10 de Septiembre 791
Para cuando el polvo en el que se había
convertido esa sabandija se había asentado el extraño planeta ya había desaparecido
y la habitación de la nave había vuelto a aparecer.
-
¡Lo logro! – grito Gohan entusiasmado
– mocoso iluso, ¿a cas había lugar a duda?
-
Que ocurrencias de poner a un
guerrero tan debilucho a pelear conmigo – exclame.
-
Miren, se abrió un agujero en el
piso – apunto Kakarotto acercándose al círculo que había en el centro del piso
de la habitación, este era muy similar al que se encontraba en el techo.
-
Parece ser un ascensor – agrego su
hijo. Cuando era niño Gohan siempre pareció más inteligente que su padre, pero
a menudo demostraba que la genética de Kakarotto tenía sus límites.
-
¡Vamos! – invito Kakarotto.
-
Parece un juego de video – señalo
Gohan
-
¡Argh! Que juego tan absurdo –
declare antes de seguir a ese par quienes ya se habían lanzado hacia abajo;
apenas había entrado en el estrecho conducto cuando ese inútil de Kakarotto
volvió a subir flotando, pasando tan cerca que fue incómodo.
-
¡Anda supremo kaiou sama! ¡Ya vámonos!
– le animo Kakarotto al remedo de dios aquel.
Llegamos a una habitación idéntica a la anterior,
la única diferencia era el color del piso en esta, en lugar de un azul intenso,
era un chillante rosa que era incluso desagradable a vista. Miramos a nuestro
alrededor y nuevamente no había nadie.
-
Oye Vegeta, ¿te molesta si peleo
esta vez? – Pregunto Kakarotto.
-
Haz lo que quiera idiota, en esta
nave al parecer solo hay insectos.
Kakarotto empezó a hacer calentamientos
mientras esperábamos, nuevamente debieron pasar varios minutos sin que nada
ocurriera. Cada minuto era agraviante, tanto que hasta Kakarotto empezó a
ponerse de mal humor.
-
¡OIGAN! ¡aun ¿NO?! ¡que salga de
una buena vez! – clamo Kakarotto a nuestro incorpóreo anfitrión.
-
Que absurdo, ¿Por qué no
simplemente destruimos la nave y llegamos hasta el fondo? – dije uniéndome a la
protesta.
-
¡No! – reprimió el enano orejón –
como ya les dije, si la nave sufre un gran impacto Majin Boo podría liberarse
del huevecillo.
-
¡Ha! Como están marchando las
cosas el tal Majin Boo no debe ser tan fuerte como dices… Es posible que sea
como ese tal Dabura – le respondí.
-
¿Eh? ¿a qué se refiere? ¿Quiere
decir que Dabura no es tan fuerte?
-
Cuando Dabura nos atacó, no me pareció
que se tratara de un tipo poderoso como imaginaba, eso es lo que quiero decir –
Explique – observe muy bien sus movimientos cuando estaba peleando y deduje que
puedes derrotarlo, solamente tientes que cuidarte de su saliva… Kibito fui muy
torpe al dejarse, pudo haberlo esquivado.
No contento con mi explicación el supremo
Kaiou sama pidió su opinión a Kakarotto, quien jovialidad lo comparo con Cell,
concordaba con él. Hace 7 años el único que pudo acabar con él fue Gohan, quien
debido a su falta de madures requirió la ayuda de todos los demás para asestar
el golpe final, pero ahora incluso yo poseía la fuerza para derrotarle. Quizá
no había podido liberar el completo poder más allá del súper saiyajin, pero
tosas mis habilidades estaban muy por encima de mi yo pasado.
El supremo Kaiou nos miró desconcertado, me
imagine que en su mente no podía concebir que hubiera algo más poderoso que los
enemigos que le atormentaban tanto; esto me hizo pensar que quizás era el quien
era más débil que sus enemigos.
¡OIGAN! ¡¿Cuánto más van a tardar?! – Volvió a
reclamar Kakarotto – Ya manden a alguien a pelear conmigo.
Justo en ese momento la compuerta se abrió con
un ruido mecánico que lleno la habitación, revelando tras de sí un par de ojos
amarillos que brillaban en la oscuridad. Una grotesca garra de color verde y
piel escamosa emergió de las sombras, seguida de una aún más grotesca pata a la
cual le siguió una repugnante criatura de aspecto reptiliano.
-
¡Ah! ¿pero quién es ese monstruo?
– pregunto de manera exaltada Kakarotto.
La criatura parecía una enorme rana con garras
enormes, sus ojos eran saltones y de su boca escurría saliva y emanaban sonidos
guturales; en su tórax estaba la misma “M” que parecía que había en el casco
del sujeto anterior, pero en este parecía estar tatuada.
-
¡No puede ser! – dijo el supremo kaiou
sama con suma preocupación – pero si es Yakon.
Aquella bestia era colosal, debía medir
casi 3 metros de altura y al menos 1.50m
de ancho y dado que sus patas estaban flexionadas, me imagine que de
extenderlas casi rozaría el techo con su cabeza. La mire de pies a cabeza una y otra vez
tratando de recordad si había visto a algún animal así durante mis viajes en el
espacio pero no recordaba algo que siquiera se le pareciera, eso quería decir
que no era de esta galaxia por lo menos.
-
¿Quién de ustedes es al que me voy
a comer primero? – para mi sorpresa, aquella bestia podía hablar. Su ronca voz
parecía más un gruñido que otra cosa.
-
Yo soy quien peleara contigo – le respondió
Kakarotto – Te ves muy grande, pero me parece que debes ser muy lento.
-
¡Grrr! – gruño la bestia ante el
comentario.
-
No cabe duda es la bestia espacial
Yakon – anuncio el supremo Kaiou.
-
¿Yakon? – Pregunto Gohan
-
Si, lo sé porque es la bestia más temible
de todo del universo, ya que tiene poderes extraordinarios, El Sr. Goku no
podrá contra el solo – afirmo el enano.
-
… - otra vez el mismo cuento, me
pregunte cuanto tiempo tardaríamos en mostrarle lo equivocado que estaba a ese charlatán.
Kakarotto tomo postura de pelea y la bestia le
tiro un zarpazo el cual abanico en el aire cuando su oponente salto para
esquivarlo; Yakon le persiguió lanzando veloces lanzando veloces zarpazos en el aire sin que ninguno tocara a su
adversario, al caer al cuello salto lanzándose contra Kakarotto quien lo dejo
pasar con facilidad, pero este se devolvió girando en el aire e impulsándose
con las pates en contra del enemigo nuevamente desde el techo. Sin problema
alguno Kakarotto volvió a esquivar. Sin duda alguna no era tan rápido, pero si
era bastante hábil con su cuerpo, no se trataba de un simple animal parlanchín.
Cuando Kakarotto cayó al suelo noto un corte
en sus ropas, sorprendido miro a su contrincante. De sus antebrazos habían
brotado dos gruesas y largas espinas que exhibía con gusto.
-
Eso estuvo cerca – menciono
Kakarotto mirando la rasgadura en sus ropas.
-
Es por eso que les digo que
debemos pelear todos juntos – insistió el supremo Kaiou.
-
No, No se preocupe – le calmo
Gohan – mi papa se las arreglará si pelea solo.
-
¿Qué?
Kakarotto y la bestia intercambiaron un par de
palabras antes de ser interrumpidos por una voz que venia del techo.
-
Yakon… eres muy astuto – la voz
era chillona y arrastraba las palabras de manera desagradable, era una de esas
voces que hacen que hacen que te den ganas de golpear al dueño – Puedes matar a
esos tres, pero deja vivo al supremo Kaiou sama… y para que la pelea termine
pronto te enviare al mundo dela oscuridad que tanto te gusta.
Al instante la habitación comenzó a oscurecerse
y de pronto todo se volvió negro; no pude ver mi maño aunque la puse frente a
mi cara, solo podía sentir el suelo bajo mis pies, pero me daba la impresión de
que el resto de la habitación había desaparecido igual que antes. Sabía que
Kakarotto y los demás seguían ahí al igual que la bestia porque podía sentir
sus ki. Goku comenzó a quejarse acerca de lo “difícil” que sería pelear en la
oscuridad… pero algo me pareció extraño, algo en su voz me hizo pensar que
estaba… ¿Acaso estaba siendo sarcástico? No sería la primera vez, pero era muy
inusual en él.
Por su parte, Yakon comenzó a alardear de cómo
iba a comernos a todos y su victoria era absoluta en este lugar ya que él podía
vernos perfectamente, para demostrarlo describió lo que Goku estaba haciendo.
-
Es este momento te estas rascando
la cabeza – declaro Yakon.
El supremo Kaiou sama en su ya habitual tono
de consternación explico que este era el planeta de la oscuridad, el planeta
natal de Yakon y el cual se encontraba en algún lugar del universo tan alejado
de un sol que estaba envuelto en una oscuridad eterna. En efecto no podía ver
nada en lo absoluto. Solo pude escuchar los repentinos sonidos provocados por
Kakarotto y Yakon al moverse, no podía verlos, pero sabía lo que ocurría.
-
No puedo ver nada, ¿Ustedes saben
que está ocurriendo? – pregunto el supremo Kaiou.
-
… Si… lo sabemos… - le respondí y
pensé “Kakarotto le está dando una tunda
a esa sabandija”.
-
¡Miserable! ¿Cómo es que puedes
verme? – reclamo Yakon desde las penumbras.
-
Nosotros podemos leer tus
movimientos sin la necesidad de verte – le respondió Kakarotto – y podemos
sentir hasta la más leve corriente de aire que haces al moverte Yakon… además
hay muchas otras maneras para saber dónde estás – nuevamente ese tono, ese
gusano definitivamente escondía algo – como por ejemplo…
El ki de Kakarotto comenzó a elevarse y de
pronto todo el lugar se llenó de luz dorada, se había transformado en súper
saiyajin e iluminado todo a su alrededor. Al parecer estábamos en una amplia
caverna, muy a lo lejos podía divisar las siluetas de lejos planetas en medio
de la oscuridad. La mueca del monstruo era de completa estupefacción,
evidentemente nunca se lo hubiera esperado; mientras Gohan hacia comentarios
apuntando a lo obvio del plan de Kakarotto, este le aclaraba a Yakon lo inútil
de su estrategia, sin embargo aquella enorme rana solo mostro una horrible risa
asomando sus hileras de dientes.
-
Yo seré el ganador – anuncio la
criatura.
Acto seguido, abrió sus fauces un fuerte
viento soplo desde atrás de nosotros, pero luego me di cuenta que no era
viento, sino succión. Aquella bestia estaba succionando tan fuertemente que
estaba creando un vacío, la fuerza era tal que vi como Kakarotto se esforzaba
por mantener su posición, me imagine entonces que este “ataque” estaba centrado
en él. En pocos segundos la luz que envolvía a Kakarotto le abandono y viajo
hasta la boca de Yakon, quien la devoro de un solo bocado. La cueva había
quedado nuevamente en tinieblas.
-
¿Eh? ¿Qué paso? – pregunto Gohan –
todo volvió a ponerse oscuro.
-
No – negué sencillamente – lo que
paso es que le quitaron su transformación de super saiyajin.
-
¡BURP! – eructo desde las sombras
Yakon – Deliciosa… es la primera vez que como una energía tan deliciosa.
-
¡¿Te la comiste?! – pregunto Kakarotto
con incredulidad.
-
La bestia Yakon puede comer
cualquier clase de energía luminosa- señalo el supremo Kaiou sama – Es decir
que la transformación de súper saiyajin del sr. Goku es el platillo favorito de
ese monstruo.
-
Tengo que avisarle. Respondió
Gohan - ¡Papa! ¡tal parece que esa bestia se come le energía, no te transformes
en súper saiyajin! ¡no lo hagas!
-
El niño tiene razón – dijo Yakon –
esa energía fue el manjar más exquisito que haya comido… me gustaría que
utilizaras otra vez ese resplandor.
-
Oooohhh… que sujeto más extraño –
susurro apenas audiblemente Kakarotto mientras se oía a la bestia acercarse a
el - ¡Esta bien! ¡te daré un banquete inolvidable!
-
¿Qué? – le pregunto la rana
intrigado.
-
Espera, yo también peleare – ofreció
Gohan – te aseguro que entre los dos le ganaremos sin tener que transformarnos
en súper saiyajin.
-
No, Ya te dije que me haría cargo
yo solo – rechazo Kakarotto la oferta de su hijo de manera cortante; sin duda
era su orgullo de saiyajin el que hablaba.
Se transformó revelando nuevamente al monstruo
nuevamente y este se mostró gustoso de poder absorber más energía.
-
De verdad que es un tonto – dijo
el supremo Kaiou – no se da cuenta que Yakon volverá a comer su energía, ¿Por
qué no acepta que alguien más le ayude? Esto no es un juego.
-
Mantén cerrada la boca – le reprimí
– seguramente Kakarotto está planeando algo, él no es ningún tonto… - si me di
cuenta que eso era discutible después de que lo dije.
Yakon comenzó nuevamente a jalar la luz emanando
de Kakarotto con más fuerza que antes, haciendo que este trastabillara más de
una vez, paso un minuto, dos, tres; y entonces sentí como el poder de Kakarotto
se incrementaba y con un cegador brillo dorado una enorme cantidad de energía
brillante salió expelida del cuerpo de Kakarotto y lleno el hocico de Yakon
forzándolo a tragar con brusquedad. Esta energía se expandió tanto de él que
estallo en pedazos.
-
Entiendo a lo que se refería –
deje con calma mientras Gohan celebraba y el supremo Kaiou sama miraba sin
creer lo que acababa de presenciar.
Sentí como una gota de sudor frio me bajaba
por la nuca mientras bajábamos por la escotilla que había vuelto a parecer tras
derrotar a la bestia. -“Sospechaba que Kakarotto también había superado los límites,
los de un súper saiyajin ordinario… entreno por 7 años en el otro mundo”- reflexione
mientras Gohan alababa el gran poder de su padre, ¡pobre iluso! estaba seguro
que eso era apenas una minúscula parte del verdadero poder que Kakarotto
ocultaba. Mis ansias por pelear crecías así como mi enojo por estar perdiendo
el tiempo con estas sabandijas.
De nuevo y una vez más nos encontrábamos en la segunda habitación y otra vez
descendimos por la escotilla para llegar al tercer escenario, el piso en este
era de un anaranjado oscuro, pero aparte de eso era exactamente igual que las
anteriores. Kakarotto decidió que era el turno de Gohan, a lo cual no le vi
inconveniente; lo único que me interesaba era acabar pronto con esta farsa para
poder pelear con Kakarotto. Sin embargo este no era el caso del supremo Kaiou sama,
quien otra vez había empezado a protestar y argumentar que el tal Babidi solo
seleccionaba a los guerreros más poderosos y por ello debíamos pelear todos
juntos. Para mi sorpresa, Gohan se mostró muy entusiasmado con la idea de ser
el siguiente en pelear, me cruzo por la mente que esto solo se debía a la presencia
de su padre, después de tanto tiempo sin verlo, me imagine que estaba tratando
de acercarse lo más que podía al dado el corto tiempo del que disponía. Yo por
mi parte ya tenía el plato a punto de colmárseme, fácilmente habíamos
desperdiciado 5 horas en esta tontería, y no parecía que les apresurara
presentar al siguiente contrincante. Paso casi una hora más he incluso Gohan
empezaba a impacientarse. Yo también
hice expreso mi desinterés en esta bola de basuras insignificantes y como
hubiera preferido estar peleando con Kakarotto, y tanto este como Gohan
corcondaron conmigo; debo admitir que esto es lo más cercano a una conversación
“amistosa” que habíamos tenido hasta ese entonces.
Otra hora paso y esta vez ya todos a excepción
del supremo Kaiou sama estábamos hartos de esperar.
-
Ya estoy harto – proteste –
hagamos como dije desde un principio y vamos a volar la nave en pedazos.
-
¡No espere señor Vegeta! – me
detuvo aquel enano de pelo blanco sujetándome del brazo – no podemos
arriesgarnos, además ya sabe que está prohibido hacer eso.
-
¡No voy a esperarlos más tiempo! –
le respondí al tiempo que me soltaba de su agarre con brusquedad.
-
Si nos atacamos no sabemos que
podría pasar.
-
¡Cierra la boca imbécil!
-
…
-
¡Ya me canse de escuchar tus estupideces!
–sentí como si una válvula de vapor que había estado acumulando presión se
hubiera reventado - ¡todo lo que dices son habladurías!
-
… - por su cara parecía que quería
salir corriendo.
-
¡¿todos esos insectos son los
guerreros más temibles del universo?! ¡BAH! ¡no me hagas reír! No son más que
carne de cañón.
-
…
-
Y te lo advierto, si vuelves a
tocarme… - le mire fijamente a los ojos y dije – ¡te arranco la maldita cabeza
a golpes!
-
… Yo…
-
¡Es suficiente! – intervino
Kakarotto parándose entre ambos mirándonos a los dos simultáneamente con
severidad antes que de que el enano pudiera responderme algo – Vegeta ser un
poco más paciente… y supremo Kaiou sama te pido te tranquilices también –
agrego con una sonrisa.
-
¡Ja! No vale la pena – me gire
dándoles la espalda como si no me importase.
Pero en realidad, quería un momento a solas
con mis pensamientos, no me quedaba duda, en estos siete años no nada más el
poder de Kakarotto había cambiado; el mismo era distinto, su manera de hablar y
comportarse era muy distinta a la de antes, solo se me podía ocurrir que estaba
ante un Kakarotto más maduro. Me pregunte qué clase de experiencias habría
“vivido” en el otro mundo.
Seguimos esperando oreo tanto, Kakarotto había tomado asiento en el suelo, mientras
que el supremo Kaiou sama literalmente se mordía las uñas de nerviosismo y
Gohan seguía de pie observando en dirección a la escotilla por donde habría de
salir su oponente.
-
¡Que ya salga! – dijo Gohan al
tiempo que golpeaba su mano con el puño de la mano opuesta – Me pregunto qué
tipo de Guerrero será.
-
… - Kakarotto, quien se encontraba
dentado atrás de este no había dejado de admirar la espalda de su hijo. Imagine
que verlo tan cambiado después de 7 años era una sensación satisfactoria, a
menudo yo miraba a Trunks y me preguntaba que estaría haciendo aquel joven
saiyajin de un futuro distante - No
puedo esperar para ver lo fuerte que te has vuelto Gohan, espero hayas estado
entrenando como es debido – Comento Kakarotto.
-
¿Ah? Bueno… si… es que… - empezó a
balbucear Gohan.
-
Lamento decepcionarte – intervenir
– pero por culpa de la paz el muy haragán no entreno nada en lo absoluto, pero
¿Quién sabe? Quizás sea mucho más fuerte que nosotros… todo mundo sabe que hace
todo al revés, tal vez la falta de entrenamiento le ayude a ganar esta pelea –
comente tan sarcásticamente como pude y me regodee de gozo al ver como el
mocoso se apenaba.
En ese preciso momento la compuerta se abrió y
dejo salir una ligera neblina, la habitación se llenó de un aroma sulfuroso y
la temperatura aumento un poco. De la compuerta emergió un sujeto de piel
rosada, ataviado en un traje azul y una capa blanca, lo reconoció como aquel
que estaba junto a Babidi antes de que ingresáramos a la nave.
-
¡No puede ser! ¡Pero si es Dabura!
– anuncio con incredulidad el supremo Kaiou.
-
Si unos humanos pudieron llegar al
tercer escenario y derrotar a Yakon, quiere decir que ustedes son fuertes… -
Declaro con una profunda y tranquila voz – es como un milagro… y por eso, los
admiro… ¡pero solo llegaran hasta aquí! Porque soy su próximo oponente y no soy
fácil de vencer.
Sus ojos amarillos con delgadas pupilas
retinianas nos miraban fijamente y con los cuernitos que brotaban de su cabeza
parecía la más trillada representación del diablo, aunque debo admitir que
lucía una muy cuidada barba de candado, pero ni por asomo se comparaba con la
magnífica barba de mi padre.
-
El que hayan mandado al número uno
a pelear significa que el tonto de Babidi tenía un poco de prisa… - dije con
toda la intención de provocarle – me lo imaginaba.
-
Ya deja de decir estupideces y prepárense
para pelear de una buena vez, Acabare con todos ustedes – respondió Dabura poniendo
un puño apoyado en su cintura.
-
¡Olvídalo Dabura! – Se opuso con
dramatismo Gohan alzando los brazos a los lados como si levantase un metafórico
muro entre ellos y nosotros - ¡Yo seré quien te derrote! Es mi turno para
pelear.
-
¡Que dijiste! – No me lo creía, el
pelmazo de Gohan había enfurecido más a Dabura que yo mismo –
-
Por cierto seria aburrido pelear
en un lugar tan pequeño – agrego con un molesto tono de sermón el cual imagino
heredo de su madre – Mejor cámbialo por otro tal y como hicieron con mi papa y
con el Sr. Vegeta… Oh pero sería difícil pelear en la oscuridad.
-
¡GRRR! ¡Eres un canalla! ¡Sera
mejor que no me provoques o te ira mal! – Replico Dabura haciendo aspavientos.
-
Espera un momento Dabura – Interrumpió
la incorpórea y chillona voz de Babidi – es malo la nave reciba un impacto
antes de que Majin Boo resucite, no es posible que peleen en otra parte – la
manera en que arrastraba sus enunciados al final era muy desagradable.
-
¡Sí! ¡Como usted ordene! Contesto
de manera solemne poniéndose en posición de firmes.
-
¿Qué lugar prefieres?
-
Que sea un lugar que les
favorezca, lo más parecido a la tierra.
-
Ji ji ji que confiado eres, pero
que vamos a hacerle, no hay nadie que pueda igualar tu fuerza... bien
¡Paparapaaaa!
La habitación desapareció nuevamente mientras
miles de millones de estrellas planetas y galaxias se arremolinaban a nuestro
alrededor hasta tornarse en un páramo desolado cubierto por un cielo rojizo
como un eterno atardecer, por un momento recordé el planeta Vejita, pero
incluso mi planeta natal contaba con más vegetación, por lo que rápidamente
deseche dicha nostalgia.
-
¿Qué te parece? Así no tendrás
quejas – dijo Dabura condescendientemente.
-
¡Prepárate! – Grito Gohan
lanzándose al ataque.
Se movió rápido desapareciendo por un instante
para reaparecer arriba y frente a Dabura pero este había seguir su movimiento
con facilidad bloqueando el puñetazo que este le lanzo. La pelea se tornó aérea
inmediatamente, con ambos peladores persiguiéndose en el aire. Gohan peleaba
cuerpo a cuerpo con un estilo basando en patadas amplias que servían como
fintas para puñetazos dirigidos a puntos vitales, el cual se asemejaba bastante
al de Piccoro. Por su parte, Dabura peleaba a distancia y con un estilo casi
teatral. Agitando y blandiendo su capa
para confundir a su enemigo, dando sendos sablazos con sus manos al aire
de los cuales delgada y veloces ráfagas de energía salían propelidas, costando
como guadañas todo lo que encontraban a su paso. Al ver que no funcionaría un ataque
directo Gohan paso a usar técnicas de energía para distraerle a distancia y
combinándolas con sus ataque cuerpo a cuerpo, dándole como recompensa el
atestarle una patada a Dabura mandándolo a volar hasta impactarse contra una
formación rocosa aledaña, pero su táctica fue arriesgada, estuvo a punto de ser
alcanzado por su propia técnica. Dabura se alzó sin mayor problema de entre los
escombros elevando telequineticamente algunos de estos y lanzándolos como
proyectiles contra Gohan, quien como de costumbre desde que era un niño siempre
tuvo problemas para esquivar.
Gohan fue arrollado por un centenar de rocas y
enterrado por estas. Dabura descendió con confianza de haber acavado con el
primero de nosotros solo para toparse con que Gohan había dejado de jugar. En
medio de un estallido de luz dorada el joven saiyajin mestizo emergió
transformado en súper saiyajin dejando boquiabierto.
