domingo, 7 de febrero de 2016

Las Memorias de Vegeta (Entrada 102)

12 de Septiembre 791

Instintivamente me di la vuelta y me percate que estaba de pie sobre mis propios pies, pero aun asi no logre ver aquella voz incorpórea.

-        ¡¿Pero que estas haciendo aquí?! – inquirió la familiar voz de tono chillón.
-        … - mire hacia mis pies guiados por el sonido y vi con repugnancia a mi interlocutor, era Babidi.

Su mirada era de espanto, sus pequeñas extremidades temblaban, y su enorme cabeza de rata calva estaba coronada por una aureola como la de Kakarotto.

-        ¿Tu? – pregunte con incredulidad. Mis pensamientos volaron mientras trataba de entender lo que ocurría antes de tener una respuesta de aquel adefesio - … morí… - concluí de pronto finalmente.

Todo había ocurrido tan de repente que no me había entrado del todo en la cabeza; mire mis manos, mis piernas y sentí mi cuerpo, tenia puesta la misma ropa con la que morí pero no presentaba daño alguno causado por la pelea. Mire a mi alrededor y me di cuenta que estaba en una pequeña sala de blancas paredes; había dos puertas opuestas una de color dorado y una de color  rojo.

-        ¡Contéstame granuja! ¡no te quedes nada mas parado como idiota! – reclamo Babidi agitando los puños.
-        … - le mire nuevamente con gesto severo.
-        ¡Agh! – este se encogió cubriéndose su protuberante cabeza.
-        Parece ser que finalmente me enviaron al infierno… igual que  a ti.
-        ¡No digas tonterías! ¡yo soy el gran mago Babidi!
-        ¡Cierra la boca insecto!

Al instante volvió a emitir un quejido de espanto retrocediendo aun mas. Seguí mirando mis alrededores, no había ni un solo mueble, las lozas rojas del piso contrastaban con el blanco de las paredes y entonces me percate de que el techo sobre nuestras cabezas estaba muy elevado, formado con materiales dorados y ornamentos orientales del mismo color.  De pronto la puerta dorada se abrió con un crujido y un hombre de piel azulada vestido como un oficinista entro por ella.

-        Muy bien, señor… Vegeta – llamo mi nombre de manera amable tras ver en una lista que llevaba en un porta papeles –acompáñeme, el gran Enma Daiou sama lo esta esperandogro.
-        ¿Que? ¿Qué dijiste? – pregunte con autentica sorpresa.

Recordé que en cierta ocasión Piccoro me contó que el regente del otro mundo y encargado de mandar a las almas a su destino final era Enma Daiou sama; imagine que finalmente iba a ser juzgado por mis acciones. El individuo de piel azul medio paso indicando el camino con una mano.


-        ¡Oye! ¡espera! – Chirrió Babidi con enojo - ¡como te atreves a ignorarme! ¡¿Qué no sabes quien soy yo?!
-        ¿Umh? – el oficinista reviso nuevamente su lista por un momento y luego volvió a dirigirse a el – usted es el mago Babidi ¿no es así? Usted ha sido mandado al infiernogro. Asi que por favor entre por la puerta rojo y silla el pasillogro para que le den su pase.
-        ¿Eh? – mire a Babidi quien estaba tan sorprendido como yo.
-        ¡No digas tonterías! ¡¿Cómo te atreves a decirme que me vaya al infierno?! ¡a mi! ¡el gran Babidi!
-        ¡Argh! – ya me tenia harto esa rata.
-        ¡Espera! –dijo con terror al acercarme le - ¡¿Qué crees que haces?! – continuo quejándose mientras lo sujetaba de su capa y lo arrastraba hacia la puerta roja - ¡suéltame granuja!

Abrí la puerta y dentro se encontraba un largo pasillo a oscuras con un luz en el fondo.

-        ¡Ahora camina hacia la luz insecto! – le ordene al tiempo que lo arrojaba hacia adentro para después cerrar la puerta.
-        Se lo agradezco muchogro, no sabe lo molesto que es cuando se ponen difíciles – dijo el oficinista con su rarainflexion al hablar.
-        Fue un “placerogro” – conteste mofándose de su forma de hablar.
-        Eso suena rarogro – respondió sin mucho humor.
-        ¡Argh! ¡como sea! Dime una cosa, si a esa sabandija la mandaste al infierno ¿A dónde me llevas a mi?
-        Eso no lo se, solo tengo ordenes de llevarlo ante Enma Daiou sama.

Le segui atravesando la puerta dorada y caminamos un largo tramo de corredores y puertas. De camino pude ver a varios “empleados” mas como el y me percate de que todos tenían al menos un cuerno en la cabeza, a decir verdad fue hasta entonces que me di cuenta que mu guía también lo tenia. Tras caminar unos minutos cruzamos un enorme portal redondo el cual daba a lo que parecía una gigantesca recepción, aquí las losas del piso eran de color dorado al igual que el trecho, de un lado había una entrada circular  por la que desfilaba una gran cantidad de personas en fila, hombres, mujeres, niños y ancianos, todos ataviados con túnicas blancas y con una aureola en la cabeza. Donde estaba el primero en la fila se extendia una larga alfombra roja hasta un monumental escritorio a cuyo otro lado estaba dentado un gigantesco hombre de piel roja y traje de color purpura, quien me imagine era el tal Enma. Su descomunal tamaño era impresionante, quizás incluso mas grande que mi forma de mono gigante, pero aun asi no me deje intimidar.

