domingo, 7 de junio de 2015

Las Memorias de Vegeta (Entrada 100)



10 de Septiembre 791

Para cuando el polvo en el que se había convertido esa sabandija se había asentado el extraño planeta ya había desaparecido y la habitación de la nave había vuelto a aparecer.

-        ¡Lo logro! – grito Gohan entusiasmado – mocoso iluso, ¿a cas había lugar a duda?
-        Que ocurrencias de poner a un guerrero tan debilucho a pelear conmigo – exclame.
-        Miren, se abrió un agujero en el piso – apunto Kakarotto acercándose al círculo que había en el centro del piso de la habitación, este era muy similar al que se encontraba en el techo.
-        Parece ser un ascensor – agrego su hijo. Cuando era niño Gohan siempre pareció más inteligente que su padre, pero a menudo demostraba que la genética de Kakarotto tenía sus límites.
-        ¡Vamos! – invito Kakarotto.
-        Parece un juego de video – señalo Gohan
-        ¡Argh! Que juego tan absurdo – declare antes de seguir a ese par quienes ya se habían lanzado hacia abajo; apenas había entrado en el estrecho conducto cuando ese inútil de Kakarotto volvió a subir flotando, pasando tan cerca que fue incómodo.
-        ¡Anda supremo kaiou sama! ¡Ya vámonos! – le animo Kakarotto al remedo de dios aquel.

Llegamos a una habitación idéntica a la anterior, la única diferencia era el color del piso en esta, en lugar de un azul intenso, era un chillante rosa que era incluso desagradable a vista. Miramos a nuestro alrededor y nuevamente no había nadie.

-        Oye Vegeta, ¿te molesta si peleo esta vez? – Pregunto Kakarotto.
-        Haz lo que quiera idiota, en esta nave al parecer solo hay insectos.

Kakarotto empezó a hacer calentamientos mientras esperábamos, nuevamente debieron pasar varios minutos sin que nada ocurriera. Cada minuto era agraviante, tanto que hasta Kakarotto empezó a ponerse de mal humor.

-        ¡OIGAN! ¡aun ¿NO?! ¡que salga de una buena vez! – clamo Kakarotto a nuestro incorpóreo anfitrión.
-        Que absurdo, ¿Por qué no simplemente destruimos la nave y llegamos hasta el fondo? – dije uniéndome a la protesta.
-        ¡No! – reprimió el enano orejón – como ya les dije, si la nave sufre un gran impacto Majin Boo podría liberarse del huevecillo.
-        ¡Ha! Como están marchando las cosas el tal Majin Boo no debe ser tan fuerte como dices… Es posible que sea como ese tal Dabura – le respondí.
-        ¿Eh? ¿a qué se refiere? ¿Quiere decir que Dabura no es tan fuerte?
-        Cuando Dabura nos atacó, no me pareció que se tratara de un tipo poderoso como imaginaba, eso es lo que quiero decir – Explique – observe muy bien sus movimientos cuando estaba peleando y deduje que puedes derrotarlo, solamente tientes que cuidarte de su saliva… Kibito fui muy torpe al dejarse, pudo haberlo esquivado.

No contento con mi explicación el supremo Kaiou sama pidió su opinión a Kakarotto, quien jovialidad lo comparo con Cell, concordaba con él. Hace 7 años el único que pudo acabar con él fue Gohan, quien debido a su falta de madures requirió la ayuda de todos los demás para asestar el golpe final, pero ahora incluso yo poseía la fuerza para derrotarle. Quizá no había podido liberar el completo poder más allá del súper saiyajin, pero tosas mis habilidades estaban muy por encima de mi yo pasado.

El supremo Kaiou nos miró desconcertado, me imagine que en su mente no podía concebir que hubiera algo más poderoso que los enemigos que le atormentaban tanto; esto me hizo pensar que quizás era el quien era más débil que sus enemigos.

¡OIGAN! ¡¿Cuánto más van a tardar?! – Volvió a reclamar Kakarotto – Ya manden a alguien a pelear conmigo.

Justo en ese momento la compuerta se abrió con un ruido mecánico que lleno la habitación, revelando tras de sí un par de ojos amarillos que brillaban en la oscuridad. Una grotesca garra de color verde y piel escamosa emergió de las sombras, seguida de una aún más grotesca pata a la cual le siguió una repugnante criatura de aspecto reptiliano.

-        ¡Ah! ¿pero quién es ese monstruo? – pregunto de manera exaltada Kakarotto.

La criatura parecía una enorme rana con garras enormes, sus ojos eran saltones y de su boca escurría saliva y emanaban sonidos guturales; en su tórax estaba la misma “M” que parecía que había en el casco del sujeto anterior, pero en este parecía estar tatuada.

-        ¡No puede ser! – dijo el supremo kaiou sama con suma preocupación – pero si es Yakon.

Aquella bestia era colosal, debía medir casi  3 metros de altura y al menos 1.50m de ancho y dado que sus patas estaban flexionadas, me imagine que de extenderlas casi rozaría el techo con su cabeza.  La mire de pies a cabeza una y otra vez tratando de recordad si había visto a algún animal así durante mis viajes en el espacio pero no recordaba algo que siquiera se le pareciera, eso quería decir que no era de esta galaxia por lo menos.

-        ¿Quién de ustedes es al que me voy a comer primero? – para mi sorpresa, aquella bestia podía hablar. Su ronca voz parecía más un gruñido que otra cosa.
-        Yo soy quien peleara contigo – le respondió Kakarotto – Te ves muy grande, pero me parece que debes ser muy lento.
-        ¡Grrr! – gruño la bestia ante el comentario.
-        No cabe duda es la bestia espacial Yakon – anuncio el supremo Kaiou.
-        ¿Yakon? – Pregunto Gohan
-        Si, lo sé porque es la bestia más temible de todo del universo, ya que tiene poderes extraordinarios, El Sr. Goku no podrá contra el solo – afirmo el enano.
-        … - otra vez el mismo cuento, me pregunte cuanto tiempo tardaríamos en mostrarle lo equivocado que estaba a ese charlatán.

Kakarotto tomo postura de pelea y la bestia le tiro un zarpazo el cual abanico en el aire cuando su oponente salto para esquivarlo; Yakon le persiguió lanzando veloces lanzando veloces zarpazos  en el aire sin que ninguno tocara a su adversario, al caer al cuello salto lanzándose contra Kakarotto quien lo dejo pasar con facilidad, pero este se devolvió girando en el aire e impulsándose con las pates en contra del enemigo nuevamente desde el techo. Sin problema alguno Kakarotto volvió a esquivar. Sin duda alguna no era tan rápido, pero si era bastante hábil con su cuerpo, no se trataba de un simple animal parlanchín.

Cuando Kakarotto cayó al suelo noto un corte en sus ropas, sorprendido miro a su contrincante. De sus antebrazos habían brotado dos gruesas y largas espinas que exhibía con gusto.

-        Eso estuvo cerca – menciono Kakarotto mirando la rasgadura en sus ropas.
-        Es por eso que les digo que debemos pelear todos juntos – insistió el supremo Kaiou.
-        No, No se preocupe – le calmo Gohan – mi papa se las arreglará si pelea solo.
-        ¿Qué?

Kakarotto y la bestia intercambiaron un par de palabras antes de ser interrumpidos por una voz que venia del techo.

-        Yakon… eres muy astuto – la voz era chillona y arrastraba las palabras de manera desagradable, era una de esas voces que hacen que hacen que te den ganas de golpear al dueño – Puedes matar a esos tres, pero deja vivo al supremo Kaiou sama… y para que la pelea termine pronto te enviare al mundo dela oscuridad que tanto te gusta.

Al instante la habitación comenzó a oscurecerse y de pronto todo se volvió negro; no pude ver mi maño aunque la puse frente a mi cara, solo podía sentir el suelo bajo mis pies, pero me daba la impresión de que el resto de la habitación había desaparecido igual que antes. Sabía que Kakarotto y los demás seguían ahí al igual que la bestia porque podía sentir sus ki. Goku comenzó a quejarse acerca de lo “difícil” que sería pelear en la oscuridad… pero algo me pareció extraño, algo en su voz me hizo pensar que estaba… ¿Acaso estaba siendo sarcástico? No sería la primera vez, pero era muy inusual en él.

Por su parte, Yakon comenzó a alardear de cómo iba a comernos a todos y su victoria era absoluta en este lugar ya que él podía vernos perfectamente, para demostrarlo describió lo que Goku estaba haciendo.

-        Es este momento te estas rascando la cabeza – declaro Yakon.

El supremo Kaiou sama en su ya habitual tono de consternación explico que este era el planeta de la oscuridad, el planeta natal de Yakon y el cual se encontraba en algún lugar del universo tan alejado de un sol que estaba envuelto en una oscuridad eterna. En efecto no podía ver nada en lo absoluto. Solo pude escuchar los repentinos sonidos provocados por Kakarotto y Yakon al moverse, no podía verlos, pero sabía lo que ocurría.


-        No puedo ver nada, ¿Ustedes saben que está ocurriendo? – pregunto el supremo Kaiou.
-        … Si… lo sabemos… - le respondí y pensé “Kakarotto le está dando una tunda a esa sabandija”.
-        ¡Miserable! ¿Cómo es que puedes verme? – reclamo Yakon desde las penumbras.
-        Nosotros podemos leer tus movimientos sin la necesidad de verte – le respondió Kakarotto – y podemos sentir hasta la más leve corriente de aire que haces al moverte Yakon… además hay muchas otras maneras para saber dónde estás – nuevamente ese tono, ese gusano definitivamente escondía algo – como por ejemplo…

El ki de Kakarotto comenzó a elevarse y de pronto todo el lugar se llenó de luz dorada, se había transformado en súper saiyajin e iluminado todo a su alrededor. Al parecer estábamos en una amplia caverna, muy a lo lejos podía divisar las siluetas de lejos planetas en medio de la oscuridad. La mueca del monstruo era de completa estupefacción, evidentemente nunca se lo hubiera esperado; mientras Gohan hacia comentarios apuntando a lo obvio del plan de Kakarotto, este le aclaraba a Yakon lo inútil de su estrategia, sin embargo aquella enorme rana solo mostro una horrible risa asomando sus hileras de dientes.

-        Yo seré el ganador – anuncio la criatura.

Acto seguido, abrió sus fauces un fuerte viento soplo desde atrás de nosotros, pero luego me di cuenta que no era viento, sino succión. Aquella bestia estaba succionando tan fuertemente que estaba creando un vacío, la fuerza era tal que vi como Kakarotto se esforzaba por mantener su posición, me imagine entonces que este “ataque” estaba centrado en él. En pocos segundos la luz que envolvía a Kakarotto le abandono y viajo hasta la boca de Yakon, quien la devoro de un solo bocado. La cueva había quedado nuevamente en tinieblas.

-        ¿Eh? ¿Qué paso? – pregunto Gohan – todo volvió a ponerse oscuro.
-        No – negué sencillamente – lo que paso es que le quitaron su transformación de super saiyajin.
-        ¡BURP! – eructo desde las sombras Yakon – Deliciosa… es la primera vez que como una energía tan deliciosa.
-        ¡¿Te la comiste?! – pregunto Kakarotto con incredulidad.
-        La bestia Yakon puede comer cualquier clase de energía luminosa- señalo el supremo Kaiou sama – Es decir que la transformación de súper saiyajin del sr. Goku es el platillo favorito de ese monstruo.
-        Tengo que avisarle. Respondió Gohan - ¡Papa! ¡tal parece que esa bestia se come le energía, no te transformes en súper saiyajin! ¡no lo hagas!
-        El niño tiene razón – dijo Yakon – esa energía fue el manjar más exquisito que haya comido… me gustaría que utilizaras otra vez ese resplandor.
-        Oooohhh… que sujeto más extraño – susurro apenas audiblemente Kakarotto mientras se oía a la bestia acercarse a el - ¡Esta bien! ¡te daré un banquete inolvidable!
-        ¿Qué? – le pregunto la rana intrigado.
-        Espera, yo también peleare – ofreció Gohan – te aseguro que entre los dos le ganaremos sin tener que transformarnos en súper saiyajin.
-        No, Ya te dije que me haría cargo yo solo – rechazo Kakarotto la oferta de su hijo de manera cortante; sin duda era su orgullo de saiyajin el que hablaba.

