jueves, 12 de mayo de 2016

Las Memorias de Vegeta (Entrada 104)

13 de Septiembre 791

No tomo mucho antes de salir del territorio cubierto por la neblina, pero el cambio se sintió de inmediato. Mi percepción se vio severamente alterada, una abrumadora cantidad de información se embotello en cada uno de mis sentidos al punto de hacerme desfallecer por un momento.

-        ¡Vegeta! – alcance a escuchar la voz de Uranai Baba gritando mi nombre, eso fue suficiente para que recuperase la conciencia, pero sin embargo sentía que mi estómago quería salirse de mi cuerpo así que me vi forzado a bajar a tierra.

Mi tórax se contraía mientras daba arcadas. Mi estómago vacío luchaba por devolver un contenido nulo ya que se hallaba completamente vacío; la cabeza me daba vueltas y mi nariz y oídos estaban tapados mi piel estaba sudorosa y podía sentir como mis músculos eran recorridos por un incómodo escalofrió,

-        Discúlpame Vegeta olvide advertirte de esto – dijo la anciana con voz preocupada.
-        ¡¿Qué demonios me está pasando anciana?!
-        Tú ya no estas vivo, pero se te ha concedido un cuerpo nuevamente, ahora que hemos dejado el mundo de los muertos por completo ese cuerpo experimenta el mundo físico por primera vez… no te preocupes pasara dentro de poco, sol respira profundo.
-       
-        Aunque debo decirte que lo estas sobre llevando mejor que Goku, después de haber estado tanto tiempo en el otro mundo el pobre se desmayó completamente después desmayo apenas puso un pie en a tierra.
-        Je, no me compares con ese gusano – dije con esfuerzo mientras recobraba el control de mi respiración, alce la vista para mirar a la anciana y me lleve una sorpresa.

La vieja adivina estaba rodeada de un aura, no como la de un súper saiyajin o como la del ki al estallar, sino como una tenue luz que envolvía su cuerpo.

-        ¿Ya te diste cuenta? – pregunto con una sonrisa – lo que vez es mi alma, de igual manera puedes ver la de cualquier ser vivo… o al menos podrías, pero ese monstruo de Majin Boo extermino prácticamente a todos los humanos.

Me puse en pie sin quitarle la vista de encima y luego mire mis manos, estaban envueltas por la misma aura pero era menos intensa.

-        Es por nuestra edad – respondió sin que hubiese preguntado algo – un alma se vuelve más fuerte cuantos más recuerdos tiene y para alguien como yo que ha vivido cientos de años es natural que mi alma tenga más recuerdos.
-        ¿Acaso puedes leer las mentes?
-        ¡Ja! Muchacho ingenuo, aunque pudiera hacer eso no habría necesidad, tienes una cara muy fácil de leer. Pero basta de charla hay que apresurarnos.

Con un poco de desagrado me trague mis palabras y proseguimos en dirección al enorme ki que sentía, el cual probablemente era de Majin Boo, sin embargo estaba enrarecido, no parecía el mismo. Mientras volábamos le daba vueltas en el fondo de mi cabeza a mis nuevas “habilidades” y haciendo remenbransa de la extraña actitud de Kakarotto durante el torneo de las arte marciales. De pronto todo tenía sentido, su calma total, su aparente conocimiento sobre la salud de esa chica a la que molieron a golpes en el torneo e incluso su “madurez” ahora que estaba en sus zapatos un sentimiento de desapego por esto mundo se comenzaba a hacer presente en mí. Sabía que había vuelto a este mundo con un propósito pero no parecía tan apremiante como lo habría sido antes de mi muerte.

Empuje el impulso de abandonar mi misión al fondo de mi mente, sabía que tales pensamientos comprometerían mi capacidad de pelea. Más pronto de lo que esperaba nos aceros a nuestro destino, pero Uranai baba se detuvo.


-        Hasta aquí es donde yo voy – comenzó a decir – disculpa por dejarte en un lugar tan retirado, pero no quiero arriesgar mi vida.
-        No te preocupes, solo me retrasare un poco… me pregunto si Majin Boo volverá a matarme de nuevo – inquirí con ironía.
-        Buena suerte – dijo la anciana mientras se alejaba flotando pero un sonido agudo y una presencia nos interrumpieron.
-        ¡Sabía que eras tú Vegeta!
-        ¡¿Kakarotto?! – no daba crédito a mi ojos, Kakarotto acababa de aparecer frente a mis ojos, sonriente como de costumbre.
-        ¡¿Goku?! No puede ser – replico la anciana tan sorprendida como yo - ¿Por qué estas aquí? Se supone que tú ya no puedes estar en el mundo de los vivos.
-        … - estaba completamente atónito, no esperaba verlo.
-        ¿Qué significa esto? La aureola que tenías sobre la cabeza ha desaparecido, eso significa que te revivieron – Declaro Uranai Baba.
-        ¿Eh? ¡ah!  Eso es porque el supremo Kaiou sama de quince generaciones sacrifico su vida para que yo pudiera venir, ¡Ugh! – Kakarotto se interrumpió a sí mismo y su cara se llenó de disgusto mientras se giró a su derecha buscando algo en el horizonte. Entonces un destello en su oreja llamo mi atención, un pendiente redondo colgaba de su oreja izquierda.
-       
-        Después les contare lo que sucedió, Majin Boo se viene aproximando a gran velocidad – advirtió Kakarotto – Uranai Baba, tienes que irte de aquí cuanto antes.
-        ¡Sí! Tienes razón, hagan su mayor esfuerzo, ya saben que los estaré apoyando desde el otro mundo. Respondió la vieja bruja antes de huir despavorida a gran velocidad.
-        Vegeta – dijo Kakarotto mirándome ahora a mí – pensé que habías desaparecido en el infierno, pero mírate nada más, Enma Dai Ou sama fue muy listo al mantenerte con vida, por lo que veo a él también le gusta arriesgarse.
-        ¡Grr! – me estaba hartando de su parloteo, no entienda nada y tanta palabrería no estaba ayudando.
-        No queda tiempo, Vegeta, no pongas peros y ponte este arcillo en la oreja derecha – me ordeno tendiéndome el pendiente que tenía en la mano.
-        ¿Para qué? – pregunte con sequedad.
-        Si te pones este arcillo te podrás fusionar conmigo en tan solo un instante.
-        ¿Fusionarme?
-        Así es, si unimos nuestros cuerpos nacerá un guerrero con habilidades incomparables.
-        ¡Ja! Déjate de bromas, no creo en esas tonterías – y que decir de lo inapropiado que sonaba dicha propuesta.
-        ¡Vegeta haz caso! –
-        … - Le ignore desviando la vista a otro lado.
-        Vegeta tenemos que fusionarnos – insistió acomodándose frente a mí de nuevo – ¡es la única manera de vencer a Majin Boo!
-        ¡¿Por qué demonios tengo que fusionarme contigo?!  No quiero rebajarme, ¡prefiero que me exterminen!
-        … Kakarotto me miro con frustración pero volvió a cambiar su atención hacia el horizonte – ¡Ya está aquí!
-        ¡¿Ugh?! – Ahora yo también lo sentía más cerca, había dejado de prestarle atención desde que Kakarotto desapareció, su ki era descomunal, mucho más que cuando pelee con él, instintivamente me transforme en super saiyajin.
-        ¡Vegeta no seas tonto! No podrás con él con ese poder, por favor ponte este arcillo en la oreja.
-        ¡No lo hare! No tiene caso que me sigas suplicando – ahora ya alcanzaba a divisarlo, y podía sentir como acumulaba su ki, se preparaba para atacar - ¡Quítate! – le ordene a Kakarotto apartándolo de m camino con un brazo mientras me colocaba enfrente de él.
-        ¡Haa! – viéndose sin más opción siguió mi ejemplo y se transformó en súper saiyajin, ambos comenzamos a acumular energía en nuestras manos.

Un proyectil de energía rozada vino hacia nosotros y los dos atacamos neutralizándolo con nuestros propios proyectiles entonces Majin Boo se hizo presente deteniéndose en el aire a pocos metros de nosotros. Pero no era el Majin Boo gordo que yo recordaba; este era delgado y alto, con facciones afiladas en su rostro, su antena era mucho más larga y le colgaba hacia atrás de la cabeza, iba vestido con unos pantalones blancos abombados y en su torso vestía un gi parecido al de Kakarotto.

-        Te conozco –dijo dirigiéndose a mí con una voz grave y clara muy distinta a la de su versión obesa – pelee contigo en otra ocasión.
-        … - esto era cada vez más confuso.
-        ¡Basuras como ustedes jamás me detendrán! – Declaro - ¡HAAAAA!

Expulso apenas un poco de su energía con solo gritar pero fue suficiente para hacernos retroceder, era muy distinto, demasiado diferente a la última vez.

