17 de Septiembre 791
Sobre poniéndome al
dolor inunde cada fibra muscular de mi cuerpo con ki para sostenerme en pie, di
un par de pasos y me moví a velocidad supersónica para reaparecer detrás de
Majin Boo con la intención de sorprenderle con un golpe; pero este respondió
con sus reflejos inhumanos atrapando mi puño en su mano, cuando trato de
pagarme con la misma moneda yo hice lo mismo y quedamos atrapados sujetándonos
uno al otro, empujando cada quien en su favor para superar en fuerza al
adversario, pronto la fuerza muscular dio paso a la expulsión de ki para
potenciar nuestra fortaleza. Hasta este punto había podido igualarme a ese
monstruo, pero el esfuerzo me requería de completa concentración solo para
seguirle el paso mientras el incrementaba más y más su fuerza con su energía
latente.
Mis ojos se clavaron
en su rostro infantil que mostraba su sádica sonrisa, los ojos rojos en medio
de la macula negra parecían escrudiñar mi cara en busca de cada mueca de dolor.
El desgraciado monstruo se regodeaba al saber que cada segundo que me aferraba
a él, era un infierno en mi carne. Tan centrado estaba en esto que no me
percate del momento en el me lanzo un puntapié al abdomen; la compresión de mi
diafragma aunado al dolor de mis costillas fracturadas hizo que todo intento de
respirar fuera inútil, la breve falta de oxígeno hizo que soltase mi agarra
sobre Majin Boo, y la fuerza de la patada me saco volando por los aires, pero
en pleno vuelo algo repto alrededor de mi sujetándolo. Mi instinto de
supervivencia entro en acción tratando de sujetar aquello aprisiono mis vías
aéreas, pero no fue lo suficientemente rápido. Mi cuerpo emitió un ahogado
grito de dolor mientras que con mis manos hacia todo lo posible porque mi cuello
no se rompiera, apenas y podía ver algo con tanta presión acumulándose en mi
cabeza, pero me di cuenta de que lo sujetaba era el brazo estirado de Majin
Boo.
De repente me vi
jalado hacia el suelo y con horror me di cuenta de que Boo me estaba acercado hacia
él, me bajo hasta dejarme suspendido sobre el suelo, al ver la malicia en su
rostro pude leer sus intenciones – “vamos
a ver cuánto aguantas” – le escuche decir en mi mente sin que pronunciase
una palabra, por primera vez sentí miedo de lo que ese monstruo deforme pudiese
hacerme, y mis temores se reafirmaron cuando volví a alzarme por los aires
extendiendo aún más su brazo. Luego, de alguna manera convirtió su ki en una
potente carga eléctrica y la dirigió hacia mí para electrocutarme con ella; la
sensación no me era desconocida, ya que mi cuerpo de saiyajin desprendía
descargas eléctricas conforme mi poder incrementaba, pero no era algo que
hiciese a voluntad, sino un subproducto de expulsar explosivamente el ki. No
podría decir la cantidad de voltios que recorrieron mi cuerpo, pero sé que aun
humano ordinario lo hubieran rostizado como un ave que se posa en un cable de
alta tensión. Podía sentir como le electricidad causaba que mi corazón empezara
a fibrilar, si no hacía algo terminaría teniendo un paro cardiaco, en ese
momento mi mente, aunque fatigada, me dio la respuesta, con gran esfuerzo
expulse mi ki hasta que se transformó en una carga eléctrica propia, apenas
suficientemente fuerte como para oponerse a la de Majin Boo.
Al darse cuenta de que
había descubierto como detener su diversión, Majin Boo paso a la siguiente
manera que se le ocurrió para torturarme, con la longitud sobrante de su brazo
envolvió mi cuerpo entero como una boa constrictor, a pesar de mis gritos de
dolor pude escuchar clara mente el crujir de algunos de mis huesos. No contento
con esto, el demonio rosado comenzó a azotarme de un lado a otro usándome como
bola de demolición, de haber estado vivo hubiera muerto desde el primer
impacto, pero en mi condición actual, iba y venía del limbo una y otra vez.
