miércoles, 19 de julio de 2017

Las Memorias de Vegeta (Entrada 109)



14 de Septiembre 791 5:00 pm

Los cuerpos de los rescatados comenzaron a caer víctimas de la gravedad, Kakarotto atrapo a sus hijos y yo a Trunks y a Piccoro. Mire a Majin Boo y seguía parado e inmóvil en uno pequeño risco.

-          Majin Boo aún no se ha dado cuenta, hay que esconderlos deprisa – le dije a Kakarotto.

Apenas empezamos a descender para buscar donde refugiarlos cuando nos detuvimos en seco. El ki de aquel monstruo que hasta ahora había disminuido comenzó a crecer exponencialmente, Kakarotto y yo nos miramos desconcertados por un segundo, pero sin esperar a que dijera algo volé para ver lo que ocurría con Majin Boo. Era imposible, Majin Boo seguía quejándose por lo bajo como si algo le causara un dolor constante, pero sus músculos se inflamaban grotescamente haciendo que se que saltaran las venas en la piel, y su ki iba en aumento segundo a segundo.

-          Oye Vegeta, corrígeme si me equivoco, pero el ki de Majin Boo está aumentando ¿no es así? – Pregunto Kakarotto acercándose a mis espaldas.
-          Sí, no puede ser… - Los músculos de Majin Boo seguían creciendo junto con su ki y muy pronto se convirtió en una mole de músculos rosados.
-          ¿Crees que… este sufriendo una transformación para su beneficio? – Pregunto de nuevo Kakarotto visiblemente preocupado.
-          No, espera… - Majin Boo comenzó a lanzar alaridos y retorcerse como si luchara contra algo en su interior – no, esta es otra transformación.
-          Me gustaría que ya se tranquilizase.

Cuando termino, respiraba agitadamente, la musculatura y enorme estatura dio paso un cuerpo pequeño pero bien definido, su apariencia era definitivamente infantil, pero en su cara estaba fija una muestra de furia contenida, el ki que habíamos sentido aún se hallaba presente pero comenzaba a disminuir – Ja ja ja le gusta asustarnos – le comente a Kakarotto.

-          Míralo, el infeliz se hizo más pequeño.
-          Ja ja que bien ¡lo logramos Vegeta! Tal vez ahora si podamos acabar con él.
-          Al parecer la figura de Majin Boo se ha convertido en un infante – señale bastante anonadado por todos los cambios que había sufrido ese monstruo.
-          Lo primero que tenemos que hacer es buscarle refugio a Gohan y los demás.

Dejamos en a Trunks y los demás debajo de una saliente que protuveraba del suelo, seguían inconscientes, pero Kakarotto pudo confirmar que seguían con vida después de obeter como respuesta un leve quejido de Gohan cuando trato de despertarlo. Mire a mi hijo tendido en el suelo, en efecto, estaba ileso. Pero fue en este breve momento de calma que recordé mi situación actual… yo, aún estaba muerto; mientras Kakarotto se alegraba de que estuvieran todos a salvo, mi mente tomo una ruta hacia el pesimismo, mi hijo estaba con vida, pero su madre, sus abuelos, todo aquello por lo que sacrifique mi vida se había esfumado a manos de ese maldito de Majin Boo y lo que era peor, se me había dado el privilegio de atestiguar lo inconsecuente de mi muerte.

-          Majin Boo se está moviendo Vegeta.
-          … - En efecto, Majin Boo voló a máxima velocidad varios kilómetros a la redonda en cuestión de segundos, solo para volver al mismo risco donde comenzó y luego comenzó a soltar su ki dando gritos espeluznantes, el cielo se oscureció y tormentas eléctricas y tornados se formaron de la nada, la tierra se estremecía tanto que estoy seguro que toda la tierra sintió las réplicas de aquel sismo.
-          ¡¿Qué está haciendo?!
-          ¡Está gritando como loco! – le respondí gritando a Kakarotto quien había hecho lo mismo al preguntar, el ruido era tan ensordecedor que apenas nos escuchábamos.


De repente todo se calmó como si aquello nunca hubiera pasado. Majin Boo volvió a esta inmóvil por un momento como si pensara en algo y luego extendió una mano hacia el suelo a sus pies. Entre sus dedos formo una pequeña bola de energía rosada, pero yo podía sentirlo no era cualquier ataque, era tan concentrado que si lo lanzaba destruiría todo a su paso.

-          ¡¿Pero qué hace?! – reclamo Kakarotto al percatarse de lo mismo
-          ¡Maldición! – Majin Boo lanzo su proyectil contra la tierra y solo alcance a lanzar yo uno propio para desviarlo metros antes de impactar, albos poderes chocaron y cambiaron de dirección disipándose en el horizonte.
-          Casi destruye la tierra con ese diminuto poder, ¡gracias Vegeta!
-          ¡¿Está loco o qué?! ¡¿?quiere morir junto con esa explosión!
-          No… aunque se hiciera trizas puede regresar a la normalidad fácilmente.
-          ¡Oye Majin Boo! ¡Es tu problema si quieres destruir este planeta! ¡¿Per porque primero no peleas con nosotros?! – le reclame enardecido por su táctica cobarde.
-          ¿Qué? – Pregunto con una aguda voz volteando a vernos atrás.
-          Pelea.
-          … - Majin Boo se giró para encararnos y sonrió con sadismo – Ji ji ji.
-          Así es como debe ser – le dije. Entonces Majin Boo alzo una mano y comenzó a acumular energía en su palma; más y más se iba reuniendo hasta que formo una incandescente esfera de luz rosada que era casi segadora.
-          ¡¿Qué está haciendo?! – se preguntó en voz alta Kakarotto – cuanta energía… ¡no puede ser! Tiene pensado arrojarla contra la tierra.
-         
-          ¡Eh eso no podemos regresárselo! – compartía el pesimismo de Kakarotto, cuando estábamos fusionados poseíamos un poder mayor al de los dos juntos, por eso habíamos podido devolverle todos sus ataques Majin Boo y torturarle, pero no había manera de que por separado pudiésemos repetir esa hazaña - ¡Ya basta Boo! ¡Por favor! ¡EXPLOTARAS LA TIERRA CON TODO ESE PODER! – le imploraba Kakarotto con desesperación - ¡¿no vas a pelear con nosotros?!
-          Je je je – Majin Boo sonrió con la malicia de un niño a punto de hacer una travesura y lanzo su ataque señalándonos con su dedo índice.
-          ¡Ah! – la colosal súper nova rosa de Majin Boo se acercaba con atemorizante lentitud, como si fuera consiente de sí misma y supiera que nada podía pararla, aunque lo más probable es la que tenía en mente su creador.
-          … Los muchachos… ¡Vegeta sígueme! ¡Vamos a hacer la tele transportación! – grito Kakarotto recordándome que no éramos los únicos en riesgo.
-          ¡Sí!
Volamos a todo vapor en busca de Trunks y los demás, aún estaba incapacitados, de pronto Kakarotto se desvió por un momento y bajo rápidamente a tierra, cuando se elevó de nuevo y se puso a mi lado llevaba a Dende, el Namekuseijin y a ese insecto llamado Mr. Satán - ¿Qué demonios estaban haciendo ellos ahí? ¿Cómo es que habían sobrevivido? – me pregunte al verlos. El ataque de Majin Boo nos pisaba los talones; vi como Kakarotto se esforzaba por concentrarse en hacer la tele transportación si éxito, entonces recordé que su tele transportación dependía de sentir el ki de alguien más, y al ser los únicos en la tierra no había a donde huir, si bien podía intentar buscar otro planeta como Namekusei, eso requería mas concentración, y ante el abrumador peligro detrás de nosotros eso era imposible. De pronto un sujeto de orejas puntiagudas y cabello largo apareció frente a nosotros y le tendió la mano a Kakarotto.

-          ¡¿Qué haces?! – le pregunte a Kakarotto cuando me sujeto del cuello de la camiseta, de pronto todo se ilumino de luz y voltee a ver hacia donde estaban mi hijo y los demás, a solo unos metros, solo un segundo más y lo alcanzaría…

Pero desaparecieron en la luz, todo desapareció, el ligero ki que sentía de mi hijo en su letargo, Majin Boo y su esfera de luz mortal, la tierra… todo había sido destruido. Pero no yo, caí al suelo víctima de la gravedad y un planeta que no era la tierra, había césped por todos lados, árboles y riscos, el cielo era de un trono ligero de purpura y podía ver planetas ajenos en el horizonte. Mi estupor fue interrumpido por el golpe que Kakarotto le propinó al suelo.

