domingo, 21 de noviembre de 2010

Las Memorias de Vegeta (Entrada 12)



26 de Junio 791 5:36pm

Era 4 de mayo cuando finalmente partí de regreso a la tierra, el planeta que hasta ahora me había servido como campo de entrenamiento era en gran medida una tierra muerta, la fauna fue mi alimento, mientras que la fauna fue arrasada por ráfagas de energía, el planeta no estaba condenado, pero sin duda le tomaría un par de siglos a su ecosistema recuperarse del daño causado por mi invasión. Mi entrenamiento había sido satisfactorio, ahora era capaz de transformarme en súper saiyajin a voluntad, y aunque seguí sintiéndome ansioso en ese estado el dolor era mínimo, había explorado las capacidades de mi nueva forma, pero no pude comprobar cuales eran sus limites, esto lejos de inquietarme hizo que me emocionara, sintiendo mi propio poder sabia que era mas poderoso que el inútil de Kakarotto, mas fuerte que ese mocoso que venia del futuro. En la tierra me esperaba la prueba de fuego, si esos androides eran tan poderosos como aseguraba ese chico, seria una oportunidad perfecta para vislumbrar mis limitaciones y luego de eso haría trizas a Kakarotto.


El viaje de regreso fue largo y tedioso, sin la necesidad de entrenar y las ansias que me comían por dentro el tiempo parecía alargarse, ni siquiera dormido podía despejarme, mis sueños eran constates premoniciones de mi victoria sobre mi rival, golpeándolo hasta dejarlo como una masa irreconocible de moretones y sangre, desintegrando cada partícula de su cuerpo con uno de mis poderosos ataques, solo para despertar y hallarme a mi mismo aun en mi nave. Todo este tiempo de ocio me hacia recordar mis travesías por el espacio, el las estrellas y cometas a través de las ventanas era de alguna manera nostálgico, durante mis misiones de conquista y destrucción daba rinda suelta a mis instintos saiyajin, arrasaba con civilizaciones enteras en cuestión de días, sistemas solares en tan solo unos meses. Por lo general Nappa y yo íbamos juntos de viaje, mientras que Raditz prefería ir solo, tenia la obsesión de encontrar a mas sobrevivientes de nuestra raza, ese pobre diablo, se que lo que en realidad buscaba era una hembra saiyajin, sentia gran desprecio por las mujeres de cualquier otra raza, Nappa era menos exigente, bastaba con que fuera atractiva para que pasara lo noche con ella, en cuanto a mi, nunca me intereso el sexo opuesto, veía a las mujeres como una distracción, algo únicamente útil para la reproducción. ¿Quién diría que acabaría procreando con una terrícola?

Comparada con las mujeres saiyajin Bulma era una niña indefensa, pero con la gran diferencia de su carácter, por lo general las mujeres de mi planeta eran aguerridas e independientes, pero una vez que estaban con un hombre se volvían dóciles y apegadas a el. Bulma se comportaba de manera altanera, amable en ocasiones e incluso dominante en otras, es quizás por eso que he permanecido tanto tiempo a su lado.

Cuanto mas me hundía en mis pensamientos mas recuerdos del pasado llegaban a mi, recuerdos que ahora parecían tan distantes que parecían de otra vida, pero cuando me centraba en los recuerdos de mis batallas me era imposible imaginar como seria mi vida de no haber ido nunca a la tierra, una extraña sensación de añoranza y sed de sangre se arremolinaba en mi ser y recordando que ahora poseía el poder del legendario súper saiyajin me sentía embragado por el éxtasis y la anticipación de triunfo, ahora era el hombre mas poderoso del universo, nadie podía compararse conmigo, ni mi padre, ni Freezer, ni siquiera Kakarotto, - Solo esperen un poco mas chatarras andantes, yo mismo me encargare de reciclarlas – dije en voz alta con deleite.

Me sentí tentado varias veces a transformarme dentro de la nave, pero me contuve sabiendo que eso comprometería la integridad de esta, me conforme en imaginar todo lo que haría una vez que acabara con ese miserable soldado de clase baja, mi hijo se convertiría en el nuevo príncipe de los saiyajin, con lo cual mi linaje real iniciaría de nuevo, conquistar la tierra carecería de sentido, ya que la corporación capsula era la entidad económica mas poderosa del planeta, pero quizás podría extender mi dominio a los demás sistemas, incluso tomar el control del imperio de Freezer y su padre. Esta idea me ponía de tan buen humor que incluso considere perdonarle la vida a Kakarotto, con el y Gohan bajo mi mando seria mas fácil reconstruir el imperio saiyajin, quizás incluso dedicar algo de esfuerzo a la búsqueda de otros que al igual que nosotros hubieran sobrevivido al exterminio.

Esta idea me rondo la cabeza durante el resto del viaje, hasta que por fin estuve cerca de la tierra, mi deseo de pelear era ya casi incontrolable, solo un poco mas, era la noche del 11 de mayo, por lo que llegaría justo en la madrugada del 12.

¡Ah maldición! Se me tenía que acabar el café justo cuando estoy inspirado, espero que Bra haya preparado la jarra que le encargue, iré a servirme  otra taza y continuare.

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