domingo, 10 de marzo de 2013

Las Memorias de Vegeta (Entrada 64)



28 de Julio 791

Estábamos en la sala del trono del palacio, o mejor dicho estaba. Tras unos segundos me di cuenta que podía verme a mí mismo, al “yo” de 5 años parado al pie de los escalones que llevaban al trono, mi padre estaba sentado en este y a los costados de la sala varios soldados de la corte imperial estaban de pie. Freezer y sus acompañantes se aproximaron hasta quedar justo delante de los escalones, entonces mi padre se puso de pie, y con un gesto de respeto le cedió el trono a Freezer, quien bajo de su podio flotante y se aproximó a mi padre.

-        Bienvenido gran Freezer – saludo mi padre con una reverencia.
-        Como siempre Vegeta, tu palacio hiede a simio – espeto Freezer mientras tomaba asiento.
-        … - el disgusto de mi padre era tan obvio que me di cuenta que solo se limitó a permanecer en silencio, los miembros de la corte temblaban de coraje e impotencia ante los insultos de esa sabandija.
-        Pasando a otro tema… ¿Cómo van las conquistas de este mes?
-        Ya tengo listo el informe, ¡Kuripe! – llamo mi padre y su asistente se aproximo con una lista en mano.
-        Los planetas Prim y Karei han sido conquistados al 70% - declaro el saiyajin ataviado con una capa blanca sobre su armadura – Un escuadrón partió esta mañana hacia el planeta Kanasa, los planetas Papui, Bekon y Hamiru están en proceso de limpieza, estarán listos para su venta en 6 dias.
-        Lentos como siempre – respondió Freezer con desdén.

Aun desde fuera de mi persona infantil podía sentir la tensión  en el ambiente al ver los ojos de los saiyajin presentes. Mi padre tenía ese temblor en la ceja derecha que le daba siempre que se molestaba; por un momento me invadió una sensación de nostalgia al ver tan claramente el rostro de mi padre, recordé que de niño siempre quise llegar a ser tan alto como el, pero al final me quede con una estatura muy baja.


-        Conozco esto – dije en voz alta.
-        Eso significa que es un recuerdo Vegeta – respondió la reverberante voz de Piccoro.
-        ¿Por qué puedo verme a mí mismo?
-        Hace un momento perdiste la concentración, creo que tus emociones cerraron ese recuerdo en específico y cuando recuperaste el control saltaste a otro recuerdo. El que puedas verte desde fuera significa que es un recuerdo muy aferrado en tu memoria.

Mire a mi alrededor y pude reconocer a varios de los saiyajin de la corte, a menudo nos acompañaban a mí y a mi padre cuando íbamos a supervisar las conquistas; en su mayoría eran generales y algunos cuantos eran miembros de la familia. Mi padre tenía cuatro hermanos, pero siendo el mayor y el más fuerte de ellos, fue quien sucedió a mi abuelo al morir, convirtiéndose en el rey por derecho de nacimiento. Redirigí mi atención a la escena frente mí. En verdad era un recuerdo arraigado, este fue el día en que mi padre me entrego a Freezer; ese día  mí padre termino de  dar el informe y ordeno un banquete para Freezer y sus hombres, mientras ellos disfrutaban de la comida mi padre preparo todo para mi partida. Recuerdo que me llevo a los jardines y caminamos en silencio. El cielo brillaba con un color naranja propio de la mañana y las flores de rakusa llenaban de perfume el aire; a menudo mi padre gustaba de desayunar en los jardines, pero nunca me dijo el porqué. De pronto se sentó en una banca de piedra y recargo la cabeza en sus manos.

-        Nunca espere que esto fuera a ser tan difícil – dijo mi padre.
-       
-        Freezer espera que al tenerte en sus manos tendrá por segura mi lealtad… la lealtad de los saiyajin.
-        Es un idiota, los saiyajin somos los guerreros más poderosos del universo, tarde o temprano lo derrocaremos.
-        Je… - mi padre me miro y sonrió con amargura- Principe, ¿Quién soy yo?
-        Eres mi rey.
-        Principe, ¿Quién eres tu?
-        Soy el príncipe de los saiyajin.
-        Principe, ¿Quiénes son los saiyajin?
-        La raza de guerreros definitivos.
-        Príncipe, ¿Qué es el planeta Vejita?
-        La cuna del poder saiyajin.

Me vi responder esas preguntas con completa seguridad y convicción. Era el credo real, el mismo que mi padre aprendió de su padre, al igual que yo se le había enseñado desde el momento en que comenzó a hablar y como era tradición había sido transmitido de forma oral de rey a príncipe desde hacía generaciones. El credo era la primera enseñanza, el concepto del orgullo saiyajin, el cual era lo más importante para cualquier sucesor al trono.

-        … Muy bien, mientras mantengas el credo presente en tu mente, serás un orgulloso saiyajin sin importar lo que pase. Mi padre se puso de pie y con una mano restregó el cabello de mi yo niño al tiempo que sonreía, note como el pequeño se sonrojo ante esta muestra de afecto, al verlo casi pude sentir la pesadez de la mano de mi padre sobre mi cabeza – espero que ella pueda perdonarme algún día… murmuro mi padre mirando a lo lejos.
-        ¿Eh? - Se preguntó el pequeño Vegeta.
-        Vamos – mi padre comenzó a caminar en dirección a la sala del trono.

Luego de eso, mi padre me cedió formalmente al servicio y tutela de Freezer, en todo momento mantuvo una actitud firme y distante, cuando partí, no se molestó en despedirse, no tuvo que hacerlo, con solo ver sus ojos supe todo lo que me quería decir y no podía, siendo el rey, tenía que mantener su entereza en todo momento. Esa fue la última vez que vi a mi padre, la última vez que estuve en el planeta Vejita.

Son las 9:00am voy a desayunar y a prepararme una taza de café antes de continuar escribiendo. A veces me pregunto si a mi padre le hubiera gustado el café, le gustaba mucho beber, así que estoy seguro que le gustarían los licores que la tierra tiene que ofrecer.

2 comentarios:

Vitrioluz, El Fecundo en Ardides dijo...

Maldito Frezeer!!! Je, perdón, me gana el sentimiento =P

Scabbers dijo...

Decime que el viejo de Vegeta murió sabiendo que el hijo y su enemigo Kakarotto se unirian para vencer a Freezer, asi descansa feliz y se caga de risa al final ;)
El viejo de Vegeta se merece un trono!