Kakarotto había dicho que si me aniquilaba estando así desaparecería por
completo, no parecía tan malo comparándolo con el dolor que estaba sintiendo.
De pronto sentí como me soltó y antes de que pudiera reaccionar algo enorme me golpeo
por la espalda empujándome hasta que me incruste en el suelo. Tras tan solo por
unos segundos volví a “morir” y al reincorporarme inhale fuerte mente llenando
mis pulmones tanto como el dolor me lo permitió. Entonces pude ver la imagen
borrosa de Kakarotto acercándose desde donde había estado viendo todo el
degradante espectáculo.
-
¡Ni se te
ocurra venir! – le grite tan alto como pude - ¡demonios! ¿de quién crees que es
la culpa de ponerme así? ¡Tú lo sabes! – me tome un momento para frotar mi
lastimado cuello, por fortuna ese mal nacido no me había arrancado la cabeza -
¡Reúne toda la energía posible! – le ordene.
-
…
Kakarotto pareció
entenderlo, pero antes de que pudiese decir algo, la mano de Boo emergió de
entre la tierra y me sujetó de la garganta sin permitirme hacer algo para
defenderme esta vez; sentí que mi cuerpo dejo el suelo nuevamente y quedo
colgado, mi cerebro privado de oxigeno estaba con todas sus alarmas encendidas
tratando de mantenerme con vida, el resto de mi cuerpo ya no respondió, deje de
sentir dolor y perdí la conciencia. Cuando volvi a despertar está en el suelo,
fueron los alaridos de Majin Boo los que me despertaron; por lo que podía ver
se sujetaba la cabeza de dolor y junto a él estaba… ¿Mr. Satán? ¿Qué demonios
hacia ese insecto ahí? ¿Y Kakarotto donde estaba? Lo busque con mi vista y me percaté
de que estaba un poco alejado por encima de ellos mirándolos con cara de
idiota.
-
Ka… Ka,
Kakarotto – apenas y podía vencer el cansancio y el dolor que volvía apoderarse
de mi deshecho cuerpo para hablar - ¿Qué estás haciendo? ¡esta es tu
oportunidad! ¡reúne la energía necesaria!
-
¡Sí! ¡Si,
ya lo sé! – afirmo el estúpido greñudo recordando que tenía algo que hacer
además de estar ahí flotando con su cabeza llena de helio.
De pronto los bramidos
de Majin Boo cesaron y este pareció juguetear con algo en su boca, se irguió inhalando
profundamente por los orificios que tenía por nariz y lanzo un espeso escupitajo
que estallo en una nube de humo en el aire de la cual apareció el Majin Boo
gordo que termino por caer pesadamente al suelo. ¿Cuánto más extraño se iba a
volver ese gusano? Por un momento la confusión hizo que el dolor se
desvaneciera por completo, pero solo por un momento desafortunadamente.
-
¡Es Majin
Boo! – Grito Mr. Satán.
-
Haahhh, Haaahhh,
Haaaah – Majin Boo Jadeaba con una sonrisa de satisfacción en los labios algo en él había cambiado.
-
¡Majin
Boo! – Mr. Satán corrió al lado de la bola de grasa que yacía tendida en el
suelo, parecía estar tratando de reanimarlo. De pronto se giró hacia el Majin
Boo niño y lo miro con fiereza - ¡Como te atreves! ¡Lastimaste a Majin Boo! ¡Más
vale que te prepares porque el gran Mr. Satán te dará tu merecido! – lo amenazo
señalándole con un dedo.
-
… - Majin
Boo sonrió diabólicamente y se acercó lentamente al incauto mequetrefe frente a
él.
Al ver esto Mr. Satán
trato de disuadirlo con uno de sus ridículos discursos y justificaciones para
no pelear, sin embargo no dieron resultado con el infante demoniaco, este
siguió avanzando con una gran sonrisa en la cara, como si disfrutara el estar a
punto de hacer algo que hasta ahora había tenido prohibido. Para mi sorpresa
Mr. Satán no termino huyendo como siempre lo hacía, sino que se cuadro frente a
Boo y se pudo en guardia, cuando este se puso a su alcance le lanzó una
veintena de puñetazos que golpearon el rostro de Majin Boo sin encontrar
resistencia alguna… aunque tampoco surtieron efecto alguno. Cuando Mr. Satán
ceso su ataque, Majin Boo contra ataco con único golpe extendiendo su brazo
hasta que su puño toco la nariz de su adversario y este salió volando; el
impacto no lo pato pero su nariz había quedado enrojecida e hizo que empezase a
rodar por el suelo y lloriquear cosas ininteligibles.
