8 de Agosto 791 12:00pm
Una pavada de pájaros huyó volando
despavoridos por el estruendo del árbol al caer. En mis pies pude sentir la
tierra retumbar al caer al suelo el tronco, la sensación fue mucho menor a las
que anteriormente había experimentado, yo mismo podía hacer que la tierra se
estremeciera con solo desearlo, sin embargo era refrescante experimentarlo por
una causa ajena a lo que estaba acostumbrado.
-
Una vez que ha caído lo dejas ahí para
que lo recojan con la máquina – dijo Gerard señalando con su mano enguantada en
carnaza hacia la maquia con ganchos que estaba acomodando los arboles ya
talados.
-
¿Eso es todo?
-
Sí.
-
Parece fácil.
-
Sí, pero fiuuu se requiere de un gran esfuerzo – remarco secándose el sudor
de la frente con un pañuelo que saco de su bolcillo trasero.
-
… - no quise agregar nada.
-
Bien, muéstrame como lo haces – me
tendió el hacha por el mango, pero la rechace con un ademan de la mano.
-
No la necesito.
-
¿Eh? Pero…
Antes de que pudiera replicar avance con las
manos en los bolsillos hacia el siguiente árbol marcado con tiza y sin mucho
esfuerzo lo patee lo más cerca de la base que pude. La madera crujió como si el
árbol gritara de dolor mientras mi pierna atravesaba su tronco. Ante la mirada atónita
de Gerard el árbol se desplomo violentamente hasta caer al suelo.
-
¿Qué le pareció? – pregunte con
una sonrisa triunfante mientras sacudía unas pocas astillas de mi pantalón.
-
… - Gerard estaba boquiabierto –
E, el árbol…
-
¿Qué pasa con el árbol?
-
¡Va colina abajo! – dijo señalando
a donde había caído el tronco.
Mire rápidamente en dirección a donde
señalaba; efectivamente, el tronco se deslizaba por la colina rápidamente. Sin dudarlo
un segundo lo alcance dando un salto y lo sujete con una mano. Lo tome con
tanta fuerza que mis dedos de incrustaron en la madera, la inercia del árbol me
jalo, instintivamente me aferre al suelo con mi otra mano. Mis botas perdieron
toda tracción sobre la tierra suelta, forzándome a poner más fuerza en mi mano
en tierra, haciendo que esta arañara con los dedos la superficie. Todo pasó en
segundos, y apenas había descendido unos 10 metros el tronco cuando por fin
pude detener su avance. Luego me incorpore y lo jale colina arriba para volver
con Gerard. La subida no fue difícil, pero si incomoda. La derruida tierra era
resbaladiza y la posición en la que estaba concentraba mucha presión en mi
columna, seguramente lo iba lamentar en la noche.
Cuando alcance a Gerard sus ojos estaban
desorbitados y su quijada desencajada. Solté
el tronco y este quedo inmóvil en la tierra; Gerard parpadeo un par de veces y
balbuceo algo ininteligible.
-
Tratare de que no pase es
nuevamente – le dije con confianza dándole unas palmaditas en el hombro.
Me acerque a otro árbol y lo mire
detenidamente. Repase en mi mente lo que acababa de pasar y trate de discernir
la diferencia entre lo que había hecho Gerard y lo que yo había hecho; ambos
arboles habían quedado con un ángulo inclinado al caes al suelo, pero el que
corto él no se deslizo. Reviví en detalle cada momento en mi mente y los
compare. La respuesta llego rápidamente a mí. Cuando Gerard talo el árbol, este
cayo más lentamente, generando menos momento e inercia al caer, en cambio el mío
cayo mucho más rápido por el impulso de mi patada, por lo que la aceleración que
llevaba ayudo a que no se detuviera al caer. Pensé por un momento la mejor
manera de cortarlo y con dos firmes golpes usando el lado de mi mano con los
dedos extendidos, desbaste la base por encima de las raíces. Retrocedí unos
pasos y como esperaba, el árbol cedió lentamente, rebotando un par de veces al
azotar contra el suelo y luego quedo inmóvil… -¡Excelente!- me dije a mi mismo.
Gerard se retiró sin decir palabra, volviendo
solo de vez en cuando para “supervisarme” y cuando llevaba un centenar de árboles
talados me pidió que me detuviese, argumentando que había un límite de árboles
que se podían talar, además de que el aserradero tardaría varios días en
procesarlos. Como realmente no había otra tarea que pudiese desempeñar y ya había
cumplido con el trabajo de 5 trabajadores en una semana, triplicaron mi paga y
me dejaron ir temprano.
Mire mi reloj, eran las 2:45pm si me daba
prisa podía llegar al centro comercial para comprar el anillo hoy mismo. Sin
importar las miradas de “mis compañeros” me alce en vuelo y me propulse en dirección
a la ciudad.
¡Agh! Justo ahora que estoy inspirado tienen
que llamar a la puerta, juro que como sea un misionero o un vendedor Bulma a
tener que mandarlo quitar del piso con una pala.
2 comentarios:
Yeah! Se viene la compra del anillo, siendo Vegeta es capaz de comprarse una de medio pelo e ir con el resto de plata a comer, y comer...y seguir comiendo XD
wow genial, ya kiero leer la proposicion y la boda, sera super genial este blg esta chidisimo ^.^ sigue asi eres genial
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