabeza y me metió en la maquina con una camilla.

-          ¿Puedes escucharme Vegeta? – dijo su voz a través del intercomunicador de la maquina – quiero que te concentres y expulses un poco de tu energía, vamos a ver que es lo que ocurre en tu cerebro cuando usas tu ki.
-          De acuerdo.

Eleve mi ki apenas lo suficiente para que fuera perceptible por aquellos que estuvieran a 1 km. De distancia, esto por su puesto no incluía a Bulma y a su familia, de hecho dudaba que alguien en toda la ciudad pudiera percibir mi ki. Luego de unos minutos el Dr. Brief me pidió que lo elevara un poco mas; esta vez concentre mi energía casi al punto de que se manifestara en un aura.

-          Muy bien Vegeta, ¿Crees que puedas flotar dentro del cilindro? – pregunto.
-          Si, tengo suficiente espacio – al momento me eleve unos 20 cm de la camilla en la que estaba recostado y mi nariz casi topa con el “techo” del cilindro de la cámara tomo grafica.
-          Fascinante… Vamos a intentar algo distinto, transfórmate en súper saiyajin, pero – me encontraba intrigado por su reacción y sentía mucha curiosidad por ver los resultados, así que me transforme al instante que lo pidió.

No medí mi fuerza al hacerlo, así que la cámara se vio presionada por la expulsión de mi aura, haciéndose pedazos en pocos segundos. El estruendo del comunicador estallando cerca de mis oídos hizo que me quedara un zumbido. Cuando me di cuenta el Dr. Bries había entrado a la habitación donde antes se encontraba la cámara tomo grafica con un extintor en mano y una cara llena de preocupación.

-          ¿Te encuentras bien Vegeta?
-          Si… pero creo que no puedo decir lo mismo de su maquina.
-          Ah, no te preocupes, pero creo que será todo por hoy, pediré una más resistente para la próxima, deberá estar lista en una semana.

El padre de Bulma dijo que los resultados estarían listas en un par de horas así que fui por algo de comer, mientras salía del laboratorio su esposa llego con un espumeante tarro de cerveza helada, al verla apresure el paso para evitar que me atrapara en otra de sus engorrosas platicas sobre pastelillos. Para mi fortuna los únicos en la cocina eran Bulma y Trunks, quien como de costumbre le estaba dando problemas a su madre a la hora de la comida.

-          Ah, Vegeta, que bueno que llegas, ¿puedes cuidar a Trunks por un momento? Tengo que mandar unos documentos a la oficina.
-          Agh pero que fastidio, ¿Por qué no se lo pides a tu madre?
-          Porque TU eres SU PADRE – dijo dejando muy en claro al tiempo que me entregaba una cuchara y un frasco con alimento.

Sin tener mucha opción acepte la tarea, si algo había aprendido en todo mi tiempo con ella es que cuando usa ese tono significa que no debo contradecirla. Me senté enfrente de mi hijo, quien por su parte estaba en una silla bastante alta; tome un poco de alimento con la cuchara y se lo ofrecí, en respuesta hizo una mueca y volteo el rostro a un lado para mostrar su desaprobación.

-          Come – le ordene.
-          … - negó con la cabeza mientras apretaba los labios.
-          ¡Que comas!
-          … - Nego nuevamente, Me empezaba a molestar, pero no podía reaccionar de la misma manera que lo hubiera hecho con cualquier otro infante, no porque fuera mi hijo, si no por las consecuencias que me acarrearía con su madre.
-          Vamos, tienes que comer… esta bueno – tome una de probada de la comida para convencerle de que me imitara, y me arrepentí - ¡Puagh! ¡¿Pero que es esta porquería?! ¡¿Cómo pueden alimentar los terrícolas a sus vástagos con esta basura?!
-          A jia ja ja ja ja.

La aguda risa de Trunks lleno la cocina mientras me levante por un vaso de agua para enjuagar mi boca de aquel repugnante remedo de comida. “por lo menos ahora esta de buen humor” pensé, busque en el refrigerador algo para que el mocoso comiera.

Hablando de comida, creo que iré a ver como va la de esta tarde, se supone que iba a ser costillas de puerco, Bulma sabe que tengo debilidad por ellas.  

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