Cuando se puso de pie
rápidamente puso pies en polvorosa para alejarse Majin Boo quien ahora se
carcajeaba de gusto; Mr. Satán seguía alardeando sobre como lo “había
perdonado” y “lo dejaría marcharse por esta vez” todo sin dejar de hacer
distancia entre los dos. Y antes de que aquel bigotón se quedara sin saliva,
Majin Boo se lanzó como una serpiente contra un ratón. Todo fue tan rápido que
casi no me lo creí; Mr. Satán corrió a un velocidad sobre humana tratando de
escapar de su agresor, pero aun así su velocidad era la de un caracol comparada
con la de Majin Boo y justo cuando estaba por darle alcance un disparo de
energía se interpuso en el camino de Boo haciendo que se frenara al instante. Seguí
la trayectoria del disparo con mis ojos y descubrí al Majin Boo gordo de pie y
con el brazo aun extendido tras disparar, su cara redonda mostraba un semblante
de decisión.
-
¡No me
simpatizas! ¡Molestas a Mr. Satán! – le grito con su aguda voz.
-
… - en
medio de esta breve pausa había perdido la noción del tiempo hasta que el dolor
de mi cuerpo me devolvió a la realidad, aún seguía tirado en el suelo apenas
siendo capaz de moverme, así que solo pude girarme para ver a Kakarotto -
¡¿Cuánto tiempo más te vas a tardar?! ¡¿todavía no, Kakarotto?!
-
¡Aun no
Vegeta! ¡pero sucede algo extraño!... había reunido el máximo poder, pero la
energía que había reunido ha empezado a disminuir, ¡no entiendo que me pasa! –
Kakarotto me miro consternado al decir eso, sabía que no me estaba mintiendo.
-
¡¿Qué?!
¡eso no puede ser! – le respondí.
-
¡YAAAAGHH!
El grito de guerra a
lo lejos nos interrumpió, ambos Majin Boo habían empezado a combatir, a pesar
de ser prácticamente el mismo ser estaba claro quien tenía la ventaja. El niño
era más fuerte y rápido y respondía a los ataques del gordo sin problema, sin
embargo este último era más ingenioso con sus ataque, logrando tomarlo
desprevenido un par de veces e incluso lastimándolo con un disparo de energía,
aun si ambos seguían siendo prácticamente invulnerables. Por mi parte, había
recuperado un poco mis fuerzas y pude ponerme de pie, pero mi hombro izquierdo aún
seguía dislocado.
-
¡Kakarotto
reacciona de una vez! – le grite - ¡¿Cuánto tiempo más necesitas?! ¡ese gordo
no resistirá mucho tiempo peleando con el otro! ¡Agh! – el hablar tanto era una
tortura con las costillas rotas - ¡¿Aun no?! ¡¿aún no puedes reunir tu energía?!
-
¡Maldición! – grito seguido de algo inaudible
mientras su cara se llenó de frustración, el ki que emanaba del cuerpo de
Kakarotto se disipo en un fuerte resplandor para desaparecer en un instante
junto con su transformación en súper saiyajin fase 3.
-
¡¿QUE?!
¡¿Qué fue lo que paso?! – le pregunte sin entender lo que ocurría.
-
¡NO! ¡no
puede ser! – rabio Kakarotto tan confundido como yo.
Kakarotto comenzó a
descender a donde yo estaba, se veía agotado. Yo me encare para ver hacia la
batalla que ahora nos era ajena; los monstruos seguían intercambiando ataques
mientras M. Satán vitoreaba por el Majin Boo gordo.
-
¡Rayos!
Parece que este juego esta tornándose de mal el peor… ¡Que exasperante! –
comente con un poco de humor pesimista.
