21 de Julio de 791 2:32pm
La investigación del Dr. Briefs se vio pausada
un par de días por su carga de trabajo en la corporación capsula, por lo que
aproveche para retomar el ritmo de mi entrenamiento. Era mucho más fácil
ejercitarme cuando no tenia todos los sensores aderidos a mi cuerpo, además
podía hacer uso de el generador de gravedad tanto como quería, no podía
aumentar a mas de 50g cuando realizábamos los experimentos porque el qeuipo no
lo soportaba.
En mis ratos de descanso leía un poco en la
biblioteca de la casa, el único lugar donde me podía librar de la presencia del
pequeño Trunks, quien desde que fue capaz de caminar sin ayuda correteaba sin
parar por todos lados; sus pequeños pasos y carcajadas resonaban por todas las
habitaciones, asi que tener un rato tranquilo y a solas se había vuelto muy
difícil. Bulma insistía en que pasara algo de tiempo con el, sin embargo no
tenia intenciones de desperdiciar mi tiempo con el mocoso, no al menos hasta
que estuviera en edad de comenzar a entrenar.
Por alguna razón Trunks no se acercaba a la biblioteca, quizá el penetrante aroma de los
libros viejos y sus cubiertas de piel le desagradaba o tal vez la abrumadora
cantidad de libros apilados en los estantes lo hacia sentir como si se fueran a
caer encima. El acervo de la biblioteca era muy impresionante. El padre de
Bulma había coleccionado libros de toda clase, algunos incluso eran tan viejos
que estaban protegidos en vitrinas especiales a prueba de humedad. Habia
también manuscritos provenientes de civilizaciones antiguas y registros
históricos que databan de fechas desconocidas, algunos incluso no figuraban en
el calendario actual, lo cual daba indicios y una era previa a la que vivíamos.
En cierta ocasión el Dr. Briefs me platico de las teorías de los historiadores
acerca de un cataclismo que devasto la tierra hace miles de años, dando forma a
los continentes como ahora se conocen y causando las raras evoluciones en las
especies que ahora habitaban el planeta.
También fue aquí donde el libro en el que se
hablaba sobre las esferas del dragón, el cual había impulsado a Bulma a ir en
su búsqueda por primera vez, básicamente era una antología de leyendas acerca
de las esferas y el dios dragón. Me pregunte mas de una vez que deseo es el que
la llevo a buscarlas en primer lugar, pero siempre que le preguntaba
directamente por ello se sonrojaba y evadía la pregunta.
Habían pasado ya unos 5 días desde que pusimos
en alto los experimentos y comencé a darme cuenta de la enorme cantidad de tiempo libre que tenia en mis manos; nunca
antes había pensado en no dedicar todo el día a mi entrenamiento, pero ahora mi
objetivo no era fortalecerme a corto plazo, no había una amenaza inminente, ningún
enemigo poderoso aparecería dentro de un tiempo determinado y tampoco me enfrentaría
a Kakarotto… por primera vez en mi vida estaba experimentando lo que era la paz
absoluta… y era muy aburrido. Pasaba gran parte del día deambulando por la
casa, volando por los alrededores o huyendo de Trunks y de su abuela, quienes
trataban de exasperarme con su presencia cada que me encontraba en casa. Bulma
incluso llego a sugerir que consiguiera un empleo cuando le comente lo aburrido
que estaba, a lo cual obviamente no accedí, como iba yo, el príncipe de los
saiyajin a rebajarme al servir alguien mas.
Conforme pasaban los días, las obligaciones
del padre de Bulma lo mantenían fuera de casa la mayor parte del día, simposios
y conferencias le eran solicitados constantemente, y los técnicos de las
diversas fabricas de la corporación capsula pedían su asistencia por lo menos 1
vez al día, en verdad era un hombre muy ocupado. Pasar tanto tiempo sin hacer
nada estaba empezando a afectar mi humor, por lo que me encerraba largas horas
en la biblioteca después de entrenar para evitar el contacto con los demás,
saliendo solo para consumir mis alimentos o ir a la cama; si bien había mucho
que leer, esta actividad no satisfacía mis ansias de productividad, por lo que
en un intento desesperado de romper con la monotonía decidí salir a “convivir”
con los humanos de la ciudad, y apenas había caminado 3 cuadras fuera de corporación
capsula cuando di media vuelta y volvi a casa; los trozos de platica que
llegaban a mis oídos mientras caminaba me recordaron rápidamente porque detesto
tanto a esta gente, su vánales preocupaciones, sus insignificantes logros
diarios y sobre todo su enorme debilidad, todo eso aunado al conformismo que
llenaba sus vidas me revolvía el estomago. Las personas de la ciudad no eran
para nada como las describían los libros que había leído. ¿Dónde estaban las
grandes mentes que habían plasmado sus ideas en esas paginas? O los
conquistadores de antaño que lucharon en grandes batallas por el control de
territorios, todo el tiempo que pase entre Kakarotto y sus allegados me había mostrado
que en este mundo había seres humanos de valía y honor, débiles sin duda, pero
al menos sabían dar la cara cuando había problemas. En cambio las masas de
sabandijas que poblaban esta y otras ciudades solo iban por la vida
desperdiciando el tiempo en fruslerías.
Cuando llegue a casa Bulma estaba en el jardín
jugando con Trunks.
-
Ah, Vegeta, ¿en donde te habías
metido?
-
Iba a dar un paseo, pero la ciudad
esta llena de insectos.
-
¿insectos? Que raro, no debería haber
muchos bichos en esta época del año.
-
Me refiero a los insectos de dos
patas que infestan las calles.
-
¡Ja! Pero que grosero – espeto con
altanería – pues te recuerdo que tu luces exactamente como esos “insectos”.
-
No me compares con ellos, yo soy
un orgulloso saiyajin.
-
Un insecto saiyajin entonces ja ja
ja.
-
¡Ay pero como fastidias mujer
insecto!
-
… seto… - interrumpió una vocecita
aguda nuestra “discusión”.
-
¿Dijiste algo? – le pregunte a
Bulma.
-
N, no.
-
… seto…
Ambos volteamos hacia abajo, en dirección al
pequeño que nos miraba muy entretenido.
-
Inseto, ja ja ja ja ja.
-
…
-
…
Por un momento permanecimos en silencio, yo no
entendía bien lo que pasaba pero Bulma comenzó a sonreir.
-
¡Hablo! – vitoreo mientras alzaba
al niño a la altura de su cabeza – a ver Trunks cariñito, di “mama”.
-
… inseto – respondió mientras
señalaba a su madre con su diminuto dedo y la cara de Bulma se torno de espato.
-
JA JA JA JA JA pero si que es
inteligente este niño – me mofe estridentemente.
-
¡Ay cállate tarado! ¡no puedo
creer que esta sea su primera palabra!
-
¡Bah! ¿y que importancia tiene eso?
-
¿A si? Trunks dile algo a tu
padre.
-
… - El niño me miro en silencio
por un momento y luego me señalo – Inseto
-
Ja, que te parece eso ¿Eh? – Bulma
estaba de buen humor aunque un poco decepcionada por la primera palabra de
nuestro hijo, pero al menos ese jocoso momento me había animado un poco y
aminorado mi aburrimiento.
Voy a comer algo antes de seguir escribiendo y
veré si Trunks estudio las lecciones de idioma saiyajin que le deje antier.
1 comentario:
Wow! muy padre, ya tenía tiempo sin leerte, pero como siempre me encantó ;)
Espero que no tardes mucho en actualizar ^^
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