lunes, 1 de julio de 2013

Las Memorias de Vegeta (Entrada 76)



8 de Agosto 791

Al día siguiente me levante temprano para desayunar; eran las 5:30am, mi siguiente trabajo empezaba a las 7:00am, pero no tenía idea de que era lo que era lo que me esperaba, por lo que quería llegar un poco más temprano.

Baje las escaleras, tenía antojo de cereal, fruta y algo de tocino frito. Iba entrando a la cocina cuando de pronto casi me estrello con Bulma.

-        ¡Ah! L, lo siento – dijo con pena al verme.
-        … No hay problema.

Vestía su traje de oficina color vino, el que siempre usaba cuando sabía que tenía un dia difícil frente a ella, decía que la llenaba de confianza. En una mano llevaba una taza de café a medio terminar y en la otra un periódico, probablemente estaba checando las acciones de la compañía como hacia cada martes. Desde la funesta noche de la cena, no habíamos estado tan cerca uno del otro, me daba la impresión de que había ajustado su horario para coincidir lo menos posible conmigo.

-        Bueno, se me hace tarde… - se excusó desviando la mirada y sacándome la vuelta sin más.
-       


Anteriormente, me habría sonreído y me habría besado antes de irse, pero ahora estaba distante… y para mi sorpresa eso me incomodo mucho. Tome mi desayuno de manera muy a disgusto, y me fui a bañar una vez termine. La madre de Bulma sugirió que me vistiera con camisa y pantalón de vestir para este trabajo así que simplemente tome un par de pantalones negros y camisa azul de manga larga, mi calzado eran unos mocasines de color café oscuro, en lo personal prefiero usar botas, son mucho más cómodas.

Una vez que estuve listo, tome la carta del Dr. Briefs y la hoja con los datos del empleo. Eran las 6:30am así que decidí ir volar hasta el lugar de la cita. Al igual que mi trabajo del día anterior esta era una subsidiaria de la corporación capsula, por lo que mi entrada a trabajar fue inmediata. Al llegar me encontré con un enorme edificio color amarillo con enormes letras en rojo que decían “West City Express” y aun lado estaba el logo de la compañía de Bulma. Al entrar al vestíbulo una joven me saludo desde el mostrador.

-        Bienvenido, en que podemos ayudarle.
-        … Esto – dije secamente tendiéndole la carta.
-        Un momento, por favor tome asiento.

Me senté en uno de los mullidos sillones del vestíbulo y tome una revista para pasar el tiempo; unos diez minutos después la joven volvió acompañada de un hombre de cara dura y traje color café.

Voy a prepararme una taza de café, hoy tendré bastante tiempo ya que toda la familia esta fuera, así que aprovechare para escribir a mis anchas.

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