-        ¡Oye Enma! – le llame a todo pulmón mientras me aproximaba a su escritorio - ¿para que demonios me necesitas?
-        ¡Ah! Por fin viniste – dijo con emoción antes de quitar su atención del altero de papeles a su lado.
-        ¡Te estoy preguntando ¿que para que demonios me necesitas?! – le repeti.
-        No te exasperes… tal y como puedes ver devolví tu alma a tu cuerpo, según las reglas esta prohibido que un ser maligno lo recupere – luego alzo la mirada y continuo – sin embargo nos encontramos en una situación muy difícil.
-        ¡Canalla! Dime ya que es lo que quieres de mi.
-        Dime… ¿No tienes deseos de pelear una vez mas con Majin Boo Vegeta? –pregunto con curiosidad
-        ¡¿Que?! – estaba completamente incrédulo a mis oídos.
-        Supongo que ya sabes esto, a pesar de que sacrificaste tu vida Majin Boo aun vive.
-        ¡Grrr! – sentí como si una mecha se hubiera encendido en mi interior ardiendo en dirección a una pila de explosivos.
-        Ademas si decides solo morir y olvidarte de todo, tus esfuerzos no habrán servido de nada– agrego condescendiente mente.
-        Pero te conozco y se que eres un guerrero bastante orgulloso, no creo que aceptes simplemente morir… lo que quiero decir es que te estoy dando otra oportunidad, ¿Qué dices? ¿te gustaría enfrentarlo?

A este punto ya no le esta prestando atención, mi mente divagaba por mis últimos recuerdos, como me despedí de mi hijo, el dolor de mi cuerpo al hacerme estallar para hacer polvo a ese monstruo.

-        ¿Qué sacrifique mi vida en vano? – murmure - ¡¿ESO FUE LO QUE DIJISTE?! – grite mi pregunta al tiempo que la mecha en mi interior ardía completamente provocando una explosión dentro de mi ser que se manifestó al transformarme en supe saiyajin sin control alguno. Deje que mi energía fuera expulsada fuera de mi cuerpo violentamente, convirtiéndose en ráfagas de viento y centellas de luz.

La expresión de Enma era de terror al ver el error de provocar sin intención mi ira.

-        ¡Como tu quieras! – le respondí apuntándole con un dedo – lo haré ¡esta vez matare a ese gordinflón busca pleitos para siempre!

Enma me pidió que esperase un poco mientras llegaba la persona que me llevaría de vuelta a la tierra. Tras unos minutos una anciana llego flotando sobre una esfera de cristal, al verla me pareció familiar y luego recordé, era la misma anciana que estaba con Kakarotto cuando volvió a la tierra por 1 día para participar en el torneo de las artes marciales. La anciana parecía muy sorprendida de que se me permitiese el mismo privilegio a mi a pesar de ser malvado.

-        Mi nombre es Uranai Baba, seguramente conoces a mi hermano Kame senin, mejor conocido como el maestro Roshi. – se presento la anciana conmigo
-        Eso no importa vejestorio, solo llévame de vuelta para que pueda mandar a ese miserable aquí.
-        ¡Je! Sin vergüenza, pero puedo ver porque Enma sama te eligió, muy bien vamos – contesto con una sonrisa.

Nos encaminamos hacia la fila de personas en la entrada para salr de ahí, eran millares no millones de personas esperando su turno para ser mandados al infierno o al cielo - “pobres diablos” – pensé.

-        Sr. Vegeta – llamo otra voz familiar.
-        … - Mire al dueño de la voz llevándome una grata aunque amarga sorpresa - ¿Mike? – Era el cantinero del bar que frecuentaba, no lo hubiera reconocido sin su uniforme de cantinero de no ser por su espeso bigote.
-        … Ya veo, usted también fue asesinado por ese monstruo de Majin Boo.
-        ¿Qué? ¿como sabes de eso?
Mike me explico que Babidi comenzó a buscar a dos niños y a un sujeto de cara verde a quienes identifique como Goten, Trunks y Piccoro pero como no aparecieron nunca Majin boo comenzó a matar gente indiscriminadamente, Mike estaba preparando su bar cuando de pronto una explosión ocurrió, cuando se dio cuenta ya estaba aquí en la línea con las demás personas a quienes también había matado esa bestia; de acuerdo con el llevaban esperando lo que parecían ser días pero la fila no avanzaba. Esto me hizo preguntarme cuanto tiempo había pasado desde mi muerte.

-        No te preocupes Mike, le daré uno de tu parte – le dije antes de elevarme para salir de ahí – andando mujer no tenemos toda la vida para esperar – le dije a Uranai Baba con ironía.


Son las 9 de la mañana voy  a prepararme el desayuno, Bulma esta en un viaje de negocios y como Bra esta de Vacaciones no querrá levantarse aun.

2 comentarios:

Karime dijo...

Bonita muy bonita

Anónimo dijo...

Genial! ��