
Uno de los animes mejor recibidos de este año ha sido “The
Promised Neverland” el cual está inspirado en el manga del mismo nombre y es de
la autoría de Kaiu Shirai y Posuka Demizu y por si no lo conocen o no lo han
visto, mejor dejen de leer porque aquí vienen los spoilers.

A grandes rasgos, esta obra narra la historia de un orfanato
donde los niños viven felices bajo el cuidado de una directora que los trata
con cariño por igual y a la cual sienten como su verdadera madre; aquí los huérfanos
son bien alimentados, tienen tiempo y espacio para el esparcimiento y
convivencia, en la cual se fomentan los lazos fraternales aun sin estar
relacionados, además se les educa y les apoya para que exploren sus propios
intereses. Sin embargo el orfanato Grace Field House oculta un tenebroso
secreto, ya que se trata en realidad de una granja, donde se crían seres
humanos como si fueran ganado para ser luego consumidos por monstruosos
demonios antropófagos, los cuales parecen ser la especie dominante de este
mundo.

Hasta aquí este es el plot de la historia, pero hay un
detalle, una idea que me estuvo rondando la cabeza mientras veía este anime en compañía
de buen amigo Sarkas de Sarkas blog
y posterior mente se reafirmó luego de que mi novia Ephye Cosplay me hablara de
una nota que había leído acerca del déficit de adopción en México a lo largo
del año pasado. La idea es esta:
¿No sería maravilloso si todos los orfanatos fueran como
Grace Field House?
WTF? |
Y sé que acabo de causar que más de uno levante la ceja con
incredulidad, así que déjenme explicarme mejor.
No estoy sugiriendo que hagamos taquitos de huérfano, no, de
lo que hablo es del método de crianza de este orfanato, veamos los hechos.

La persona a cargo del orfanato es completa mente devota a
la crianza de esto niños para asegurar que sean un “producto” de primera
calidad.

La salud de los niños es vital para mantener los estándares requeridos
por el “mercado”.
Se enfatiza aprendizaje de cada niño y se estimula su
inteligencia y creatividad para asegurar que la parte más valiosa de ellos, el
cerebro, tenga un desarrollo óptimo.

Ahora cambiemos las palabras “producto” por individuo y “mercado”
por sociedad, de esta manera la idea debería quedar un poco más clara, pero si
no, no se preocupen, ahora se los simplifico.
Ya sea en el ambiente de una familia o en un orfanato, lo más
importante no es como está conformada la estructura que cría el niño, sino lo
que esta le aporta; que este saludable física y mentalmente, que se le enseñe
por medio del ejemplo valores propios para convivir en sociedad, que se le
permita desarrollar una identidad libre de prejuicios permitiendo que explore
todos los caminos de una manera segura y apropiada, manteniendo los limites
necesarios para su bien estar y los demás.

En la actualidad el tema de la adopción es muy sonado, por
la problemática de la inclusión, la ideología de género y las constantes
presiones de los distintos grupos sociales para mantener o destruir el esquema
tradicional de la familia, pero un punto que rara vez se llega a tocar es el
del niño o niña que es adoptado. Personalmente creo que gran parte del problema
radica en eso, memorizamos la importancia del individuo porque lo que importa
es que el infante este con una familia.

Se nos olvida que cada niño en situación de calle, en
hogares disfuncionales o en espera de adopción no es nada más un niño, es una
persona en desarrollo. Debo confesar algo que muy probablemente le desagradara
a mucha gente, y es que detesto, no, ¡Odio! A los indigentes, me enoja en sobre
manera cuando alguien se me acerque a pedirme “una ayudita”, no porque tenga
algo en contra de la caridad, ayudar a nuestros congéneres es una característica
presente no solo en los humanos sino también en los animales. Lo detesto porque
no importa que tan bien vaya mi vida, que tan feliz me sienta en dado momento,
cuando alguien me tiende la mano suplicando una limosna, me recuerda que hay
gente que carece de lo más mínimo para sobrevivir, y eso me hace sumamente
infeliz, me frustra saber que en ese momento no puedo hacer más por esa persona
que quizás darle unas monedas. Por supuesto no podemos negar que un gran
porcentaje de los limosneros explotan la compasión de las personas para sacar
dinero y en el peor de los casos explotan a otras personas para hacerlo,
incluyendo a los niños.
Pero cada adulto pidiendo dinero en la calle, es un niño que
en su momento no recibió los beneficios de un lugar como el orfanato Grace
Field House. En todo el mundo los programas de adopción tratan de colocar a los
huérfanos con familias que puedan brindarle todo esto que mencione antes, pero
la triste realidad es que no siempre es posible, y el poco éxito que se logra a
comparación de los millones de niños que se quedan esperando ser adoptados
hasta cumplir la mayoría de edad es tan minúsculo que difícilmente logra mover
la balanza que permanentemente esta inclinada en el lado negativo.

Nuestros sistemas de educación son tan deficientes que a
menudo me pasa por la cabeza la idea de no inscribir a mis hijos en una escuela
pública (si es que algún día llego a tenerlos), pero también sé que la educación
privada no está al alcance de todos y de nada sirve cuando las instituciones
encargadas de avalar la educación no tienen el mas mínimo interés en cumplir
con ese objetivo.
Pero si los orfanatos recibieran el apoyo que necesitan para
convertirse en verdaderos lugares de crianza y no solo un lugar donde tener a
los niños hasta que los adopten o cumplan la mayoría de edad, si las personas a
cargo de su cuidado les brindan el afecto y el modelo que tanto les hace falta,
si se les prepara para la vida real no solo con las clases básicas, pero también
con oficios en los cuales puedan ir progresando gradualmente, pero sobre todo,
si se les enseña compasión de verdad no solo por los demás seres humanos, sino
por todos los seres vivos, entonces, estoy seguro que independientemente de si
son adoptados o no, se producirán individuos con la capacidad de mejorar su
entorno.

Lo que digo es demasiado ambicioso y hasta soñador, pero no imposible, solo falta que a más de una persona le agrade la idea de criar niños por un futuro, en lugar de solo mantenerlos para que sobrevivan para que la mejor parte de The Promised Neverland se vuelva una realidad.

Lo que digo es demasiado ambicioso y hasta soñador, pero no imposible, solo falta que a más de una persona le agrade la idea de criar niños por un futuro, en lugar de solo mantenerlos para que sobrevivan para que la mejor parte de The Promised Neverland se vuelva una realidad.
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