-¡Vamos Gohan queremos que nos muestres tu
poder! – le animo Kakarotto, por mi parte no esperaba mucho, ya antes había
notado que su poder había disminuido considerablemente a consecuencia de su
actitud negligente con su entrenamiento.
En pocos segundos la diferencia en la fuerza,
velocidad y poder destructivo de Gohan al de Dabura quedo clara y aunque Gohan
parecía tener la delantera, su técnica dejaba mucho que desear. El supremo
Kaiou Sama seguía asombrado ante el poder que era capaz de desplegar un súper
saiyajin; mire a Kakarotto por un momento, observaba a su hijo con una sonrisa
en los labios y con los ojos expectantes, sin duda también había notado que su
vástago no era tan fuerte como lo esperaba, pero aun así parecía estar
disfrutando de ver a su hijo convertido en hombre. Luego volví mi atención al
combate; Tras una breve pausa Dabura comenzó a acumular poder y retomo la iniciativa
y aunque Gohan seguía siendo más veloz y fuerte, su oponente hizo gala de un
amplio repertorio de técnicas. Manipulación de energía, alguna clase de aliento
de fuego suficientemente fuerte para chamuscar la roca sólida, señuelos con
imágenes residuales y un excéntrico ataque con energía que golpeo de lleno al
joven saiyajin mientras quedaba embobado por el espejismo. Gohan salió
disparado por el impacto y destrozo una roca aledaña antes de caer al agua.
Dabura se paró al borde del lago en el que había caído su enemigo para
esperarle, tras unos segundo dos esferas de energía azulada emergieron del agua
y pasaron de largo a Dabura para regresar contra él desde distintas direcciones
pero con facilidad este la desvío de dos patadas para acto seguido contra
atacar.
-
¡Ahí estas! – anuncio girándose
hacia atrás y disparando nuevamente con la misma energía que había usado antes
justo al instante Gohan emergió como bólido del agua solo para recibir el
ataque de lleno otra vez. –ese estúpido-
pensé mientras rabiaba por dentro. Su oponente debía tener mucha más
experiencia de combate que él y estaba usando trucos tontos para tratar de
aventajarle, era una vergüenza para todos los saiyajin.
Esta vez Gohan logro resistir el embate, pero
su Gi de color verde había quedado desgarrado, lo cual quería decir que no pudo
contrarrestar todo el ataque con su propio ki. No importa que tan fuerte sea un
peleador, sigue siendo vulnerable a todo tipo de ataque, es al imbuir el cuerpo
con su propia energía que se logra protegerlo con un campo de fuerza
imperceptible a la vista, lo que da la impresión de que la piel del peleador o
incluso sus ropajes son impenetrables. Pero si la potencia del ataque que uno
recibe es demasiada o no se está plenamente concentrado en defender el ataque
es como si ese “escudo” se despedazara, a esta habilidad los antiguos saiyajin
la llamaban Daha (ver apéndice).
Mientras Gohan se deshacía del arruinado gi,
el supremo Kaio sama no dejaba de alabar el enorme poder del “invencible rey de
las tinieblas” y Kakarotto empezaba a mostrarse un tanto preocupado por su
hijo. Yo por otro lado me empezaba a sentir más frustrado y anticipaba que este
combate absurdo se extendería más de lo necesario. El combate reinicio con un
veloz intercambio de golpes, pero por cada uno que Gohan lazaba Dabura le
devolvía dos.
-
No Gohan, lo que estás haciendo no
está bien – critico Kakarotto el método de su hijo – Si atacas de una manera
tan inocente el oponente podrá leer totalmente tus movimientos.
-
No tiene caso que continúe –
argumente – se le ha olvidado por completo como pelear.
Dabura aterrizo en un pequeño paramo mientras
Gohan se quedó flotando en el aire. El “rey de las tinieblas” se dio la vuelta dándole
la espalda a Gohan y le hizo una seña para que atacara desde atrás. El muy
ingenuo cayo en su provocación y cuando se hubo lanzado al ataque Dabura se
volteo para escupirle a la cara; el Chico logro taparse la cara con la mano y
el guante que llevaba puesto empezó a petrificarse al instante, por mero
instinto se lo quito y lo arrojo a los pies de su oponente. Al ver que su
ataque sorpresa fallo Dabura volvió a atacar cuerpo a cuerpo y como era de
esperarse el inútil de Gohan volvió a caer en su juego.
-
Vaya Dabura es más fuerte de lo
que me imaginaba – comento Kakarotto.
-
¡Calla! – le espete - ¡no es un
oponente imposible de derrotar! Es una vergüenza, tenía más poderes cuando era
un niño pequeño – estaba cada vez más molesto e impaciente.
-
¡Ay no podemos hacer nada al
respecto! ¡este niño no se puesto a estrenar, ni siquiera un día! – reconoció
Kakarotto con decepción.
-
¡Grrrr! ¡Me desespera! – me estaba
hartando ya de esta pérdida de tiempo.
Dabura parecía distraído, repentinamente Gohan
comenzó a acertar más y más golpes, tanto que forzó al diablo rosado a aparecer
como por arte de magia una espada. Con un par de mandobles demostró que no solo
era una espada con bastante filo, sino que en sus manos podría causarle un daño
considerable a Gohan. Ante esto el mocoso comenzó a pelear a la defensiva,
olvidándose por completo del ataque y enfocándose en esquivar los feroces
blandes de Dabura. Hasta que en un giro de la suerte Gohan logro atrapar la
hoja con las manos y forcejeo con Dabura hasta que logro romperla.
-
¡Argh! ¡Voy a acabar con ese
sujeto ahora! – declare con cólera.
-
¡No Vegeta! - repuso Kakarotto – Eso no sería justo, es
el turno de Gohan.
-
¡A mí no me importa que reglas
hayan puesto ustedes! ¡Quiero acabar con esto de una vez por todas para después
pelear contigo Kakarotto! ¡esa es la razón por la que fui a ese estúpido torneo
de las artes marciales! ¡No soporto que jueguen como niñas! ¡QUIERO ACABAR CON
ESTO DE UNA VEZ POR TODAS!
Estaba tan iracundo que no note que nuestro
entorno volvía a cambiar.
-
¿Eh? ¿Qué paso? – volví a la
realidad cuando el cielo rosado desapareció y la gravedad volvió a cambiar.
-
Nos regresaron a la nave – respondió
Kakarotto igualmente confundido.
-
¡Oye! ¿Adónde crees que vas?
¿Crees que puedes escapar? – pregunto Gohan con indignación.
-
…
- Aprovechando la confusión Dabura se había escabullido a la compuerta por
la que entro y se detuvo para girarse a mirarnos - ¿Escapar? No, te equivocas –
refuto sonriendo con satisfacción – no hay necesidad de que yo pelee con
ustedes… Acabo de encontrar al Guerrero más indicado ¡Ja ja ja!
La compuerta se cerró ahogando risa tras ella.
Kakarotto y el supremo Kaiou permanecieron expectantes en silencio mientras
Gohan aún seguía transformado en super saiyajin esperando a que su oponente
volviera, pero tras un par de minutos se relajó y volvió a la normalidad.
-
¿Me pregunto que estarán planeando
esos sujetos? – Inquirió Gohan.
-
¡Lo mismo te pregunto yo a ti
TONTO! – reñí llamando su atención, me acerque a él sin quitarle la vista de
encima – No puedo creer que con un oponente como ese tuvieras tantos problemas,
ya que eres un guerrero por lo menos haz que tu enemigo sienta algo de
desesperación – el empuje con una mano haciéndole trastabillar unos pasos hacia
atrás -¡eres demasiado flexible con la gente! ¡Te la pasas haciendo el ridículo
peleando por la justicia! ¡eres algo degradante! – Gohan retrocedió un par de
pasos más viéndose intimidado - ¡En una pelea lo que importa es la fuerza, los
fuertes viven los débiles mueren, lo más importante es el poder! ¡entiéndelo! –
Los ojos de Gohan empezaban a mostrar descontento con mis palabras - ¡Eres un
insecto! ¿Ya olvidaste como quedaron Piccoro y Krillin? ¿Por qué crees que ocurrió
eso? – La expresión de Gohan cambio de enojo
a sorpresa y luego paso a desilusión al darse cuenta de que había
desperdiciado la oportunidad de devolver a su amigo y a su maestro a la
normalidad.
-
No seas injusto, ya perdónalo
Vegeta – pidió Kakarotto – Además él tuvo el mejor encuentro durante la pelea.
-
Te lo dije y te lo repetiré –
declare con firmeza apuntado con un dedo a esa sabandija de Kakarotto – Quiero acabar
con esto lo más rápido posible para ajustar cuentas contigo de una vez por
todas – extendí mi mano para generar una esfera de energía y la encare al suelo de la nave - ¡Ya no puedo
esperar más, no me interesa si ese Babidi o Majin Boo se despiertan! Voy a
hacer arder esta nave ahora mismo.
-
¡No señor Vegeta! –Clamo el
supremo Kaiou sama – Si usted ataca directamente a la nave Majin Boo podría
despertar de su largo sueño.
-
¡Cállate!
-
Usted no lo entiende si Majin Boo
despierta acabara con la raza humana, no todo ser vivo será exterminado en un
santiamén, este planeta se convertiría en un mundo muerto.
-
… - Ya estaba hasta la coronilla
de ese enano de pelos blancos, cambie mi objetivo y apunte mi mano directo a su
cara – a mí no me importan este planeta o la raza humana ¡Que se vayan al
infierno!
-
¡Usted es un ser odioso! – Profirió
el insignificante remedo de dios con los ojos llenos de miedo e ira, Kakarotto
se tele transporto justo entre nosotros y sujeto mi brazo para apartarlo, en
respuesta, deje que mi energía se disipara.
-
Debes mantener la cama – advirtió
Kakarotto.
-
¡Suéltame Kakarotto!
Nos miramos a los ojos fijamente por unos
segundos, podría haberle golpeado la cara para provocarlo, pero sabía que él se
limitaría a detenerme. Finalmente jale mi brazo y me gire dándoles la espalda;
Kakarotto y el supremo Kaiou sama empezaron a discutir del porqué de la
decisión de Dabura por abandonar el combate y sus enigmáticas palabras.
-
“Acabo de encontrar al Guerrero más indicado” – Cito Kakarotto.
-
…
-
…
-
… - Por un momento todos
permanecieron en silencio.
-
¡Ah! ¡No puede ser! – exclamo con
pánico El supremo Kaiou.
Pero antes de poder entenderlo, sentí como si
algo se clavara en mi cabeza, una intangible mano que trataba de alcanza lo más
profundo de mi conciencia, desenmarañando mis recuerdos y viendo cada una de
mis memorias.
-
Vegeta – Dijo una repugnante voz
en mi cabeza – voy a apoderarme de tu corazón, hare que la maldad que tienes crezca
y así te convertiré en mi títere.
-
¡No digas estupideces el príncipe de los saiyajin no es la marioneta de
nadie! – pensé con todas mis fuerzas.
-
No puedes evitarlo, pero… puedo
hacer que valga la pena que pelees para mi…
-
¿…?
-
Veo que aún hay poder dentro de ti
que duerme… hare que superes tu limite y acabaras con esos granujas por mí.
No estaba al tanto de lo que pasaba a mí
alrededor, podía escuchar las voces de Gohan, Kakarotto y el Supremo Kaiou,
pero no podía distinguir lo que decían, solo podía sentir que la cabeza se me partía
en dos y que mi poder se elevaba sin control.
-
Ríndete a mi Vegeta – continuo la
voz – ríndete y podrás realizar aquello que tu corazón maligno realmente desea.
Los recuerdos de las matanzas y la destrucción
de mi vida pasada emergían en mi imaginación mientras mis recuerdos de la
estancia en la tierra se hundían en la oscuridad del olvido.
-
Señor Vegeta no preste atención a
nada, en este momento solo debe poner su mente en blanco – dijo el supremo
Kaiou, sus palabras sonaban distantes, pero pude distinguirlas.
-
¡Cierra la boca! ¡Como si eso
fuera posible! – respondí más por inercia que por otra cosa, mi mente estaba
absorta en la voz que ahora empezaba a reconocer como la de Babidi.
-
Deja de luchar Vegeta, sabes que
nada de esto te importa solo deseas ser el más poderoso, pero no podrás porque
tienes miedo de tu propia maldad – continuo diciendo Babidi.
-
… Solo dime una cosa… - finalmente
dije
-
¿Ah?
-
¿Poder elegir contra quien pelear?
-
¡Ji ji ji! Con uno o con cientos,
tu elije je je je.
Deje de resistirme y me deje sumir en la
oscuridad en ese momento pude sentir como el poder que había estado fuera de mi
alcance por 7 años estaba por fin en mi manos, el poder que supera al súper
saiyajin ordinario. Mi poder crecía segundo a segundo, no era completamente consiente
de lo que ocurría a mi alrededor pero podía sentir como mi energía irradiaba
alcanzando todo, como la tierra se estremecía ante mi fuerza e incluso el
estupor en mis compañeros.
Por fin, tras lo que parecieron horas en mi
cabeza y no habían sido más que minutos para los demás, todo se detuvo. Mi visión
estuvo borrosa por un momento y luego se aclaró al igual que mis oídos,
empezaba nuevamente a escuchar las voces de los demás, pero no me importaba lo
que decían. Mi corazón latía con tanta fuerza que lo sentía retumbar en cada
una de mis arterias.
-
Ju ju ju – estaba en el suelo, ni
siquiera me di cuenta de cuando caí de rodillas, pero no importaba, me sentía
muy bien – ja j aja.
-
Vegeta – llamo Kakarotto.
-
¿Qué te sucede Vegeta? – pregunto
Gohan.
-
¡Oh no! Seguramente a Babidi se le
ocurrió ponerlo en contra nuestra – advirtió el supremo Kaiou sama.
Centre mi vista en Kakarotto.
-
Excelente, ahora es mi esclavo –
seguía escuchando la voz de Babidi en mi cabeza – Los mandare al lugar más
adecuado para que peleen.
La nave se desvaneció y en segundos estábamos
al aire libre. La plataforma de combate del torneo de las artes marciales,
sobre la plataforma estaban además el réferi y ese mequetrefe de Mr. Satán y en
las gradas el público que se preguntaba por nuestra repentina aparición.
-
Ah señores llegan demasiado tarde
– Dijo de repente el réferi - ¿se puede saber dónde se habían metido? Me tenían
muy preocupado – avanzo encaminadose a Kakarotto y me hizo reaccionar por
instinto, como un lobo al que le quieren arrebatar su presa.
-
¡Cuidado! – Grito Kakarotto, pero
ya había expulsado mi ki violentamente, mandado a volar al debilucho ese y de
paso a esa sabandija de Mr. Satan, lo cual fue bastante divertido.
-
Vegeta – dijo Babidi en mi cabeza
– quiero que les robes la energía a todos, no te preocupes puedes matarlos si
quieres.
-
¡Callate ya! – impere - ¡Yo solo
quiero pelear con Kakarotto, no me interesan las demás sabandijas!
-
Vegeta, acaso… - infirió Kakarotto
con tono disgustado.
-
¿Pero qué demonios le pasa a este
granuja? Parece que aún no tengo el completo control de su mente, aunque… en
realidad no me interesa – protesto Babidi.
Me encare con Kakarotto y le señale con un
dedo, su cara mostraba confusión, así que decidí aclararle las cosas, extendí
la palma de mi mano y concentre mi ki.
-
¡No Vegeta!
Le lance mi Big Bang Attack el cual con tuvo durante
gloriosos segundos mientras era empujado por la fuerza de mi ataque tratando de
detenerlo, pero el resultado era inevitable. Sin poderlo resistir más tuvo que
quitarse del camino, y mi poder impacto en una de las gradas demoliéndola,
atravesándola y arrasando en línea recta con todo lo que se topó por kilómetros
hasta que finalmente estallo en el horizonte. Los gritos de la gente, el olor a
carne quemada y el sentir como sus miserables vidas eran cegadas de tajo me trajo
gran placer, como aquel que había sentido en antaño en mis años como soldado de
Freezer.
Kakarotto miro con
horror la destrucción y luego me miro con furia.
-
¡Vegeta!
-
Ju ju ju.
-
Muchachos
–Mr. Satan se había acercado y estaba parloteando algo, pero no le preste
atención.
-
¡Oye! ¿Qué
es lo que harás Kakarotto?
-
…
-
¿Acaso
quieres que se sigan acumulando las montañas de cadáveres?
-
Vegeta…
¡no me digas que…!
-
Ja ja ja
ja.
-
¿Te
dejaste manipular por la magia de Babidi a propósito? – pregunto con seriedad.
-
¡No puede
ser! – Negó con incredulidad Gohan.
-
Je je je.
-
¡Responde
Vegeta! – Exigió Kakarotto.
Alce una mano y la
apunte a las gradas que estaban a mi derecha – aquí está tu respuesta – pensé al tiempo que dispare nuevamente
contra el público, para luego sonreírle con sadismo a Kakarotto, este me miro
tratando de contener su furia -eso es, enfurécete
mas – Parecía ya estar a punto de estallar.
-
Detente
Vegeta esto no es correcto – Intervino Gohan.
-
¡A un
lado! – le derribe simplemente con proyectar mi ki, no iba a desperdiciar mi
energía en ese inútil - ¡No quiero insectos! Esta pelea es entre Kakarotto y
yo.
-
Dime
Vegeta… de verdad ¿es esto lo que quieres?
-
Je je je –
Por toda respuesta solo le sonríe con ansias.
Kakarotto se transformó
en súper saiyajin respondiendo a mi petición.
-
Por favor
no pelee señor Goku – imploro el supremo Kaiou sama – Si ustedes pelean en este
lugar la ambición de Babidi finalmente se hará realidad, absorberá toda la
energía de este lugar para que Majin Boo despierte de su sueño.
-
Vegeta – dijo
Kakarotto ignorando al dios - ¿para tener esta oportunidad de pelear conmigo,
te dejaste controlar por Babidi? ¿Por qué estabas cansado de aquel juego? ¿o me
equivoco?
-
Ju ju ju
si no hubiera hecho esto estoy seguro de que no podría pelear contigo, porque
solo puedes estar un dia en la tierra y estos insectos interfirieron en
nuestros asuntos.
-
¿Solamente
por eso? – pregunto el supremo Kaiou con indignación – Solo por algo tan
insignificante - ¿por esa gran tontería acepto hacer esto?
-
¡Grrrh!
¿Esa Tontería? ¡¿Crees que esto es una gran tontería?!
Expulse mi ki y al
instante las pocas hagallas de ese enano desaparecieron.
-
¡Esta
batalla significa todo para mí! – declare - ¡no me interesa el tal Majin Boo! –
estaba sacando todo aquello que había estado guardando durante todos esos años
y lo lance todo contra Kakarotto volviendo a señalarle – ¡Ese miserable! ¡ESE
MISERABLE! ¡Supero mis poderes! ¡a pesar de pertenecer a la misma raza supero
mis grandes habilidades! ¡YO SOY EL PRINCIPE SAIYAJIN! ¡Pero ese maldito se atrevió
a superarme! ¡y se merece lo peor!
-
…
Kakarotto y los demás solo permanecía en silencio mientras vociferaba en su
contra.
-
¡Arhg!
¡Hubo ocasiones en las que ese gusano se atrevió a salvarme la vida! ¡Jamás se
lo perdonare! ¡JAMAS!
-
¡BABIDI! –
Clamo Kakarotto mirando al cielo – ¡Transpórtanos a un lugar donde no haya
nadie he decidido pelear con Vegeta!
-
Ja ja ja
ja – por fin, lo que estaba esperando con tantas ansias.
-
¡Un
momento! – interrumpió el supremo Kaiou sama – si de verdad desean tener un
combate… primero tendrás que luchar conmigo – dijo de frente a Kakarotto y atravesándose
entre nosotros.
Estaba a punto de
atacarle por la espalda y desaparecerlo, pero para mí sorpresa, el mismo
Kakarotto fue quien alzo su mano contra el - ¡¿Pero qué haces?! – pregunto su
hijo pasmado. No podía ver la cara de ese enano de orejas puntiagudas, pero
apuesto que su mueca fue de espanto cuando Kakarotto comenzó a acumular energía
en la palma de su mano. El diminuto dios bajo la cabeza así como sus
brazos - Ya entendí… hagan lo que
ustedes gusten – dijo con tono mordaz y se apartó como un perro apaleado.
-
Discúlpame
supremo Kaiou sama – Le dijo Kakarotto relajándose mientras veía como se
alejaba, luego volvió sus ojos a mí.
-
Ja ja ja
ja – a mí no me engañaba, en el fondo él deseaba esto tanto como yo
En un abrir y cerrar
de ojos el recinto de torneo desapareció y en su lugar ahora está un yermo
desolado, solo rocas y tierra, no siquiera un poco de vegetación, una tierra
muerta y estéril.
-
Supongo
que aquí ya no tendrás quejas – le dije con saña a mi rival
-
Ninguna –
contesto.
-
¡Papa no
pelees!
-
Déjalo –
objeto el supremo Kaiou sama – no hay nada que podamos hacer – se encamino a la escotilla de la
nave, la única cosa que indicaba que aun seguíamos en el juego de Babidi, me
miro y luego a Kakarotto, estaba sonriendo – Peleen hasta que puedan
tranquilizar sus corazones, nosotros destruiremos la entrada a este mundo y con
nuestros poderes y si tenemos suerte destruiremos al terrible Majin Boo… es
inevitable que la nave reciba un gran impacto, pero pensándolo bien es mejor
que ese demonio alcance su poder perfecto – acto seguido el supremo Kaiou
apunto a la escotilla con la intención de destruirla.
-
Vegeta,
acaba con ese granuja ¡Mátalo! – ordeno la voz de Babidi
-
¡AAARGGH!
– un inmenso dolor se disparó en mi cabeza
se extendió por todo mi cuerpo al tiempo que recibía la orden
-
Mata a ese
molesto granuja ¡mátalo!
-
¡UGH!- Caí
de rodillas, la cabeza me iba estallar y sentía que mis entrañas estaban en
llamas.
-
¡acaba con
él, hazlo!
-
¡EARGH! N,
no, no lo hare – alcance a articular mientras me retorcía de dolor, sentía como
algo ardía en mi frente, pero logre sobreponerme al dolor y ponerme de pie –
No, No lo hare – negué nuevamente, esta vez de manera clara y triunfante – no
me interesa lo que hagan el supremo Kaiou sama y los demás.
-
Te lo diré
una vez más – insistió esa rata – elimina al supremo Kaiou sama para que no arruine nuestros planes.
-
¡AGH! – su
asquerosa voz me estaba dando nauseas – Te lo dije, solo me interesa pelear con
Kakarotto, jamás me convertiré en uno de tus hombres, ¡soy el príncipe de los
saiyajin! Mi orgullo es grande, ¡aunque controles mi cuerpo y mi corazón!
¡NUNCA OBEDECERE LAS ORDENES QUE TU ME DES! ¡¡AAAAAAHHHHH!
Expulse todo mi poder
ya base de ira y voluntad logre callar la voz en mi cabeza
-
No puedo
creer que exista un hombre que se resista a la magia de Babidi – dijo el
supremo Kaiou sama anonadado.
-
¿Tantos
deseos tienes de saldar cuentas conmigo Vegeta?
La compuerta de la
nave se abrió por sí sola, tal como señalo el supremo Kaiou no le convenía
Babidi que la nave sufriera daños, Kakarotto le dio algunas semillas del ermitaño
a Gohan y luego de aconsejarle los dejo partir, cuando se hubieron ido,
nuevamente puso su atención en mí.
-
¿Te hice
esperar?
-
He estado
esperando Kakarotto – dije abriendo los brazos como si le diera la bienvenida –
había estado esperando este momento – me puse en guardia - ¡SIEMPRE LO ESPERE!
– estaba listo y expectante.
-
No quiero
que me causes daño para después darle esa energía a Majin Boo, quiero terminar
con esta pelea lo antes posible, así que peleemos con nuestro máximo poder.
-
Je será
muy divertido… quiero ver cuál es el resultado de tu entrenamiento mientras
estabas en el otro mundo.
-
¡AGHAAAA!