Se transformó revelando nuevamente al monstruo nuevamente y este se mostró gustoso de poder absorber más energía.

-        De verdad que es un tonto – dijo el supremo Kaiou – no se da cuenta que Yakon volverá a comer su energía, ¿Por qué no acepta que alguien más le ayude? Esto no es un juego.
-        Mantén cerrada la boca – le reprimí – seguramente Kakarotto está planeando algo, él no es ningún tonto… - si me di cuenta que eso era discutible después de que lo dije.

Yakon comenzó nuevamente a jalar la luz emanando de Kakarotto con más fuerza que antes, haciendo que este trastabillara más de una vez, paso un minuto, dos, tres; y entonces sentí como el poder de Kakarotto se incrementaba y con un cegador brillo dorado una enorme cantidad de energía brillante salió expelida del cuerpo de Kakarotto y lleno el hocico de Yakon forzándolo a tragar con brusquedad. Esta energía se expandió tanto de él que estallo en pedazos.

-        Entiendo a lo que se refería – deje con calma mientras Gohan celebraba y el supremo Kaiou sama miraba sin creer lo que acababa de presenciar.

Sentí como una gota de sudor frio me bajaba por la nuca mientras bajábamos por la escotilla que había vuelto a parecer tras derrotar a la bestia. -“Sospechaba que Kakarotto también había superado los límites, los de un súper saiyajin ordinario… entreno por 7 años en el otro mundo”- reflexione mientras Gohan alababa el gran poder de su padre, ¡pobre iluso! estaba seguro que eso era apenas una minúscula parte del verdadero poder que Kakarotto ocultaba. Mis ansias por pelear crecías así como mi enojo por estar perdiendo el tiempo con estas sabandijas.

De nuevo y una vez más nos encontrábamos  en la segunda habitación y otra vez descendimos por la escotilla para llegar al tercer escenario, el piso en este era de un anaranjado oscuro, pero aparte de eso era exactamente igual que las anteriores. Kakarotto decidió que era el turno de Gohan, a lo cual no le vi inconveniente; lo único que me interesaba era acabar pronto con esta farsa para poder pelear con Kakarotto. Sin embargo este no era el caso del supremo Kaiou sama, quien otra vez había empezado a protestar y argumentar que el tal Babidi solo seleccionaba a los guerreros más poderosos y por ello debíamos pelear todos juntos. Para mi sorpresa, Gohan se mostró muy entusiasmado con la idea de ser el siguiente en pelear, me cruzo por la mente que esto solo se debía a la presencia de su padre, después de tanto tiempo sin verlo, me imagine que estaba tratando de acercarse lo más que podía al dado el corto tiempo del que disponía. Yo por mi parte ya tenía el plato a punto de colmárseme, fácilmente habíamos desperdiciado 5 horas en esta tontería, y no parecía que les apresurara presentar al siguiente contrincante. Paso casi una hora más he incluso Gohan empezaba a impacientarse.  Yo también hice expreso mi desinterés en esta bola de basuras insignificantes y como hubiera preferido estar peleando con Kakarotto, y tanto este como Gohan corcondaron conmigo; debo admitir que esto es lo más cercano a una conversación “amistosa” que habíamos tenido hasta ese entonces.

Otra hora paso y esta vez ya todos a excepción del supremo Kaiou sama estábamos hartos de esperar.

-        Ya estoy harto – proteste – hagamos como dije desde un principio y vamos a volar la nave en pedazos.
-        ¡No espere señor Vegeta! – me detuvo aquel enano de pelo blanco sujetándome del brazo – no podemos arriesgarnos, además ya sabe que está prohibido hacer eso.
-        ¡No voy a esperarlos más tiempo! – le respondí al tiempo que me soltaba de su agarre con brusquedad.
-        Si nos atacamos no sabemos que podría pasar.
-        ¡Cierra la boca imbécil!
-       
-        ¡Ya me canse de escuchar tus estupideces! –sentí como si una válvula de vapor que había estado acumulando presión se hubiera reventado - ¡todo lo que dices son habladurías!
-        … - por su cara parecía que quería salir corriendo.
-        ¡¿todos esos insectos son los guerreros más temibles del universo?! ¡BAH! ¡no me hagas reír! No son más que carne de cañón.
-       
-        Y te lo advierto, si vuelves a tocarme… - le mire fijamente a los ojos y dije – ¡te arranco la maldita cabeza a golpes!
-        … Yo…
-        ¡Es suficiente! – intervino Kakarotto parándose entre ambos mirándonos a los dos simultáneamente con severidad antes que de que el enano pudiera responderme algo – Vegeta ser un poco más paciente… y supremo Kaiou sama te pido te tranquilices también – agrego con una sonrisa.
-        ¡Ja! No vale la pena – me gire dándoles la espalda como si no me importase.

Pero en realidad, quería un momento a solas con mis pensamientos, no me quedaba duda, en estos siete años no nada más el poder de Kakarotto había cambiado; el mismo era distinto, su manera de hablar y comportarse era muy distinta a la de antes, solo se me podía ocurrir que estaba ante un Kakarotto más maduro. Me pregunte qué clase de experiencias habría “vivido” en el otro mundo.

Seguimos esperando oreo tanto, Kakarotto  había tomado asiento en el suelo, mientras que el supremo Kaiou sama literalmente se mordía las uñas de nerviosismo y Gohan seguía de pie observando en dirección a la escotilla por donde habría de salir su oponente.

-        ¡Que ya salga! – dijo Gohan al tiempo que golpeaba su mano con el puño de la mano opuesta – Me pregunto qué tipo de Guerrero será.
-        … - Kakarotto, quien se encontraba dentado atrás de este no había dejado de admirar la espalda de su hijo. Imagine que verlo tan cambiado después de 7 años era una sensación satisfactoria, a menudo yo miraba a Trunks y me preguntaba que estaría haciendo aquel joven saiyajin de un futuro distante  - No puedo esperar para ver lo fuerte que te has vuelto Gohan, espero hayas estado entrenando como es debido – Comento Kakarotto.
-        ¿Ah? Bueno… si… es que… - empezó a balbucear Gohan.
-        Lamento decepcionarte – intervenir – pero por culpa de la paz el muy haragán no entreno nada en lo absoluto, pero ¿Quién sabe? Quizás sea mucho más fuerte que nosotros… todo mundo sabe que hace todo al revés, tal vez la falta de entrenamiento le ayude a ganar esta pelea – comente tan sarcásticamente como pude y me regodee de gozo al ver como el mocoso se apenaba.

En ese preciso momento la compuerta se abrió y dejo salir una ligera neblina, la habitación se llenó de un aroma sulfuroso y la temperatura aumento un poco. De la compuerta emergió un sujeto de piel rosada, ataviado en un traje azul y una capa blanca, lo reconoció como aquel que estaba junto a Babidi antes de que ingresáramos a la nave.

-        ¡No puede ser! ¡Pero si es Dabura! – anuncio con incredulidad el supremo Kaiou.
-        Si unos humanos pudieron llegar al tercer escenario y derrotar a Yakon, quiere decir que ustedes son fuertes… - Declaro con una profunda y tranquila voz – es como un milagro… y por eso, los admiro… ¡pero solo llegaran hasta aquí! Porque soy su próximo oponente y no soy fácil de vencer.

Sus ojos amarillos con delgadas pupilas retinianas nos miraban fijamente y con los cuernitos que brotaban de su cabeza parecía la más trillada representación del diablo, aunque debo admitir que lucía una muy cuidada barba de candado, pero ni por asomo se comparaba con la magnífica barba de mi padre.

-        El que hayan mandado al número uno a pelear significa que el tonto de Babidi tenía un poco de prisa… - dije con toda la intención de provocarle – me lo imaginaba.
-        Ya deja de decir estupideces y prepárense para pelear de una buena vez, Acabare con todos ustedes – respondió Dabura poniendo un puño apoyado en su cintura.
-        ¡Olvídalo Dabura! – Se opuso con dramatismo Gohan alzando los brazos a los lados como si levantase un metafórico muro entre ellos y nosotros - ¡Yo seré quien te derrote! Es mi turno para pelear.
-        ¡Que dijiste! – No me lo creía, el pelmazo de Gohan había enfurecido más a Dabura que yo mismo –
-        Por cierto seria aburrido pelear en un lugar tan pequeño – agrego con un molesto tono de sermón el cual imagino heredo de su madre – Mejor cámbialo por otro tal y como hicieron con mi papa y con el Sr. Vegeta… Oh pero sería difícil pelear en la oscuridad.
-        ¡GRRR! ¡Eres un canalla! ¡Sera mejor que no me provoques o te ira mal! – Replico Dabura haciendo aspavientos.
-        Espera un momento Dabura – Interrumpió la incorpórea y chillona voz de Babidi – es malo la nave reciba un impacto antes de que Majin Boo resucite, no es posible que peleen en otra parte – la manera en que arrastraba sus enunciados al final era muy desagradable.
-        ¡Sí! ¡Como usted ordene! Contesto de manera solemne poniéndose en posición de firmes.
-        ¿Qué lugar prefieres?
-        Que sea un lugar que les favorezca, lo más parecido a la tierra.
-        Ji ji ji que confiado eres, pero que vamos a hacerle, no hay nadie que pueda igualar tu fuerza... bien ¡Paparapaaaa!

La habitación desapareció nuevamente mientras miles de millones de estrellas planetas y galaxias se arremolinaban a nuestro alrededor hasta tornarse en un páramo desolado cubierto por un cielo rojizo como un eterno atardecer, por un momento recordé el planeta Vejita, pero incluso mi planeta natal contaba con más vegetación, por lo que rápidamente deseche dicha nostalgia.

-        ¿Qué te parece? Así no tendrás quejas – dijo Dabura condescendientemente.
-        ¡Prepárate! – Grito Gohan lanzándose al ataque.

Se movió rápido desapareciendo por un instante para reaparecer arriba y frente a Dabura pero este había seguir su movimiento con facilidad bloqueando el puñetazo que este le lanzo. La pelea se tornó aérea inmediatamente, con ambos peladores persiguiéndose en el aire. Gohan peleaba cuerpo a cuerpo con un estilo basando en patadas amplias que servían como fintas para puñetazos dirigidos a puntos vitales, el cual se asemejaba bastante al de Piccoro. Por su parte, Dabura peleaba a distancia y con un estilo casi teatral. Agitando y blandiendo su capa  para confundir a su enemigo, dando sendos sablazos con sus manos al aire de los cuales delgada y veloces ráfagas de energía salían propelidas, costando como guadañas todo lo que encontraban a su paso. Al ver que no funcionaría un ataque directo Gohan paso a usar técnicas de energía para distraerle a distancia y combinándolas con sus ataque cuerpo a cuerpo, dándole como recompensa el atestarle una patada a Dabura mandándolo a volar hasta impactarse contra una formación rocosa aledaña, pero su táctica fue arriesgada, estuvo a punto de ser alcanzado por su propia técnica. Dabura se alzó sin mayor problema de entre los escombros elevando telequineticamente algunos de estos y lanzándolos como proyectiles contra Gohan, quien como de costumbre desde que era un niño siempre tuvo problemas para esquivar.

Gohan fue arrollado por un centenar de rocas y enterrado por estas. Dabura descendió con confianza de haber acavado con el primero de nosotros solo para toparse con que Gohan había dejado de jugar. En medio de un estallido de luz dorada el joven saiyajin mestizo emergió transformado en súper saiyajin dejando boquiabierto.

-¡Vamos Gohan queremos que nos muestres tu poder! – le animo Kakarotto, por mi parte no esperaba mucho, ya antes había notado que su poder había disminuido considerablemente a consecuencia de su actitud negligente con su entrenamiento.

En pocos segundos la diferencia en la fuerza, velocidad y poder destructivo de Gohan al de Dabura quedo clara y aunque Gohan parecía tener la delantera, su técnica dejaba mucho que desear. El supremo Kaiou Sama seguía asombrado ante el poder que era capaz de desplegar un súper saiyajin; mire a Kakarotto por un momento, observaba a su hijo con una sonrisa en los labios y con los ojos expectantes, sin duda también había notado que su vástago no era tan fuerte como lo esperaba, pero aun así parecía estar disfrutando de ver a su hijo convertido en hombre. Luego volví mi atención al combate; Tras una breve pausa Dabura comenzó a acumular poder y retomo la iniciativa y aunque Gohan seguía siendo más veloz y fuerte, su oponente hizo gala de un amplio repertorio de técnicas. Manipulación de energía, alguna clase de aliento de fuego suficientemente fuerte para chamuscar la roca sólida, señuelos con imágenes residuales y un excéntrico ataque con energía que golpeo de lleno al joven saiyajin mientras quedaba embobado por el espejismo. Gohan salió disparado por el impacto y destrozo una roca aledaña antes de caer al agua. Dabura se paró al borde del lago en el que había caído su enemigo para esperarle, tras unos segundo dos esferas de energía azulada emergieron del agua y pasaron de largo a Dabura para regresar contra él desde distintas direcciones pero con facilidad este la desvío de dos patadas para acto seguido contra atacar.

-        ¡Ahí estas! – anuncio girándose hacia atrás y disparando nuevamente con la misma energía que había usado antes justo al instante Gohan emergió como bólido del agua solo para recibir el ataque de lleno otra vez. –ese estúpido- pensé mientras rabiaba por dentro. Su oponente debía tener mucha más experiencia de combate que él y estaba usando trucos tontos para tratar de aventajarle, era una vergüenza para todos los saiyajin.

Esta vez Gohan logro resistir el embate, pero su Gi de color verde había quedado desgarrado, lo cual quería decir que no pudo contrarrestar todo el ataque con su propio ki. No importa que tan fuerte sea un peleador, sigue siendo vulnerable a todo tipo de ataque, es al imbuir el cuerpo con su propia energía que se logra protegerlo con un campo de fuerza imperceptible a la vista, lo que da la impresión de que la piel del peleador o incluso sus ropajes son impenetrables. Pero si la potencia del ataque que uno recibe es demasiada o no se está plenamente concentrado en defender el ataque es como si ese “escudo” se despedazara, a esta habilidad los antiguos saiyajin la llamaban Daha (ver apéndice).

Mientras Gohan se deshacía del arruinado gi, el supremo Kaio sama no dejaba de alabar el enorme poder del “invencible rey de las tinieblas” y Kakarotto empezaba a mostrarse un tanto preocupado por su hijo. Yo por otro lado me empezaba a sentir más frustrado y anticipaba que este combate absurdo se extendería más de lo necesario. El combate reinicio con un veloz intercambio de golpes, pero por cada uno que Gohan lazaba Dabura le devolvía dos.

-        No Gohan, lo que estás haciendo no está bien – critico Kakarotto el método de su hijo – Si atacas de una manera tan inocente el oponente podrá leer totalmente tus movimientos.
-        No tiene caso que continúe – argumente – se le ha olvidado por completo como pelear.

Dabura aterrizo en un pequeño paramo mientras Gohan se quedó flotando en el aire. El “rey de las tinieblas” se dio la vuelta dándole la espalda a Gohan y le hizo una seña para que atacara desde atrás. El muy ingenuo cayo en su provocación y cuando se hubo lanzado al ataque Dabura se volteo para escupirle a la cara; el Chico logro taparse la cara con la mano y el guante que llevaba puesto empezó a petrificarse al instante, por mero instinto se lo quito y lo arrojo a los pies de su oponente. Al ver que su ataque sorpresa fallo Dabura volvió a atacar cuerpo a cuerpo y como era de esperarse el inútil de Gohan volvió a caer en su juego.

-        Vaya Dabura es más fuerte de lo que me imaginaba – comento Kakarotto.
-        ¡Calla! – le espete - ¡no es un oponente imposible de derrotar! Es una vergüenza, tenía más poderes cuando era un niño pequeño – estaba cada vez más molesto e impaciente.
-        ¡Ay no podemos hacer nada al respecto! ¡este niño no se puesto a estrenar, ni siquiera un día! – reconoció Kakarotto con decepción.
-        ¡Grrrr! ¡Me desespera! – me estaba hartando ya de esta pérdida de tiempo.

Dabura parecía distraído, repentinamente Gohan comenzó a acertar más y más golpes, tanto que forzó al diablo rosado a aparecer como por arte de magia una espada. Con un par de mandobles demostró que no solo era una espada con bastante filo, sino que en sus manos podría causarle un daño considerable a Gohan. Ante esto el mocoso comenzó a pelear a la defensiva, olvidándose por completo del ataque y enfocándose en esquivar los feroces blandes de Dabura. Hasta que en un giro de la suerte Gohan logro atrapar la hoja con las manos y forcejeo con Dabura hasta que logro romperla.

-        ¡Argh! ¡Voy a acabar con ese sujeto ahora! – declare con cólera.
-        ¡No Vegeta!  - repuso Kakarotto – Eso no sería justo, es el turno de Gohan.
-        ¡A mí no me importa que reglas hayan puesto ustedes! ¡Quiero acabar con esto de una vez por todas para después pelear contigo Kakarotto! ¡esa es la razón por la que fui a ese estúpido torneo de las artes marciales! ¡No soporto que jueguen como niñas! ¡QUIERO ACABAR CON ESTO DE UNA VEZ POR TODAS!

Estaba tan iracundo que no note que nuestro entorno volvía a cambiar.

-        ¿Eh? ¿Qué paso? – volví a la realidad cuando el cielo rosado desapareció y la gravedad volvió a cambiar.
-        Nos regresaron a la nave – respondió Kakarotto igualmente confundido.
-        ¡Oye! ¿Adónde crees que vas? ¿Crees que puedes escapar? – pregunto Gohan con indignación.
-          - Aprovechando la confusión Dabura se había escabullido a la compuerta por la que entro y se detuvo para girarse a mirarnos - ¿Escapar? No, te equivocas – refuto sonriendo con satisfacción – no hay necesidad de que yo pelee con ustedes… Acabo de encontrar al Guerrero más indicado ¡Ja ja ja!

La compuerta se cerró ahogando risa tras ella. Kakarotto y el supremo Kaiou permanecieron expectantes en silencio mientras Gohan aún seguía transformado en super saiyajin esperando a que su oponente volviera, pero tras un par de minutos se relajó y volvió a la normalidad.

-        ¿Me pregunto que estarán planeando esos sujetos? – Inquirió Gohan.
-        ¡Lo mismo te pregunto yo a ti TONTO! – reñí llamando su atención, me acerque a él sin quitarle la vista de encima – No puedo creer que con un oponente como ese tuvieras tantos problemas, ya que eres un guerrero por lo menos haz que tu enemigo sienta algo de desesperación – el empuje con una mano haciéndole trastabillar unos pasos hacia atrás -¡eres demasiado flexible con la gente! ¡Te la pasas haciendo el ridículo peleando por la justicia! ¡eres algo degradante! – Gohan retrocedió un par de pasos más viéndose intimidado - ¡En una pelea lo que importa es la fuerza, los fuertes viven los débiles mueren, lo más importante es el poder! ¡entiéndelo! – Los ojos de Gohan empezaban a mostrar descontento con mis palabras - ¡Eres un insecto! ¿Ya olvidaste como quedaron Piccoro y Krillin? ¿Por qué crees que ocurrió eso? – La expresión de Gohan cambio de enojo  a sorpresa y luego paso a desilusión al darse cuenta de que había desperdiciado la oportunidad de devolver a su amigo y a su maestro a la normalidad.
-        No seas injusto, ya perdónalo Vegeta – pidió Kakarotto – Además él tuvo el mejor encuentro durante la pelea.
-        Te lo dije y te lo repetiré – declare con firmeza apuntado con un dedo a esa sabandija de Kakarotto – Quiero acabar con esto lo más rápido posible para ajustar cuentas contigo de una vez por todas – extendí mi mano para generar una esfera de energía  y la encare al suelo de la nave - ¡Ya no puedo esperar más, no me interesa si ese Babidi o Majin Boo se despiertan! Voy a hacer arder esta nave ahora mismo.
-        ¡No señor Vegeta! –Clamo el supremo Kaiou sama – Si usted ataca directamente a la nave Majin Boo podría despertar de su largo sueño.
-        ¡Cállate!
-        Usted no lo entiende si Majin Boo despierta acabara con la raza humana, no todo ser vivo será exterminado en un santiamén, este planeta se convertiría en un mundo muerto.
-        … - Ya estaba hasta la coronilla de ese enano de pelos blancos, cambie mi objetivo y apunte mi mano directo a su cara – a mí no me importan este planeta o la raza humana ¡Que se vayan al infierno!
-        ¡Usted es un ser odioso! – Profirió el insignificante remedo de dios con los ojos llenos de miedo e ira, Kakarotto se tele transporto justo entre nosotros y sujeto mi brazo para apartarlo, en respuesta, deje que mi energía se disipara.
-        Debes mantener la cama – advirtió Kakarotto.
-        ¡Suéltame Kakarotto!

Nos miramos a los ojos fijamente por unos segundos, podría haberle golpeado la cara para provocarlo, pero sabía que él se limitaría a detenerme. Finalmente jale mi brazo y me gire dándoles la espalda; Kakarotto y el supremo Kaiou sama empezaron a discutir del porqué de la decisión de Dabura por abandonar el combate y sus enigmáticas palabras.

-        Acabo de encontrar al Guerrero más indicado” – Cito Kakarotto.
-       
-       
-        … - Por un momento todos permanecieron en silencio.
-        ¡Ah! ¡No puede ser! – exclamo con pánico El supremo Kaiou.
Pero antes de poder entenderlo, sentí como si algo se clavara en mi cabeza, una intangible mano que trataba de alcanza lo más profundo de mi conciencia, desenmarañando mis recuerdos y viendo cada una de mis memorias.

-        Vegeta – Dijo una repugnante voz en mi cabeza – voy a apoderarme de tu corazón, hare que la maldad que tienes crezca y así te convertiré en mi títere.
-        ¡No digas estupideces el príncipe de los saiyajin no es la marioneta de nadie! – pensé con todas mis fuerzas.
-        No puedes evitarlo, pero… puedo hacer que valga la pena que pelees para mi…
-        ¿…?
-        Veo que aún hay poder dentro de ti que duerme… hare que superes tu limite y acabaras con esos granujas por mí.

No estaba al tanto de lo que pasaba a mí alrededor, podía escuchar las voces de Gohan, Kakarotto y el Supremo Kaiou, pero no podía distinguir lo que decían, solo podía sentir que la cabeza se me partía en dos y que mi poder se elevaba sin control.

-        Ríndete a mi Vegeta – continuo la voz – ríndete y podrás realizar aquello que tu corazón maligno realmente desea.

Los recuerdos de las matanzas y la destrucción de mi vida pasada emergían en mi imaginación mientras mis recuerdos de la estancia en la tierra se hundían en la oscuridad del olvido.

-        Señor Vegeta no preste atención a nada, en este momento solo debe poner su mente en blanco – dijo el supremo Kaiou, sus palabras sonaban distantes, pero pude distinguirlas.
-        ¡Cierra la boca! ¡Como si eso fuera posible! – respondí más por inercia que por otra cosa, mi mente estaba absorta en la voz que ahora empezaba a reconocer como la de Babidi.
-        Deja de luchar Vegeta, sabes que nada de esto te importa solo deseas ser el más poderoso, pero no podrás porque tienes miedo de tu propia maldad – continuo diciendo Babidi.
-        … Solo dime una cosa… - finalmente dije
-        ¿Ah?
-        ¿Poder elegir contra quien pelear?
-        ¡Ji ji ji! Con uno o con cientos, tu elije je je je.

