19 de Julio 791
El hombre que me sujetaba era un soldado de
avanzada, su armadura no tenia hombreras, una cicatriz en forma de cruz la
marcaba la mejilla y su cabello negro se extendía a los lados en largos picos.
-
¿Ahora eres niñera Rabba? –
pregunto el desconocido.
-
… Me quede en silencio y mire a “mi
asistente” para mi sorpresa su permanente sonrisa había dado paso a una cara de
enojo.
-
¡Quítale las manos de encima!
Rabba le lanzo un puñetazo directo al rostro y
el extraño salió proyectado rompiendo la ventana del comedor. Luego ella
salto sobre la mesa y se paro al borde
de la quebrantada ventana – espere me un momento alteza, en seguida vuelvo –
dijo mirándome con una sonrisa antes de correr en dirección a los jardines en
los que cayo aquel tipo.
Le seguí con la vista y vi como lo levanto con
una mano sujetando lo de armadura, esperaba que aquel hombre le devolviera el
puñetazo, tal y como habría de esperarse de un saiyajin respetable, pero solo
se puso de pie sonriente, aunque Rabba no parecía contenta de verlo, estuvieron
conversando por un par de minutos, note que por un momento pareció sorprenderse
y luego miro en mi dirección, entonces la platica pareció acalorarse y luego separaron.
Rabba volvió al comedor con paso lento y con los brazos cruzados, miraba al
suelo mientras andaba y luego me miro con una sonrisa.
-
¿Quién era ese inútil?
-
Nadie – respondió la muchacha con alegría.
-
¿Nadie?
-
Si, nadie.
-
Rabba… tu príncipe te ordena que
le digas quien es ese soldado.
-
… - suspiro con desanimo y dijo - …
su nombre es Bardock es un soldado de clase media, es líder de un escuadrón de
conquista… y es… era mi pareja.
-
¿Eh? – me quede helado,
definitivamente no me esperaba ese comentario.
-
Él me estaba buscando… por lo de
nuestro hijo- no sé que expresión tenia mi cara, pero seguro era muy ridícula porque
Rabba soltó una risita.
-
¿Tienes un hijo?
-
Voy a tenerlo, hace ya varios
meses mezclamos nuestros materiales en el centro de reproducción… pero… al
parecer cuando nazca lo mandaran a un planeta débil… parece que será un soldado
de clase baja.
-
Bah, tanto escandalo por tan poca
cosa.
-
¡Alteza!
-
¡¿Que?! ¿Por qué tiene que
importarme un simple soldado de clase baja y sus padres? Tengo muchas mas cosas
de que preocuparme.
-
Príncipe…
-
Mi papa va a entregarme a ese
miserable de Freezer muy pronto y no hay nada que pueda hacer.
-
Alteza…
-
¡Los odio! ¡Los odio a todos! ¡A
mi padre, a Nappa, a ti a ese soldado y su hijo!
-
¡VEGETA!
Todo paso tan rápido que no pude reaccionar un
estridente sonido y el dolor de mi mejilla me informaron lo que había pasado; a
lo largo de mi vida había recibido golpes en mi entrenamiento, incluso de mi
padre, pero era la primera vez que alguien me abofeteaba, sentía la furia
apoderarse de mi, pero antes de que tomara control de mis acciones un abrazo cálido
y sobre cogedor.
Desperte de mi sueño por una briza helada, mi
cuerpo volvió a la realidad cuando el frio de la roca se filtro por mis huesos,
estaba en la cueva en la que había acampado la ultima noche cuando una tormenta
me alcanzo en pleno vuelo, llevaba mas de 5 meses viajando por el planeta, recorriéndolo
en toda su extensión, a veces por aire y otras a pie, procurando mantenerme
lejos de las ciudades y acudiendo a poblados pequeños solo para abastecerme de
comida. Por todos los lugares que pasaba podía ver rastros de la destrucción que
Cell había dejado tras de si cuando recorrió el planeta. Cada cráter creado por
una ráfaga de energía, cada montaña resquebrajada por un golpe, me recordar los
angustiosos momento que pase en el torneo de Cell, en medio de mi cavilación,
la sensación cálida dejada por el sueño que tuve, el cual ahora parecía distante,
hizo que el recuerdo de otra calidez llegara a mi… Bulma, la única persona que
no había dejado mi mente desde que deje la corporación capsula. Había iniciado
este viaje para despejarme y tratar de encontrar un nuevo sentido a mi vida; mi
fracaso como guerrero y la muerte de Kakarotto me habían consternado mas de lo
que jamás hubiera imaginado, pero ahora todo se me había revelado de manera
casi de epifanía… y que si Kakarotto ya no estaba, que si Gohan era mas
poderoso que yo; seguí con vida, y mientras así fuera podría seguir fortaleciéndome.
Empaque mis cosas y emprendi el vuelo de
regreso, una nueva determinación me impulso a volar mas rápido, acelere tanto
que mi mochila de viaje se desprendió de mi espalda al romperse los tirantes,
pero no me importo, no deje de acelerar hacia mi objetivo, iba a casa. En solo
2 horas estaba en la capital del oeste y en segundos mas esta flotando por
encima de la corporación capsula, era medio día y parada en el patio trasero
con Trunks en los brazos mientras que el viento hacia bailar la ropa recién lavada
en el tendedero. El pequeño saiyajin ahora tenia la cabeza tupida de cabello
lila y su apariencia regordeta se había vuelto más esbelta. Sus penetrantes
ojos azules miraron hacia arriba y extendió su pequeña mano hacia mí tratando
de alcanzarme; entonces Bulma siguió la mirada de nuestro hijo y sonrió
radiantemente al verme.
-
Bienvenido – dijo con alegría.
Tengo mucha hambre, es la última vez que
escribo antes del desayuno, creo que le diré a Bulma que prepare unos Waffles.
1 comentario:
Brutaaal como siempre :D
graciias por subirlo C:
p.d. no quiero sonar sangrona pero cuida la ortografi a vece no se entiende lo que quieres decir :P
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