13 de Septiembre 791
8:00pm
Esperaba una sensación
similar a cuando me transformé en chocolate, pero para mi sorpresa lo único que
se vio alterado fue mi tamaño: cuando aquella masa rosada me envolvió me protegí
a mí mismo con una barrera de energía y note como empecé a encogerme, luego mi
cuerpo atravesó los tejidos de Majin Boo como si me hundiese en una espesa
gelatina. Mientras más profundo llegaba más de su estructura corporal alcanzaba
a ver. Sus nervios, músculos, venas y órganos eran de una variación de tonos
rojizos y azulados que no dejaban de agitarse y cambiar de forma, tal y como
esperaba Majin Boo no tenía un esqueleto. Me pregunte qué tan pequeño me había
vuelto pero me era difícil distinguir algo con lo cual compararme mientras me hundía.
De pronto deje de
sumergirme y me detuve por completo, imagine el proceso de absorción había
terminado, ahora debía abrirme paso, entonces me percaté de que no podía
moverme, estaba atrapado y solo mi rostro estaba al descubierto. Debía
liberarme pero tenía que hacerlo con cuidado para no alertar a Majin Boo de que
estaba consiente, hice un esfuerzo por mover mis manos y pude sacarlas hasta
alcanzar mi cara, hice mi cabeza hacia atrás apenas o suficiente para poder
ensanchar el hueco con mis manos, me jale hacia fuera; ya liberado me di cuenta
de que lo que me retenía era una especie de capullo protuberante –“Así que así
es como te absorbe y usa tus habilidades”- pensé, este plan había sido una
apuesta muy arriesgada, pero ahora empezaba a rendir frutos, Trunks, Goten,
Gohan y Piccoro muy posiblemente estaban ilesos; escapar del capullo no fue
difícil así que probablemente se encontraban inconscientes, ahora debía
encontrarlos.
El problema era que no
había donde me encontraba, y aún estaba en un espacio muy apretujado, tenía que
moverme. Forme una delgada hoja de ki con mi barrera en la parte que envolvía
mi mano derecha y corte con cuidado y lentamente, no sabía que tanta
sensibilidad tenia este monstruo en el interior de su cuerpo así que mientras
menos daño causara menores posibilidades habría de ser descubierto; me deslice
reptando entre los repugnantes tejidos que iba cortando y me di cuenta de que
estos se reparaban rápidamente, tras unos minutos atravesé suficiente de su
carne para llegar a lo que para mí tamaño parecía una caverna, está por alguna
razón estaba un poco más iluminada y parecía estar en el techo de esta, abrí un
poco más el agujero que me había llevado ahí y me deje caer. De pronto una
estruendosa carcajada retumbo desde arriba de mí, era tan atronadora que tuve
que cubrirme los oídos.
-
¡Qué escandalo!
Se está riendo como lunático… a lo mejor ya perdió la cabeza, pero no puedo
hacer nada mientras este dentro de el – luego puse mi atención en mi propio ser
y mire mis manos – la barrera funciono a la perfección, no me absorbió ni a mis
poderes como a los demás – no tenía idea de cómo era el interior de Majin Boo y
no sabía si encontraría a los otros, esperaba que no estuvieran muertos - ahora que la barrera cumplió con su trabajo no
la necesito más.
Me relaje dejando que
la barrera se disipara y al instante mi cuerpo se paralizo, hubo un resplandor
que me cegó y de pronto choque de espaldas contra una “pared” y aun más
sorpresivo fue ver a Kakarotto frente a mí.
-
¿Qué? –
pregunte más para mí que para Kakarotto quien había caído sobre su trasero.
-
¡¿P,
porque cuando nos quitamos ese campo de energía la fusión también desapareció?!
– pregunto Kakarotto tan confundido como yo… o quizás más.
-
¡Y cómo
voy yo a saberlo!
