28 de Julio 791
Estábamos en la sala del trono del palacio, o
mejor dicho estaba. Tras unos segundos me di cuenta que podía verme a mí mismo,
al “yo” de 5 años parado al pie de los escalones que llevaban al trono, mi
padre estaba sentado en este y a los costados de la sala varios soldados de la
corte imperial estaban de pie. Freezer y sus acompañantes se aproximaron hasta
quedar justo delante de los escalones, entonces mi padre se puso de pie, y con
un gesto de respeto le cedió el trono a Freezer, quien bajo de su podio
flotante y se aproximó a mi padre.
-
Bienvenido gran Freezer – saludo mi
padre con una reverencia.
-
Como siempre Vegeta, tu palacio
hiede a simio – espeto Freezer mientras tomaba asiento.
-
… - el disgusto de mi padre era
tan obvio que me di cuenta que solo se limitó a permanecer en silencio, los
miembros de la corte temblaban de coraje e impotencia ante los insultos de esa
sabandija.
-
Pasando a otro tema… ¿Cómo van las
conquistas de este mes?
-
Ya tengo listo el informe, ¡Kuripe!
– llamo mi padre y su asistente se aproximo con una lista en mano.
-
Los planetas Prim y Karei han sido
conquistados al 70% - declaro el saiyajin ataviado con una capa blanca sobre su
armadura – Un escuadrón partió esta mañana hacia el planeta Kanasa, los
planetas Papui, Bekon y Hamiru están en proceso de limpieza, estarán listos
para su venta en 6 dias.
-
Lentos como siempre – respondió Freezer
con desdén.
Aun desde fuera de mi persona infantil podía sentir
la tensión en el ambiente al ver los
ojos de los saiyajin presentes. Mi padre tenía ese temblor en la ceja derecha que
le daba siempre que se molestaba; por un momento me invadió una sensación de
nostalgia al ver tan claramente el rostro de mi padre, recordé que de niño
siempre quise llegar a ser tan alto como el, pero al final me quede con una
estatura muy baja.
-
Conozco esto – dije en voz alta.
-
Eso significa que es un recuerdo
Vegeta – respondió la reverberante voz de Piccoro.
-
¿Por qué puedo verme a mí mismo?
-
Hace un momento perdiste la concentración,
creo que tus emociones cerraron ese recuerdo en específico y cuando recuperaste
el control saltaste a otro recuerdo. El que puedas verte desde fuera significa
que es un recuerdo muy aferrado en tu memoria.
Mire a mi alrededor y pude reconocer a varios
de los saiyajin de la corte, a menudo nos acompañaban a mí y a mi padre cuando íbamos
a supervisar las conquistas; en su mayoría eran generales y algunos cuantos
eran miembros de la familia. Mi padre tenía cuatro hermanos, pero siendo el
mayor y el más fuerte de ellos, fue quien sucedió a mi abuelo al morir, convirtiéndose
en el rey por derecho de nacimiento. Redirigí mi atención a la escena frente mí.
En verdad era un recuerdo arraigado, este fue el día en que mi padre me entrego
a Freezer; ese día mí padre termino
de dar el informe y ordeno un banquete
para Freezer y sus hombres, mientras ellos disfrutaban de la comida mi padre
preparo todo para mi partida. Recuerdo que me llevo a los jardines y caminamos
en silencio. El cielo brillaba con un color naranja propio de la mañana y las
flores de rakusa llenaban de perfume
el aire; a menudo mi padre gustaba de desayunar en los jardines, pero nunca me
dijo el porqué. De pronto se sentó en una banca de piedra y recargo la cabeza
en sus manos.
-
Nunca espere que esto fuera a ser
tan difícil – dijo mi padre.
-
…
-
Freezer espera que al tenerte en
sus manos tendrá por segura mi lealtad… la lealtad de los saiyajin.
-
Es un idiota, los saiyajin somos
los guerreros más poderosos del universo, tarde o temprano lo derrocaremos.
-
Je… - mi padre me miro y sonrió
con amargura- Principe, ¿Quién soy yo?
-
Eres mi rey.
-
Principe, ¿Quién eres tu?
-
Soy el príncipe de los saiyajin.
-
Principe, ¿Quiénes son los
saiyajin?
-
La raza de guerreros definitivos.
-
Príncipe, ¿Qué es el planeta Vejita?
-
La cuna del poder saiyajin.
Me vi responder esas preguntas con completa
seguridad y convicción. Era el credo real, el mismo que mi padre aprendió de su
padre, al igual que yo se le había enseñado desde el momento en que comenzó a
hablar y como era tradición había sido transmitido de forma oral de rey a príncipe
desde hacía generaciones. El credo era la primera enseñanza, el concepto del
orgullo saiyajin, el cual era lo más importante para cualquier sucesor al
trono.
-
… Muy bien, mientras mantengas el
credo presente en tu mente, serás un orgulloso saiyajin sin importar lo que
pase. Mi padre se puso de pie y con una mano restregó el cabello de mi yo niño
al tiempo que sonreía, note como el pequeño se sonrojo ante esta muestra de
afecto, al verlo casi pude sentir la pesadez de la mano de mi padre sobre mi
cabeza – espero que ella pueda perdonarme algún día… murmuro mi padre mirando a
lo lejos.
-
¿Eh? - Se preguntó el pequeño
Vegeta.
-
Vamos – mi padre comenzó a caminar
en dirección a la sala del trono.
Luego de eso, mi padre me cedió formalmente al
servicio y tutela de Freezer, en todo momento mantuvo una actitud firme y
distante, cuando partí, no se molestó en despedirse, no tuvo que hacerlo, con
solo ver sus ojos supe todo lo que me quería decir y no podía, siendo el rey, tenía
que mantener su entereza en todo momento. Esa fue la última vez que vi a mi
padre, la última vez que estuve en el planeta Vejita.
Son las 9:00am voy a desayunar y a prepararme
una taza de café antes de continuar escribiendo. A veces me pregunto si a mi
padre le hubiera gustado el café, le gustaba mucho beber, así que estoy seguro
que le gustarían los licores que la tierra tiene que ofrecer.
2 comentarios:
Maldito Frezeer!!! Je, perdón, me gana el sentimiento =P
Decime que el viejo de Vegeta murió sabiendo que el hijo y su enemigo Kakarotto se unirian para vencer a Freezer, asi descansa feliz y se caga de risa al final ;)
El viejo de Vegeta se merece un trono!
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