sábado, 6 de julio de 2013

Las Memorias de Vegeta (Entrada 80)



8 de Agosto 791 4:45pm

Surcaba el cielo a toda velocidad dejando una estela de luz tras de mí, tenía que llegar a casa para recoger el resto de mi dinero, así que me transforme en súper saiyajin y mi velocidad se multiplico por diez. Cruce a toda velocidad el horizonte como un cometa dorado y en meros minutos ya me encontraba llegando a la corporación capsula, aterrice directamente en el balcón de mi habitación, siempre suelo dejar la ventana abierta para entrar a mis anchas. Mi cama estaba como la deje en la mañana, la ropa sucia seguía en el piso. Tenía tiempo para una ducha rápida, así que me despoje de mi ropa camino al baño y deje que mis pensamientos se escurrieran con el agua que chorreaba por mi piel. En retrospectiva, los últimos tres días habían sido entretenidos a su manera, habían traído un sabor nuevo a mi vida que no había experimentado nunca; todo en si fue una experiencia grata.

Salí de ducharme medio mojado y con la toalla al hombro, tome unos pantalones de vestir y una camisa, calzoncillos y calcetines de la cajonera y me vestí. Mientras buscaba vi la última loción que me había regalado Bulma, normalmente solo la uso cuando salgo con ella, pero decidi ponerme un poco para variar. Una vez que estuve vestido saque el dinero que había reunido de un libro que guardaba bajo mi cama, lo puse en mi cartera junto con el resto del dinero que había ganado hoy y Salí nuevamente por la ventada en dirección al centro comercial.


Aterrice en una calle aledaña y me dirigí a la entrada. De hecho podría haber ido en mi Super V1, pero lidiar con el tráfico suele ser una molestia, además no llevaría muchas cosas conmigo así que era innecesario. Como de costumbre el centro comercial estaba atiborrado de gente, el bullicio y aroma de tantas personas juntas era en más de una manera repugnante; me acerque al mapa del centro comercial y busque una joyería, había tres en el lugar, así que decidí tomarme mi tiempo. De acuerdo con la madre de Bulma su color favorito era el turquesa y le gustaban los corazones, así que quizás una piedra con esas características estaría bien. Subí al primero de los 5 pisos del centro comercial, en este se hallaba la primera joyería; camino a ella note algo extraño, las mujeres que pasaban a mi lado se me quedaban viendo. No es que nunca lo hubieran hecho, pero normalmente lo hacían con una expresión de miedo, sin embargo ahora sonreían de una manera extraña.

Entre a la primera joyería, el piso de mármol se sentía suave en las suelas de mis zapatos y una profundo aroma a limpio llenaba el aire del local. Vitrinas iluminadas de neón hacían centellar las alhajas en su interior y los encargados ataviados de traje atendían sonrientes y amables a sus clientes.

-        Bien venido – saludo una joven acercándose por mi izquierda – ¿busca algo en especial caballero?
-        … Si, u, un, un anillo… de compromiso – fue más difícil decir eso de lo que me esperaba, el calor en mis mejillas me hizo notar que me había sonrojado.
-        ¡Ah! Muy bien pase por aquí por favor.

Le seguí hasta el mostrador, al lado de este había una vitrina alta con varios anillos en exhibición.

-        Estos son algunos de nuestros modelos recién llegados – dijo con una sonrisa.
-        Busco algo más especifico.
-        Bueno pues tenemos gran variedad en piedras, engastes, metales, combinaciones y… - comenzó a balbucear sobre un montón de cosas que no entendía, comenzaba a desesperarme.
-        Mire, lo que quiero es una piedra color turquesa y que tena forma de corazón.
-        Mmmmh… déjeme ver…

Se dio la media vuelta y entro en una habitación detrás de ella, tardo unos minutos y  al volver tenía algo de polvo en el chaleco de su uniforme.

-        Cuando me lo menciono, recordé esta pieza que vi la semana pasada mientras hacia el inventario, es algo cara y por eso no se había vendido en meses – puso una pequeña caja forrada en piel color vino sobre el mostrador y la abrió para que pudiera verla.
-        Pero esto es… - Al verse bañada por la luz de la joyería la piedra labrada refulgió con luz verduzca azulada, en su interior centellaron cientos de matices de colores en las diversas caras de sus cortes.
-        Es un diamante verde de gran calidad, es de 24 karates, engastado en oro blanco y decoraciones en oro azul, el labrado del metal es muy fino como puede usted ver.
-        Es perfecto – color turquesa, la forma de corazón, incluso el color del metal era justo como lo imagine.
-        Como le mencione es algo caro, pero sin duda lo vale.
-        ¿Cuánto?
-        70,000 Zeni… contamos con sistema de apartado y crédito a 18 meses sin…
-        ¡Me lo llevo!
-        ¡Claro que sí! ¿A crédito?
-        ¡De contado y en efectivo!

La cara de la joven estaba pálida al verme sacar el dinero, para mi sorpresa no había sido tan caro como ella decía, mis tres días de labor cubrían perfectamente el costo y con mis ingresos extras me quedo todavía bastante dinero. La encargada me dijo que podían grabarle algo si lo deseaba, así que pensé por un momento en algo que fuera interesante y me dijo que tardarían un par de horas en tenerlo listo. Mientras tanto fui al cine y vi una película.

Cuando volví a recoger el anillo todos los miembros de la joyería agradecieron mi compra, al parecer era la venta más alta del mes. La chica estaba sumamente feliz por la comisión que iba a recibir y me abrazo mientras me agradecía.

Al volver a casa ya estaba anocheciendo, conforme me acercaba a la corporación capsula puede sentir la presencia de Bulma, me concentre y pude ubicarla en mi habitación, y luego salió al balcón. Volé por encima de ella y aterrice lentamente a sus espaldas.

-        ¿Qué haces aquí?
-         ¡Ah! ¡Vegeta! ¡me asustaste!
-        ¿Me buscabas?
-        N, no… es solo que – clavo su mirada en el piso - ¿estas molesto conmigo?
-        ¿Mmmh?
-        Seguramente ya lo haz notado… que he estado ignorándote, evitándote.
-        Si – respondí secamente.
-        Quería hablar contigo desde hace unos días, pero cuando volvía del trabajo no estabas.
-        Estuve trabajando.
-        ¿Eh? ¿de Verdad? – su mirada era de completa incredulidad, no la culpaba.
-        Solo fueron unos trabajos temporales, quería reunir algo de dinero.
-        Pero ¿para qué? No habrás pensado en marcharte de aquí ¿o sí?
-        ¡Ja! Para nada mujer – su repentina preocupación me causo bastante gracia pero también ternura – había algo que quería comprar.
-        Bueno… pero quiero decirte que… - no le deje terminar, con un beso selle sus labios.
-       
-        …- nos separamos lentamente y mire sus ojos, lucían tan hermosos como la primera vez que la bese.
-        … - miro nuevamente al piso, esta vez su cara estaba muy enrojecida.
-        Hay algo que quiero preguntarte.
-        ¿Qué cosa?- pregunto mirando a un lado
-        Bulma – con una sorpresiva facilidad y ligereza me hinque con una rodilla en el suelo y saque el anillo de mi bolsillo para abrirlo frente a ella - ¿Te casarías conmigo?

Quien llamo a la puerta hace un momento fue Krillin, había llevado a su esposa e hija de compras, pero su auto se descompuso por lo que vino a pedirle uno prestado a Bulma, a veces me pregunto que hizo que dejara las artes marciales. Bueno voy a entrenar un poco antes de continuar.

4 comentarios:

karla b dijo...

siii!!! 3 veces! jajaja no maa
que genial
lo quiero jaja
muy bueno
graciias! n__n

Vitrioluz, El Fecundo en Ardides dijo...

Cómo te atreves a dejarnos como final de telenovela en viernes!!!!! jajajajaja... Que nerrrrrrvios!

Unknown dijo...

siiiiii!!!!!! bulmmaaa sii :3 te amoo veguie <3

Anónimo dijo...

Que emocionante es esta historia ay vegeta todo lo que haces por amor