-          ¡Maldición!... no pudimos llegar a tiempo – su cara tenía una mueca que raras veces había visto en su cara, una de frustración y derrota.
-          ¿En dónde estamos? ¿en el paraíso? – pregunto Mr. Satán lleno de duda mientras yo me ponía de pie.
-          ¡GRRR! – esta basura seguía con vida solo porque Kakarotto se había desviado para salvarle. Me acerque a Kakarotto y lo levante por la camisa del lugar donde esta postrado - ¡Kakarotto! ¡¿Por qué demonios salvaste a este sujeto en lugar de a Trunks y los demás?! ¡Ellos no nos ayudan en nada!
-          … - Kakarotto guardo silencio y desvió la vista de mí; quería romperle la cara, quería que suplicara mi perdón por su equivocación.
-          Lo siento… - Dijo Dende súbitamente manteniendo la vista en el suelo.
-          ¡Argh! – avente a Kakarotto soltándolo para quitarme su estúpida cara de enfrente.

Me di la vuelta y me cruce de brazos, no había nada que hacer y lo sabía muy bien al igual que los demás Dende y Kakarotto se quedaron también en silencio mientras que El tipo de cabello largo y un anciano que parecía pertenecer a su misma raza se miraban apesumbrados; al verlos más detenidamente los recuerdos que obtuve de Kakarotto me hicieron saber que se trataba del supremo Kaiou sama quien se había fusionado con su sirviente y el anciano era su predecesor. El supremo Kaiou sama anciano se aproximó a una esfera de cristal que estaba en el suelo y la miro por un momento.

-          La tierra ya no está… la hicieron desaparecer – anuncio con una temblorosa voz.
-          ¡Entonces!... Gohan, Piccoro y los demás están… - comenzó a sugerir Kakarotto, pero no termino la oración, los ojos del anciano se clavaron en nosotros confirmando nuestros temores.
-          Siento decirlo, pero explotaron junto con la tierra – agrego el vejestorio.
-          ¡Grrrr! – gruño Kakarotto con impotencia.
-          … - yo por mi parte solo mire al suelo sin saber cómo expresar mi frustración.
-          ¡¿Están locos?! ¿Qué la tierra desapareció? ¡Ja ja ja ja! – interrumpió Mr. Satán con una risotada – por favor, no digan tonterías ¡esta es la tierra! – señalo apuntando al suelo con un dedo - ¿Qué no la están viendo? ¡ese anciano está loco de remate!
-          ¡Hump! – el anciano se limitó a mirar con desaprobación al terrícola.
-          ¡Guarde silencio! – le exhorto Dende con vehemencia - ¡¿pero cómo se atreve?! Esas personas son los supremos Kaiou sama… bueno eso creo.
-          ¿Los supremos Kaiou… sama? ¿y qué diablos es eso? – a este punto ambos seudo dioses miraban con recelo al “hereje” la verdad no lo culpaba, ese par no daba para nada la impresión de poseer divinidad, sobre todo el más joven. Dende comenzó a explicarle sobre la jerarquía de los dioses y su importancia, así como aclara que este era el planeta supremo y no la tierra.
-          ¿Estas bromeando? – pregunto Mr. Satán – si de verdad son tan poderosos ¿Por qué no hicieron algo con el tal Majin Boo? No eres muy buen comediante…
-          Ese hombre hace muy buenas preguntas – comento el supremo anciano con un dejo de sarcasmo.
-          Pensándolo bien… también se me hace muy extraño que tú seas el dios de la tierra – cuestiono Mr. Satán la divinidad del joven Namekuseijin.

Mr. Satán continuo con sus tonterías alegando que todo lo que veía era un sueño y como tal incluso él podría volar, corrió hacia un desfiladero y proclamo como volaría por el universo para vencer Majin Boo, salto y cayó al vacío… por desgracia no fue más que una altura mínima, sus quejidos tras impactar con el suelo confirmaron que la alimaña seguía con vida.

-          Ese sujeto es muy gracioso, se le ocurren puros disparates – dijo el anciano supremos Kaiou sama con humor.
-          ¡Kakarotto! – le dije, desentendiéndome de aquellas estupideces - ¡Eres un torpe! ¡¿Cómo pudiste salvar a ese estúpido en lugar de Piccoro y los demás?! ¡Tanto trabajo que nos costó rescatarlos! ¡Y tú los dejaste morir!... quizás ya no los podremos resucitar, porque las esferas desaparecieron junto con la tierra.
-          … - Kakarotto sabía que había cometido un error, ahora todo estaba perdido.
-          ¡Ah! ¡Miren esto! – llamo el supremo Kaiou Sama… (Ya me estoy cansando del nombre de este papanatas, Shin para futuras referencias).
-          ¡Ah!
-          ¡Ah! – exclamamos Kakarotto y yo al ver lo que nos mostraba Shin en la esfera de cristal, en medio del vacío del espacio, una masa rosada se retorcía asquerosamente en el lugar donde solía estar la tierra.
-          Majin Boo fue hecho pedazos pero parece que regresa a la normalidad.
-          ¡Diablos! – maldijo Kakarotto.
-          Se regenero – les dije.
-          No importa en cuantos pedazos sea cortado Majin Boo, siempre volverá a la normalidad – comento Shin con angustia.

Majin Boo comenzó a mirar a su alrededor cuando hubo acabado de regenerar su cuerpo y de pronto pareció percatarse de algo; al instante desapareció sin dejar rastro.

-          ¡¿Y ahora a donde se fue?! – pregunte incrédulo de lo que veía.
-          Parece ser que Majin Boo se tele transporto a otro planeta – respondió el anciano mientras manipulaba con los dedos la bola de cristal sin siquiera tocarla. La imagen contenida en ella cambio por la de un planeta extraño y luego vimos lo que ocurría en su superficie.
-          ¡Esto es terrible! Ese demonio ya sabe dominar a la perfección la técnica de tele transportación de Kibito – agrego Shin al verlo aparecer y desaparecer con gran facilidad.

Ya sabía que ese monstruo era muy hábil para aprender las técnicas de sus oponentes, pero usar semejante técnica era absurdo. Sin pensárselo dos veces Majin Boo disparo una diminuta esfera de energía contra la superficie de aquel planeta y lo hizo estallar aún más fácilmente que la tierra; con horror observamos cómo se regeneraba y se trasladaba a otros planetas para hacerlos estallar, la esfera de cristal no perdía detalle de lo que ocurría 3, 4, en menos de 20 minutos había exterminado cinco planetas como si fueran nada y cada vez que lo hacía se volaba así mismo con ellos, regenerándose en pocos segundos.

-          Ese demonio los está buscando por todas partes – dijo el anciano para responder a la pregunta que nadie había pronunciado, pero que yo mismo me estaba haciendo en mi mente – recuerden que en este universo hay millones de ki que pueden ser percibidos.
-          ¡¿Y por eso sigue destruyendo planetas en vano?! ¡es una amenaza para todos! – bramo Kakarotto con ira y remordimiento.
-          Boo es el único demonio que haría esas atrocidades… - dijo Shin – nuevamente las vidas de todo el universo están siendo sacrificadas.
-          Ya sé que destruyo nuestra tierra, pero habrá muchos más planetas que jamás volverán a la normalidad aunque destruyamos a Majin Boo – declaro Kakarotto.
-          ¡CLARO! – grito entusiasmado Dende llamando la atención de todos - ¡aún podemos contar con las esferas del dragón!
-          ¿Eh? – pronunciamos todos al unísono al no entenderle.
-          Si todos vamos al planeta donde yo nací, seguramente el nuevo patriarca habrá creado unas nuevas esferas del dragón – explico el joven de cara verde – nos dejaran usarlas y la tierra y los otros planetas se salvaran… ¡y las personas que fueron asesinadas por Majin Boo revivirán!

Como si nos hubieran quitado una carga inmensa de encima, los ánimos de todos se avivaron, inclusive yo podía apreciar el atisbo de esperanza que aquel Namekuseijin nos había brindad.

-          ¡Es cierto! – se me escapo sin poder contener mi optimismo.
-          Oye, espera un momento - me interrumpió Kakarotto – Dende… ¿no crees que tu planeta queda muy lejos de aquí?
-          ¿Qué? – pregunto Dende sin entenderle.
-          El ki que tienen los campesinos de ese lugar, no es muy fuerte, me costara mucho trabajo llegar halla tele transportándonos.
-          ¡Grrr! – maldito Kakarotto, tenía que arruinar el momento.
-          Y tampoco contamos con una nave espacial.
-          Si… Ya veo – asintió Dende con pesimismo.
-          Esperen… - Intervino Shin – en realidad no conozco las esferas del dragón de las que tanto hablan… pero si puedo tele transportarme desde este planeta supremo a cualquier lugar de la galaxia, es mi especialidad – declaro con una sonrisa.
-          ¡Estamos salvados! – grito Kakarotto.
-          ¡Perfecto! – se sumó Dende.
-          ¡Y si derrotamos a Majin Boo todo saldrá a la perfección! – sugerí viéndome contagiado de su repentina alegría.
-          ¡No esperen! – Protesto en anciano supremo - ¡que no se les ocurra usar las esferas del dragón! Lo único que están provocando es que la naturaleza pierda su camino. Quizá tengan razón, nos Namekuseijin tienen esa ventaja, pero cometerían una violación al querer usarla.
-          … - Todos miramos con disgusto al arrugado dios.
-          ¡Desde la antigüedad se hizo un pacto para que solo ellos pudieran usarlas! Y desde entonces jamás lo han hecho, ni siquiera para salvarse ¡¿Por qué íbamos hacerlo nosotros?!
-          ¡Supremo! – interrumpió Kakarotto fingiendo docilidad – no tienes por qué ser tan severo con nosotros.
-          ¿Hmmm?
-          Si todo sale a la perfección, te regalare una foto de esa chica bonita que te conté – sugirió Kakarotto como un vendedor a punto de embaucar a un incauto – será toda tuya, así podrás verla cuando tú quieras.
-          ¿De verdad vas a regalarme esa fotografía? – la expresión severa del anciano cambio por completo llenándose de anticipación.
-          ¿Qué tal? ¿verdad que la quieres? – dijo ese inútil endulzando aún más su tono de voz, algo en ello no me agradaba.
-          ¡Siii! – el anciano empezaba ahora a salivar como un perro frente a una carnicería.
-          ¡Bueno! Ya no es tan joven  pero aún sigue siendo muy atractiva – ese gusano, cada palabra que decía me daba más y más mala espina.
-          Pero esa mujer ya fue asesinada por Majin Boo ¿no es verdad?
-          ¡Por eso te estoy diciendo que la reviviremos con las esferas del dragón!
-          ¡O, Oye Kakarotto!
-          ¡¿Si?! – la manera alarmada en la que se giró a verme me decía que algo se traía entre manos.
-          ¡Espero que esa mujer de la que estás hablando con tanta exaltación no sea Bulma!
-          ¡Hiiiggh!
-          ¡¡AH ESTABAS HABLANDO DE ELLA!! ¡¿Cómo TE ATREVES A PFRECES ESPOSAS DE OTROS?! ¡SI TE ATREVEZ A HACER ESO TE HARE PEDAZOS! ¡¿POR QUE NO LE OFRECES UNA FOTOGRAFIA DE TU ESPOSA?!
-          ¡No vegeta!, ¡recuerda que Milk no es muy bonita que digamos! – se excusó ese insecto ofrece esposas, dos caras, traidor - ¡además es capaz de matarme!
-          ¡Rápido! – interrumpió mi arranque de ira Shin - ¡Vengan todos a ver esto!
-          … Boo está a punto de irse a otra parte, está buscando al Sr. Goku y al Sr. Vegeta por medio de su ki - Por unos minutos la esfera de cristal perdió el rastro del monstruo, y luego vimos un familiar cielo rosado, era el otro mundo.
-          Majin Boo apareció en el planeta de los Kaiou sama ¿con que propósito? – se preguntó Kakarotto.
-          ¡Si nos está buscando que venga! – Le dije.
-          Shin, entrégale tus arcillos a Goku y a Vegeta para que se fusionen de nuevo, de ese modo tendrán la victoria asegurada – ordeno el anciano.
-          ¡Sí! – Shin removió los pendientes de sus puntiagudas orejas y nos los tendió – Sr. Goku, Sr. Vegeta, por favor derroten a Majin Boo con estos arcillos.
-          Je… - Mire el pendiente en mi mano y estaba a punto de romperlo como había hecho la última vez, pero para mi sorpresa, Kakarotto hablo primero.
-          No, te lo agradezco, pero ya no necesitaremos esto, te lo devuelvo.
-          ¡¿Eehhh?! – exclamaron ambos “dioses” al unísono.
-          Esta no es nuestra manera de pelear, no me sentiría bien… disculpen por rechazar su ayuda, pero yo quiero pelear por mi propia cuenta.
-          Se, señor Goku… - Shin estaba atónito.
-          Perdónenme por estos caprichos aun en una situación tan desesperada, pero el tampoco está fusionado con alguien más.
-          ¡MUCHACHO TONTO! – vocifero el anciano - ¡¿Cómo se te ocurre decir algo así en este momento?! ¡ustedes no van a entrar en un torneo para pelear con Majin Boo! ¡¿Por qué n lo quieres entender?!
-          ¡Si, él tiene razón! – apoyo Shin.
-          ¡Bien dicho Kakarotto! – le elogio con honestidad, sin duda era lo que esperaría de un saiyajin de sangre pura como yo – yo tampoco necesito esto para pelear contra el – triture el pendiente en mi mano horrorizando a los supremos Kaiou sama – Así es como debe ser un saiyajin de raza guerrera – le dedique una sincera sonrisa de aprobación a mi rival, por primera vez estábamos de acuerdo por completo.
-          … - Siguiendo mi ejemplo, Kakarotto destruyo el pendiente en su mano también.
-          Y ¿creen que de verdad podrán ganarle de ese modo? Tomen en cuenta que Majin Boo volvió a ser como originalmente era, su corazón está lleno de maldad, y posee unos poderes asombrosos.
-          ¡Todo estará bien! Ya verás que esto se solucionara – Le aseguro Kakarotto a Shin. En ese momento no pude evitar pensar que debido a la fusión, un poco de mi orgullo saiyajin se le había pegado a Kakarotto.

Boo apareció en el otro mundo sosteniendo un pilar que estaba por caerse, Krillin, Yamcha y otros sujetos estaban siendo apaleados por el pequeño demonio. Sin importar cuanto le atacasen su fuerza insignificante para su oponente; continuó barriendo el piso con aquellos pobres diablos hasta que finalmente pareció aburrirse y se dispuso a destruir el planeta en el que se encontraba.

-          No es justo, Yamcha y Krillin ya están muertos y si esta vez los destruye… desaparecerán por completo – advirtió Kakarotto con angustia al ver el peligro que corrían aquellas sabandijas. Se apartó unos pasos de nosotros y se detuvo en seco – Ya se, usare la tele transportación.
-          Espera Kakarotto.
-          ¿Eh?
-          Vamos a atraerlo para que venga, aunque peleemos con todas nuestras fuerzas, este planeta supremo no se destruirá con nada, así que pelearemos… con todo nuestro poder.
-          Si… pero ¿Cómo Vegeta?
-          Él nos está buscando, si elevamos nuestro ki se dará cuenta de que estamos en este planeta y vendrá.
-          ¡Ahhh! ¡Es cierto! Bien.

Kakarotto y yo nos preparamos y comenzamos a elevar nuestro ki enfocándonos en que fuera notorio; el planeta de los Kaiou sama estaba en el otro mundo, así que nuestro ki debía trascender la distancia entre ambos puntos. De repente Majin Boo aparecio de la nada, la carnada había funcionado, pero no había una trampa, solo una pelea por el destino del universo.

Estoy cansado, seguiré escribiendo mañana. Creo que iré al bar de Mike a beber algo, creo que su sobrino empezó a trabajar con él hace poco, sería bueno ponerlo a prueba.

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