– Kakarotto expulso su ki, transformándose al siguiente nivel, había superado
al súper saiyajin ordinario.
-
Es
admirable… puedo ver que tienes aún más poder que Gohan… ¡HAAAAA! – hice lo
propio, y por primera vez mi cuerpo supero la barrera que no pudo hace siete
años, hacía mucho que tenía el potencial pero me faltaba esto, la sed de
sangre, pero ahora yo también había superado los poderes de un súper saiyajin y
lo podía ver en la expresión de Kakarotto.
-
… Parece
ser… que esta pelea no terminara tan pronto como yo esperaba.
-
¡Prepárate!
¡Porque acabare contigo Kakarotto!
Me Lance al ala
ofensiva lanzando puñetazos y patadas con tanta fuerza que al bloquearlos
Kakarotto tuvo que contrarrestar parte de ella con su propio ki, con cada
impacto destellos de luz, relámpagos de energía y truenos estallaban. Logre
asestarle un rodillazo al estómago y le remate con un mandoble en la espalda,
Kakarotto cayó al suelo en cuatro patas y le lance un punta pie a toda
velocidad, pero este lo esquivo haciendo que la tierra se resquebrajara bajo mi
bota, pero le seguí y ataque con un rodillazo que fue interceptado en el aire
con su propia rodilla.
-
¿Qué
sucede Kakarotto, no ibas a acabar rápido con esta pelea? – pregunte
sarcásticamente.
-
Eso hare –
respondió sonriendo
Si, ya estaba entrando
en calor, y la sangre saiyajin de Kakarotto estaba empezando a hervir, no
importa cuanto lo negase, Kakarotto estaba gustoso se pelear también. Nos
lanzamos golpes simultáneos a la cara y ambos bloqueamos con la mano opuesta,
quedándonos forcejeando, le lance seis rodillazos continuos y los bloqueo de
igual manera, sabiendo que no llegaríamos a nada de esa forma, lo jale hacia mí
y le di un cabezazo en la frente, rompiendo el candado y aprovechando para
aporrear su estómago con mis puños, podía sentir con cada golpe se hundía en su
carne, uno, dos, tres, detuvo mi cuarto golpe con su mano y lance el siguiente
a su cara, pero también lo detuvo; teniendo los brazos separados dejo mi
guardia abierta para recibir dos rodillazos en la barbilla, seguidos de una
patada giratoria en mi cuello que me mando a volar para estrellarme contra una
roca. Mi cuerpo permanecía incrustado en esta mientras Kakarotto se acercaba
volando.
-
Esto no ha
terminado – le susurre.
Expulse mi ki
desintegrando la tierra que me aprisionaba Kakarotto y yo nos fuimos acercando
hasta quedar flotando cara a cara. Le mire y me sonrio ligeramente y yo de
igual manera; no necesitábamos palabras, este era el verdadero idioma de
nosotros los saiyajin, un lenguaje sin mentiras, solo pura verdad comunicada
con nuestros puños.
Expulsamos más poder e
intercambiamos golpes, en un descuido de Kakarotto volví a asestarle una
combinación de golpes en el abdomen, pero esta vez libere más energía para
aumentar mi velocidad y seguí golpeándolo hasta que logre sofocarle un poco,
cuando perdió el control de su respiración le di un rodillazo al estómago
seguido de un codazo en la nuca. Haciendo acopio de fuerza Kakarotto aprovecho
el impulso de mi ataque y se giró en el aire y contraataco con cientos de
veloces golpes, forzándome a empezar a retroceder mientras los bloqueaba con
las manos, abre bloqueado casi un millar de golpes antes de que mis manos
empezaran a entumecerse, tomando ventaja de esto, Kakarotto tomo impulso y
preparo un derechazo bastante amplio, dándome la oportunidad de moverme y
colocarme detrás de él. Su golpe dio en la nada y para cuando se giró ya era
demasiado tarde, con mis manos a la altura de su torso, cree una esfera de
energía y la dispare en su contra. El estallido mando a volar a Kakarotto
contra las rocas, enterrándolo esta vez a él. Por un momento todo estuvo en
calma, pero de pronto un resplandor dentro de aquel agujero revelo a un
sonriente Kakarotto acumulando energía en su mano. Lanzo su ráfaga de energía
contra mi apenas dando me tiempo de contrarrestarla con la mia; ambos ataques
colisionaron y se quedaron estáticos entre nosotros, Kakarotto emergió volando
de la roca empujando aquella masa de energía contra mí. No era posible que
Kakarotto me venciera, así que agregue más energía con mi brazo libre y el de
igual forma. La bola de energía creció sin control alguno y estallo con luz cegadora.
La explosión me hizo
volar por los aires, por lo que pude recuperar el control fácilmente. Ahora con
un poco más de calma empecé a sentir los
golpes… se sentía bien, se sentía correcto, el sabor metálico en mi lengua me
decía que probablemente tenia más de un corte en el labio, y el ardor en mi
piel venia de los innumerables raspones que estaba acumulando.
Me percaté de que
Kakarotto estaba colgando de un risco, probablemente aun aturdido por la
explosión, tan aturdido que no se dio cuenta de que me acerque a el hasta que
lo tome del brazo, le sonreí con satisfacción y lo alce en el aire y lo mire
por un momento; también estaba lleno de pequeñas heridas y un poco de sangre le
salía de la boca y la nariz – así es como
debe ser – Pensé.
-
Ve,
¿Vegeta?
Lo jalonee y lo arroje
contra una pared de roca cercana, incrustándolo en la roca nuevamente. Aún
estaba bajo el estupor causado por la explosión, era el momento perfecto. Le
apunte con dos dedos y concentre mi energía, dispare cinco anillos de energía
aprisionando sus muñecas, tobillos y cuello. Esta era la misma técnica que probé
con Trunks y que había desarrollado especialmente para Kakarotto. Me aproxime
hasta estar frente a él.
-
¿Qué pasa?
¿creí que habías dicho que acabarías conmigo? – pregunte aun con sarcasmo.
-
¡Pues eso
estoy intentando! – le di un par de bofetadas muy ligeras, no por el dolor,
sino por la ofensa.
-
No creas
que esta es toda la humillación que recibí de ti.
Le propine un
rodillazo en las costillas y empecé a golpearlo repetidamente, era mi saco de arena personal e iba hacerlo pedazos.
-
¡Estos
ataques no son suficientes para saldar cuentas! – le grite al tiempo que le
golpeaba. Mi mente iba haciendo un recuento de todo lo que había vivido desde
la primera vez que llegue a la tierra, cada derrota, cada triunfo arrebatado,
cada humillación, retrocedí y cese mi ataque - ¿Cómo es posible que un príncipe
como yo con tanto orgullo se humillado por un guerrero como tú?
-
… -
Kakarotto estaba al borde de la inconciencia.
-
Y lo que
me entristece es queque incluso me hayas salvado la vida. ¡Mereces la muerte! –
alce mi mano con la mano extendida como una espada – comenzare con el brazo.
En ese mismo momento
Kakarotto recobro por completo el conocimiento y despedazo la roca a la que
estaba clavado haciendo estallar su ki, aun acarreaba dos enormes rocas unidas
a sus manos por los anillos de energía en sus muñecas, y los uso para golpearme
dándome dos puñetazos y tres patadas rápidas, devolviéndome la paliza que le acababa
de dar. Esta vez fui yo quien se estrelló en una roca, pero esta escondía
debajo de si una gruta diminuta. Tenía que recuperar el aliento, rápido, antes
de que Kakarotto me siguiera. Me arrastre en la oscuridad sin poder ver nada y desaparecí
mi ki tanto como pude, me escondí en una grieta en una de las paredes de la
gruta y espere. Tal y como lo esperaba, Kakarotto me siguió, al entrar de quedo
de pie bajo la luz que entraba por el agujero que había hecho al estrellarme
con la roca. Se quedó ahí por un momento, deduje que estaba tratando de sentir
mi ki; mis pulmones ya estaban volviendo a la normalidad así que ataque con una
bola de energía que Kakarotto vio venir fácilmente y desvió para que saliera
hacia al cielo por el agujero. Use esta distracción para moverme detrás de él.
-
¡Aquí
estoy Kakarotto!
Le sujete por detrás
en una llave y lo forcé a elevarse, lo dirigí hacia el techo lleno de estalactitas
de la gruta, iba a empalarlo en ellas. Pero a centímetros de tocarlas, el muy
astuto desplego su ki para repelerme y se giró para lanzarme un Kame Hame Ha le respondí con un rápido Final Flash y la gruta quedo convertida
en un cráter, dejándonos al descubierto mientras flotábamos en el aire.
Kakarotto y yo nos miramos por un momento, ambos estábamos recuperando el
aliento. Aún era demasiado pronto para que esto terminara, mi espera de siete
años aún no había sido recompensada; aun sentía mis entrañas arder de sed de
sangre. Entonces Kakarotto me sonrió, y no pude hacer más que devolverle la
sonrisa, ambos teníamos la misma idea en la cabeza… pelear.
Haciendo estallar
nuestro ki comenzamos a intercambiar golpes y patadas nuevamente, ahora
estábamos peleando con todo nuestro poder, nuestros ataques eran tan fuertes
que causaban ondas de choque que hacían añicos lo que encontraban a su paso,
las rocas y el mismo suelo se desmoronaban con cada golpe. Uno de mis ataques
hizo que nos separásemos, Kakarotto quedo apenas unos metros flotando arriba de
mí.
-
Te has
vuelto muy fuerte Kakarotto – le dije complacido.
-
¡Ja Ja!
-
Es el
resultado de tu entrenamiento en el otro mundo.
-
Tú también
debiste entrenar muy duro Vegeta, te has vuelto mucho más fuerte de lo que
esperaba.
Me moví con velocidad
explosiva y logre colocarme detrás de él; le lance a una patada a la cabeza y
la esquivo por meros milímetros y contraatacó con un codazo el cual rozo mi
mejilla forzándome a bajar al suelo para recuperar mi equilibrio, Kakarotto me
siguió con la intención de continuar su embestida pero lo recibí con una ráfaga
de energía que esquivo con un salto y un giro en el aire, tal y como esperaba;
lo intercepte a medio vuelo con un puñetazo en el rostro, estaba a punto de dar
el siguiente golpe cuando el respondió con un puntapié a mi pecho, con esto
nuevamente empezó una lluvia de golpes y patadas entre ambos, mis músculos
clamaban por una pausa para recuperar oxigeno pero no iba a parar. Por su
parte, Kakarotto parecía ya estar llegando al límite de su estamina, sus
reacciones y contra ataques se empezaban a hacer más lentos, aprovechando la
fuerza de uno de mis golpes se dejó impulsar hacia atrás al bloquearlo con
almas manos para alejarse. Pero no iba a dejarle escapar, le perseguí mientras
le disparaba bolas de energía una tras otras, esquivaba y desviaba mis ataques
mientras seguía tratando de huir, intencionalmente le lance dos ataques
especialmente concentrados, como lo anticipe prefirió desviarlos, ambos en
direcciones opuestas. Los hice estallar causando una humareda, dándome el
momento oportuno para acercarme; desconcertado, Kakarotto no pudo hacer nada en
contra del rodillazo que le propine en la boca del estómago, pero aún no había
terminado, le sujete por el cuello y lo arrastra conmigo de cabeza en dirección
al suelo.
-
¡¿Qué pasa
Kakarotto?!
A escasa distancia del
suelo le solté para que se estrellara solo, en cuanto se levantó, ya estaba
esperando para lanzarle más ráfagas de energía que esquivo sin mayor problema,
pero mi siguiente ataque logro impactarle en el torso alzando el polvo a su
alrededor con la explosión, acelerando me lance al ataque tire un golpe que
abanico el aire. Ese malnacido había desaparecido.
-
No lo
haces nada mal Vegeta – se escuchó su voz a mis espaldas, estaba de pie y
cruzado de brazos con una sonrisa en los labios llena de confianza – haces que
la pelea sea emocionante – ¡ese gusano! Había usado su tele transportación para
escapar de mi ataque en el último momento.
Me lance contra el con un puñetazo volado
intencional, sabía que un golpe así no le daría jamás, pero mientras el
esquivaba mi puño derecho, con la mano
izquierda le dispare una espera de energía al pecho. Pero nuevamente había
desaparecido, para cuando me di cuenta a había recibido su ataque desde atrás. Salí
volando y luche para recuperar el control en medio del aire, haciendo acopio de
mi energía logre detenerme, pero al momento el puño de Kakarotto estaba
enfrente de mí, no pude hacer nada. La embestida de golpes que Kakarotto me
propino me llevo hasta una roca cercana donde me estrelle destrozándola. Mis músculos
ardían como brazas por el esfuerzo, el escozor de mis heridas llenas de tierra
se iba acumulando, pero mi cerebro estaba totalmente dopado en adrenalina y aunque
sentía todo lo que mi cuerpo le indicaba a mi cerebro, este simplemente
despachaba una nueva dosis de deliciosa droga desde mis suprarrenales. El dolor
no era nada, el cansancio era insignificante; frente a mi estaba el hombre que
había cambiado el curso de mi vida, quien hundió mi cara en el lodo solo para
que tuviera que levantarme y verlo a un por encima de mí.
Kakarotto disparo dos
ráfagas de energía a la pila de rocas que me envolvían, estas se demoronaron,
el flujo de adrenalina volvió a despertarme por completo y dispare en contra de
mi enemigo. Kakarotto esquivo mi ataque y trato de huir en medio del polvo
levantado por la explosión de este al tocar tierra, pero ya estaba listo,
intercambiamos golpes a ciegas, casi por instinto.
-
Hacía
mucho que no peleaba de esta manera – declare con gran gusto.
-
Vegeta, no
me ganaras sin importar que técnicas utilices.
Apenas termino la
frase le propine un derechazo en la cara devolviéndole el favor de hace un
momento. La pelea se volvió encarnizada y el páramo en el que peleábamos nos quedó
chico muy pronto, la batalla se tornó aérea y su diámetro se extendió hasta un
lago adyacente, peleamos al ras del agua y su frescura revitalizo mis músculos.
Combatíamos a distancias lanzando y anulando los ataques de otro, era una pelea
de energía y control. Pero eso es algo en lo que siempre he sido más hábil que
Kakarotto. Aprovechando un instante en el que me posicione por encima de él,
lance uno de mis ataque con toda la energía que pude expeler, la ráfaga lo sumió
en el agua y le envolvió en una explosión que vaporizo el lago completo, pero
nuevamente Kakarotto había usado su tele transportación apareciendo frente de mí.
-
Lo
esquivaste muy bien Kakarotto.
-
Que
desperdicio de energía.
-
¡Por
favor! ¡Esto acaba de empezar!
Descendí a tierra a
toda velocidad, casi instantáneamente mis pies tocaron el suelo y Kakarotto me
siguió. Necesitaba un segundo para recuperar el aire, respiraba pesadamente
tratando de llenar las calderas que ahora eran mis pulmones con oxígeno y a
juzgar por como jadeaba Kakarotto él estaba en las mismas.
-
No puedo
creerlo – comenzó a decir entre respiraciones – pensé que había entrenado
intensamente en el otro mundo, pero me equivoque, no me imaginaba que hubiera
alguien que tuviera la misma fuerza que yo. A mí no me engañas, tú también
entrenaste todo este tiempo Vegeta.
-
¡Te
equivocas! Es cierto que tuve que entrenar más duro que tú, pero tú tienes más
talento para estas cosas, tus habilidades son muy fáciles de detectar. No
importa que realices el mismo entrenamiento que yo, la diferencia entre
nuestros poderes siempre será igual, me di cuenta mientras peleabas con ese
monstruo que mando Babidi.
-
…
-
Al ver eso
quede conmocionado Kakarotto. No podía creer que un soldado de clase tan baja
como tú superara los poderes de un príncipe tan frio y calculador como yo… fue
por eso que planee esta batalla.
-
¡….! Ahora
entiendo, por eso te dejaste controlar por Babidi.
-
Si,
recordé a los dos secuaces de Babidi, su extraño comportamiento llamo mucho mi
atención – le revele sonriendo maquiavélicamente – y también me entere de que
esos sujetos habían aumentado misteriosamente su fuerza… pensé detenidamente y
se me ocurrió que si me dejaba controlar por ese mago podría pelear contigo
Kakarotto. Me imaginaba que con esto desaparecería la diferencia de poderes…
¡el resultado fue como esperaba!
-
…
-
… ¡Pero el
método fue de lo más estúpido! – admití reconociendo como mis ansias de poder
me habían llevado a ser casi un esclavo de aquella rata.
-
Vegeta, se
supone que tú eres un guerrero muy orgulloso y solo por esto te dejaste
manipular por Babidi ¡¿Solo para volverte más fuerte?!
-
¡Ugh!
¡Gghi! – la voz se me quebraba al tratar de decir las palabras que se negaban a
salir de mi boca - yo solo… yo solo
quería ¡Regresar a como era antes! ¡HAAAAAAAAA! – expulse mis ki con la misma
violencia que mi corazón latía al exponer mi sentir - ¡Quería ser el saiyajin
cruel y despiadado al que no le importa nada! ¡Y QUERIA TENER UNA BATALLA
PERFECTA!
-
…
-
Me sentía
repugnante ¡sin darme cuenta fui formando parte de ustedes! ¡Y fui teniendo una
vida ordinaria y aburrida! ¡¿Cómo fue posible que YO un guerrero frio formara
una FAMILIA?! – alce la mirada al cielo, pero yo miraba dentro de mí, los
recuerdos de la vida de paz que ahora estaban turbios y borrosos tras una
cortina de ira luchaban por aparecer en mis pensamientos – no me parecía que
fuera algo malo, poco a poco mi corazón se fue haciendo más tranquilo, hasta la
tierra me pareció un lugar bello para vivir… - mire nuevamente a Kakarotto y la
ira volvió a apoderarse de mi - ¡Por eso deje que Babidi me regresara esa maldad
que habitaba en mi corazón!. Gracias a eso ahora me siento muy bien – dije
forzando una sonrisa.
-
¿estás
seguro de lo que estás diciendo Vegeta? – Pregunto Kakarotto quien había
escuchado en silencio mis palabras sin bajar la guardia hasta entonces.
-
¡Arg! –
expulse más ki tratando de expulsar con el los pensamientos que se
arremolinaban en mi mente, por supuesto que no estaba seguro, es por eso que
tuve que hacerlo, porque aún había duda en mi corazón, el saiyajin pacifico que
tenía una familia, que amaba a su esposa y a su hijo, que disfrutaba de beber
licor en un bar e investigar con su suegro de vez en cuando, ese yo que incluso
esperaba con ansias probar esas bombas de azúcar que llevaba a casa la madre de
Bulma, ese hombre jamás hubiera tenido esta batalla y mucho menos podría
igualar los poderes de Kakarotto.
Kakarotto elevo su ki
también, el momento de las charlas había quedado atrás, era hora de hablar con
nuestros puños otra vez. La pelea se volvió encarnizada, el impacto de nuestros
puños hacía que nuestro ki se manifestara en relámpagos, nuestras patadas
hacían que la tierra retumbara; esta era una verdadera pelea entre dos
guerreros saiyajin, los guerreros más poderosos del universo, y no era el único
que estaba disfrutando de la pelea, a cada golpe evadido, cada contraataque
bloqueado, podía ver a Kakarotto sonriéndome aprobatoriamente como diciendo “peleas muy bien Vegeta” y cada vez yo le
devolvía la sonrisa con el mismo pensamiento en mi mente “te demostrare mi poder Kakarotto”. Le lanzaba incesantes ráfagas de
energía que se veía forzado a desviar con maestría mi oponente estaba abriéndose
camino entre mis ataques hasta alcanzarme, pero antes de que pudiera hacer algo
salte hacia atrás elevándome unos metros en el aire y simultáneamente le arroje
una esfera de energía que impacto directo en él. Notando que esta vez no la
había esquivado reí con buen humor, ya me parecía rato que no se hubiera tele
transportado, de hecho ni siquiera me había estado lanzado energía desde hacía
unos minutos, definitivamente su ki no se había agotado, pero su límite para
expulsar su ki era mucho menor que el mío, siempre lo había sido, en cuestión
de ataques con energía siempre le he llevado la delantera.
Kakarotto y yo ya
estábamos jadeando, y este estaba tratando de mantener a distancia para
recuperarse, pero no iba a permitírselo.
-
¡Insecto!
– le grite lanzándome contra él.
-
¡Espera
Vegeta! – impero con un ademan de su mano pidiendo que me detuviera, esto fue
tan sorpresivo que me detuve más por instinto que nada – es un ki – dijo con
estupor es la cara mientras miraba al horizonte – apareció un ki grande y
poderoso, finalmente Majin Boo ha despertado y ese debe ser su ki.
-
¡Ha hah
hah! – habiendo perdido mi impulso anterior por la interrupción mis pulmones
trataban de compensar la falta de oxígeno jalando aire violentamente. Pero
también note el “abrumador” ki al que se refería Kakarotto, antes mi mente
estaba tan centrada en nuestra pelea que tampoco había notado los dos pequeños
ki que se aproximaban así como el ki de Gohan, quien posiblemente estaba
peleando. Una de mí se sintió complacida al saber que el demonio del que tanto
alardeaban Babidi y el supremo Kaiou sama quizás no sería tan decepcionante –
Ju ju ju ju, Ja ja ja ¡Ja ja ja! ¿es Majin Boo? Pensaban que se trataba de
sujeto extremadamente poderoso pero tiene un poder de pelea muy bajo… - Kakarotto me miraba extrañado - ¡lo suponía
desde un principio! ¡escúchame Kakarotto! Hemos superado los límites de nuestra
fuerza… es pocas palabras somos invencibles. Cuando te encontraste por primera
vez con el supremo Kaiou sama ¿alguna vez pesaste que sería inalcanzable? –
Kakarotto miro hacia el horizonte en dirección a donde se encontraba aquel ki,
parecía empezar a entender mi razonamiento - ¡fue lo contrario! ¡fue el quien
se sorprendió al ver nuestros poderes! Me refiero a que para el Majin Boo es
una criatura amenazadora, pero para nosotros no es más que un sujeto con pocos
poderes.
-
¡No! Te
equivocas, hay algo que hace diferente a este ki, es… extraño – replico.
-
¡Ya me
canse de tus tonterías! ¡ni creas que con eso te vas a escapar de la pelea!
-
¡Supongo
que tú también te habrás dado cuenta de eso Vegeta!
-
…
Estaba a punto de
contestarle cuando de pronto el ki de aquel ser estallo por un par de segundos
de una manera inimaginable.
-
Acaba de
aumentar su ki en tan solo unos instantes Vegeta – dijo Kakarotto – no se trata
de un sujeto ordinario.
-
¡HAAAAAA!
Le dispare un rayo de
energía que esquivo por muy poco. Y me lance al ataque con un par de puñetazos
que detuvo con dificultad.
-
¡Este no
es momento para seguir con esto Vegeta!
-
¡No me importa!
¡Eso no tiene nada que ver con nuestra pelea!
-
¡Ese
monstruo va a matar a todos! ¡a Bulma! ¡Y a tu hijo Trunks!
-
¡Ugh! ¡YA
CALLATE! – le lance un codazo que estoy seguro estuvo a punto de romperle la
nariz - ¡No me interesa lo que les suceda! ¡¿No le vendí mi alma a Babidi para
olvidarme de mi generosidad?! ¡No me importa nada! – mi mente estaba ofuscada,
los golpes que tiraba daban en el aire - ¡no me importa lo que pueda pasarles!
– Kakarotto atrapo en su mano mi golpe de izquierda sin esfuerzo alguno.
-
¡Estas
mintiendo!... ¡MIENTES! – al decir esto me jalo hacia así mismo y me recibí con
un recto de derecha, la combinación de ambas fuerzas en opuestas direcciones
fue tan sobre cogedora que por un solo segundo perdí la conciencia
recuperándola en cuanto mi cuerpo toco el suelo. Lo mire con la intención de
levantarme para devolverle “el favor” pero me detuve. Esta ahí mirándome
fijamente de pie, escudriñándome como si pudiera ver dentro de mí.
-
Te
equivocas, aun no le has vendido tu alma por completo al diablo Vegeta.
-
… Me
levante lentamente y me limpie con el guante el molesto hilo de sangre que me corría
por la comisura del labio, en todo momento de ese breve lapso no le desvié la
mirada. Sabía que ya no pelearía, no importaba cuanto lo provocase, ya no
seguiría peleando hasta no resolver lo que ahora ocupaba su mente – está bien…
esto se quedara pendiente, parece ser que te preocupa tanto el tal Majin Boo
que no puedes concentrarte en la pelea.
-
¡Vegeta! –
respondió animosamente al ver que había cedido.
-
Quiero que
me des una de esas semillas del ermitaño – le pedí mientras caminaba hacia el
con una mano extendía y sonriendo con tranquilidad.
-
¡Sí! –
inmediatamente desvió su atención de mi para buscar la pequeña bolsa entre los
pliegues de su ropa. – “imbécil”
pensé mientras el casi me daba la espalda – si peleamos todos juntos
seguramente le ganaremos a Majin Boo.
Estando junto a el alce
mis manos entrelazadas y apreté mis músculos juntando toda mi fuerza, lo mire
por un momento, el muy ingenuo aun después de todos estos años aún era tonto
confiado. Con un golpe de martillo golpee su nuca con todas mis fuerzas y con
un alarido su cuerpo volvió a la normalidad cayendo inconsciente al suelo.
-
Qué pena
que te dejaste llevar por mis palabras – tome la semilla del ermitaño que había
caído de la bolsa en su mano, al comerla mis heridas desaparecieron y mi
energía se repuso y gracias a mi sangre saiyajin incluso mi poder aumento un
poco más – al Majin Boo que yo desperté, yo mismo lo eliminare… y después
acabare con esta pelea – le dije al tendido cuerpo de Kakarotto – je je, si es
que aun continuas con vida – ciertamente no había medido mis fuerzas así que cavia
lo posibilidad de que me hubiese excedido.
El campo de batalla
ahora se encontraba ahora en completo silencio a excepción del viento que corría
por la llanura, me aproxime a la compuerta de la nave espacial; si la destruía
llegaría inmediatamente a donde se encontraban Majin Boo y los demás. El ki de
Gohan había desaparecido más rápido de lo que me esperaba… todo esto era mi
culpa.
-
Kakarotto…
- le llame mirando hacia atrás donde aun permanecía tendido.
Apunte mi mano hacia
la compuerta y le dispare con mi energía, esta estallo con una fuerza mayor a
la que había planeado. La nave se hizo pedazos y aparecí en otro logar envuelto
en el humo de la explosión, podía escuchar la asquerosa voz de Babidi quejándose ante alguien por la explosión de
su nave. Me eleve un poco y emergí de entre la humareda.
-
¡Ah! Pero
si eres… - dijo el niño rata.
-
Soy yo –
complete su enunciado con sarcasmo.
-
Vegeta
¿Cómo fue que llegaste aquí?
-
… - estaba
parado al lado de una extraña criatura obesa y de piel rosada, de cierta manera
me recordó a esa bola de grasa de Dodoria, más atrás el supremo kaiou se
encontraba en el suelo y apaleado, pero no había ni rastro de Gohan.
-
¡AAAAHHH!
¡¿as paso fuiste tú el granuja que destruyo mi nave?!
-
Así es – respondí
condescendiente mente – era la única manera de tomar un atajo hasta aquí.
-
¡Vegeta!
¡¿Por qué hiciste eso?! ¡no recuerdo haberte dado la orden de destruir mi nave!
– chillaba la rata.
-
Je je je.
-
¡Eres un
maldito!... – seguía quejándose pero centre mi atención en el mantecoso; era de
una estatura descomunal, incluso más alto que Piccoro.
-
¿Ese
payaso de pacotilla es Majin Boo? Ju ju – toda sonrisa y sarcasmo se borró de
mi semblante – Miserable, fuiste muy astuto al matar a Gohan.
El obeso comenzó a
preguntar con una voz chillona que significaba “payaso” y cuando Babidi se lo explico el cuerpo de Majin Boo
comenzó a hincharse grotescamente como un globo hasta que un vapor salió
disparado por unos orificios en su cabeza y brazos haciendo un ruido similar a
la de una tetera caliente. Cuando se detuvo abrió sus regordetes y
entrecerrados haciendo una mueca de ira.
-
Je je je
pero que sujeto tan gracioso – comente.
-
¡Eres un
tonto! ¡Te voy a matar! ¡TE VOY A MATAR! – profirió a gritos y al mismo tiempo
elevo su ki, era casi tanto como el de un súper saiyajin.
-
… - A
pesar de que era Majin Boo a quien tenía frente a mí, al único que Veía era a
Kakarotto; podía verlo aun presto a la batalla y recordaba una y otra vez como
siempre está un paso delante de mí, incluso intentando salvarme la vida y lo
peor siempre terminaba sonriendo, siempre me pareció un sujeto odioso, nunca me
agrado “Solo sigue durmiendo, cuando
despiertes todo esto habrá terminado… ya lo veras yo seré quien resuelva este
problema… y creo que será mejor que yo ya no este aquí” pensé - ¡No pienso
morir solo! – Declare mientras elevaba mi ki - ¡Ustedes tendrán que venir
conmigo al infierno!
Expulse mi ki con
violencia hasta alcanzar nuevamente el poder que supera al súper saiyajin
ordinario, trozos de roca se desprendieron del suelo comandados por mi voluntad
y los lance contra aquella mole haciendo que se apilaran sobre él, a los pocos
segundos este las desintegro expulsando su propio poder, pero no importaba,
esto era una mera distracción, mientras esta distraído me lance contra el con
un rodillazo que dio de lleno en su inflamada mejilla, la fuerza de mi golpe
hubiera bastado para arrancarle la cabeza a Nappa, pero no a este ser, seguí a
atacando con golpes y patadas dirigidas a diversos puntos de su cuerpo, mis
ataques hubieran hecho polvo los huesos de Freezer, mis ráfagas de golpes
abrían abrumado la resistencia de los androides 17 y 18 y mis más fieras
combinaciones habrían apaleado a Cell dejándolo tirado en el suelo. Pero todo
lo que causaba en este tipo era que su gelatinoso cuerpo se abollara para tras
tan solo unos segundos ver como regresaba a la anormalidad. Cada uno de mis
ataques perdían su efectividad al impactar, era como golpear un globo lleno de
agua, uno muy resistente, solo se deformaba ante la fuerza que le aplicaba y volvía
a su forma original.
Estaba barriendo el
suelo con Majin Boo sin darle tregua alguna, cada vez que mis golpes se hundían
en la masa de su cuerpo asestaba uno más ahondando más el anterior, era mi
costal de arena personal y tenía mucha energía que gastar después de haber
comido esa semilla del ermitaño. Tras un gancho a su redondeada barbilla salió
volando por los aires y le di persecución para interceptarlo y mandarlo de
vuelta al suelo con mi golpe de martillo. Majin Boo se estrelló en la tierra
resquebrajándola y hundiéndose en la zanja que había creado su cuerpo con el impacto.
Por unos segundos tras volver yo mismo a tocar tierra, todo salvo Babidi quien
se lamentaba amargamente no dando crédito a sus ojos había quedado en calma.
Sin embargo Majin Boo emergió de un salto dando maromas en el aire, al
aterrizar su cuerpo seguía mostrando los rastros dejados por mis golpes, sin
embargo con poco esfuerzo las abolladuras botaron y volvió a ser el gordito
sonriente de siempre.
-
¡Majin
Boo! ¡Mátalo ¡Acaba con Vegeta! – le ordeno Babidi a gritos desde lejos.
La criatura se aproximó
a mí dando saltitos a cada paso, como si esto fuera un juego. No me quedaba
duda era invulnerable a los ataques físicos, podría haberle lanzado golpes todo
el día y no habría conseguido nada. Pero… le apunte con dos dedos en mi mano
derecha y acumule mi energía, debía concentrarla, moldearla, tenía que ser
densa y enfocarme en su poder de penetración, no en su fuerza destructiva.
Cuando estuvo a unos metros de mi dispare una esfera de energía del tamaño de un
neumático grande y este salió como bólido contra su presa, atravesando
limpiamente al gordinflón con tanta fuerza que lo levanto del suelo y dio
volteretas en el aire antes de caer boca abajo. Babidi estaba horrorizado y yo
me sentía satisfecho. Pero me duro poco la sensación al ver como nuevamente se levantaba la bola de
grasa, tenía un enorme boquete en el espacio entre su pecho y su abultado
vientre el cual se selló como por arte de magia sin dejar marca alguna o
indicio de lo sucedido antes.
-
Majin Boo
¿acaso eres inmortal? – le pregunte con genuina curiosidad.
Sin responderme cruzo
los brazos enfrente de sí mismo y comenzó a susurrar algo inaudible mientras
acumulaba su ki: una energía de color rosado comenzó a emanar de él y pronto
comenzó a radiar a la redonda, 50 metros 200 metros kilómetros la energía de
este monstruo de espacia hasta donde alcanzaba la vista y no la había expulsado
aun. De pronto y con un alarido libero toda la energía acumulada causando una
enorme explosión. Me cubrí y concentre toda mi energía en repeler el ataque. La
explosión en si solo abarco un radio de unos cientos de metros, pero la tierra
alcanzada se había desintragrando por completo y yo me había visto empujado
fuera del área del estallido. Había caído de rodillas para cuando el estruendo
se había acallado; podía sentir mi sangre corriendo por varias partes de mi
piel, a pesar de haber resistido aun así había recibido un enorme daño.
-
Maldición
no solo es muy poderoso sino que además es inmortal, así nunca acabaremos con
esta pelea – de dije a mi mismo.
Babidi se acercó
flotando envuelta en una esfera de energía traslucida, posiblemente una
barrera. Se puso al lado de Majin Boo y se mofo de mi condición. Con un poco de
esfuerzo logre ponerme en pie, había perdido un poco de sangre pero nada de que
preocuparse pero mi mente ahora solo tenía un pensamiento en mente, como acabar
con ese monstruo inmortal.
Majin Boo volvió a
acercarse dando saltos con tranquilidad y se detuvo a unos metros de mí.
-
Este será
tu fin, este será tu fin, este será tu fin, este será tu fin – comenzó a
repetir incesantemente mientras me hacia una seña de “adiós” con una mano.
Luego, con ambas manos
sujeto su enorme barriga y jalo de ella hasta que la arranco como si fuera goma
de mascar y tal cual la estiro convirtiendo aquella masa en una tira voluminosa
de masa rosada.
-
Pero que
sujeto tan desagradable – le dije - ¿qué es lo que tienes pensado hacer con esa
cosa?
Pero por toda
respuesta solo escupió de repente un bola de energía rosada que esquive justo
antes de que me alcanzara, a esta le siguieron más, una tras otra las iba sorteando,
pero podía darme cuenta de que eran de cuidado.
-
Esta clase
de ataques puedo esquivarlos hasta con los ojos cerrados ¡bola de cebo!
Respondiendo a mi
insulto esta vez lanzo una gran ráfaga de energía de su boca, muy parecida a la
usada por Nappa, pero la fuerza de esta no tenía comparación. La esquive
elevándome en el aire pero para mí sorpresa esto era lo que había planeado
Majin Boo, me había arrojado el trozo que se había arrancado y este cobro vida
propia envolviéndome en un capullo, dejando expuestos mis pies y mi cabeza; caí
varios metros hacia al suelo pesadamente como una roca, golpeando mi lado
derecho con la tierra, el impacto hizo que me sofocase levemente. Inmovilizad
como estaba, solo podía escuchar las pisadas de Majin Boo acercándose a mis
espaldas. Cuando estuvo junto a mi dio un salto sobre como si fuera un charco y
pude verle nuevamente. Su cara estaba llena de sadismo. Torpemente tiro una
patada a mi estómago, terminando a si de sacarme el aire; la patada fu de tal
fuerza que el bulto en el que se había convertido mi cuerpo salió volando,
cuando me detuve de nuevo quede con el cielo frente a mis ojos luchando por
recuperar el aire, empezaba a notar el sabor herrumbroso en mi boca,
seguramente tenía una hemorragia interna. Pero entonces el cielo se oscureció
de repente y la enorme mole de aquel monstro estaba encima mío y cayendo hacia
a mí. Su descomunal peso me aplasto con violencia y el color en mi tórax me
aseguro que al menos un par de costillas se habían roto; me vi tosiendo sangre
para no ahogarme con ella, sin haberme podido recuperar aun, comenzó a aporrearme
con sus enormes y rechonchos puños repetidamente, tras los primeros golpes ya
podía sentir mi cara en calor y como comenzaba a hincharse. Ya estaba al borde
de la inconciencia cuando sentí que se me quito de encima, trate de aspirar un
poco de aire y solo me provoque aún más dolor. De nuevo y sin darme más que un
breve descanso empezó a torturarme esta vez pisoteándome, ahora todo el aire
que me quedaba solo me permitía dar ligeros quejidos de dolor. De pronto se
detuvo y sentí como la presión que envolvía mi cuerpo desaparecía lentamente, ¿acaso
había muerto yo? ¿Era la sensación de alivio causada por mi alma dejando ese
cuerpo maltrecho lo que estaba sintiendo?
Empecé a dejarme
llevar por la fatiga y perdí el sentido por unos momentos, recuerdo haber
escuchado voces, agudas voces gritando, una de ellas me llamaba por un nombre
familiar y podía sentir como me sacudía mientras lo hacía.
-
¡El
príncipe de los saiyajin no puede perder ante ese demonio! – dijo una de las
voces agudas despertándome, abrí mis ojos con esfuerzo y distinguí a dos
figuras diminutas frente a mí, al aclararse más mi vista pude darme cuenta de
que mi hijo me miraba con lágrimas en los ojos.
-
T, Tru,
Trunks… - musite y al instante me di cuenta de que también Goten estaba ahí,
ambos transformados en súper saiyajin. Me incorpore para sentarme y sentí como Trunks
me ayudaba empujándome desde la espalda. Me frote las sienes tratando de
aclarar mi cabeza y aparte a Trunks de mi lado con el brazo y voltee en
dirección opuesta buscando a Majin Boo - ¡¿Dónde está ese infeliz?! – clame.
Mientras me levantaba
me percaté de que Piccoro estaba volando encima de nosotros y Babidi estaba
frente a él, eso quería decir que alguien había vencido a Dabura. De repente
con un golpe de espada Piccoro destrozo a Babidi y sus restos cayeron al suelo
como basura. Un estruendo lejano y el ki de Majin Boo me advirtieron que pronto
estaría aquí otra vez, no tenía mucho tiempo.
-
Trunks…
Cuida a Bulma que es tu madre – le dije a mi hijo sin voltear a mirarle
mientras mantenía la vista fija en el Namekuseijin.
-
¿Ah? –
Trunks no pareció entender lo que le decía, estaba bien, ya tendría tiempo para
comprenderlo.
-
… - ya me
había dado cuenta de que por métodos ordinarios no podría acabar con ese
monstruo.
-
¿A qué te
refieres con eso papa? ¿Por qué tengo que cuidar de mi mama?
-
Sera mejor
que vayan a refugiarse a un lugar que este lejos de aquí – les dije a los niños
consiente de que Piccoro posiblemente también me escucharía – me encargare
personalmente de eliminar a Majin Boo.
-
…
-
Pe, pero
señor – empezó a replicar Goten.
-
Eso no ¡no
quiero! – le interrumpió Trunks - ¡nosotros también pelearemos! ¡si tu peleas
solo poadria matarte! ¡Si los tres peleamos ya verás que lo lograremos! ¿verdad
que si? – le pregunto a su amigo.
-
¡Sí! – le respondió
este.
-
¡Nosotros
somos muy fuertes!
-
No… - contraríe
– No importa con cuantos pelee, lo que importa son las técnicas de pelea.
-
¡No
tendremos ningún problema si los tres peleamos juntos! – agrego Goten.
-
Papa, no
seas pesimista, ¡aún podemos lograrlo! – argumento mi hijo.
-
¡Así es!
¡usted no tiene por qué hacerlo solo!
No iban a irse, no por
su voluntad propia. De cierta manera me llenaba de alegría que su sangre de
saiyajin los llamaba a pelear, pero no tenía caso arriesgarlos. Era hora de
despedirse; pero no quería que mi hijo viera como su padre desaparecía de su
vida como lo tuvo que vivir Gohan, no de esta manera. No entendía porque, pero
la sed de sangre que inundaba mi cabeza apenas hace un rato había dado paso a
una calma y aceptación absoluta, una total y completa resignación.
-
Trunks… a
pesar de ser mi hijo jamás tuve la sutileza de abrazarte ni siquiera cuando
eras un bebe… - por fin encare a mi hijo y extendí una mano indicándole que se
acercara - … déjame abrazarte …
-
… - con
duda, el pequeño retrocedió un paso, y no lo culpo era la primera vez que su
padre le decía algo así – pero papa – le facilite las cosas avanzando yo mismo
y rodee su cabeza con mi brazo para acercarlo a mí - ¿Qué te sucede papa? ¿Por
qué haces esto? ¿me da mucha pena? – se cuestionaba mientras sonreía desviando
la vista apenado.
-
… - se
sentía muy pequeño, aun más pequeño de lo que se veía, y a pesar de que sabía
de su gran poder, lo sentía frágil. Todo estaba tan cayado y tranquilo que
podía sentir su pequeño corazón latiendo con emoción y nerviosismo y por un
momento quise no soltarlo nunca. Mire de reojo a Goten, nos miraba callado y
pude ver en su rostro cierta envidia, y me imaginaba que era porque el mismo
realmente no había conocido a su padre. Mire nuevamente a mi hijo quien había
empezado a ruborizarse pero sin dejar de sonreír – Cuídate mucho… hijo . le
dije dedicándole una última sonrisa.
-
¿uh? – me
miro a los ojos completamente extrañado, antes de que pudiera darse cuenta de
lo que ocurriría le noquee golpeando su nuca y su cabello rubio cambio a lila
mientras caía al suelo inconsciente.
-
¡Trunks!
¡¿Te dolió mucho?! – Goten corrió a su lado al verlo caer - ¡¿Por qué hizo
eso?! – me reclamo – mire a Piccoro que flotaba sobre nosotros mientras Goten
seguía gritándome, sabía que entendía lo que iba a suceder a continuación.
Goten se me echo encima golpeando mi estómago - ¡¿Porque?! ¡¿Por qué le pego a
Trunks?! ¡Eso fue muy cruel! ¡¿Cómo fue capaz de lastimarlo?! ¡¿Por qué lo
hizo?! ¡¿PORQUE?! – Lo mire mientras me gritaba, era idéntico a su padre, no
sentí la necesidad de ser tan cuidadoso con él.
Me arrodille para
queda a su nivel y le di un golpe en la boda del estómago, cayo de rodillas
mientras volvía a la normalidad, su cara era igual a la de su padre justo antes
de desvanecerse. Piccoro descendió y avanzo hacia a mí en silencio, ambos nos
miramos sin cruzar palabra hasta que el decidió romper el silencio, pero se vio
interrumpido por el tarareo de Majin Boo que se acercaba caminando alegremente.
-
Llévate a
los niños lo más lejos que puedas, la no pierdas el tiempo Piccoro.
-
Si –
Piccoro se encamino para recoger a los niños y yo me avance hacia mi enemigo,
pero me detuve.
-
¡Por favor…
cuídalo! – le implore encomendándole a mi hijo.
-
Vegeta…
¿Vas a morir? – pregunto.
-
…
-
…
-
… - morir,
ahora esa palabra tenia tanto peso – solamente quiero que me digas algo, si yo
muero… ¿poder ver a Kakarotto en el otro mundo?
-
No tiene
caso decirte mentiras que te consuelen, así que te diré la verdad… - dijo el
que alguna vez fue el dios de la tierra - … eso será imposible – su respuesta fue
una puñalada, pero no fue del todo una sorpresa – mataste a demasiada gente sin
compasión, tu cuerpo se eliminara, y tu alma será llevada algún lugar, donde no
estará Goku… tu alma olvidara todos sus recuerdos y después de eso será usada
para otro ser vivo.
-
Humm… ya
veo… es una pena – dije fingiendo poco interés – eso era todo, te puedes ir –
Majin Boo ya estaba a solo unos metros de nosotros – Y date prisa.
-
Adiós.
Piccoro se alejó
volando llevándose consigo a los niños.
-
Oye, no
permitiré que escapes – dijo el gordo apuntándoles con la mano con la intención
de atacarles.
-
¡Aguarda
Majin Boo! – le detuve – podrás alcanzarlo después de haberme derrotado ¿te
quedo claro? – ahora solo tenía que provocarle para que se olvidara de ellos -
¡Estas deforme! ¡pareces un globo mal inflado!
-
¡Angh! –
volvió a soltar vapor de la cabeza debido al enojo - ¡otra vez estas insultándome!
Pero eres un hombre sin fuerza.
-
Je je je.
-
¡Insolente!
– siguió silbando la tetera - ¡Por eso te odio! ¡Murete ya no te soporto!
-
Ja ja ja –
aun al borde de la muerte este sujeto me causaba gracia con sus rabietas.
-
¡AHORA SI
ESTOY MUY ENFADADO CONTIGO!
-
He
descubierto la manera de eliminarte… te la mostrare – dije con confianza
Expulse mi ki
alcanzando una vez más el poder que supera el de un super saiyajin ordinario y continúe
acumulando mi energía.
-
Acéptalo,
eres un debilucho, te convertiré en un chocolate, no, en una galleta de queso
para poderte comer.
-
Je je, ¡La
forma de derrotarte, es convirtiéndote en polvo, para que no puedas
reconstruirte jamás!
El ki es una energía
muy poderosa si se sabe cómo manipularla, prácticamente ilimitada dependiendo
de la persona, pero sin importar que, hay un límite en la cantidad que uno
puede expulsar a la vez, si se excede ese límite, las células del cuerpo se
empiezan a destruir al ser incapaces de contener la energía, pero sin duda el
poder destructivo que se puede concentrar al hacer esto supera a cualquier otra
técnica que la persona pueda realizar. Este era el método que se me ocurrió
para destruir a mi enemigo. Mi cuerpo desprendía su energía de una manera tan
luminosa que todo lo demás se había oscurecido, ya había expulsado mi energía,
ahora solo tenía que hacerla estallar concentrándola en una sola área para no
destruir el planeta entero.
Mire al horizonte y
dedique un último pensamiento para despedirme de Bulma y Trunks y luego mire en
dirección a donde había dejado a Kakarotto y me despedí de el también.
-
¡UNGH!
¡HAAAAAAAAAAA! – hice que mi energía estallara haciéndola girar con mi
voluntad, controlando la explosión a la forma de una esfera que abarcara el
lugar donde nos encontrábamos. El dolor invadió mi cuerpo mientras cada partícula
de mi ser cedía su vida a la explosión hasta que perdí la sensibilidad.
Mi olfato, tacto,
gusto, oído, no había nada, solo la luz de mi energía en la cual me estaba
fundiendo, pero entonces, por un instante hubo algo más, alguien… apenas puede
reconocerle pero se acercó a mí con los brazos abiertos y me rendí en ellos sin
creer lo que veía… era Rabba…
Me ha tomado mucho
poder recordad todo lo que ocurrió, pero me alegra haber captado cada detalle.
Ahora creo que me tomare un descanso para ir a pasar tiempo con Bulma y mis
hijos.
8 comentarios:
Muy bueno, estas entradas son las que vale la pena leer, ojalá podamos ver mas como esta en no mucho tiempo. Saludos
¡Qué bueno que regresaste! Es una maravilla poder leer los escritos y mirar las aventuras de Vegeta, gracias por continuar :)
Muchas gracias por continuar! Espero que sigas! :-)
Por favor continúa! En 4 días me leí los 100 episodios
Tan bello
¿seguiras con mas entradas?
Por dios, acabo de recordar la escena donde Bulma se entera de la muerte de Vegueta la espero con ansias��
Muuuchas gracias por seguir escribiendo !!! No te demores en el próximo ☺
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