-
… -
Kakarotto aterrizo detrás de mi jadeando completamente sin energía, le faltaba
el aliento y en su mirada podía ver su angustia al haber agotado su último recurso.
-
¡Eres un inútil!
– le grite - ¡todos mis esfuerzos fueron en vano! ¡¿Qué tienes pensado hacer?!
-
… lo
siento mucho Vegeta, ¡Maldición! Cuando estaba muerto esto no me costaba ningún
trabajo, ahora veo que luchando como mortal mi ki disminuye fácilmente, y más
cuando me transformo en súper saiyajin fase 3… estoy perdido, realmente no sé qué
hacer – confeso finalmente con una amarga sonrisa.
-
Jum – le sonreí
de vuelta resignándome, por mucho que doliera admitirlo si Kakarotto no podía hacer
algo entonces mucho menos yo podría.
Volví m atención a la
batalla entre los dos monstruos rosados, había llegado al punto que tanto me temía,
el Boo niño superaba con creces al Boo gordo y ahora se hacía notar por la manera en la que lo estaba apaleando. Incluso
llego un momento donde lo tuvo sujeto en una llave por el cuello y Mr. Satán y
un cachorro que no tengo idea de donde salió tuvieron que correr en su ayuda,
lanzando mordidas, golpes y patadas que eran tan inútiles como tratar de apagar
un incendio soplándole; esto hasta que el Majin Boo niño se hartó y golpeo a
Mr. Satán con su antena mandándolo a volar, lo que fue suficiente aliciente
para que el Majin Boo gordo se liberase y retomase su ataque. Pero sin importar
cuan resistente fuese, los ataques del niño eran más poderosos, y comenzaban a
causar desgaste en su contrincante.
-
Que desgracia
– comenzó a decir Kakarotto – esto es terrible, si no hacemos algo lo va a
matar.
-
… - el que
aquel gordinflón sobreviviese era la última de mis preocupaciones, en cuanto lo
aniquilasen seria nuestro turno, Majin Boo mataría a Kakarotto y a esa
sabandija de Mr. Satán y en cuanto a mí, ni siquiera el otro mundo… mis
pensamientos se interrumpieron por si solos, una nueva idea estaba surgiendo
mientras era el espectador de aquella masacre y recordé que no éramos los únicos
- ¡Supremo Kaiou sama, Dende! – grite al cielo clamando por los dioses - ¡Sé
que pueden vernos y escucharnos a través de esa bola de cristal! ¡¿Me escuchan?!
¡si realmente me escuchan respóndanme de una buena vez!
-
Si podemos escucharte – escuche en mi cabeza la voz del supremo Kaiou anciano.
-
¡Entonces
quiero que reúnan las esferas del dragón de Namekusei! ¡Háganlo ya, no hay
tiempo que perder!
-
¿Y para que se necesitan? – pregunto Dende esta vez.
-
¡No quiero
escuchar más excusas! ¡Solo reúnan las esferas!
Tras unos momentos
discutieron las tres deidades sobre mi petición, el anciano aún estaba renuente
a usarlas, pero finalmente Dende pudo convencerle, luego deje de escucharles en
mi cabeza.
-
Parece ser
que ya se marcharon – dije más para mí mismo que para Kakarotto.
-
Pero…
Vegeta dime, ¿Qué es lo que vas a hacer? – pregunto Kakarotto confundido – Ten en
cuenta que aún es demasiado pronto para usar las esferas del dragón.
-
Kakarotto
dime… ¿Cuántas veces haz salvado a la tierra?
-
¿Eh? ¿qué?
No entiendo ¿Por qué me preguntas eso Vegeta?
-
¡Te
pregunto qué “¿Cuántas veces la haz salvado?”!
-
Ahhh… no,
no estoy seguro de cuantas veces fueron.
-
A veces es
bueno dejar que los terrícolas carguen con esa responsabilidad.
-
¡¿Ehhhh?!
Es bastante noche, así
que seguiré escribiendo mañana temprano, según el pronóstico del tiempo mañana será
un día agradable, aprovechare para desayunar y luego escribiré en la terraza de
la corporación capsula.
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