domingo, 1 de septiembre de 2019

Las Memorias de Vegeta (Entrada 130)

4 de Diciembre 791
Habiendo tomando rumbo por la carretera decidí no detenerme y conduje hasta ya entrada la noche, pero eso me permitió llegar a la capital central ese mismo día. Como ya el sueño me estaba pesando y peor aun, me dolía el trasero después de conducir por tanto tiempo decidí hospedarme en un hotel; en un principio pensé que cualquier motel bastaría, después de todo durante mi época de mercenario a las ordenes de Freezer, pase la noche en peores lugares. Lo malo es que después de tantos años de disfrutar de una buena cama y la agradable compañía de mi esposa, el recostarse en una cama de dudosa higiene mientras se escuchan gemidos provenientes de otra habitación se vuelve mucho menos que deseable.
Así fue como termine hospedándome en el “Royal Bird of the Mountain ” un hotel de cinco estrellas en el centro de la ciudad a poca distancia del palacio del rey, un lugar bastante lujoso, tanto que en un principio no querían alquilarme una habitación, pero una vez que vieron mi tarjeta de crédito la actitud de esas sabandijas de la recepción cambio para bien, nunca hay que subestimar la fama y prestigio de la Corporación Capsula. Ya una vez instalado en mi habitación decidí tomar un baño y pedir algo al servicio al cuarto, como no quería cenar pesado, tan solo ordene 5 sándwiches de jamón con queso y un par de malteadas de chocolate. Cuando el camarero llego con mis alimentos le di una generosa propina y me senté en la mesa aun lado de la ventana. Mi habitación estaba en el noveno piso, lo cual me daba una excelente vista nocturna de la ciudad. Las múltiples luces de las calles, edificios y casas se reflejaban en el vidrio y así mismo podía ver mi reflejo difuso causado por el juego de luces del interior del cuarto y la oscuridad de la noche en el exterior. Esta visión trajo a mi un recuerdo; mientras miraba mi imagen en la ventana pude recordar con claridad otro momento de mi vida en el cual también me encontraba viendo mi reflejo.
Con un estruendo y el impacto amortiguado por el interior de mi capsula, el largo viaje a la tierra había terminado. Tras casi un año de estar viendo mi rostro reflejado en la ventana de la capsula en los breves momentos en los que despertaba de la ivernacion por fin respiraría algo de aire fresco. Normalmente habría dormido todo el viaje, pero no quería estar completamente aletargado a nuestra llegado como efecto del sueño inducido, así que programe algunos lapsos para despertar a lo largo del trayecto y así mantener mi mente lucida; por supuesto, no le dije nada de esto a Nappa para ahorrarme su aburrida platica, era un lacayo bastante fiel pero su compañía era bastante insufrible cuando se aburría. Las luces de la consola de mando se reflejaban sobre el vidrio sobre poniéndose a mi imagen, hacia ya un par de horas que el sistema de inducción nos había provisto del idioma mas comúnmente hablado en el planeta explorando las comunicaciones radiales en la atmósfera y en un par de minutos terminaría con el diagnostico planetario. Sabíamos de antemano que la tierra era habitable, pero no teníamos idea de todas sus condiciones climatológicas y topológicas, era el procedimiento estándar de exploración, toda la información recopilada por los sensores de la capsula se descargaba de inmediato a nuestros rastreadores.
Mi rastreador emitió una alerta y mostró en la pantalla ocular el icono de “descarga completada” y la compuerta de la capsula se abrió con lentitud despresurizando el interior e inhundandolo con los aromas de afuera. Mi cuerpo estaba ligeramente entumecido, así que me tomaría un par de minutos aclimatarme, o al menos eso pensé, al apoyar mi mano en la compuerta para jalarme hacia afuera, tuve mi primer contacto con la gravedad terrestre, era mucho menor a la que estaba acostumbrado, haciendo que me sintiera muy ligero, por un momento me maree levemente, pero al ponerme de pie mis sentidos se orientaron de un nuevo. Habíamos aterrizado en medio de lo que parecía ser una ciudad bastante conglomerada y nuestra llegada causo mucho revuelo; decenas de personas se aproximaron a los cráteres dejados por nuestras capsulas. Nappa y yo nos elevamos con calma para salir de ahí y nos paramos frente a la multitud que no paraba de crecer.
