lunes, 28 de enero de 2019


La Filosofía Anime: Houseki no Kuni y El Propósito de Existir

Además de ser uno de los animes más hermosos visualmente hablando que visto, Houseki no Kuni (Land of the Lustrous) tiene tantos elementos a su favor que no puedo sino catalogarlo como una obra que se convertirá en referente para las futuras generaciones.

En medio de un mundo aparente mente desierto hay una isla en medio del océano llena de vegetación y fauna, pero además es habitada por una peculiar raza de seres inmortales nacidos de la roca y cuyos cuerpos están enteramente formados de piedras preciosas de distintos colores y composiciones, hay diamantes, cuarzos, amatistas, zafiros, y no, este anime no es la versión japonesa de Steven Universe, de hecho aparte de que la mayoría de los personajes son “gemas” no se parecen nada en lo absoluto. Esta chicas gema viven en una especie de monasterio como una especie de familia al cuidado de un enigmático hombre a quien llaman Sensei (en algunas fuentes le llaman Kongo, pero al menos en el anime no recuerdo que le llamen así) el cual tutela a las gemas como un padre y les asigna diversas tareas diversas según sus cualidades, de la cual la más impórtate es su dureza en base a la escala de Mohs  ya que aunque solo dependen de la luz del sol como su fuente de energía su resistencia o falta de ella las pone en peligro, ya que siempre pueden ser reconstruidas si se unen sus pedazos, pero si alguno de ellos se pierde también parte de sus recuerdos y su personalidad misma; además de los peligros que presenta el ambiente para ellas una raza alienígena conocida como Lunarians las caza debido a su belleza para usar sus fragmentos como… bueno, precisamente como lo que son, piedras preciosas. Por esta razón es que hay gemas asignadas a la vigilancia y protección de sus hermanas, a la reparación y cuidado de las que son lastimadas, recolección de los materiales necesarios para esto, investigación para entender mejor el mundo a su alrededor, etc.

La protagonista de la serie Phosphophyllite (Phos, para los cuates) la cual es sumamente frágil, y su color verde menta la hace un objetivo altamente codiciado por los Lunarians, debido a esto ha pasado la mayor parte de su existencia sin una tarea asignada para sí, lo cual aunado a su personalidad alegre y despreocupada hace que sus compañeras la vean como alguien torpe o inútil. Tras mucha insistencia se le otorga la tara de compilar una enciclopedia sobre la naturaleza de la isla con el fin de entender mejor el mundo que les rodea; sin embargo ella acepta este rol a regañadientes, deseando poder formar parte de las patrullas que vigilan la isla y repelen las incursiones de los Lunarians.



Es mientras realiza su labor que interactúa con Cinnabar, una gema aún más frágil que ella que debido a secretar un veneno letal para la vida orgánica y capaz de borrar las memorias de los fragmentos de gema con los que entra en contacto, ruega al maestro se le asigne la patrulla nocturna, la cual lleva a cabo en solitario y alberga el deseo de poder dejar algún día.

Entre ellas dos surge un vínculo inusual impulsado por el lado de Phos por querer encontrar una mejor labor Cinnabar y por el lado de esta última manteniendo una amarga esperanza de ser libre de su soledad.

Con forme la serie avanza conocemos a más y más gemas, las cuales tiene una variedad tan amplia en labores y personalidades como sus colores, pero una de las más destacables es Antarcticite, quien debido a su composición pasa la mayor parte del año en forma líquida, y logra solidificar su forma en el invierno gracias a las bajas temperaturas; por esta razón tiene asignada la guardia invernal, periodo en el que las demás gemas entran en una cámara similar a un enorme alhajero  para hibernar y ahorrar energía, ya que durante esta estación no pueden absorber suficiente energía del sol.

Por causa de su curiosidad Phos decide ignorar el periodo de hibernación  para acompañar a Antarcticite en su vigilia, descubriendo que aun en el gélido invierno la vida continúa su curso. Es durante este invierno que Phos experimenta su mayor cambio, al perder no solo sus brazos y fragmentos de su cuerpo, junto con los cuales también algunos de sus recuerdos, sino también la pérdida de Antarcticite a manos de los Lunarians. Tras reponer sus partes perdidas con otros materiales, la apariencia y personalidad de Phos sufre una transformación drástica, para pasar a ser mucho más seria y centrada, así como también su cuerpo se vuelve más fuerte y capaz para la batalla.

A raíz de esto, las demás gemas comienzan a ver a Phos de manera distinta; en lugar de ser la más joven de ellas y una de las más débiles, ahora es la más peculiar y admirable entre ellas, tanto así que despierta sentimientos de envidia en algunas de sus compañeras. Mientras que en ella misma su curiosidad natural da nacimiento a cuestionar su propósito y la razón de ser de todas las cosas.
Es aquí donde quiero separarme de la historia para explicar un poco acerca de su mensaje oculto y la lección que alberga. 

De la misma manera en que al inicio Phos es infantil y despreocupada, nosotros los seres humanos contamos con estos rasgos no solo en nuestra niñez, sino a lo largo de todas nuestras vidas. Conforme crecemos se nos educa y guía para tomar nuestro lugar en la sociedad. Dependiendo de nuestro entorno se nos indica que comer, que ver, que oír y hasta que creer para formar parte de una comunidad, y más que a menudo se da el caso que nuestra individualidad se vuelve un obstáculo para esta integración.

La interrogante de conocer nuestro propósito en esta vida es algo tan presente que no existe un solo humano que haya vivido sin preguntárselo alguna vez y el deseo de conocer esta respuesta es tan abrumador que ha llevado algunos al suicidio. Aquí está la brillante metáfora albergada en Houseki no Kuni e ilustrada a través de las aventuras de Phos:

La única manera de conocer nuestro propósito es andar nuestro camino y vivir las experiencias que se nos presentan, tomar las bifurcaciones que crean nuestras decisiones y aprender a vivir con ellas, a lo largo del trayecto aprenderemos cosas nuevas, saldremos heridos e incluso perderemos parte de lo que somos… pero siempre podremos reconstruirnos para transformar nuestra persona y aunque no seamos iguales a quienes éramos ayer, siempre podremos ser mejores si buscamos que el cambio sea en bien nuestro y de los demás. Al igual que las gemas, todos tenemos características que nos hacen únicos, cualidades que nos hacen más o menos aptos en distintas áreas y al igual que Phos, podremos ser más de lo que la gente ve en nosotros si estamos dispuestos a buscar el propósito que nos haga brillar más bajo la luz del sol.

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