viernes, 28 de diciembre de 2018

Las Memorias de Freezer


A partir de Enero 2019 estaré poniendo las memorias de Vegeta en pausa para centrarme en este nuevo proyecto que me ha estado llamando la atención por ya hace algunos meses. De todas maneras habrá una nueva entrada de LMV el 1ro de Enero y de vez en cuando. Espero sea de su agrado


El sonido del intercomunicador a un lado de mi cama me despertó súbitamente, haciendo que abriera los ojos y la luz lastimase mi vista.
- ¡Gran Freezer! ¡Gran Freezer! – llamo la familiar voz del soldado Zaabon por el intercomunicador.
- ¿Qué es lo que sucede Zaabon? – respondí tras estirar mi brazo para alcanzar el switch del aparato.
- Lamento molestarlo su excelencia, pero se hace tarde para la reunión matutina.
- ¡...! ¡Como dices! – deshaciéndome del estupor del sueño al instante mire el reloj integrado en intercomunicador y me di cuenta de que en efecto eran dos horas más tarde de lo usual, normalmente me gusta despertar temprano para empezar mi día sin complicaciones - ¡grandísimo animal, porque no me despertaste antes! Prepara mi podio volador.
- ¡A la orden!
Me alce de la cama y fui al sanitario a lavarme la cara, había estado despierto hasta tarde cotejando las cifras de las ultimas conquistas, normalmente habría dejado que mi personal administrativo, sin embargo en los últimos meses los saiyajin habían estado trabajando más de lo normal. Son una formidable fuerza de combate sin lugar a dudas pero no dejan de ser una manada de simios descerebrados que solo piensan en luchar; sus conquistas son rápidas pero dejan tras de si demasiado daño colateral, dañan la infraestructura de las ciudades por las que pasan y destruyen gran cantidad de recursos naturales, haciendo que sea más difícil calcular el valor de cada planeta ya que hay que considerar los costos de reparación antes de venderlo al mejor postor.
Me puse mi armadura y me coloque el rastreador del lado izquierdo, presione el botón principal para encenderlo y revise la lista de actividades para hoy; la reunión matutina de informe de progresos, eso iba a ser un suplicio sin haber desayunado; reporte de decesos durante las incursiones a planetas lejanos, como si me importaran un montón de sabandijas que murieron siendo incapaces de cumplir con su trabajo, presentación del nuevo armamento para las tropas de rango inferior, esos gusanos que dependían de armas para combatir eran patéticos pero al menos eran mano de obra barata por lo mismo; Informe del rey Vegeta, ¡ugh! Como detesto a ese inútil y su ridícula barba, juro que un día de estos lo voy a matar; y por ultimo cena con mi padre y mi hermano, ¡que fastidio! Las visitas de papa siempre son bienvenidas pero su insistencia en que Cooler y yo convivamos más son un incordio, mi hermano es un cretino. Abrí la puerta de mi dormitorio y Zaabon ya estaba afuera esperándome con mi podio volador.
- Buenos días gran Freezer – saludo habiendo una cortes caravana, haciendo que su larga trenza de cabello verde cayera por un lado de su cabeza, como de costumbre iba más ataviado que la mayoría de mis hombres, con sus pendientes, sus largas medias y por supuesto su capa, siempre he pensado que es una exageración, pero se lo permito por su eficiencia.
- Buen día soldado Zaabon – le salude sin mirarle directamente mientras me elevaba para abordar mi podio – ¿ya están todos en la sala de juntas?
- Así es excelencia.
- Vayamos entonces.
Guie mi podio por los pasillos con Zaabon siguiéndome detrás, conforme avanzábamos los súbditos que se cruzaban en nuestro camino nos abrían el paso y me reverenciaban, tal y como era de esperarse al estar ante mi ilustre presencia. Sin embargo les preste de poca atención, mi mente aún estaba un poco adormecida, pero más aún, seguía dándole vueltas a algo que permanecía en mis pensamientos, un sueño que tuve la noche anterior; estaba en un planeta inhóspito, los cielos estaban tapizados de nueves negras con matices rojos y estas lanzaban rayos sobre la tierra infértil, de la cual brotaba magma y llamaradas de fuego que se alzaban como columnas, ahí estaba yo y frente a mí una misteriosa figura envuelta en fuego, pero era extraño, las llamas eran doradas y no consumían la carne de este personaje, al contrario, parecían emerger de él; fue entonces cuando la interrupción de Zaabon me despertó.
