Las Memorias de Vegeta (Entrada 94)

1 de Septiembre 791 4:18 pm

Por un momento todos permanecieron en silencio mientras los dos individuos se alejaban. Kakarotto y Piccoro intercambiaron opiniones acerca de estos dos personajes, coincidiendo en que no pertenecían a este planeta. No fue hasta que Krillin llamo nuestra atención que retomamos nuestro camino hacia el lugar del sorteo.

Llegamos al recito donde se llevaría a cabo el sorteo, ya ahí se encontraban otros individuos con niveles de poder insignificantes. Encontraba ahí junto con el personal del torneo. Después de intercambiar saludos con Kakarotto anuncio que cuando cada participante escuchara su nombre, debería pasar para tomar un número al azar de una caja, de esta manera se decidiría el orden de los combates.

-        Dios… por favor no permitas que me toque con estos barbaros, tu sabes a lo que me refiero – oro devotamente Krillin entrelazando sus manos en una plegaria.

-        Krillin, tu sabes muy bien que Kamisama es Dende – le respondió Piccoro divertido por su plegaria.

-        A lo sé, diosito Dende ayúdame por favor.

Me senté a la sobra para esperar mi turno. A parte de la gente en nuestro grupo y esos dos sujetos extraños, los demás participantes eran una bola de sabandijas; había 2 tipos de apariencia extraña y mirada perversa, pero su nivel de poder era apenas un poco más alto que el de los demás. Uno a uno, los participantes empezaron a sacar turnos. El hombre fornido de cara rosada resulto llamarse Kibito y poco después su compañero tomo su compañero, de nombre Shin, saco su número, Kibito ya había sido emparejado con Gohan, y Krillin con un Gordinflón de aspecto repugnante. Kakarotto había sacado ya el número 11 y después de un par de sabandijas más, fue mi turno. Al escuchar mi nombre me levante y me dirigí a la mesa donde la urna se encontraba. Saque la primera esfera que toco mis dedos y al ver el número sonreí con placer, sin molestarme en mostrarle el numero al réferi, extendí mi brazo en dirección a mi rival.

-        ¡Oh! Le toco el numero 12 ¿no es así? – dijo el réferi asomándose por encima de mi hombro para ver mi número.

-        Peleare con Vegeta – dijo Kakarotto con una sonrisa.

Estaba que no cabía de gusto “Perfecto, peleare con Kakarotto. Estaba esperando este momento para ganarle” pensé completamente absorto en mi satisfacción. Este torneo acababa de ponerse realmente interesante.

Se llevarían a cabo 8 combates. El de Kakarotto y mío seria el sexto, lo cual era un fastidio al tener que esperar tanto. Pero había esperado ya 7 años en incertidumbre por esto. Unas horas más no harían la diferencia. Además, el réferi reitero la reglas, eso de tener un límite de tiempo de tan solo 30 minutos mermaba el entretenimiemiento. En cuanto a la plataforma no era ningún inconveniente, siempre y cuando no callera al suelo, aunque ciertamente limitaba el dinamismo del combate. El no poder matar a tu oponente en este caso no importaba ya que Kakarotto ya estaba muerto.

Después del sorteo, se nos llevó a la antesala de la plataforma donde esperaríamos nuestro turno para pelear. Mientras se llevaba a cabo la apertura del evento, esperábamos impacientes por nuestra pelea. Kakarotto estaba haciendo calistenia en una esquina mientras yo le observaba.

-        Estas muy emocionado Goku – Comento Krillin.

-        ¡Ya no puedo esperar! – respondió el.

-        Claro, porque te tocara pelear con Vegeta, es como tener la pelea final por adelantado – declaro Krillin.

Me limite a mirarles, Krillin tenía razón, para mi esta era la única razón para participar en este estúpido torneo. Originalmente entre en el para pelear con Gohan, pero una vez que supe que Kakarotto también participaría, me olvide por completo de su hijo. Kakarotto miro por un instante a Piccoro quien llevaba un rato recargado en el marco de una puerta. Estaba sudando de nervios; evidentemente estaba preocupado por el oponente que le había tocado, el misterioso hombrecillo Shin. El silencio se apodero de la sala por un momento cuando este y su compañero entraron en ella. Miro en silencio por un momento a Kakarotto, sonriendo de la misma manera inquietante que siempre y luego miro a Piccoro. Este miro a su contrincante en absoluto silencio sin decir media palabra.