-
Que
extraño… ese anciano me dijo que una vez que nos pusiéramos estos arcillos ya
no volveríamos a ser dos individuos.
-
Es verdad,
tú también dijiste lo mismo – dije mientras examinaba mi cuerpo, en efecto
volvimos a la normalidad, pero más valía prevenir- corrimos con suerte – le
dije mientras me quitaba el pendiente de mi oreja derecha – lo siento pero no
volveré a fusionarme contigo.
-
¡Oye ¿Qué estás
haciendo?! ¡no te quites el arcillo! Cuando salgamos del cuerpo de Majin Boo
seguro que podremos fusionarnos de nuevo – reclamo.
-
… - mire
el pendiente con repugnancia como si fuera el grillete de una desagradable
prisión mientras pensaba en lo que había dicho Kakarotto.
-
El aire de
este lugar es raro y desagradable, dudo mucho que nos fusionemos aquí.
-
… sin
decir nada triture el pendiente en mi mano ante la atónita mirada de Kakarotto.
-
P, Pero
Vegeta ¡¿Por qué demonios hiciste esa barbaridad?! ¡Ahora no volveremos a
fusionarnos nunca! ¡además tú ya estás muerto! ¡ahora que ya no podemos
fusionarnos tú tendrás que regresar al otro mundo!
-
Prefiero
estar muerto a tener que fusionarme contigo, además ya no le veo la necesidad,
esto es absurdo – le declare.
-
¡No digas tonterías!
Eso no podemos asegurarlo, aunque rescatemos a todos los que fueron absorbidos
nadie nos garantiza que Majin Boo volverá a la normalidad ¡¿Qué es lo que vamos
a hacer?!
-
Entonces
reza por que encontremos a los demás y que todo marche a la perfección, ¿oíste?
-
¡No digas
eso!
-
Anda date
prisa – le apure al tiempo que empezaba a andar – probablemente Boo tiene
pensado destruir la tierra.
Me encamine hacia un
agujero en las paredes de la carne de Boo, no estaba seguro de a donde llevaba
pero cualquier cosa era mejor que quedarme escuchando sus quejas. Llegamos a un
pasadizo que desembocaba en un acantilado, por todos lados había venas y
vejigas que palpitaban asquerosamente. A juzgar por esto debíamos ser más
pequeños que una garrapata, pero definitivamente no nos habíamos encogido a un
nivel celular.
-
Ahora que
me fijo bien este lugar es muy desagradable – comento Kakarotto a mis espaldas.
-
Pues
claro, así son todos los seres vivíos, además estamos en el interior de Majin
Boo – aunque no sabía exactamente en qué parte.
Mi pie se empezó a hundir
en suelo, se había vuelto una sustancia viscosa y resbaladiza que me jalaba,
pronto estaba sumergido hasta la cintura - ¡¿Qué está pasando, porque nos
estamos hundiendo?! – grito Kakarotto quien también había quedado atrapado, yo
ya estaba hundido hasta el cuello, a penas alcance a tomar una bocanada de aire
antes de quedar completamente cubierto por el limo. Atravesamos otra capa de
piel y caímos en una especie de rio. En cuanto perdí la inercia de la caída
nade a la superficie, el líquido en el que nos desplazábamos era de una consistencia
más espesa que el agua y de un color ámbar, además se sentía muy tibio. Al
alcanzar la superficie me sujete de algo que flotaba cerca de mí y salí del
agua para ponerme de pie, mire a mi alrededor y pude ver trozos de comida, o
mejor dicho golosinas que echaban vapor mientras se deshacían.
-
Esto debe
ser… parece que estamos en el estómago.
-
¿Eh? ¿Por
qué sale tanto humo? Me pregunto Kakarotto llamando mi atención, al voltear a
verlo me di cuenta que aun tenia medio cuerpo dentro del líquido.
-
¡ESTUPIDO!