Llegamos a la sala de juntas y las puertas automáticas se abrieron en par, al verme, los presentes se pusieron y alabaron mi presencia "¡SALVE GRAN FREEZER!" vitorearon al unísono; en la sala se encontraban Dodoria, mi tercero al mando, el capitán Ginyu de mis fuerzas especiales y los demás oficiales de mis tropas así como también representantes de las mesas administrativas de los planetas que conformaban mi imperio, así como también un escriba enviado por mi padre encomendado con llevar un registro de las reuniones para mantenerle al día. Honestamente no veía necesidad de tales intromisiones, mi imperio marchaba sobre ruedas y bien podía ponerlo yo al tanto de lo que de verdad necesitaba saber.
- Como podrá ver gran Freezer – indico Ginyu señalando con un apuntador a la gráfica que aparecía en la pantalla en la sala de juntas – la conquista de este sistema planetario tomo menos de una semana, sin embargo solo 2 de los 12 planetas son viables para sustentar vida, el asesor Tayapi le dará los detalles sobre los demás planetas y sus posibles usos.
- Ya veo... - le respondí antes de tomar un sorbo del vino que pedí que trajeran para acompañar mi desayuno, me desagradaba comer mientras trabajaba pero el estar hambriento me ponía de mal humor, lo cual a menudo provocaba bajas innecesarias entre mis súbditos – adelante Tayapi.
- ¡Si excelencia! 3 de los 10 planetas restantes tienen grandes yacimientos minerales, así como también depósitos de gas natural que puede ser extraído.
- Destrúyanlos... - ordene mientras elegía otra pieza de marisco para servirme.
- Perdone, ¿Cómo dijo?
- Destrúyanlos, los 10 planetas inservibles.
- Pero gran Freezer yo cre... - le lance al asesor una mirada ejerciendo mi autoridad y palideció al instante cerrando la boca – c, como ordene excelencia.
- Enviare a Jiece y Butter a cumplir con su mandato señor – indico el capitán Ginyu.
- Pasemos al siguiente tema – ordene.
La reunión concluyo con normalidad, aburrida, como siempre. ¿Es demasiado pedir que mis súbditos cumplan con mis deseos sin que tenga que expresárselos? Soy una persona sencilla, ver aldeas quemándose, los millares de voces acallando como si fueran ratones, los cobardes arrodillándose ante mi como su nuevo rey, esas son solo algunas de mis cosas favoritas, no soy para nada difícil de complacer y aun así necios como ese asesor hacen de mi vida diaria un suplicio al no entender mi razonamiento.
- Gran Freezer – dijo Zaabon mientras nos dirigíamos al cuarto de comunicaciones – si me lo permite, ¿puedo saber porque decidió destruir esos planetas? ¿no sería más provechoso extraer todo el mineral valioso?
- Mi querido Zaabon, eres un excelente siervo, por eso te permito indagar en mis motivos, pero careces de visión como lo acabas de demostrar, el extraer el mineral tomaría décadas, sin mencionar una enorme inversión y desarrollo de infraestructura, si lo multiplicas por el número de planetas en el que habría que repetir la operación la cantidad se eleva astronómicamente.
- Sería mejor dejarlos tal y como están en caso de necesitar sus recursos en el futuro.
- De nuevo pasas por alto todos los factores Zaabon, si se dejan esos recursos, los compradores de los planetas viables podrían querer expropiarlos para sí mismos y por supuesto usarían las ganancias para comprar más planetas de mí.
- Pero entonces ¿Por qué no vendérselos también? De cualquier modo ya están en su poder.
- Es esa clase de ideas que hacen que mi hermano sea el segundo favorito de mi padre, conquistar un planeta es apenas el primer paso para aprovecharlo, para su venta tiene que prepararse y conocerse a fondo para determinar su verdadero valor, esto conlleva gastos. Es mejor privarlos de esos recursos, además el destruirlos incrementa su escases y su valor, así podemos vender nuestras reservas a un mayor precio.