El primer combate fue el de Krillin contra la enorme bola de manteca que no dejaba de alardear de su insignificante poder de pelea. Como era de esperarse, el combate no duro más de 2 minutos. Seguido de este, Piccoro y Shin salieron a la plataforma. Note cierta rigidez en el caminar de Piccoro; todos a excepción de Krillin estábamos intrigados por su oponente, pero el mismo Piccoro parecía haber notado algo más. Al momento de salir, ambos fueron presentados por el réferi. Pero al dar la señal de inicio ambos permanecieron estáticos. Por lo menos tres minutos pasaron antes de que el público les abucheara por no comenzar la pelea, el mismo réferi les imploraba que comenzasen. Aunque no podía ver su rostro. El lenguaje corporal de Piccoro me decía que estaba completamente perturbado; la simple sonrisa de Shin tenía paralizado al Namekuseijin que en el pasado le había hecho frente al mismísimo Freezer.

De pronto Piccoro se disculpó con el réferi y anuncio que no pelearía. Aparentemente esto no fue solo inesperado para nosotros y el público, pero también para Shin, quien luego sonrió complacido. Piccoro bajo de la plataforma y volvió a la sala.

-        ¿Qué ocurre Piccoro? – Pregunto Kakarotto cuando Piccoro entro en la sala - ¿Tan grave es el asunto?

-        La diferencia de niveles es extraordinaria – respondió Piccoro con un tono mordaz.

-        ¡¿Pero que estás diciendo?! – Reclamo Krillin – No vez que me tocara pelear con ese Sujeto en la segunda Vuelta.

Todos nos quedamos sorprendidos aún más ante esta declaración de Piccoro. “¿Quién rayos es ese insecto?” pensé mientras lo veía encaminarse a la sala.

Mientras El combate de Videl,  la chica que acompañaba a Gohan. Ella con el grotesco mastodonte de mirada perversa.

-        Nos veremos en la segunda vuelta – le dijo a Gohan quien la miraba dirigirse a la plataforma.

-         ¿Eh? ¡Sí! – respondió sin poder ocultar aun con sus gafas de sol su cara ruborizada.

Ya me parecía a mí que estos dos se traían algo. Con razón Gohan estaba siendo extremadamente complaciente con la chica. La Joven muchacha entro a la plataforma entre los vítores de la multitud y el acompañamiento de una banda de música conformada por la policía; aparentemente la chica no solo era la hija del insecto Mr. Satán, sino también una especie de heroína en ciudad Satán.

La chica y la bestia empezaron a subir a la plataforma cruzándose en el camino con Shin, quien al pasar cerca de aquella mole. Perdió por primera vez su sonrisa, cambiándola por una mueca de disgusto total. Su cara permaneció seria al entrar en la habitación donde estábamos los demás. Luego volvió a sonreír y se dirigió a donde estaba Piccoro al otro lado de la habitación.

Me pareció que estaban hablando de algo en voz muy baja, y de pronto Kibito se colocó detrás de Piccoro llamando su atención. Lo que le dijo debió ser completamente inesperado, dada la cara de asombro de Piccoro. Shin se retiró con tranquilidad, dejando a Piccoro completamente consternado e inmerso en sus pensamientos.

-        ¿Qué sucede Piccoro? – pregunto Kakarotto sacándolo de su introspección - ¿Acaso ese sujeto te dijo algo que te molesto?

-        ¿Qué? – Piccoro no parecía estar en sus cinco sentidos aun.

-        Si es así yo mismo me encargare de reclamarle… Después de todo alguna vez fuiste el dios de la tierra y mereces algo de respeto.

-        ¡¿QUE?! ¡NO! ¡no, no, no! – respondió desesperado Piccoro -  ¡Por tu madre! ¡por tu vida! – le imploro mientras hacía gestos para detenerle - ¡No le digas nada! ¡NO LE DIGAS NADA!

Kakarotto se quedó en silencio ante la petición de Piccoro, era realmente extraño verlo actuar de esa manera. Definitivamente ese sujeto escondía algo grande.

Todavía recuerdo las muecas tan ridículas que hizo Piccoro ese día, se supone que ahora está en el infierno por decisión propia para mantener el orden ahí. Tomando en cuenta que Ahí está Freezer, su padre, su ejército y Cell, debe divertirse todos los días.

Sabandija afortunada.