- <Así que esta es la tierra> - le dije a Nappa en la lengua natal saiyajin mientras miraba a mi alrededor. Acostumbrábamos hablar en nuestro idioma entre nosotros, desde que era niño el siempre lo prefirió en lugar de siempre hablar alguna de las tantas lenguas habladas a lo largo de espacio conocido - <este planeta no esta nada mal>
- <Creo que debo saludar a estos seres escandalosos y curiosos> - menciono Nappa con cierta expectación en su voz.
- <Ju ju ju… no te excedas> - le advertí conociendo ya su mal habito por la destrucción desmedida.
Con un gesto de su mano un destello broto del suelo para luego convertirse en una ráfaga de energía explosiva que abarco un enorme radio a nuestro alrededor. Los gritos de terror de los terrícolas alcanzados por esta, fueron tragados por el estruendo del estallido mientras sus rostros se desvanecieron en el resplandor fatal. El suelo bajo nuestros pies se desmorono, dejándonos flotando un par de metros encima del cráter dejado por la técnica de Nappa.
- <¡Ja ja ja! Creo que se me paso un poco lo “cortés” pero fue sin querer> - dijo Nappa notando el resultado de su pequeño saludo.
- <Déjalo así Nappa, si maltratas este planeta, no podremos venderlo a buen precio> - ya desde que habíamos decidido venir a la tierra se me vino a idea de apoderarme del negocio de Freezer una vez que obtuviera la vida eterna con las esferas del dragón, y viendo el enorme potencial de este planeta, sabia que seria una sabia decisión.
- <¡Tienes razón! Ahora que recuerdo, también tenemos que buscar esas esferas que pueden cumplir cualquier deseo>.
- <Son “Las Esferas del Dragón”, primero buscaremos al sujeto que mato a Raditz y le preguntaremos sobre ellas>.
- <Así es> - asintió Nappa.
- <Pero si las esferas se encontraban por aquí, nuestro deseo de obtener la vida eterna nunca se cumplirá ¡Y la culpa de todo la tendrá tu estúpido saludo!>
- <Lo siento… olvide por completo lo de las esferas> - respondió cabizbajo mi compañero.
- <Eso ya esta hecho, y no podemos hacer nada; primero buscaremos al individuo que tenga el poder de pelea mas elevado, ese debe ser el sujeto que mato a Raditz>
Active mi rastreador y coloque el modo de búsqueda y Nappa hizo lo mismo, para nuestra sorpresa múltiples lecturas con un poder superior a mil aparecieron en distintos puntos de la tierra, aun así ninguno de ellos era un oponente adecuado para nosotros, así que decidimos ir tras el mas elevado. Fue Nappa quien ubico a los dos que tenían un poder “extraordinariamente alto” como el dijo. Indicándole que era hora de jugar, emprendimos el vuelo hacia esa dirección.
Voy a prepararme un café y algo caliente para desayunar, hoy amaneció haciendo bastante frió y como Bulma es muy friolenta aun no se levanta, quizás tenga que ir a “calentarla” un poco. 

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuando leo estas entradas, no solo me trasporto a ese universo que reflejas tan bien con tus lineas, sino que rememoro aquellos días en los que empece a leerte y me trae muy buenos recuerdos. Ya hace un año te lo dije y te lo repito amigo; cada vez que leo tu saga de las memorias de vegeta me sorprendo mas por el visible talento que tienes para escribir, y por la manera en que tus letras encarnan ese vegeta de Z, sigue así. Un abrazo y un saludo grande de un admirador tuyo y de tu obra.

musashi X dijo...

ESTE es mi nuevo comentario favorito

Monik Casadiego Angarita dijo...

Hola, ¿cómo hago para seguir leyendo las historias de Vegeta? no enncuentro los otros links los del inicio y los sigueintes a este, por fis :)

musashi X dijo...

Hola, aqui estan todos mis escritos hasta la fecha:
https://www.wattpad.com/myworks