- Su gran intelecto me deja maravillado como siempre gran Freezer.
- Lo se ¡Jo, Jo, Jo, Jo!
Tras cumplir con el recuento de las casualidades de las tropas y la revisión del armamento hice una pausa para descansar un poco y comer; siempre es bueno mantener buenos horarios entre las comidas, en las raras ocasiones en las que acompaño la incursión de conquista a un planeta no siempre hay oportunidad de comer a mi antojo, por eso me tomo mi escaso tiempo de ocio con calma y serenidad. Luego de la comida y una breve siesta para la digestión me dirigí a mi oficina, donde ese papanatas del rey Vegeta ya tenía media hora esperándome.
- Gran Freezer – saludo al oírme entrar e hizo una reverencia, aunque su rostro daba al piso pude imaginarme la expresión en este, incomodidad, por mucho que fingiera lealtad sabía que el muy iluso albergaba la esperanza de revelarse contra mí y derrocarme. Baje de mi podio y me dirigí a mi escritorio prestándole la misma atención de una bota a un gusano.
- Procede con tu informe Vegeta...
- El planeta KABE y su luna han sido finalmente conquistados... - en el silencio de la oficina pude escuchar como trago saliva con nerviosismo antes de seguir – el tiempo total de la conquista fue de 8 días.
- Impuntual como siempre – le dije condescendientemente – ese planeta es vital para la venta de todo ese sistema y por tu incompetencia se ha retrasado demasiado.
- La civilización que lo poblaba estaba muy extendida a lo largo y ancho del planeta y sus ciudades bien fortificadas.
- No me interesan tus excusas, el tiempo es dinero, si pierdes uno pierdes el otro, por supuesto esto saldrá de la comisión de los saiyajin.
- ... - con gran esfuerzo trato de ocultar su enojo, sin embargo se notó como se le tensaba la quijada al apretar los dientes.
- Veamos... creo que lo justo sería el salario de 1 día.
- Le agradezco por su clemencia gran Freezer.
- Me alegro de que estés de acuerdo en recibir el salario de un solo día – aclare sonriendo.
- ¡¿Qué?! – la expresión de frustración en su cara fue un deleite para mí - ¡No puede hacer eso!
- ¿Cómo dices? ¿no puedo?
- ¡Grrrh!... discúlpeme excelencia, hable sin pensar.
- Tal y como es tu costumbre querido amigo, ahora hablemos sobre ese otro asunto pendiente, ¿Dónde está tu inútil hijo?
- Ya está en camino desde el planeta Vejita.
- Me decepcionas otra vez, creí haberte dicho que me lo trajeras junto con tu informe.
- Tuve que hacer arreglos extra antes de su partida.
- Excusas nuevamente Vegeta, es por eso que no he permitido que haciendas en la organización de mi imperio, como sea; tal como te prometí tu hijo estará en buenas manos, quien sabe, tal vez pueda convertirlo en un hombre de provecho bajo mi tutela, aunque claro, siendo tu hijo puede que sea imposible... ya puedes marcharte.
El rey Vegeta dejo mi oficina tras hacer una reverencia en silencio dejando tras de sí su hedor a simio. Era un inútil, pero al menos humillarlo cada vez que lo veía me permitía relajarme un poco, y vaya que lo necesitaba para hoy en la noche. Los preparativos de la cena no me preocupaban, mis cocineros ya conocían las preferencias de mi padre, pero mi hermano sin duda sería un fastidio como de costumbre. Me dirigí al comedor donde los sirvientes ya estaban disponiendo los alimentos, ordene que se me sirviese una copa de vino y me puse a esperar, y esperar, y a esperar... pasaron cerca de cuarenta minutos y empezaba a impacientarme cuando un soldado entro en el comedor.
- ¡Gran Freezer! Traigo un mensaje de parte de su padre – el soldado me extendió sus manos en las que llevaba una tarjeta en la cual pude reconocer la letra de mi padre.
- "Querido hijo..." – leí en voz alta - ....................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................... ¡Feliz día de los inocentes!


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