30 de Junio 791 9:56pm
Mi sistema nervioso estaba inundado de dolor proveniente de mi brazo izquierdo, a penas y pude dar unos pasos antes de caer de rodillas. Estaba aturdido, mi vista se centraba en mi extremidad que permanecía colgando como un pedazo de carne muerta; escuche a alguien gritar pero un incesante zumbido en mis oídos me hacia imposible reconocer la voz. De pronto la androide se había dado la vuelta y un estruendo metálico interrumpió mi sordera, pude ver a Trunks que se había lanzado al ataque, con su espada en las manos ataco a la rubia, pero esta bloqueo con su brazo el corte haciendo que la espada se mellara visiblemente ante la mirada atónita de mi hijo. En fracciones de segundo el androide No. 17 lo golpeo por la espalda antes de que yo pudiera articular una palabra, Trunks cayo al suelo precipitadamente perdiendo ligeramente la conciencia.
La respuesta de Piccoro y Ten Shin Han no se hizo esperar. Pero no eran el oponente indicado para estas maquinas, si la fuerza y velocidad de un súper saiyajin no eran suficientes para seguirles el paso a las chatarras, esos dos inútiles no tenían posibilidad alguna. El joven de cabello negro de deshizo de Piccoro con una patada y esquivo con gran facilidad el golpe del fenómeno de tres ojos, colocándose detrás de el y estrangulándolo con una rudimentaria llave. Mi ira estaba haciendo que el dolor menguara brevemente - ¡Maldición! – brame encolerizado, no iba a dejar que un par de tostadoras ambulantes me humillaran. Me lance sobre el No. 17 con la intención de atravesar a Ten Shin Han de un puñetazo y así golpear a su captor, pero apenas me eleve alguien me sujeto por la pierna, era la niña rubia; en ese momento Trunks se levanto y trato de contraatacar y antes de que pudiera reaccionar me vi jalado por la enorme fuerza de la chica, antes de que me diera cuanta ya me había estrellado contra Trunks derribándolo, yo por mi parte derrape por el suelo y me vi forzado a permanecer tirado para recuperar el aliento.
Puede escuchar como Poccoro volvía a atacar pero nuevamente fue en vano. Entonces me percate de que el androide No.18 estaba distraída; reuní todas mis fuerzas y me impulse hacia arriba al tiempo que le arrojaba una ráfaga de energía, pero ella con un movimiento grácil la esquivo y respondió a mi ataque con un a rápida sucesión de golpes que en un segundo me dejaron nuevamente tendido boca abajo sobre las rocas, se acerco caminando a mi y dijo – Creo que debo romperte el otro brazo para que no lo vuelvas a usar – sin dudarlo 2 veces piso mi antebrazo derecho y lentamente su bota fue hundiéndose en mi piel hasta empezar a aplastar mis huesos, el dolor llego a un punto insoportable, mi visión se oscureció y perdí el conocimiento.
Cuando desperté, apenas y podía soportar el dolor, pero no era nada comparado con lo que se arremolinaba en mi mente. Krilin me ofreció una semilla del ermitaño, la cual comí con disgusto, pero sin dejar de maravillarme por sus misteriosos efectos. Cuando los demás se repusieron comenzaron a parlotear sobre lo poderosos que eran esas chatarras. A mis espaldas sus quejas eran como los lloriqueos de unos niños. Sin poder contener mas mi ira, me aleje volando a toda velocidad, en segundos me había alejando varios kilómetros; ¿Cómo era posible que yo, el príncipe de los saiyajin recibiera una paliza de una mujer? Mi fuerza y velocidad eran muy superiores a las de Kakatotto, y a pesar de eso mi orgullo y confianza fueron aplastados con suma facilidad, mientras mas vueltas le daba a lo sucedido mas me enfurecía, podía sentir al súper saiyajin dentro de mi queriendo salir, la transformación estaba en primera instancia asociada con la frustración, y en este momento mi cuerpo comenzaba a reaccionar adversamente a las emociones que me embargaban, así que me detuve en un yermo desolado aterrizando sobre un pequeño peñasco. Estando ahí de pie sentí como la ira se apoderaba de mi, como aquella vez en la que me encontré por primera vez con Kakarotto y me vi superado por el, esta sensación era tan insoportable que casi me causaba nauseas, mas aun después de haber sido capaz de superar sus poderes. Como una hoya a presión mi poder se escapo de mi cuerpo forzando la transformación de manera violenta destruyendo el área a mi alrededor - ¡MALDITA SEA! – grite con todas mis fuerzas al tiempo que el risco que me sostenía se hacia polvo y clamaba venganza en mi pensamientos.
Deambule por horas tanto a pie como volando, necesitaba aclarar mi cabeza, de lo contrario no podría encontrar una solución. De pronto me halle a mi mismo en un pequeño cañón, algo muy familiar me llamo la atención mientras flotaba de aquí para haya; tenia la sensación de ya haber estado antes aquí, me detuve y mire a mi alrededor, estaba seguro de que no era la primera vez que veía este paisaje. Entonces los últimos rayos del sol tiñeron de naranja el panorama – vaya, sin darme cuenta he llegado al otro hemisferio del planeta – pensé serenándome un poco, al verme en medio de ese atardecer me di cuenta de en donde estaba. Este maltrecho territorio fue mi primer campo de batalla en la tierra, aquí fue donde pelee contra Kakarotto por primera vez. Al instante mi mente se lleno con los recuerdos de esa batalla, las primeras cicatrices de mi orgullo se abrían nuevamente al remembrar todo el camino que había recorrido desde ese día hasta hoy. Como si el cielo compartiera mi humor, se lleno de nubes que pronto se tornaron negras y rompieron a llorar su lluvia sobre mi.
- “Se supone que ese hombre llamado Goku es mas fuerte ¿no?... entonces ambos son basura”.
Las palabras de la muñeca mecánica resonaban en mi cabeza como un martillo derribando una pared, nuevamente me transforme en súper saiyajin, pero esta vez a voluntan propia, concentrando mi poder y despejándolo de forma mas controlada en el ambiente, esto hizo que las rocas sueltas se elevaran en el aire y las nubes giraran como si fueran agitadas por una mano invisible y los escasos rayos del sol bañaron mi cuerpo con su luz.
- No logro comprenderlo, se supone que los saiyajin somos guerreros invencibles – vocifere en voz alta - ¿Qué significo esa derrota tan vergonzosa? Ni siquiera pude detener a esos androides…
Mi razón se desmoronaba mientras mas lo pensaba, ¿que demonios había pasado?
- Yo soy un soldado de clase alta ¡el príncipe de los saiyajin! Y si me convierto en súper saiyajin significa que seré el hombre mas fuerte del universo… tal vez por eso debo pelear con los androides, ¿acaso estos serán mis limites?...
Mi monologo se vio interrumpido por un silencio prolongado mientras mi golpeado orgullo se ponía nuevamente de pie.
- ¡No! Yo puedo dar mas, son el gran Vegeta, no importa que tan fuerte sea el enemigo siempre lo superare, se los demostrare… muy pronto… y cuando los derrote… ¡cuando los derrote, entonces seguirá tu turno Kakarotto! – exclame con una sonrisa en los labios. Estaba claro, mas de una vez que había levantado después de caer y esta vez lo volvería hacer, mi sangre saiyajin volvía a arder con el deseo de batalla.
Estoy algo cansado, así que iré a darme una ducha antes de cenar y continuare mañana, además esta noche cocina Bra, me pregunto que ira a preparar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario