domingo, 29 de agosto de 2010

Yo Otaku


OTAKU: Palabra japonesa que significa fan o aficionado, en el Japón moderno se utiliza para referirse a los fans obesecivos de diversos hobbies, en occidente el termino se refiere mas en general a los adeptos al anime y manga.

Todos conocemos el significado de esta palabra, y el significado que la sociedad le da tanto en Japón como en el resto del mundo, pero es cierto que mientras mas se da a conocer lo que somos, mas se desentrañan los orígenes de esta “tribu” suburbana y no me refiero a como inicio, si no que es lo que hace que una persona se convierta en Otaku, axial como la evolución que ha tenido nuestra gente a lo largo de nuestra existencia.

Seguramente lo recuerdan aquellos que nacieron antes de 1990, en la primaria aun era bien visto que fueras niño y vieras caricaturas, que tus tardes estuvieran llenas de nintendo y comics de superman y batman, pero al llegar a secundaria la sociedad empezó a ver rara tu fascinación con los caballeros de zodiaco y demas “caricaturas” que había en televisión, posiblemente tus compañeros de escuela se reían y ridiculizaban el hecho de que te supieras los nombres de todos los personajes de Dragon Ball en lugar de los nombres de los jugadores de la selección nacional de futbol. Te sentías solo ya que muy rara vez encontrabas a alguien que compartiera tu punto de vista sobre “las caricaturas japonesas”,

A finales de los noventas y con la llegada del Internet comercial estos jóvenes reprimidos no solo en la escuela, si no también en sus propias casas encontraron un cáliz de información acerca de su gran pasión, y conocieron nuevas palabras que pronto formaron parte de su dialecto, “anime”, “manga” y la mas importante de todas “otaku”, pronto pioneros del fanzine predicaron la nueva información al resto de mundo, y los jóvenes marginados por ser diferentes comenzaron a unirse bajo una misma bandera, una bandera con la palabra otaku. Era maravilloso, de pronto tenias decenas de personas con las cuales podías hablar de eso que tanto te gustaba sin tener que apenarte de ello, dada la escasez de material nuevo que llegaba desde las islas niponas la camaradería y solidaridad se volvió una cualidad presente en la mayoría de los otakus, podías tener menos de 5 minutos de haber conocido a una persona y sin dudarlo 2 veces te prestaba sus preciados VHS’s de anime, te sacaba una copia de su OST favorito y tu le correspondías de la misma manera. Había grupos en los que te podías reunir para escapar del rechazo de tu propia familia que no paraba de decirte que maduraras, podías ir, pasar un buen rato en fin de semana platicando de alguna serie, jugando videojuegos y haciendo lo que mas te gustaba, para tener las fuerzas suficientes para soportar otra semana de burlas e incomprensión.

Con la llegada del nuevo siglo la comunidad creció y empezó a relacionarse internacionalmente a través del Internet, mas y mas material se fue haciendo disponible a través de las primeras paginas que lo distribuían en línea, si le dedicabas un par de horas encontrabas mucha información que estabas dispuesto a compartir con tus amigos, e incluso tu familia empezaba a pasar por alto tu afición. Pero mientras Internet se llenaba de anime y manga algo se perdía en los corazones de los otakus.

Internet se convirtió en una bóveda infinita de información y material para todo el mundo, para nosotros los otakus era la fuente primaria de nuestro entretenimiento y parte de nuestra forma de vida, pero esto tuvo un efecto negativo en algunos, el tener tanto disponible, tan al alcance de tu mano hacia que el contacto directo con otros otakus fuera innecesario. ¿Para que salir?, ¿para exponerte a las miradas y prejuicio de todos esos ignorantes?, no gracias yo me quedo en mi cuarto viendo anime. Este era el pensamiento en la cabeza de muchos, en Japón este era un fenómeno que ya llevaba tiempo desarrollándose “Hikikomori”, jóvenes de todo tipo que habían decidido dejar a la sociedad de lado para vivir en confinamiento, la sociedad no tenia un lugar para ellos y tampoco deseaban formar parte de ella, si bien es cierto que todo tipo de personas, por distintos motivos se vieron en esta situación, pero un factor muy común era que muchos de estas personas eran otakus. La ya desprestigiada imagen del otaku japonés sufrió un golpe aun peor, esto obviamente tubo repercusiones en occidente, de repente los otakus mas jóvenes se sentían apenados de admitir sus aficiones, algunos incluso trataron de adoptar el nombre de “Akibakei” (termino usado para referirse a personas que pasan gran parte de su tiempo en el distrito de Akihabara, Japon) afirmando que su afición no era obsesiva como la de un otaku.

Las disputas que en el pasado eran entre los inadaptados sociales mas viejos como los “trekis” y “frikis” eran ahora entre los otakus mayores y las nuevas generaciones, unos eran anticuados y otros simples novatos, nuevos términos como “narutard” fueron acuñados, pero afortunadamente las asperezas se limaron a si mismas. En este tiempo de paz generacional las primeras convenciones de Europa y estados unidos habían despertado el interés de América latina, por lo que las convenciones latinas de anime y manga fueron creciendo, hasta convertirse en eventos regulares. De pronto empezó a volverse habitual ver a chicas con trajes estrafalarios y orejas de gato andando por las calles y abordando los camiones, ante la mirada atónita de aquellos ajenos a lo nuestro la época del cosplay mexicano había comenzado.

Al día de hoy, nuestra gente en todo el mondo es un objetivo del mercado, somos el 13% de a economía mundial y en algunos países materia de discusión política. Seguimos siendo vistos como algo raro por mucha gente, pero ya no somos un grupo en el anonimato ni la máxima vergüenza de nuestras familias, día a día ha mas espacios en los que podemos reunirnos con nuestros semejantes y lo que antes era el sueño inalcanzable de pisar suelo japonés es una realidad para muchos, vivimos en una muy buena época para ser otakus, pero pienso que es importante mostrarle al resto del mundo porque lo somos, y que no solo somos un montón de inmaduros que ven caricaturas.     

Encaminémonos hoy hacia un mejor mañana para los otakus, unidos somos imparables.

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