El descubrimiento pulveriza el recórd hallado por científicos el 17 de octubre de un agujero negro 16 veces mayor a la masa del Sol en la galaxia M33.
Los agujeros negros absorben toda la materia y son de una masa tan grande que la luz no puede salir. Los astrofísicos los detectan al medir sus efectos gravitacionales sobre otros objetos próximos como también las radiaciones que emiten.
Este nuevo agujero negro se encuentra situado a 1.800 millones de años luz de la Tierra, cerca de la galaxia enana IC 10 en la constelación de Casiopea y pertenece a la categoría de los que se forman con la muerte de estrellas muy densas, cuya masa generalmente es cerca de diez veces mayor a la del Sol.
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