Deje de resistirme y me deje sumir en la oscuridad en ese momento pude sentir como el poder que había estado fuera de mi alcance por 7 años estaba por fin en mi manos, el poder que supera al súper saiyajin ordinario. Mi poder crecía segundo a segundo, no era completamente consiente de lo que ocurría a mi alrededor pero podía sentir como mi energía irradiaba alcanzando todo, como la tierra se estremecía ante mi fuerza e incluso el estupor en mis compañeros.

Por fin, tras lo que parecieron horas en mi cabeza y no habían sido más que minutos para los demás, todo se detuvo. Mi visión estuvo borrosa por un momento y luego se aclaró al igual que mis oídos, empezaba nuevamente a escuchar las voces de los demás, pero no me importaba lo que decían. Mi corazón latía con tanta fuerza que lo sentía retumbar en cada una de mis arterias.

-        Ju ju ju – estaba en el suelo, ni siquiera me di cuenta de cuando caí de rodillas, pero no importaba, me sentía muy bien – ja j aja.
-        Vegeta – llamo Kakarotto.
-        ¿Qué te sucede Vegeta? – pregunto Gohan.
-        ¡Oh no! Seguramente a Babidi se le ocurrió ponerlo en contra nuestra – advirtió el supremo Kaiou sama.

Centre mi vista en Kakarotto.

-        Excelente, ahora es mi esclavo – seguía escuchando la voz de Babidi en mi cabeza – Los mandare al lugar más adecuado para que peleen.

La nave se desvaneció y en segundos estábamos al aire libre. La plataforma de combate del torneo de las artes marciales, sobre la plataforma estaban además el réferi y ese mequetrefe de Mr. Satán y en las gradas el público que se preguntaba por nuestra repentina aparición.

-        Ah señores llegan demasiado tarde – Dijo de repente el réferi - ¿se puede saber dónde se habían metido? Me tenían muy preocupado – avanzo encaminadose a Kakarotto y me hizo reaccionar por instinto, como un lobo al que le quieren arrebatar su presa.
-        ¡Cuidado! – Grito Kakarotto, pero ya había expulsado mi ki violentamente, mandado a volar al debilucho ese y de paso a esa sabandija de Mr. Satan, lo cual fue bastante divertido.
-        Vegeta – dijo Babidi en mi cabeza – quiero que les robes la energía a todos, no te preocupes puedes matarlos si quieres.
-        ¡Callate ya! – impere - ¡Yo solo quiero pelear con Kakarotto, no me interesan las demás sabandijas!
-        Vegeta, acaso… - infirió Kakarotto con tono disgustado.
-        ¿Pero qué demonios le pasa a este granuja? Parece que aún no tengo el completo control de su mente, aunque… en realidad no me interesa – protesto Babidi.

Me encare con Kakarotto y le señale con un dedo, su cara mostraba confusión, así que decidí aclararle las cosas, extendí la palma de mi mano y concentre mi ki.

-        ¡No Vegeta!

Le lance mi Big Bang Attack el cual con tuvo durante gloriosos segundos mientras era empujado por la fuerza de mi ataque tratando de detenerlo, pero el resultado era inevitable. Sin poderlo resistir más tuvo que quitarse del camino, y mi poder impacto en una de las gradas demoliéndola, atravesándola y arrasando en línea recta con todo lo que se topó por kilómetros hasta que finalmente estallo en el horizonte. Los gritos de la gente, el olor a carne quemada y el sentir como sus miserables vidas eran cegadas de tajo me trajo gran placer, como aquel que había sentido en antaño en mis años como soldado de Freezer.

Kakarotto miro con horror la destrucción y luego me miro con furia.

-        ¡Vegeta!
-        Ju ju ju.
-        Muchachos –Mr. Satan se había acercado y estaba parloteando algo, pero no le preste atención.
-        ¡Oye! ¿Qué es lo que harás Kakarotto?
-       
-        ¿Acaso quieres que se sigan acumulando las montañas de cadáveres?
-        Vegeta… ¡no me digas que…!
-        Ja ja ja ja.
-        ¿Te dejaste manipular por la magia de Babidi a propósito? – pregunto con seriedad.
-        ¡No puede ser! – Negó con incredulidad Gohan.
-        Je je je.
-        ¡Responde Vegeta! – Exigió Kakarotto.

Alce una mano y la apunte a las gradas que estaban a mi derecha – aquí está tu respuesta – pensé al tiempo que dispare nuevamente contra el público, para luego sonreírle con sadismo a Kakarotto, este me miro tratando de contener su furia -eso es, enfurécete mas – Parecía ya estar a punto de estallar.

-        Detente Vegeta esto no es correcto – Intervino Gohan.
-        ¡A un lado! – le derribe simplemente con proyectar mi ki, no iba a desperdiciar mi energía en ese inútil - ¡No quiero insectos! Esta pelea es entre Kakarotto y yo.
-        Dime Vegeta… de verdad ¿es esto lo que quieres?
-        Je je je – Por toda respuesta solo le sonríe con ansias.

Kakarotto se transformó en súper saiyajin respondiendo a mi petición.

-        Por favor no pelee señor Goku – imploro el supremo Kaiou sama – Si ustedes pelean en este lugar la ambición de Babidi finalmente se hará realidad, absorberá toda la energía de este lugar para que Majin Boo despierte de su sueño.
-        Vegeta – dijo Kakarotto ignorando al dios - ¿para tener esta oportunidad de pelear conmigo, te dejaste controlar por Babidi? ¿Por qué estabas cansado de aquel juego? ¿o me equivoco?
-        Ju ju ju si no hubiera hecho esto estoy seguro de que no podría pelear contigo, porque solo puedes estar un dia en la tierra y estos insectos interfirieron en nuestros asuntos.
-        ¿Solamente por eso? – pregunto el supremo Kaiou con indignación – Solo por algo tan insignificante - ¿por esa gran tontería acepto hacer esto?
-        ¡Grrrh! ¿Esa Tontería? ¡¿Crees que esto es una gran tontería?!

Expulse mi ki y al instante las pocas hagallas de ese enano desaparecieron.

-        ¡Esta batalla significa todo para mí! – declare - ¡no me interesa el tal Majin Boo! – estaba sacando todo aquello que había estado guardando durante todos esos años y lo lance todo contra Kakarotto volviendo a señalarle – ¡Ese miserable! ¡ESE MISERABLE! ¡Supero mis poderes! ¡a pesar de pertenecer a la misma raza supero mis grandes habilidades! ¡YO SOY EL PRINCIPE SAIYAJIN! ¡Pero ese maldito se atrevió a superarme! ¡y se merece lo peor!
-        … Kakarotto y los demás solo permanecía en silencio mientras vociferaba en su contra.
-        ¡Arhg! ¡Hubo ocasiones en las que ese gusano se atrevió a salvarme la vida! ¡Jamás se lo perdonare! ¡JAMAS!
-        ¡BABIDI! – Clamo Kakarotto mirando al cielo – ¡Transpórtanos a un lugar donde no haya nadie he decidido pelear con Vegeta!
-        Ja ja ja ja – por fin, lo que estaba esperando con tantas ansias.
-        ¡Un momento! – interrumpió el supremo Kaiou sama – si de verdad desean tener un combate… primero tendrás que luchar conmigo – dijo de frente a Kakarotto y atravesándose entre nosotros.

Estaba a punto de atacarle por la espalda y desaparecerlo, pero para mí sorpresa, el mismo Kakarotto fue quien alzo su mano contra el - ¡¿Pero qué haces?! – pregunto su hijo pasmado. No podía ver la cara de ese enano de orejas puntiagudas, pero apuesto que su mueca fue de espanto cuando Kakarotto comenzó a acumular energía en la palma de su mano. El diminuto dios bajo la cabeza así como sus brazos  - Ya entendí… hagan lo que ustedes gusten – dijo con tono mordaz y se apartó como un perro apaleado.

-        Discúlpame supremo Kaiou sama – Le dijo Kakarotto relajándose mientras veía como se alejaba, luego volvió sus ojos a mí.
-        Ja ja ja ja – a mí no me engañaba, en el fondo él deseaba esto tanto como yo

En un abrir y cerrar de ojos el recinto de torneo desapareció y en su lugar ahora está un yermo desolado, solo rocas y tierra, no siquiera un poco de vegetación, una tierra muerta y estéril.

-        Supongo que aquí ya no tendrás quejas – le dije con saña a mi rival
-        Ninguna – contesto.
-        ¡Papa no pelees!
-        Déjalo – objeto el supremo Kaiou sama – no hay nada que podamos  hacer – se encamino a la escotilla de la nave, la única cosa que indicaba que aun seguíamos en el juego de Babidi, me miro y luego a Kakarotto, estaba sonriendo – Peleen hasta que puedan tranquilizar sus corazones, nosotros destruiremos la entrada a este mundo y con nuestros poderes y si tenemos suerte destruiremos al terrible Majin Boo… es inevitable que la nave reciba un gran impacto, pero pensándolo bien es mejor que ese demonio alcance su poder perfecto – acto seguido el supremo Kaiou apunto a la escotilla con la intención de destruirla.
-        Vegeta, acaba con ese granuja ¡Mátalo! – ordeno la voz de Babidi
-        ¡AAARGGH! – un inmenso dolor se disparó en mi cabeza  se extendió por todo mi cuerpo al tiempo que recibía la orden
-        Mata a ese molesto granuja ¡mátalo!
-        ¡UGH!- Caí de rodillas, la cabeza me iba estallar y sentía que mis entrañas estaban en llamas.
-        ¡acaba con él, hazlo!
-        ¡EARGH! N, no, no lo hare – alcance a articular mientras me retorcía de dolor, sentía como algo ardía en mi frente, pero logre sobreponerme al dolor y ponerme de pie – No, No lo hare – negué nuevamente, esta vez de manera clara y triunfante – no me interesa lo que hagan el supremo Kaiou sama y los demás.
-        Te lo diré una vez más – insistió esa rata – elimina al supremo Kaiou  sama para que no arruine nuestros planes.
-        ¡AGH! – su asquerosa voz me estaba dando nauseas – Te lo dije, solo me interesa pelear con Kakarotto, jamás me convertiré en uno de tus hombres, ¡soy el príncipe de los saiyajin! Mi orgullo es grande, ¡aunque controles mi cuerpo y mi corazón! ¡NUNCA OBEDECERE LAS ORDENES QUE TU ME DES! ¡¡AAAAAAHHHHH!

Expulse todo mi poder ya base de ira y voluntad logre callar la voz en mi cabeza

-        No puedo creer que exista un hombre que se resista a la magia de Babidi – dijo el supremo Kaiou sama anonadado.
-        ¿Tantos deseos tienes de saldar cuentas conmigo Vegeta?

La compuerta de la nave se abrió por sí sola, tal como señalo el supremo Kaiou no le convenía Babidi que la nave sufriera daños, Kakarotto le dio algunas semillas del ermitaño a Gohan y luego de aconsejarle los dejo partir, cuando se hubieron ido, nuevamente puso su atención en mí.

