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Ya sea que nos refiramos al manga, al primer anime, su
película, su remake Brotherhood o
inclusive a sus juegos de video hay un constante omnipresente en el mundo de
FMA, la ley de intercambio equivalente o Ley de Equivalencia de Intercambio:
"El hombre no puede obtener nada sin dar algo a cambio.
Para crear, algo de igual valor debe perderse. Esa es la primera ley de la
Alquimia de Equivalencia de Intercambio”
En la historia de FMA este concepto aplica no solo al uso de
la alquimia en la cual para transmutar cualquier cosa en otra la energía y
materia utilizadas deben equiparar al resultado esperado, pero también a las
decisiones que los personajes deben realizar; para recuperar el alma de su
hermano y fijarla en una armadura Edward Elric debe sacrificar parte de su
cuerpo, para poder utilizar las prótesis que le devolverán su funcionalidad debe
soportar gran cantidad de dolor y para poder recuperar sus cuerpos los dos
hermanos Elric deben acumular gran conocimiento y enfrentar duras y peligrosas
pruebas.
FMA es una excelente serie que muestra el drama de la vida
desde muchos aspectos distintos, la justicia, la moralidad, la tecnología y la
fe son elementos fundamentales de lo que mueve a los personajes en sus
búsquedas personales. Pero a pesar de ser un artilugio de fantasía que senta
las bases para la manera en la que funciona la alquimia de FMA, es de hecho una
ley que nos ata en la vida diaria en el mundo real.
Una mañana no hace muchos días me desperté en mi cama
envuelto en mis cálidas cobijas, asome mi cabeza para buscar mi celular y ver
la hora ya que por mi ventana no se veían indicios del amanecer, el aire frio
inundo mis fosas nasales y se aferró a mi rostro tratando de succionar el calor
de mi cuerpo. Con poco menos que ganas estire mi mano fuera de las cobijas para
tomar mi celular y me di cuenta que eran las 6:00 am y obviamente como es
invierno ni el sol quería salir al frio. Entonces me vino a la cabeza una duda:
¿Por qué me tengo que levantar tan temprano? Normalmente soy de sueño ligero,
pero en invierno siempre y cuando este bien abrigado puedo dormir serenamente y
el hecho de que me despertara una hora antes de lo que tenía puesto mi
despertador y sin ninguna causa aparente
me decía que era mi propio cuerpo el que había decidido que había
dormido lo suficiente; y en efecto, aún estaba un poco somnoliento, pero no
sentía la imperiosa necesidad de arrojarme a los brazos de Morfeo nuevamente,
pero el ambiente frio de mi hacia que salir de la cama me fuera tan apetecible
como comer crema de habas (y si a ti que estás leyendo esto si te gusta, deja
de leer en este instante y ve a que te revisen la lengua, definitivamente
tienes algo mal). Por unos minas deje que mi mente divagase sopesando mis
opciones y deseando que el calor de mi cama me arrullase para dormir otra vez,
no es que no tuviera nada mejor que hacer, de hecho tenia actividades planeadas
para ese día, pero nada que tuviese que atender en ese momento.
Luego de unos momentos me decidí y tome la valiente decisión
de salir de mi refugio… y lo lamente de inmediato, el frio se coló hasta mis
huesos e hizo que me estremeciera silenciando una mala palabra en mi boca para
calificar la sensación que recorrió mi cuerpo
alce mi mano para jalar el interruptor de la luz y buscar mis pantuflas.
Luego de una rápida escala técnica en el baño me dirigí a la cocina y me prepare
un café y mientras veía la taza dando vueltas en el microondas volví a reflexionar sobre el porqué de estar
levantado y parado en la cocina esa fría mañana; aún faltaban varias horas para
tener que salir de casa, quizás podría jugar unas partiditas de Overwatch o ver
algún capítulo de anime de las tantas series que tengo en mi lista de espera… o
tal vez debería ponerme a escribir, ya que hay muchas ideas que tengo en la
mente y que por decidía y procrastinacion no las pongo en marcha. Con el primer
sorbo del café el calor empieza recorrerme y mi mente se pone en marcha, ya estás
de pie y despierto, pues Carpe Diem…
Como si fuera tan fácil.
Es aquí donde entra en acción la ley de equivalencia en la
vida real. Para despertarse temprano es necesario una de dos cosas o te
acuestas a una buena hora y evitas desvelarte, dejando de ver un capítulo más
de tu serie en netflix por supuesto, o pones es despertador a la hora que
deseas despertar y te arrastras fuera de la cama aun somnoliento porque claro
que seguiste viendo netflix la noche anterior. Si tu objetivo es bajar los
kilitos de más que ganaste por tanto menudo y tamales en diciembre hay varias
cosas que puedes hacer, llevar una mejor dieta, hacer ejercicio o pagarte una liposucción;
en cualquier caso terminaras poniendo de tu parte tiempo, dinero, esfuerzo y
voluntad.
Digamos por ejemplo que tu propósito de año nuevo es viajar a Japón o
cualquier otro lado del mundo, lo que principalmente necesitaras es dinero y
para ello o tendrás que trabajar más o gastar menos para poder ahorrar (eso a
menos que te guste endeudarte y pagar en abonos chiquitos los próximos 2 o 3
años); ahora bien, supongamos que de verdad quieres lograr algo grande este
año, un negocio propio, casarte o convertirte en jugador profesional de League
of Legends, sea cual sea tu meta tendrás que dar de ti algo para conseguirlo.
Como habrás notado ya de esto se trata la ley de
equivalencia en la vida diaria, todo lo que deseas lograr requiere que
intercambies otro recurso por ello, dependiendo del objetivo a veces más de uno
y por supuesto si el tiempo es un factor en ello todo se multiplicara en base a
este. Por desgracia no contamos en el mundo real con algo similar a La Piedra Filosofal que nos permita transmutar
nuestros deseos en materia sin tener que dar algo a cambio, pero contamos con
algo igual de poderoso, la voluntad humana.
Sé que suena cliché, pero este el recurso del que todo mundo
puede echar mano cuando las cosas no van bien, pero lamentablemente es un
recurso finito. Mucha gente piensa que la voluntad es un estado mental sobre el
cual tenemos completo control y que siempre está ahí y podemos sacar más de
donde vino cuando sea necesario, pero en realidad se asemeja más a nuestra capacidad
cardio pulmonar o resistencia muscular y al igual que estas podemos
fortalecerla para tener más a nuestra disposición y aprovecharla mejor, tal y
como los hermanos Elric entrenaron sus cuerpos al tiempo que aprendían sobre
alquimia.
Nuestra voluntad se va mermando con cada situación que se
nos presenta y requiere de sobreponernos a las dificultades, hacer limpieza en
un día caluroso, lidiar con un cliente molesto o como estoy en este momento, perdiendo
la paciencia ¡porque no dejan de interrumpirme mientras escribo esta entrada!...
la manera de reforzar e incrementar nuestras reservas de voluntad es de la
misma forma mejoramos nuestro cuerpo, entrenándola. Tomando pequeñas acciones
que sabemos que serán incomodas pero con el tiempo nos traerán un beneficio y
continuar realizándolas al tiempo que incrementamos la dificultad de las
mismas. De igual manera es necesario nutrir nuestra voluntad al disfrutar
plenamente de nuestros logros y permitir que se recargue al distraernos con
actividades de ocio de vez en cuando.
Otra buena manera de fortalecer nuestra voluntad es hacer de
esas tareas cotidianas que drenan
nuestra fuerza de voluntad un habito de esta manera dejan de costarnos tanto
esfuerzo al ser algo a lo que estamos acostumbrados hacer.
¿Qué otras maneras conoces tu para fortalecer tu voluntad?
¿Crees que la ley de intercambio equivalente interviene en vida diaria?
¿Crees que la ley de intercambio equivalente interviene en vida diaria?
Hazme saber lo que piensas en los comentarios abajo.
Yo soy Musashi X, hasta la próxima.
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