-        ¿Qué paso? ¿Ya se arrepintieron? – pregunto burlonamente.
-        ¡Grrr! – expulse más de mi energía preparándome ara el ataque pero Kakarotto me detuvo.
-        ¡Vegeta no podrás ganarle! Majin Boo incremento sus poderes ya no el mismo con el que peleaste al principio ¡esta vez puede matarte en un instante!
-        ¡Grrr! Conozco a la perfección el poder de este maldito monstruo, aunque me digan eso no me detendré ¡es inútil! Mientras el enemigo siga el frente yo seguiré peleando, recuerda que yo soy el orgulloso príncipe de los saiyajin ¡no puedo retractarme!... ¡YO SOY UN GUERRERO SAIYAJIN!

Expulse mi ki al exclamar esas palabras pasando momentáneamente a la siguiente etapa de la transformación, ahora que ya lo había hecho una vez podía hacerlo a voluntad propia pero aún me costaba controlarlo. Comencé a disparar ráfagas a diestra y siniestra, pequeños proyectiles luminosos que parecían fallar pero iban quedándose a atrás de su objetivo. Pero simplemente se habían quedado estáticas obedeciendo mi voluntad, esperando mi comando y al dar la orden con el movimiento de mi cuerpo los cientos de esferas de luz se lanzaron contra Majin Boo, sin embargo antes de que pudieran impactarle, este se envolvió en un escudo de fuerza, repeliendo así todos mi ataques. Disparados al azar estos se estrellaron contra la corteza terrestre causando devastación ahí donde se estrellaban; me quede atónito, había lanzado cada uno de ellos con suficiente energía como para destruir a Freezer y ni uno solo logro atravesar sus defensas. Enardecido me arroje contra mi enemigo al tiempo que Kakarotto gritaba que me detuviera. Le ataque con fiereza lanzando golpes y patadas que no hacían nada, simplemente los esquivaba y los desviaba a como mejor le pareciera cuando tuvo la oportunidad me respondió con sus propios puños y piernas, cada golpe, cada patada que recibía hacia que por un instante se me nublara la vista. Fu en este momento que sentí mis fuerzas mermarse por un minúsculo segundo, pero no necesito más, con un rodillazo en mi estómago hizo que mis pulmones expulsaran todo el oxígeno en ellos y con un pesado golpe en mi espalda  me lanzo contra el suelo.

Me estrelle contra la roca y mi cuerpo atravesó la montaña destrozándola y convirtiéndola en polvo y escombro. Tendido en el suelo inhale tanto que mi boca se llenó de tierra, apenas un par de segundos me bastaron para recuperarme lo suficiente para volar y retomar mi ataque. Majin Boo se preparó para  recibirme de frente pero acelere desapareciendo de su campo de visión y colocándome detrás de él,  lance un puñetazo directo a su cara rosada aprovechando mi inercia pero no logre tomarlo por sorpresa. Sin dificultad aparente me esquivo y aprovecho mi fallo para atraparme por la espalda con una llave. Entonces pude percibir el ki de Kakarotto estallando por un momento antes de sujetarlo por la antena y propinándole un golpe en la mejilla permitiéndome escapar. Majin Boo se apartó y nos contempló con calma, pasando la mirada de uno a otro.

-        Adelante, pueden pelear los dos al mismo tiempo… por mí no hay problema – invito condescendientemente.

Kakarotto ataco primero y yo le seguí, nuestros ataques simultáneos fueron bloqueados con tanta facilidad que parecía que peleábamos bajo sus instrucciones, e igualmente fácil nos apaleo a ambos forzándonos a tomar distancia para recuperar el aliento. Muestras me devanaba los sesos tratando de idear una manera para hacerle daño el simplemente se quedó flotando entre Kakarotto y yo mientras reía entretenidamente, no éramos más que un juego para él.

-        Ya no sigas peleando Vegeta – llamo Kakarotto – no importa cuántas veces lo intentes jamás podrás ganarle, la única manera de vencerlo es fusionándonos.
-        … - ese gusano seguía insistiendo en lo mismo.
-        ¡Por favor Vegeta! Ponte este arcillo – pidió mostrándome nuevamente el pendiente.
-       
-        ¡Vegeta!
-        ¡No lo hare!
Majin Boo decenio con tranquilidad alejándose de nosotros hasta posarse sobre un montículo de rocas, cruzo los brazos y declaro:

-        Su tumba estará al pie de estas rocas… si me parece una buena idea – dijo casi ignorándonos con fanfarronería.
-        ¡Por favor Vegeta, este no es el momento para comportarte así! ¡Si no hacemos algo todo terminara! ¡¿Qué no lo entiendes?!
-        ¡No te obedeceré! Cuando tuvimos oportunidad de pelear me ocultaste tus verdaderos poderes, los cuales superaban a los míos ¡eres un tramposo!
-        ¿Eh?
-        Observe todo desde el otro mundo, vi tu transformación en súper saiyajin tres, ¡Me tienes harto!
-        … - dándose cuenta de su falsedad Kakarotto bajo los brazos en señal de disculpa.
-        ¡Eres muy exasperante! – le dije al tiempo que le señalaba con un dedo - ¡¿Tú crees que me fusionare con alguien como tú?! ¡Pues no!
-        Lo, Lo siento mucho, pero lo hice porque la transformación del súper saiyajin tres, tiene un límite de tiempo Vegeta – comenzó a explicar ese insecto embustero.
-        ¡Sigue diciendo todas las excusas que quieras! ¡Lo único que importa es que evitaste pelear verdaderamente conmigo! ¡eso nunca te lo perdonare!... estuviste subestimándome – mi voz dejo ver un poco de mi remordimiento. Él era mi rival, pero nunca me había humillado con su desdén cuando de pelear se trataba, pelear era lo único que podría haber calificado algo que apreciábamos mutuamente y esta sabandija lo había mancillado con sus mentiras.
-        No estén perdiendo el tiempo – interrumpió Boo – ya dejen de charlar… si ustedes no piensan atacarme yo comenzare con esta pelea.

Ese monstruo se lanzó contra nosotros con las manos extendidas al frente como si tratase de atraparnos, de las puntas de sus dedos miles de diminutos proyectiles luminosos salieron disparados. Con dificultad pero destreza logre esquivar la andanada dirigida a mí, pero me di cuenta de que Kakarotto tuvo más problemas para hacerlo pero logro librarse también; Majin Boo nos pasó de largo solo para volver nuevamente tras dar una voltereta en el aire, su ataque siguió asediándonos forzándonos a buscar refugio en el suelo bajo una roca, no porque sus ataques fueran muy poderosos, pero eran tan rápidos que nos costaba trabajo reaccionar. Perdiéndonos de vista por un momento, nuestro oponente volvió a tomar altura.

-        ¡Es ahora o nunca! – de indique a Kakarotto instándolo a salir de nuestro refugio.
Ambos atacamos con poderosas ráfagas de energía pero Boo ya estaba regresando y contra ataco con un millar de discos de energía carmesí que desintegraron nuestros ataques y nos dieron caza. Completamente espantados apenas y pudimos escapar de la explosión cuando estos impactaron con el suelo. Las rocas se resquebrajaron y nos sepultaron bajo el escombro que quedo haciéndome perder por completo la concentración, tanto así que sentí como mi transformación en súper saiyajin se disipaba.

Pude escuchar a Kakarotto emerger de entre las rocas cerca de mi e hizo lo propio, al verlo me d cuenta que también había perdido su transformación, estaba cubierto de arañazos y sudoroso al  como muy probablemente también lo estaba yo. Pero a diferencia mía su cuerpo estaba rodeado del aura de su energía vital, un aura excepcionalmente amplia y brillante, tanto que por un segundo me pregunte como es que no lo había notado antes. Ahora recordaba lo que ese gusano había dicho acerca de haber vuelto a la vida gracias al supremo Kaiou sama y mientras tanto a mí se me agotaba el tiempo en este mundo mientras escapaba de los ataques que aquel pedazo de goma parlanchina.

-        Es imposible, no hay forma de ganarle – declaro Kakarotto.
-       
-        No quiero aceptarlo… pero la tierra volara en mil pedazos… será el fin de todo.
-        ¡No me interesa! – le respondí mientras seguía con la mirada clavada en ese sujeto que se limitaba a mirarnos desde lejos como si fuéramos alimañas ponzoñosas.
-        Vegeta… ese canalla de Majin Boo se comió a todos… a Krillin, a Milk… ¡y también a Bulma!
-        ¡¿AH?! – sus palabras fueron un balde de agua fría.
-        A Piccoro, a Gohan, a Goten… y por ultimo a Trunks, ese sujeto los aprovecho para incrementar sus poderes ¡¿Por qué crees que Majin Boo se volvió invencible?! ¡Piénsalo bien! Si no hacemos algo, el sacrificio de sus vidas será en vano… nosotros tampoco opondremos resistencia y nos matara.

Mientras hablaba, mi mente ya estaba visualizando, mostrándome ambiguas imágenes del horrible destino de mis conocidos y de mi familia… quienes habían muerto aterrorizados y sin mi protección.

-        ¡¿Eso es realmente lo que quieres Vegeta?! – Reclamo Kakarotto poniéndose de pie, entonces seguí su ejemplo  y me erguí.
-        Kakarotto… ¿Estás seguro de que si nos fusionamos lo venceremos?
-        De eso no estoy seguro… ¡Lo que te puedo decir es que tú y yo obtendremos poderes inimaginables!
-        … ¡AH! – una súbita elevación de ki me saco de mis reflexiones, mire nuevamente a Majin Boo.
-        ¡Es hora de acabar con ustedes para siempre! – grito mientras cargaba un poder en su mano y se arrojaba en dirección nuestra, la montaña en la que estaba parado observándonos se despedazo ante la fuerza de su impulso.
-        ¡Dámelo deprisa! – le impere a Kakarotto tendiendo mi mano hacia él.
-        ¡¿Eh?!
-        ¡No estés perdiendo el tiempo! ¡ENTREGAMELO YA!
-        ¡Vegeta! – respondió sonriente tras quitarse el pendiente de la oreja derecha para después lanzármelo. Majin Boo estaba a punto de atacarnos así que me empecé a poner a toda prisa.
-        ¡Maldición! – exclame mientras batallaba con el dichoso pendiente - ¡Era el lado derecho ¿verdad?!
-        Vegeta, debo informarte algo, una vez que nos hayamos fusionado jamás podremos regresar a la normalidad – advirtió con cierta resignación  - ¿me escuchaste?
-        ¡¿Qué, que dijiste?! – casi se me para el corazón al escuchar tal disparate – solo a ti ¡grr! Se te ocurre decirlo en estos momentos ¡insecto!... – por fin sentí como el pendiente colgaba asegurado de mi lóbulo y lo solté – ¡¿Es todo lo que tengo que hacer?!
-        Ahora si salvaremos a la tierra.

Ambos pendientes emitieron una luz azulada y resonaron armoniosamente. Mi cuerpo y el de Kakarotto se vieron atraídos por una invisible e imparable fuerza y justo cuando me prepare para impactar con el todo se llenó de luz, el, yo, nosotros éramos la luz. De pronto todo el dolor y el ardor de mis heridas había desaparecido, dándole a mi cuerpo una sensación de frescura inigualable, mis pies tocaron suelo nuevamente y mis pulmones se llenaron de aire, y aunque mi vista estaba borrosa me sentí lleno de nostalgia, recordé esas mañanas al salir de mi casa en la montaña Paos, el aroma de las rakusa en los jardines del palacio, la brisa húmeda entre los bosques de la montaña provocada por las por las naves de los guerreros partiendo de la bahía estelar.

Me tomo milisegundos, pero estaba reviviendo  mi vida en exquisito detalle, había cosas que parecían muy nuevas mientras que otras yacían muy lejos en mi pasado; el aroma de la loción de mi abuelito Gohan, la voz rasposa de mi padre el rey dando órdenes en el capo de batalla, la tristeza me que invadió cuando supe que el maestro Roshi había muerto a manos de Piccoro Dai Maku, mi odio hacia Freezer que crecía cada año que permanecí a sus órdenes… el perfume de Rabba, ¿Por qué eso era tan familiar y reconfortante? Pero entonces sentí el ki de Majin Boo, estaba flotando muy de cerca y por su expresión estaba muy sorprendido, y ahora le iba hacer pagar por lo que le había hecho a mis esposas, a mis amigos y a mis hijos.

-        ¡ESTOY LISTO! – Le grite con la absoluta confianza de que esta vez le vencería.


Estar fusionado ha sido una de las experiencias más extrañas de mi vida, por un momento yo fui Kakarotto y él fue yo, siempre me pregunte que tanto recordaba de esa vivencia. Continuare escribiendo después de tomar una siesta, necesito ordenar mis pensamientos si quiero escribir bien lo que sucedió después.

3 comentarios:

Scabbers dijo...

Excelente, ya era hora de la esperada megafusión XD. Esperaremos que continúes. saludos azulados

Anónimo dijo...

Excelente como siempre! GRACIAS!!

Anónimo dijo...

Otra otra otra otra, karime