miércoles, 30 de enero de 2019

El Baúl de Mis Recuerdos: El Niño que Quería ser un Héroe

Superman, Batman, el Hombre Araña, Bravestar, He-man, nombra a cualquier héroe que haya estado presente entre los años 80 y 90 y seguramente al igual que muchos otros niños creci viéndolo. Mejor dicho, crecí emulándolo…

Verán, desde niño siempre fui el más bajo del salón, probablemente por lo poco que me atraían los deportes, esto aunado una gran imaginación hizo que los mundos fantásticos donde había seres que volaban y eran capaces de proezas increíbles fueran mucho más llamativos para mi yo pequeño que el simple hecho de patear una pelota o correr tras ella. Por desgracia el mundo infantil es cruel, los niños no tienen definido un sentido de igualdad ni entienden la discriminación, así que repelen por naturaleza todo lo que les es extraño, y durante mi infancia era precisamente eso, extraño, o al menos eso creía.

En aquel tiempo, el bullying como se le conoce ahora, no era un problema social y una conducta reprobable, era simplemente algo que lo niños hacían, si a un niño lo molestaban era seguramente porque no sabía defenderse; si no tenía amigos es porque él no era amigable, y si hablaba o pensaba de maneras distintas, era simplemente porque era raro, no se consideraba salvo en contadas excepciones su estado emocional o alguna disfunción mental o retraso intelectual, después de todo eso era cosa de niños con síndrome de Down y esas enfermedades poco comunes. En fin, yo era todo eso, (y no, no tengo síndrome de Down ni estoy diciendo que quienes lo tienen sean menos) era raro, antisocial con otros niños de mi edad y con intereses peculiares; mientras crecía se iba haciendo evidente que no era como los demás niños, me gustaba aprender de cosas que no enseñan en la escuela y veía tanta televisión que mi vocabulario y mi manera de expresarme era extraña. Mi desempeño académico no era el mejor, ni siquiera prometedor; en repetidas ocasiones se mandó llamar a mi mama a la oficina del director porque me había negado a tomar apuntes o llevaba las tareas incompletas. Sin embargo se me hicieron pruebas, se me asignaron tutores y me entrevistaron no menos de 6 psicólogos para ver si estaba loco, según recuerdo alguno de ellos menciono que tenía síndrome de Asperger. Sin embargo las pruebas solo arrojaban que a parte de una gran imaginación y una muy buena memoria, no había nada malo conmigo.

Durante todo ese tiempo una cosa fue constante, mi fascinación con los héroes; no solo los justicieros encapotados, sino de todo tipo, los inhumanos y misteriosos héroes como las tortugas ninja, los poderosos y reflexivos héroes japoneses como Astroboy y los Caballeros del Zodiaco, los honorables y nobles héroes como los Thundercats o los Halcones Galácticos. Yo admiraba a esos héroes y deseaba ser como ellos; sus ideales moldearon mi moral y sus aventuras me enseñaron sobre el bien y el mal definiendo lo que quería ser y al igual que ellos cometí muchos errores y aprendí de ellos y lo sigo haciendo.

Hoy en día, estos héroes siguen presentes, en nuevas formas, pero bajo el mismo concepto, y con frecuencia cuando se les trata de adaptar para complacer a los nuevos estándares terminando fracasando en su intento, porque no está en su esencia el ser políticamente correctos o no binarios o alinearse con ideologías pensadas a medias para complacer a los que quieren ser aceptados sin querer encarar las críticas.

Los héroes buscan el bien común, le hacen frente a la injusticia y no buscan aceptación, buscan la verdad, por eso no podemos forzar a los héroes a que sean como nosotros, porque ellos son mejores y su papel es inspirarnos para tratar de ser mas como ellos.

¿Qué que ocurrió con el niño que quería ser héroe? Nada, aún sigue presente en mi tratando de ayudar a los demás, tratando de ser justo y honorable, intentando salvar el mundo un día a la vez, fallando de vez en cuando, desanimándose a veces y volviéndose a levantar para intentarlo de nuevo, igual que los héroes a los que admira. La única diferencia es que se dio cuenta que no estaba solo, hay muchos más que como el son héroes y heroínas de corazón. Y tu ¿también eres un héroe?...



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