martes, 23 de abril de 2013

Las Memorias de Vegeta (Entrada 68)



2 de Agosto 791 12:15pm

La primera semana desde que inicio el entrenamiento de Trunks fue bastante pesada tanto para el como para mí. Levantarse temprano por la mañana para mi era ya una costumbre desde hacía años, mientras que Trunks se arrastraba con esfuerzo cada día fuera de la cama; para mí desayunar se convirtió en un habito desde que comencé a vivir en la tierra y me complacía enormemente tener un vasto desayuno, mientras que el apetito de Trunks era aún muy ligero, aunque crecía con cada día. Pero lo más fastidioso de mi hijo fue la reticencia que mostraba a la hora de entrenar, no fue sino hasta la tercera semana cuando empezó a protestar menos, esto debido posiblemente a que su condición física mejoro notablemente y que poco a poco la idea de pasar más tiempo conmigo se convirtió en una motivación para seguir entrenando.

Para cuando llevábamos un mes de esta rutina, Trunks ya era capaz de dar 60 vueltas a la casa y hacer 70 lagartijas; por lo que decidí enseñarle las bases del combate para posteriormente enseñarle a controlar su ki. Bulma por su parte había tomado cierto aprecio a que Trunks y yo conviviéramos más, por lo que incluso le confecciono un traje de entrenamiento y su abuelo creo unos cuantos dummies para que practicara.


-        Muy bien Trunks, ahora que ya tienes la fueza necesaria te enseñare como pelea un saiyajin de verdad.
-        ¡Si papa!
-        Las principales armas de un guerrero son sus piernas y brazos, si aprendes a usarlas como es debido nunca estarás en desventaja en cuestión de ofensiva. Observa bien.

Parandome con los piernas separadas a lo largo lance tres patadas en sucesión alternando las piernas, dirigiendo mi ataque a las rodillas, esternón y cuello de un oponente imaginario frente a mi. Cuando era niño mi padre me puso bajo la tutela de los mejores guerreros de su corte para que aprendiera el modo de pelea saiyajin, desde entonces mis entrenamientos habían sido intensos y constante mente pulia mis habilidades de batalla basándome en esos principios.

-        Este movimiento se llama Surai (Ver apéndice) y es la base del combate con las piernas de un guerrero saiyajin.
-        … pero, ¿Cómo lo hago? – pregunto.
-        Solo imita lo que acabo de hacer, hazlo 100 veces.
-        ¡¿Cien?!
-        No empieces a renegar y hazlo.

De mala gana, comenzó a repetir el ejercicio con dificultad, ten pronto como llego a las 50 patadas sus quejas se intensificaron, pero con una simple mirada se detuvo y siguió practicando.

-        Ya… ya acabe papa – dijo entre jadeos.
-        Bien, ahora continuaremos con los golpes.

Por las siguientes 3 horas le enseñe los movimientos de Machusu, Isdai y Karaku (Ver apéndice) así como mi movimiento personal “el golpe de martillo a dos manos”.

-        Mañana los practicaras con los muñecos, así que es todo por hoy, ya puedes irte.

Exausto por la práctica Trunks asintió sin fuerza y se fue pesadamente al interior de la casa. Por la noche Bulma y yo pasamos algo de tiempo juntos en su habitación, después de un rato de intimidad ambos nos quedamos recostados platicando por unas horas.

-        Parece que Trunks por fin le está agarrando el gusto a tus entrenamientos – menciono Bulma que me tenía un brazo sobre mi pecho al tiempo que se recargaba en mí.
-        Es de esperarse, es mi hijo.
-        Je je pero también puede ser tan obstinado como su padre, hace unas semanas todavía batallabas para sacarlo de la cama.
-        ¡Bah! Eso es porque tú y tu madre lo dejan holgazanear demasiado.
-        Mira quién habla, tú ni siquiera tienes trabajo.
-        Soy un guerrero saiyajin mujer, mi único trabajo es pelear, aun asi ni siquiera hace falta que yo trabaje ¿o sí?
-        No se trata del dinero Vegeta, si no de lo que haces con tu tiempo libre, ¿ A caso no te aburres de no hacer nada?
-        Pues para eso te tengo a ti – le dije sonriendo al tiempo que me le ponía encima – para des aburrirme cuando haga fala.
-        Ji ji ¡eres incorregible!

Nuevamente comenzamos a hacer el amor y así continuamos varias horas a lo largo de la noche hasta que el sueño nos venció a los dos, pero lo que decía mi mujer tenía algo de razón, quizás era buena idea buscar algo más en que ocuparme.

Creo que iré al centro comercial a comprar algunas cosas antes de continuar, esta mañana se me acabo la crema de afeitar, así que no sería mala idea comprar más, Bra odia cuando no me rasuro diariamente, y no hay nada peor que sus berrinches.




1 comentario:

Vitrioluz, El Fecundo en Ardides dijo...

Wwwwwooooooo dos entradas en tan poco tiempo!!! Vegeta hubiese sido buen maestro de Educación Física XD