-        ¿Te hice esperar?
-        He estado esperando Kakarotto – dije abriendo los brazos como si le diera la bienvenida – había estado esperando este momento – me puse en guardia - ¡SIEMPRE LO ESPERE! – estaba listo y expectante.
-        No quiero que me causes daño para después darle esa energía a Majin Boo, quiero terminar con esta pelea lo antes posible, así que peleemos con nuestro máximo poder.
-        Je será muy divertido… quiero ver cuál es el resultado de tu entrenamiento mientras estabas en el otro mundo.
-        ¡AGHAAAA! – Kakarotto expulso su ki, transformándose al siguiente nivel, había superado al súper saiyajin ordinario.
-        Es admirable… puedo ver que tienes aún más poder que Gohan… ¡HAAAAA! – hice lo propio, y por primera vez mi cuerpo supero la barrera que no pudo hace siete años, hacía mucho que tenía el potencial pero me faltaba esto, la sed de sangre, pero ahora yo también había superado los poderes de un súper saiyajin y lo podía ver en la expresión de Kakarotto.
-        … Parece ser… que esta pelea no terminara tan pronto como yo esperaba.
-        ¡Prepárate! ¡Porque acabare contigo Kakarotto!

Me Lance al ala ofensiva lanzando puñetazos y patadas con tanta fuerza que al bloquearlos Kakarotto tuvo que contrarrestar parte de ella con su propio ki, con cada impacto destellos de luz, relámpagos de energía y truenos estallaban. Logre asestarle un rodillazo al estómago y le remate con un mandoble en la espalda, Kakarotto cayó al suelo en cuatro patas y le lance un punta pie a toda velocidad, pero este lo esquivo haciendo que la tierra se resquebrajara bajo mi bota, pero le seguí y ataque con un rodillazo que fue interceptado en el aire con su propia rodilla.

-        ¿Qué sucede Kakarotto, no ibas a acabar rápido con esta pelea? – pregunte sarcásticamente.
-        Eso hare – respondió sonriendo

Si, ya estaba entrando en calor, y la sangre saiyajin de Kakarotto estaba empezando a hervir, no importa cuanto lo negase, Kakarotto estaba gustoso se pelear también. Nos lanzamos golpes simultáneos a la cara y ambos bloqueamos con la mano opuesta, quedándonos forcejeando, le lance seis rodillazos continuos y los bloqueo de igual manera, sabiendo que no llegaríamos a nada de esa forma, lo jale hacia mí y le di un cabezazo en la frente, rompiendo el candado y aprovechando para aporrear su estómago con mis puños, podía sentir con cada golpe se hundía en su carne, uno, dos, tres, detuvo mi cuarto golpe con su mano y lance el siguiente a su cara, pero también lo detuvo; teniendo los brazos separados dejo mi guardia abierta para recibir dos rodillazos en la barbilla, seguidos de una patada giratoria en mi cuello que me mando a volar para estrellarme contra una roca. Mi cuerpo permanecía incrustado en esta mientras Kakarotto se acercaba volando.

-        Esto no ha terminado – le susurre.

Expulse mi ki desintegrando la tierra que me aprisionaba Kakarotto y yo nos fuimos acercando hasta quedar flotando cara a cara. Le mire y me sonrio ligeramente y yo de igual manera; no necesitábamos palabras, este era el verdadero idioma de nosotros los saiyajin, un lenguaje sin mentiras, solo pura verdad comunicada con nuestros puños.

Expulsamos más poder e intercambiamos golpes, en un descuido de Kakarotto volví a asestarle una combinación de golpes en el abdomen, pero esta vez libere más energía para aumentar mi velocidad y seguí golpeándolo hasta que logre sofocarle un poco, cuando perdió el control de su respiración le di un rodillazo al estómago seguido de un codazo en la nuca. Haciendo acopio de fuerza Kakarotto aprovecho el impulso de mi ataque y se giró en el aire y contraataco con cientos de veloces golpes, forzándome a empezar a retroceder mientras los bloqueaba con las manos, abre bloqueado casi un millar de golpes antes de que mis manos empezaran a entumecerse, tomando ventaja de esto, Kakarotto tomo impulso y preparo un derechazo bastante amplio, dándome la oportunidad de moverme y colocarme detrás de él. Su golpe dio en la nada y para cuando se giró ya era demasiado tarde, con mis manos a la altura de su torso, cree una esfera de energía y la dispare en su contra. El estallido mando a volar a Kakarotto contra las rocas, enterrándolo esta vez a él. Por un momento todo estuvo en calma, pero de pronto un resplandor dentro de aquel agujero revelo a un sonriente Kakarotto acumulando energía en su mano. Lanzo su ráfaga de energía contra mi apenas dando me tiempo de contrarrestarla con la mia; ambos ataques colisionaron y se quedaron estáticos entre nosotros, Kakarotto emergió volando de la roca empujando aquella masa de energía contra mí. No era posible que Kakarotto me venciera, así que agregue más energía con mi brazo libre y el de igual forma. La bola de energía creció sin control alguno y estallo con luz cegadora.

La explosión me hizo volar por los aires, por lo que pude recuperar el control fácilmente. Ahora con un poco más de calma  empecé a sentir los golpes… se sentía bien, se sentía correcto, el sabor metálico en mi lengua me decía que probablemente tenia más de un corte en el labio, y el ardor en mi piel venia de los innumerables raspones que estaba acumulando.

Me percaté de que Kakarotto estaba colgando de un risco, probablemente aun aturdido por la explosión, tan aturdido que no se dio cuenta de que me acerque a el hasta que lo tome del brazo, le sonreí con satisfacción y lo alce en el aire y lo mire por un momento; también estaba lleno de pequeñas heridas y un poco de sangre le salía de la boca y la nariz – así es como debe ser – Pensé.

-        Ve, ¿Vegeta?

Lo jalonee y lo arroje contra una pared de roca cercana, incrustándolo en la roca nuevamente. Aún estaba bajo el estupor causado por la explosión, era el momento perfecto. Le apunte con dos dedos y concentre mi energía, dispare cinco anillos de energía aprisionando sus muñecas, tobillos y cuello. Esta era la misma técnica que probé con Trunks y que había desarrollado especialmente para Kakarotto. Me aproxime hasta estar frente a él.

-        ¿Qué pasa? ¿creí que habías dicho que acabarías conmigo? – pregunte aun con sarcasmo.
-        ¡Pues eso estoy intentando! – le di un par de bofetadas muy ligeras, no por el dolor, sino por la ofensa.
-        No creas que esta es toda la humillación que recibí de ti.

Le propine un rodillazo en las costillas y empecé a golpearlo repetidamente, era mi  saco de arena personal e iba hacerlo pedazos.

-        ¡Estos ataques no son suficientes para saldar cuentas! – le grite al tiempo que le golpeaba. Mi mente iba haciendo un recuento de todo lo que había vivido desde la primera vez que llegue a la tierra, cada derrota, cada triunfo arrebatado, cada humillación, retrocedí y cese mi ataque - ¿Cómo es posible que un príncipe como yo con tanto orgullo se humillado por un guerrero como tú?
-        … - Kakarotto estaba al borde de la inconciencia.
-        Y lo que me entristece es queque incluso me hayas salvado la vida. ¡Mereces la muerte! – alce mi mano con la mano extendida como una espada – comenzare con el brazo.

En ese mismo momento Kakarotto recobro por completo el conocimiento y despedazo la roca a la que estaba clavado haciendo estallar su ki, aun acarreaba dos enormes rocas unidas a sus manos por los anillos de energía en sus muñecas, y los uso para golpearme dándome dos puñetazos y tres patadas rápidas, devolviéndome la paliza que le acababa de dar. Esta vez fui yo quien se estrelló en una roca, pero esta escondía debajo de si una gruta diminuta. Tenía que recuperar el aliento, rápido, antes de que Kakarotto me siguiera. Me arrastre en la oscuridad sin poder ver nada y desaparecí mi ki tanto como pude, me escondí en una grieta en una de las paredes de la gruta y espere. Tal y como lo esperaba, Kakarotto me siguió, al entrar de quedo de pie bajo la luz que entraba por el agujero que había hecho al estrellarme con la roca. Se quedó ahí por un momento, deduje que estaba tratando de sentir mi ki; mis pulmones ya estaban volviendo a la normalidad así que ataque con una bola de energía que Kakarotto vio venir fácilmente y desvió para que saliera hacia al cielo por el agujero. Use esta distracción para moverme detrás de él.

-        ¡Aquí estoy Kakarotto!

Le sujete por detrás en una llave y lo forcé a elevarse, lo dirigí hacia el techo lleno de estalactitas de la gruta, iba a empalarlo en ellas. Pero a centímetros de tocarlas, el muy astuto desplego su ki para repelerme y se giró para lanzarme un Kame Hame Ha le respondí con un rápido Final Flash y la gruta quedo convertida en un cráter, dejándonos al descubierto mientras flotábamos en el aire. Kakarotto y yo nos miramos por un momento, ambos estábamos recuperando el aliento. Aún era demasiado pronto para que esto terminara, mi espera de siete años aún no había sido recompensada; aun sentía mis entrañas arder de sed de sangre. Entonces Kakarotto me sonrió, y no pude hacer más que devolverle la sonrisa, ambos teníamos la misma idea en la cabeza… pelear.

Haciendo estallar nuestro ki comenzamos a intercambiar golpes y patadas nuevamente, ahora estábamos peleando con todo nuestro poder, nuestros ataques eran tan fuertes que causaban ondas de choque que hacían añicos lo que encontraban a su paso, las rocas y el mismo suelo se desmoronaban con cada golpe. Uno de mis ataques hizo que nos separásemos, Kakarotto quedo apenas unos metros flotando arriba de mí.

-        Te has vuelto muy fuerte Kakarotto – le dije complacido.
-        ¡Ja Ja!
-        Es el resultado de tu entrenamiento en el otro mundo.
-        Tú también debiste entrenar muy duro Vegeta, te has vuelto mucho más fuerte de lo que esperaba.

Me moví con velocidad explosiva y logre colocarme detrás de él; le lance a una patada a la cabeza y la esquivo por meros milímetros y contraatacó con un codazo el cual rozo mi mejilla forzándome a bajar al suelo para recuperar mi equilibrio, Kakarotto me siguió con la intención de continuar su embestida pero lo recibí con una ráfaga de energía que esquivo con un salto y un giro en el aire, tal y como esperaba; lo intercepte a medio vuelo con un puñetazo en el rostro, estaba a punto de dar el siguiente golpe cuando el respondió con un puntapié a mi pecho, con esto nuevamente empezó una lluvia de golpes y patadas entre ambos, mis músculos clamaban por una pausa para recuperar oxigeno pero no iba a parar. Por su parte, Kakarotto parecía ya estar llegando al límite de su estamina, sus reacciones y contra ataques se empezaban a hacer más lentos, aprovechando la fuerza de uno de mis golpes se dejó impulsar hacia atrás al bloquearlo con almas manos para alejarse. Pero no iba a dejarle escapar, le perseguí mientras le disparaba bolas de energía una tras otras, esquivaba y desviaba mis ataques mientras seguía tratando de huir, intencionalmente le lance dos ataques especialmente concentrados, como lo anticipe prefirió desviarlos, ambos en direcciones opuestas. Los hice estallar causando una humareda, dándome el momento oportuno para acercarme; desconcertado, Kakarotto no pudo hacer nada en contra del rodillazo que le propine en la boca del estómago, pero aún no había terminado, le sujete por el cuello y lo arrastra conmigo de cabeza en dirección al suelo.

-        ¡¿Qué pasa Kakarotto?!

A escasa distancia del suelo le solté para que se estrellara solo, en cuanto se levantó, ya estaba esperando para lanzarle más ráfagas de energía que esquivo sin mayor problema, pero mi siguiente ataque logro impactarle en el torso alzando el polvo a su alrededor con la explosión, acelerando me lance al ataque tire un golpe que abanico el aire. Ese malnacido había desaparecido.

-        No lo haces nada mal Vegeta – se escuchó su voz a mis espaldas, estaba de pie y cruzado de brazos con una sonrisa en los labios llena de confianza – haces que la pelea sea emocionante – ¡ese gusano! Había usado su tele transportación para escapar de mi ataque en el último momento.

 Me lance contra el con un puñetazo volado intencional, sabía que un golpe así no le daría jamás, pero mientras el esquivaba  mi puño derecho, con la mano izquierda le dispare una espera de energía al pecho. Pero nuevamente había desaparecido, para cuando me di cuenta a había recibido su ataque desde atrás. Salí volando y luche para recuperar el control en medio del aire, haciendo acopio de mi energía logre detenerme, pero al momento el puño de Kakarotto estaba enfrente de mí, no pude hacer nada. La embestida de golpes que Kakarotto me propino me llevo hasta una roca cercana donde me estrelle destrozándola. Mis músculos ardían como brazas por el esfuerzo, el escozor de mis heridas llenas de tierra se iba acumulando, pero mi cerebro estaba totalmente dopado en adrenalina y aunque sentía todo lo que mi cuerpo le indicaba a mi cerebro, este simplemente despachaba una nueva dosis de deliciosa droga desde mis suprarrenales. El dolor no era nada, el cansancio era insignificante; frente a mi estaba el hombre que había cambiado el curso de mi vida, quien hundió mi cara en el lodo solo para que tuviera que levantarme y verlo a un por encima de mí.

Kakarotto disparo dos ráfagas de energía a la pila de rocas que me envolvían, estas se demoronaron, el flujo de adrenalina volvió a despertarme por completo y dispare en contra de mi enemigo. Kakarotto esquivo mi ataque y trato de huir en medio del polvo levantado por la explosión de este al tocar tierra, pero ya estaba listo, intercambiamos golpes a ciegas, casi por instinto.

-        Hacía mucho que no peleaba de esta manera – declare con gran gusto.
-        Vegeta, no me ganaras sin importar que técnicas utilices.

Apenas termino la frase le propine un derechazo en la cara devolviéndole el favor de hace un momento. La pelea se volvió encarnizada y el páramo en el que peleábamos nos quedó chico muy pronto, la batalla se tornó aérea y su diámetro se extendió hasta un lago adyacente, peleamos al ras del agua y su frescura revitalizo mis músculos. Combatíamos a distancias lanzando y anulando los ataques de otro, era una pelea de energía y control. Pero eso es algo en lo que siempre he sido más hábil que Kakarotto. Aprovechando un instante en el que me posicione por encima de él, lance uno de mis ataque con toda la energía que pude expeler, la ráfaga lo sumió en el agua y le envolvió en una explosión que vaporizo el lago completo, pero nuevamente Kakarotto había usado su tele transportación apareciendo frente de mí.

-        Lo esquivaste muy bien Kakarotto.
-        Que desperdicio de energía.
-        ¡Por favor! ¡Esto acaba de empezar!

Descendí a tierra a toda velocidad, casi instantáneamente mis pies tocaron el suelo y Kakarotto me siguió. Necesitaba un segundo para recuperar el aire, respiraba pesadamente tratando de llenar las calderas que ahora eran mis pulmones con oxígeno y a juzgar por como jadeaba Kakarotto él estaba en las mismas.

-        No puedo creerlo – comenzó a decir entre respiraciones – pensé que había entrenado intensamente en el otro mundo, pero me equivoque, no me imaginaba que hubiera alguien que tuviera la misma fuerza que yo. A mí no me engañas, tú también entrenaste todo este tiempo Vegeta.
-        ¡Te equivocas! Es cierto que tuve que entrenar más duro que tú, pero tú tienes más talento para estas cosas, tus habilidades son muy fáciles de detectar. No importa que realices el mismo entrenamiento que yo, la diferencia entre nuestros poderes siempre será igual, me di cuenta mientras peleabas con ese monstruo que mando Babidi.
-       
-        Al ver eso quede conmocionado Kakarotto. No podía creer que un soldado de clase tan baja como tú superara los poderes de un príncipe tan frio y calculador como yo… fue por eso que planee esta batalla.
-        ¡….! Ahora entiendo, por eso te dejaste controlar por Babidi.
-        Si, recordé a los dos secuaces de Babidi, su extraño comportamiento llamo mucho mi atención – le revele sonriendo maquiavélicamente – y también me entere de que esos sujetos habían aumentado misteriosamente su fuerza… pensé detenidamente y se me ocurrió que si me dejaba controlar por ese mago podría pelear contigo Kakarotto. Me imaginaba que con esto desaparecería la diferencia de poderes… ¡el resultado fue como esperaba!
-       
-        … ¡Pero el método fue de lo más estúpido! – admití reconociendo como mis ansias de poder me habían llevado a ser casi un esclavo de aquella rata.
-        Vegeta, se supone que tú eres un guerrero muy orgulloso y solo por esto te dejaste manipular por Babidi ¡¿Solo para volverte más fuerte?!
-        ¡Ugh! ¡Gghi! – la voz se me quebraba al tratar de decir las palabras que se negaban a salir de mi boca -  yo solo… yo solo quería ¡Regresar a como era antes! ¡HAAAAAAAAA! – expulse mis ki con la misma violencia que mi corazón latía al exponer mi sentir - ¡Quería ser el saiyajin cruel y despiadado al que no le importa nada! ¡Y QUERIA TENER UNA BATALLA PERFECTA!
-       
-        Me sentía repugnante ¡sin darme cuenta fui formando parte de ustedes! ¡Y fui teniendo una vida ordinaria y aburrida! ¡¿Cómo fue posible que YO un guerrero frio formara una FAMILIA?! – alce la mirada al cielo, pero yo miraba dentro de mí, los recuerdos de la vida de paz que ahora estaban turbios y borrosos tras una cortina de ira luchaban por aparecer en mis pensamientos – no me parecía que fuera algo malo, poco a poco mi corazón se fue haciendo más tranquilo, hasta la tierra me pareció un lugar bello para vivir… - mire nuevamente a Kakarotto y la ira volvió a apoderarse de mi - ¡Por eso deje que Babidi me regresara esa maldad que habitaba en mi corazón!. Gracias a eso ahora me siento muy bien – dije forzando una sonrisa.
-        ¿estás seguro de lo que estás diciendo Vegeta? – Pregunto Kakarotto quien había escuchado en silencio mis palabras sin bajar la guardia hasta entonces.
-        ¡Arg! – expulse más ki tratando de expulsar con el los pensamientos que se arremolinaban en mi mente, por supuesto que no estaba seguro, es por eso que tuve que hacerlo, porque aún había duda en mi corazón, el saiyajin pacifico que tenía una familia, que amaba a su esposa y a su hijo, que disfrutaba de beber licor en un bar e investigar con su suegro de vez en cuando, ese yo que incluso esperaba con ansias probar esas bombas de azúcar que llevaba a casa la madre de Bulma, ese hombre jamás hubiera tenido esta batalla y mucho menos podría igualar los poderes de Kakarotto.

Kakarotto elevo su ki también, el momento de las charlas había quedado atrás, era hora de hablar con nuestros puños otra vez. La pelea se volvió encarnizada, el impacto de nuestros puños hacía que nuestro ki se manifestara en relámpagos, nuestras patadas hacían que la tierra retumbara; esta era una verdadera pelea entre dos guerreros saiyajin, los guerreros más poderosos del universo, y no era el único que estaba disfrutando de la pelea, a cada golpe evadido, cada contraataque bloqueado, podía ver a Kakarotto sonriéndome aprobatoriamente como diciendo “peleas muy bien Vegeta” y cada vez yo le devolvía la sonrisa con el mismo pensamiento en mi mente “te demostrare mi poder Kakarotto”. Le lanzaba incesantes ráfagas de energía que se veía forzado a desviar con maestría mi oponente estaba abriéndose camino entre mis ataques hasta alcanzarme, pero antes de que pudiera hacer algo salte hacia atrás elevándome unos metros en el aire y simultáneamente le arroje una esfera de energía que impacto directo en él. Notando que esta vez no la había esquivado reí con buen humor, ya me parecía rato que no se hubiera tele transportado, de hecho ni siquiera me había estado lanzado energía desde hacía unos minutos, definitivamente su ki no se había agotado, pero su límite para expulsar su ki era mucho menor que el mío, siempre lo había sido, en cuestión de ataques con energía siempre le he llevado la delantera.

Kakarotto y yo ya estábamos jadeando, y este estaba tratando de mantener a distancia para recuperarse, pero no iba a permitírselo.

-        ¡Insecto! – le grite lanzándome contra él.
-        ¡Espera Vegeta! – impero con un ademan de su mano pidiendo que me detuviera, esto fue tan sorpresivo que me detuve más por instinto que nada – es un ki – dijo con estupor es la cara mientras miraba al horizonte – apareció un ki grande y poderoso, finalmente Majin Boo ha despertado y ese debe ser su ki.
-        ¡Ha hah hah! – habiendo perdido mi impulso anterior por la interrupción mis pulmones trataban de compensar la falta de oxígeno jalando aire violentamente. Pero también note el “abrumador” ki al que se refería Kakarotto, antes mi mente estaba tan centrada en nuestra pelea que tampoco había notado los dos pequeños ki que se aproximaban así como el ki de Gohan, quien posiblemente estaba peleando. Una de mí se sintió complacida al saber que el demonio del que tanto alardeaban Babidi y el supremo Kaiou sama quizás no sería tan decepcionante – Ju ju ju ju, Ja ja ja ¡Ja ja ja! ¿es Majin Boo? Pensaban que se trataba de sujeto extremadamente poderoso pero tiene un poder de pelea muy bajo…  - Kakarotto me miraba extrañado - ¡lo suponía desde un principio! ¡escúchame Kakarotto! Hemos superado los límites de nuestra fuerza… es pocas palabras somos invencibles. Cuando te encontraste por primera vez con el supremo Kaiou sama ¿alguna vez pesaste que sería inalcanzable? – Kakarotto miro hacia el horizonte en dirección a donde se encontraba aquel ki, parecía empezar a entender mi razonamiento - ¡fue lo contrario! ¡fue el quien se sorprendió al ver nuestros poderes! Me refiero a que para el Majin Boo es una criatura amenazadora, pero para nosotros no es más que un sujeto con pocos poderes.
-        ¡No! Te equivocas, hay algo que hace diferente a este ki, es… extraño – replico.
-        ¡Ya me canse de tus tonterías! ¡ni creas que con eso te vas a escapar de la pelea!
-        ¡Supongo que tú también te habrás dado cuenta de eso Vegeta!
-       

Estaba a punto de contestarle cuando de pronto el ki de aquel ser estallo por un par de segundos de una manera inimaginable.

-        Acaba de aumentar su ki en tan solo unos instantes Vegeta – dijo Kakarotto – no se trata de un sujeto ordinario.
-        ¡HAAAAAA!

Le dispare un rayo de energía que esquivo por muy poco. Y me lance al ataque con un par de puñetazos que detuvo con dificultad.

-        ¡Este no es momento para seguir con esto Vegeta!
-        ¡No me importa! ¡Eso no tiene nada que ver con nuestra pelea!
-        ¡Ese monstruo va a matar a todos! ¡a Bulma! ¡Y a tu hijo Trunks!
-        ¡Ugh! ¡YA CALLATE! – le lance un codazo que estoy seguro estuvo a punto de romperle la nariz - ¡No me interesa lo que les suceda! ¡¿No le vendí mi alma a Babidi para olvidarme de mi generosidad?! ¡No me importa nada! – mi mente estaba ofuscada, los golpes que tiraba daban en el aire - ¡no me importa lo que pueda pasarles! – Kakarotto atrapo en su mano mi golpe de izquierda sin esfuerzo alguno.
-        ¡Estas mintiendo!... ¡MIENTES! – al decir esto me jalo hacia así mismo y me recibí con un recto de derecha, la combinación de ambas fuerzas en opuestas direcciones fue tan sobre cogedora que por un solo segundo perdí la conciencia recuperándola en cuanto mi cuerpo toco el suelo. Lo mire con la intención de levantarme para devolverle “el favor” pero me detuve. Esta ahí mirándome fijamente de pie, escudriñándome como si pudiera ver dentro de mí.
-        Te equivocas, aun no le has vendido tu alma por completo al diablo Vegeta.
-        … Me levante lentamente y me limpie con el guante el molesto hilo de sangre que me corría por la comisura del labio, en todo momento de ese breve lapso no le desvié la mirada. Sabía que ya no pelearía, no importaba cuanto lo provocase, ya no seguiría peleando hasta no resolver lo que ahora ocupaba su mente – está bien… esto se quedara pendiente, parece ser que te preocupa tanto el tal Majin Boo que no puedes concentrarte en la pelea.
-        ¡Vegeta! – respondió animosamente al ver que había cedido.
-        Quiero que me des una de esas semillas del ermitaño – le pedí mientras caminaba hacia el con una mano extendía y sonriendo con tranquilidad.
-        ¡Sí! – inmediatamente desvió su atención de mi para buscar la pequeña bolsa entre los pliegues de su ropa. – “imbécil” pensé mientras el casi me daba la espalda – si peleamos todos juntos seguramente le ganaremos a Majin Boo.

Estando junto a el alce mis manos entrelazadas y apreté mis músculos juntando toda mi fuerza, lo mire por un momento, el muy ingenuo aun después de todos estos años aún era tonto confiado. Con un golpe de martillo golpee su nuca con todas mis fuerzas y con un alarido su cuerpo volvió a la normalidad cayendo inconsciente al suelo.

-        Qué pena que te dejaste llevar por mis palabras – tome la semilla del ermitaño que había caído de la bolsa en su mano, al comerla mis heridas desaparecieron y mi energía se repuso y gracias a mi sangre saiyajin incluso mi poder aumento un poco más – al Majin Boo que yo desperté, yo mismo lo eliminare… y después acabare con esta pelea – le dije al tendido cuerpo de Kakarotto – je je, si es que aun continuas con vida – ciertamente no había medido mis fuerzas así que cavia lo posibilidad de que me hubiese excedido.

El campo de batalla ahora se encontraba ahora en completo silencio a excepción del viento que corría por la llanura, me aproxime a la compuerta de la nave espacial; si la destruía llegaría inmediatamente a donde se encontraban Majin Boo y los demás. El ki de Gohan había desaparecido más rápido de lo que me esperaba… todo esto era mi culpa.

-        Kakarotto… - le llame mirando hacia atrás donde aun permanecía tendido.

Apunte mi mano hacia la compuerta y le dispare con mi energía, esta estallo con una fuerza mayor a la que había planeado. La nave se hizo pedazos y aparecí en otro logar envuelto en el humo de la explosión, podía escuchar la asquerosa voz de Babidi  quejándose ante alguien por la explosión de su nave. Me eleve un poco y emergí de entre la humareda.

-        ¡Ah! Pero si eres… - dijo el niño rata.
-        Soy yo – complete su enunciado con sarcasmo.
-        Vegeta ¿Cómo fue que llegaste aquí?
-        … - estaba parado al lado de una extraña criatura obesa y de piel rosada, de cierta manera me recordó a esa bola de grasa de Dodoria, más atrás el supremo kaiou se encontraba en el suelo y apaleado, pero no había ni rastro de Gohan.
-        ¡AAAAHHH! ¡¿as paso fuiste tú el granuja que destruyo mi nave?!
-        Así es – respondí condescendiente mente – era la única manera de tomar un atajo hasta aquí.
-        ¡Vegeta! ¡¿Por qué hiciste eso?! ¡no recuerdo haberte dado la orden de destruir mi nave! – chillaba la rata.
-        Je je je.
-        ¡Eres un maldito!... – seguía quejándose pero centre mi atención en el mantecoso; era de una estatura descomunal, incluso más alto que Piccoro.
-        ¿Ese payaso de pacotilla es Majin Boo? Ju ju – toda sonrisa y sarcasmo se borró de mi semblante – Miserable, fuiste muy astuto al matar a Gohan.

El obeso comenzó a preguntar con una voz chillona que significaba “payaso” y cuando Babidi se lo explico el cuerpo de Majin Boo comenzó a hincharse grotescamente como un globo hasta que un vapor salió disparado por unos orificios en su cabeza y brazos haciendo un ruido similar a la de una tetera caliente. Cuando se detuvo abrió sus regordetes y entrecerrados haciendo una mueca de ira.

-        Je je je pero que sujeto tan gracioso – comente.
-        ¡Eres un tonto! ¡Te voy a matar! ¡TE VOY A MATAR! – profirió a gritos y al mismo tiempo elevo su ki, era casi tanto como el de un súper saiyajin.
-        … - A pesar de que era Majin Boo a quien tenía frente a mí, al único que Veía era a Kakarotto; podía verlo aun presto a la batalla y recordaba una y otra vez como siempre está un paso delante de mí, incluso intentando salvarme la vida y lo peor siempre terminaba sonriendo, siempre me pareció un sujeto odioso, nunca me agrado “Solo sigue durmiendo, cuando despiertes todo esto habrá terminado… ya lo veras yo seré quien resuelva este problema… y creo que será mejor que yo ya no este aquí” pensé - ¡No pienso morir solo! – Declare mientras elevaba mi ki - ¡Ustedes tendrán que venir conmigo al infierno!

Expulse mi ki con violencia hasta alcanzar nuevamente el poder que supera al súper saiyajin ordinario, trozos de roca se desprendieron del suelo comandados por mi voluntad y los lance contra aquella mole haciendo que se apilaran sobre él, a los pocos segundos este las desintegro expulsando su propio poder, pero no importaba, esto era una mera distracción, mientras esta distraído me lance contra el con un rodillazo que dio de lleno en su inflamada mejilla, la fuerza de mi golpe hubiera bastado para arrancarle la cabeza a Nappa, pero no a este ser, seguí a atacando con golpes y patadas dirigidas a diversos puntos de su cuerpo, mis ataques hubieran hecho polvo los huesos de Freezer, mis ráfagas de golpes abrían abrumado la resistencia de los androides 17 y 18 y mis más fieras combinaciones habrían apaleado a Cell dejándolo tirado en el suelo. Pero todo lo que causaba en este tipo era que su gelatinoso cuerpo se abollara para tras tan solo unos segundos ver como regresaba a la anormalidad. Cada uno de mis ataques perdían su efectividad al impactar, era como golpear un globo lleno de agua, uno muy resistente, solo se deformaba ante la fuerza que le aplicaba y volvía a su forma original.

Estaba barriendo el suelo con Majin Boo sin darle tregua alguna, cada vez que mis golpes se hundían en la masa de su cuerpo asestaba uno más ahondando más el anterior, era mi costal de arena personal y tenía mucha energía que gastar después de haber comido esa semilla del ermitaño. Tras un gancho a su redondeada barbilla salió volando por los aires y le di persecución para interceptarlo y mandarlo de vuelta al suelo con mi golpe de martillo. Majin Boo se estrelló en la tierra resquebrajándola y hundiéndose en la zanja que había creado su cuerpo con el impacto. Por unos segundos tras volver yo mismo a tocar tierra, todo salvo Babidi quien se lamentaba amargamente no dando crédito a sus ojos había quedado en calma. Sin embargo Majin Boo emergió de un salto dando maromas en el aire, al aterrizar su cuerpo seguía mostrando los rastros dejados por mis golpes, sin embargo con poco esfuerzo las abolladuras botaron y volvió a ser el gordito sonriente de siempre.

-        ¡Majin Boo! ¡Mátalo ¡Acaba con Vegeta! – le ordeno Babidi a gritos desde lejos.

La criatura se aproximó a mí dando saltitos a cada paso, como si esto fuera un juego. No me quedaba duda era invulnerable a los ataques físicos, podría haberle lanzado golpes todo el día y no habría conseguido nada. Pero… le apunte con dos dedos en mi mano derecha y acumule mi energía, debía concentrarla, moldearla, tenía que ser densa y enfocarme en su poder de penetración, no en su fuerza destructiva. Cuando estuvo a unos metros de mi dispare una esfera de energía del tamaño de un neumático grande y este salió como bólido contra su presa, atravesando limpiamente al gordinflón con tanta fuerza que lo levanto del suelo y dio volteretas en el aire antes de caer boca abajo. Babidi estaba horrorizado y yo me sentía satisfecho. Pero me duro poco la sensación al  ver como nuevamente se levantaba la bola de grasa, tenía un enorme boquete en el espacio entre su pecho y su abultado vientre el cual se selló como por arte de magia sin dejar marca alguna o indicio de lo sucedido antes.

-        Majin Boo ¿acaso eres inmortal? – le pregunte con genuina curiosidad.

Sin responderme cruzo los brazos enfrente de sí mismo y comenzó a susurrar algo inaudible mientras acumulaba su ki: una energía de color rosado comenzó a emanar de él y pronto comenzó a radiar a la redonda, 50 metros 200 metros kilómetros la energía de este monstruo de espacia hasta donde alcanzaba la vista y no la había expulsado aun. De pronto y con un alarido libero toda la energía acumulada causando una enorme explosión. Me cubrí y concentre toda mi energía en repeler el ataque. La explosión en si solo abarco un radio de unos cientos de metros, pero la tierra alcanzada se había desintragrando por completo y yo me había visto empujado fuera del área del estallido. Había caído de rodillas para cuando el estruendo se había acallado; podía sentir mi sangre corriendo por varias partes de mi piel, a pesar de haber resistido aun así había recibido un enorme daño.

-        Maldición no solo es muy poderoso sino que además es inmortal, así nunca acabaremos con esta pelea – de dije a mi mismo.

Babidi se acercó flotando envuelta en una esfera de energía traslucida, posiblemente una barrera. Se puso al lado de Majin Boo y se mofo de mi condición. Con un poco de esfuerzo logre ponerme en pie, había perdido un poco de sangre pero nada de que preocuparse pero mi mente ahora solo tenía un pensamiento en mente, como acabar con ese monstruo inmortal.

Majin Boo volvió a acercarse dando saltos con tranquilidad y se detuvo a unos metros de mí.

-        Este será tu fin, este será tu fin, este será tu fin, este será tu fin – comenzó a repetir incesantemente mientras me hacia una seña de “adiós” con una mano.

Luego, con ambas manos sujeto su enorme barriga y jalo de ella hasta que la arranco como si fuera goma de mascar y tal cual la estiro convirtiendo aquella masa en una tira voluminosa de masa rosada.

-        Pero que sujeto tan desagradable – le dije - ¿qué es lo que tienes pensado hacer con esa cosa?

Pero por toda respuesta solo escupió de repente un bola de energía rosada que esquive justo antes de que me alcanzara, a esta le siguieron más, una tras otra las iba sorteando, pero podía darme cuenta de que eran de cuidado.

-        Esta clase de ataques puedo esquivarlos hasta con los ojos cerrados ¡bola de cebo!

Respondiendo a mi insulto esta vez lanzo una gran ráfaga de energía de su boca, muy parecida a la usada por Nappa, pero la fuerza de esta no tenía comparación. La esquive elevándome en el aire pero para mí sorpresa esto era lo que había planeado Majin Boo, me había arrojado el trozo que se había arrancado y este cobro vida propia envolviéndome en un capullo, dejando expuestos mis pies y mi cabeza; caí varios metros hacia al suelo pesadamente como una roca, golpeando mi lado derecho con la tierra, el impacto hizo que me sofocase levemente. Inmovilizad como estaba, solo podía escuchar las pisadas de Majin Boo acercándose a mis espaldas. Cuando estuvo junto a mi dio un salto sobre como si fuera un charco y pude verle nuevamente. Su cara estaba llena de sadismo. Torpemente tiro una patada a mi estómago, terminando a si de sacarme el aire; la patada fu de tal fuerza que el bulto en el que se había convertido mi cuerpo salió volando, cuando me detuve de nuevo quede con el cielo frente a mis ojos luchando por recuperar el aire, empezaba a notar el sabor herrumbroso en mi boca, seguramente tenía una hemorragia interna. Pero entonces el cielo se oscureció de repente y la enorme mole de aquel monstro estaba encima mío y cayendo hacia a mí. Su descomunal peso me aplasto con violencia y el color en mi tórax me aseguro que al menos un par de costillas se habían roto; me vi tosiendo sangre para no ahogarme con ella, sin haberme podido recuperar aun, comenzó a aporrearme con sus enormes y rechonchos puños repetidamente, tras los primeros golpes ya podía sentir mi cara en calor y como comenzaba a hincharse. Ya estaba al borde de la inconciencia cuando sentí que se me quito de encima, trate de aspirar un poco de aire y solo me provoque aún más dolor. De nuevo y sin darme más que un breve descanso empezó a torturarme esta vez pisoteándome, ahora todo el aire que me quedaba solo me permitía dar ligeros quejidos de dolor. De pronto se detuvo y sentí como la presión que envolvía mi cuerpo desaparecía lentamente, ¿acaso había muerto yo? ¿Era la sensación de alivio causada por mi alma dejando ese cuerpo maltrecho lo que estaba sintiendo?

Empecé a dejarme llevar por la fatiga y perdí el sentido por unos momentos, recuerdo haber escuchado voces, agudas voces gritando, una de ellas me llamaba por un nombre familiar y podía sentir como me sacudía mientras lo hacía.

-        ¡El príncipe de los saiyajin no puede perder ante ese demonio! – dijo una de las voces agudas despertándome, abrí mis ojos con esfuerzo y distinguí a dos figuras diminutas frente a mí, al aclararse más mi vista pude darme cuenta de que mi hijo me miraba con lágrimas en los ojos.
-        T, Tru, Trunks… - musite y al instante me di cuenta de que también Goten estaba ahí, ambos transformados en súper saiyajin. Me incorpore para sentarme y sentí como Trunks me ayudaba empujándome desde la espalda. Me frote las sienes tratando de aclarar mi cabeza y aparte a Trunks de mi lado con el brazo y voltee en dirección opuesta buscando a Majin Boo - ¡¿Dónde está ese infeliz?! – clame.

Mientras me levantaba me percaté de que Piccoro estaba volando encima de nosotros y Babidi estaba frente a él, eso quería decir que alguien había vencido a Dabura. De repente con un golpe de espada Piccoro destrozo a Babidi y sus restos cayeron al suelo como basura. Un estruendo lejano y el ki de Majin Boo me advirtieron que pronto estaría aquí otra vez, no tenía mucho tiempo.

-        Trunks… Cuida a Bulma que es tu madre – le dije a mi hijo sin voltear a mirarle mientras mantenía la vista fija en el Namekuseijin.
-        ¿Ah? – Trunks no pareció entender lo que le decía, estaba bien, ya tendría tiempo para comprenderlo.
-        … - ya me había dado cuenta de que por métodos ordinarios no podría acabar con ese monstruo.
-        ¿A qué te refieres con eso papa? ¿Por qué tengo que cuidar de mi mama?
-        Sera mejor que vayan a refugiarse a un lugar que este lejos de aquí – les dije a los niños consiente de que Piccoro posiblemente también me escucharía – me encargare personalmente de eliminar a Majin Boo.
-       
-        Pe, pero señor – empezó a replicar Goten.
-        Eso no ¡no quiero! – le interrumpió Trunks - ¡nosotros también pelearemos! ¡si tu peleas solo poadria matarte! ¡Si los tres peleamos ya verás que lo lograremos! ¿verdad que si? – le pregunto a su amigo.
-        ¡Sí! – le respondió este.
-        ¡Nosotros somos muy fuertes!
-        No… - contraríe – No importa con cuantos pelee, lo que importa son las técnicas de pelea.
-        ¡No tendremos ningún problema si los tres peleamos juntos! – agrego Goten.
-        Papa, no seas pesimista, ¡aún podemos lograrlo! – argumento mi hijo.
-        ¡Así es! ¡usted no tiene por qué hacerlo solo!

No iban a irse, no por su voluntad propia. De cierta manera me llenaba de alegría que su sangre de saiyajin los llamaba a pelear, pero no tenía caso arriesgarlos. Era hora de despedirse; pero no quería que mi hijo viera como su padre desaparecía de su vida como lo tuvo que vivir Gohan, no de esta manera. No entendía porque, pero la sed de sangre que inundaba mi cabeza apenas hace un rato había dado paso a una calma y aceptación absoluta, una total y completa resignación.

-        Trunks… a pesar de ser mi hijo jamás tuve la sutileza de abrazarte ni siquiera cuando eras un bebe… - por fin encare a mi hijo y extendí una mano indicándole que se acercara - … déjame abrazarte …
-        … - con duda, el pequeño retrocedió un paso, y no lo culpo era la primera vez que su padre le decía algo así – pero papa – le facilite las cosas avanzando yo mismo y rodee su cabeza con mi brazo para acercarlo a mí - ¿Qué te sucede papa? ¿Por qué haces esto? ¿me da mucha pena? – se cuestionaba mientras sonreía desviando la vista apenado.
-        … - se sentía muy pequeño, aun más pequeño de lo que se veía, y a pesar de que sabía de su gran poder, lo sentía frágil. Todo estaba tan cayado y tranquilo que podía sentir su pequeño corazón latiendo con emoción y nerviosismo y por un momento quise no soltarlo nunca. Mire de reojo a Goten, nos miraba callado y pude ver en su rostro cierta envidia, y me imaginaba que era porque el mismo realmente no había conocido a su padre. Mire nuevamente a mi hijo quien había empezado a ruborizarse pero sin dejar de sonreír – Cuídate mucho… hijo . le dije dedicándole una última sonrisa.
-        ¿uh? – me miro a los ojos completamente extrañado, antes de que pudiera darse cuenta de lo que ocurriría le noquee golpeando su nuca y su cabello rubio cambio a lila mientras caía al suelo inconsciente.
-        ¡Trunks! ¡¿Te dolió mucho?! – Goten corrió a su lado al verlo caer - ¡¿Por qué hizo eso?! – me reclamo – mire a Piccoro que flotaba sobre nosotros mientras Goten seguía gritándome, sabía que entendía lo que iba a suceder a continuación. Goten se me echo encima golpeando mi estómago - ¡¿Porque?! ¡¿Por qué le pego a Trunks?! ¡Eso fue muy cruel! ¡¿Cómo fue capaz de lastimarlo?! ¡¿Por qué lo hizo?! ¡¿PORQUE?! – Lo mire mientras me gritaba, era idéntico a su padre, no sentí la necesidad de ser tan cuidadoso con él.

Me arrodille para queda a su nivel y le di un golpe en la boda del estómago, cayo de rodillas mientras volvía a la normalidad, su cara era igual a la de su padre justo antes de desvanecerse. Piccoro descendió y avanzo hacia a mí en silencio, ambos nos miramos sin cruzar palabra hasta que el decidió romper el silencio, pero se vio interrumpido por el tarareo de Majin Boo que se acercaba caminando alegremente.

-        Llévate a los niños lo más lejos que puedas, la no pierdas el tiempo Piccoro.
-        Si – Piccoro se encamino para recoger a los niños y yo me avance hacia mi enemigo, pero me detuve.
-        ¡Por favor… cuídalo! – le implore encomendándole a mi hijo.
-        Vegeta… ¿Vas a morir? – pregunto.
-       
-       
-        … - morir, ahora esa palabra tenia tanto peso – solamente quiero que me digas algo, si yo muero… ¿poder ver a Kakarotto en el otro mundo?
-        No tiene caso decirte mentiras que te consuelen, así que te diré la verdad… - dijo el que alguna vez fue el dios de la tierra - … eso será imposible – su respuesta fue una puñalada, pero no fue del todo una sorpresa – mataste a demasiada gente sin compasión, tu cuerpo se eliminara, y tu alma será llevada algún lugar, donde no estará Goku… tu alma olvidara todos sus recuerdos y después de eso será usada para otro ser vivo.
-        Humm… ya veo… es una pena – dije fingiendo poco interés – eso era todo, te puedes ir – Majin Boo ya estaba a solo unos metros de nosotros – Y date prisa.
-        Adiós.

Piccoro se alejó volando llevándose consigo a los niños.

-        Oye, no permitiré que escapes – dijo el gordo apuntándoles con la mano con la intención de atacarles.
-        ¡Aguarda Majin Boo! – le detuve – podrás alcanzarlo después de haberme derrotado ¿te quedo claro? – ahora solo tenía que provocarle para que se olvidara de ellos - ¡Estas deforme! ¡pareces un globo mal inflado!
-        ¡Angh! – volvió a soltar vapor de la cabeza debido al enojo - ¡otra vez estas insultándome! Pero eres un hombre sin fuerza.
-        Je je je.
-        ¡Insolente! – siguió silbando la tetera - ¡Por eso te odio! ¡Murete ya no te soporto!
-        Ja ja ja – aun al borde de la muerte este sujeto me causaba gracia con sus rabietas.
-        ¡AHORA SI ESTOY MUY ENFADADO CONTIGO!
-        He descubierto la manera de eliminarte… te la mostrare – dije con confianza

Expulse mi ki alcanzando una vez más el poder que supera el de un super saiyajin ordinario y continúe acumulando mi energía.

-        Acéptalo, eres un debilucho, te convertiré en un chocolate, no, en una galleta de queso para poderte comer.
-        Je je, ¡La forma de derrotarte, es convirtiéndote en polvo, para que no puedas reconstruirte jamás!

El ki es una energía muy poderosa si se sabe cómo manipularla, prácticamente ilimitada dependiendo de la persona, pero sin importar que, hay un límite en la cantidad que uno puede expulsar a la vez, si se excede ese límite, las células del cuerpo se empiezan a destruir al ser incapaces de contener la energía, pero sin duda el poder destructivo que se puede concentrar al hacer esto supera a cualquier otra técnica que la persona pueda realizar. Este era el método que se me ocurrió para destruir a mi enemigo. Mi cuerpo desprendía su energía de una manera tan luminosa que todo lo demás se había oscurecido, ya había expulsado mi energía, ahora solo tenía que hacerla estallar concentrándola en una sola área para no destruir el planeta entero.

Mire al horizonte y dedique un último pensamiento para despedirme de Bulma y Trunks y luego mire en dirección a donde había dejado a Kakarotto y me despedí de el también.

-        ¡UNGH! ¡HAAAAAAAAAAA! – hice que mi energía estallara haciéndola girar con mi voluntad, controlando la explosión a la forma de una esfera que abarcara el lugar donde nos encontrábamos. El dolor invadió mi cuerpo mientras cada partícula de mi ser cedía su vida a la explosión hasta que perdí la sensibilidad.

Mi olfato, tacto, gusto, oído, no había nada, solo la luz de mi energía en la cual me estaba fundiendo, pero entonces, por un instante hubo algo más, alguien… apenas puede reconocerle pero se acercó a mí con los brazos abiertos y me rendí en ellos sin creer lo que veía… era Rabba…

Me ha tomado mucho poder recordad todo lo que ocurrió, pero me alegra haber captado cada detalle. Ahora creo que me tomare un descanso para ir a pasar tiempo con Bulma y mis hijos.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bueno, estas entradas son las que vale la pena leer, ojalá podamos ver mas como esta en no mucho tiempo. Saludos

Scabbers dijo...

¡Qué bueno que regresaste! Es una maravilla poder leer los escritos y mirar las aventuras de Vegeta, gracias por continuar :)

Anónimo dijo...

Muchas gracias por continuar! Espero que sigas! :-)

tamix dijo...

Por favor continúa! En 4 días me leí los 100 episodios

Karime dijo...

Tan bello

Kirla dijo...

¿seguiras con mas entradas?

Kirla dijo...

Por dios, acabo de recordar la escena donde Bulma se entera de la muerte de Vegueta la espero con ansias��

Anónimo dijo...

Muuuchas gracias por seguir escribiendo !!! No te demores en el próximo ☺