¡¿Qué no vez que son jugos gástricos?! ¡si no sales de ahí pronto te derretirás
hasta que no quede huella!
-
¡AAAAAAYYY!
– Kakarotto salto a una galleta de chocolate que flotaba junto al waffer el que
estaba yo, haber pasado tanto tiempo con la madre de Bulma hizo que aprendiera
a distinguir distintos tipos de repostería.
-
… - El
sonido de agua corriente hizo que desviara mi mirada hacia un lado, a un poco
de distancia estaba un remolino que devoraba los alimentos que flotaban en los ácidos
estomacales, ahora me percataba que estábamos moviéndonos hacia allá - ¡Ese
canalla va a digerirnos junto con estos alimentos! – salte a la galleta de
Kakarotto ya que mi waffer empezaba desmoronarse, nos movíamos cada vez más
rápido hacia aquel vertedero que seguramente llevaba a sus intestinos – mira
Vegeta, nos están rodeando – dijo Kakarotto con curiosidad; en efecto la comida
comenzaba a ceñirse a nuestro alrededor impulsada por la corriente gástrica,
las enormes golosinas se nos venían encima tan rápido que Kakarotto y yo nos
vimos forzados a detenerlas para evitar que nos apastaran y entonces me di
cuenta de que no solo nuestro tamaño había sido reducido, sino también nuestra
fuerza, las galletas y confites que nos rodeaban se sentían tan duras como el
concreto y se sentían como si pesaran toneladas.
De repente nuestra balsa
de repostería se tambaleo haciéndonos caer fuera de ella, nadamos dentro del líquido
estomacal para evitar ser arrastrados por la corriente, pero no podíamos
permanecer para siempre en ella o de lo contrario nos disolveríamos en el ácido,
flotar por encima de la superficie no era una opción tampoco porque no se veía
una salida aparentemente. Habíamos evitado usar nuestro ki para volar por si en
dado caso ese monstruo pudiera sentir nuestra presencia, sin embargo no
teníamos tiempo para ser sigilosos en ese momento. Acumule energía formando una
esfera en mi mano y me dispuse a disparar – “espero que esto te duela
miserable” – pensé sin poder evitar sonreír al imaginarme a Majin Boo sufriendo
con el retortijón que estaba a punto de provocarle; la pared estomacal se
estiro al impacto con mi proyectil hasta que se reventó provocando que escapase
jugo gástrico por el boquete, el repentino cambio en la presión nos succiono a
Kakarotto y a mi sin que pudiéramos evitarlo. Caímos hacia otro espacio
cavernoso y aterrizamos sobre un montón de comida a medio digerir, me levante
de inmediato y me deshice de la suciedad expulsando brevemente mi ki.
-
¡Uuuhhh!
¡Oye Vegeta! Arriesgas demasiado las cosas, ¿Qué harías si Majin Boo se da
cuenta de que estamos aquí? Además nos costó mucho trabajo entrar en su cuerpo.
-
¡hmph! No
me interesa… además te acabo de salvar la vida, si no hubiera sido por mi estarías
perdido – le respondí a sus reproches – deberías agradecérmelo. Por cierto, si
sigues perdiendo el tiempo jamás encontraremos a Gohan y los demás y la tierra
que pretendemos salvar desaparecerá en poco tiempo… - emprendí el camino
mientras le advertía sobre los peligros de sus tonterías sin esperar a más de
sus berrinches.
-
Si ¡eso ya
lo sé! – alcance a escucharle decir.
Habría querido ir más
deprisa, pero no había manera de orientarme ni tan poco un camino que seguir,
además de la poca visibilidad debida a la escasa luz. Era sumamente incomodo,
el aroma, el calor y el constante sonido de sus funciones corporales, racimos
de protuberancias conectadas entre sí por lo que parecían venas palpitaban con repugnancia
haciendo ruidos gelatinosos y a donde vieras podías ver trozos de más
chucherías que posiblemente quedaban atrapadas entre sus tejidos cada vez que
ese monstruo alteraba su apariencia.
-
Ese
demonio solo come dulces – dijo Kakarotto anonadado – a donde quiera que vea
solo hay dulces y pasteles, eso no es bueno para la salud… y además engordas.
-
¡Deja de
decir tonterías! ¿tú crees que va morir por comer tantos dulces? ¡por favor no
me hagas reír! – si esto lo impresionaba seguramente nunca había visto a la
madre de Bulma dando se un festín de pastelillos. – no se murió con la golpiza
que le dimos.
-
¡Ja ja ja
tienes razón!
-
… - me detuve
en seco, un sonido capto mi atención.
-
¿Qué
sucede?
-
Silencio…
- impere.
Era un sonido inquietante,
como un zumbido y un latido a la vez, cada vez más fuerte; de pronto un resplandor
por encima de mí me hizo voltear al “techo” cientos de pequeñas masas
gelatinosas de color verde brillaban con intermitencia de un color amarillento,
de pronto se dejaron caer tan rápido que el tonto de Kakarotto no se movió -
¡Cuidado! – grite mientras lo jalaba. Las pequeñas bolas de gel ser arrastraban
a donde quiera que había un trozo de comida.
-
¿Qué son
estas cosas tan asquerosas? – pregunto Kakarotto acercándose para verlas más de
cerca, de repente una de ellas salto al hombro de Kakarotto cuando este se
acuclillo para observarlas- ¡ahh! – se la quitó con la mano tan pronto como
empezaron a humear sus romas y al caer al suelo la extraña criatura rápidamente
salto al trozo de comida que tenía más cerca - ¡ay! Estuvo a punto de
derretirme – en segundos las criaturas acabaron con los restos de comida
dejando solo pequeñas migas que siguieron buscando - ¡Vaya sí que tienen un
apetito feroz!
-
Parece ser
que estas criaturas digieren los alimentos que come Majin Boo para después
nutrirse con ellos – me imagine que con un cuerpo que cambia de forma tanto un
sistema digestivo ordinario no sería suficiente.
-
Pero… ¿no
crees que estas cosas traten de comernos también para después convertirnos en energía?
– pregunto Kakarotto angustiado.
-
Posiblemente,
entonces demostrémosles que no tenemos buen sabor – conteste sonriendo con
malicia y justo en ese momento las criaturas se arrojaron contra nosotros de
todas direcciones.
Entre esquives golpes
y patadas reventábamos una a una las masas de gel que nos atacaban; no era difícil,
pero sin duda alguna eran demasiadas como para acabar con ellas mano a mano.
-
¡Estas
cosas son demasiadas! – le advertí a Kakarotto y empecé a disparar ráfagas de energía
a diestra y siniestra.
-
¡Vegeta! Si
exageras Majin Boo se dará cuenta de nuestra presenc….
Como si esas cosas también
se hubieran hartado de su voz, se empezaron a aglutinar en su cara cerrándole la
boca, Kakarotto apenas y pudo quitárselas para poder respirar antes de que
empezaran a cubrir su cuerpo. Entre más se acumulaban más restringían sus
movimientos y además empezaron a darle descargas eléctricas, haciendo que gritara
de dolor. Grite tratando de llamar su atención pero en medio de todo lo que ocurría
una sorpresa más se avecinaba. Las entrañas de Majin Boo empezaron a estremecerse
y un protuberancia comenzó a abrirse paso por el suelo, y emergió rompiendo el
recubrimiento interno que lo formaba hasta revelar a una especie de gusano pálido
y gelatinoso que ahora nos bloqueaba el paso, de lo que parecía ser su boca se podían
ver hileras de dientes afilados y baba rojiza que le escurrían de entre ellos.
¡Agh! Solo recordarlo
hace que me den nauseas, creo que iré a tomar un antiácido antes de seguir
escribiendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario