domingo, 3 de febrero de 2013

Las Memorias de Vegeta (La Fusion)



La Fusión

Estuve en un espacio oscuro, en silencio, sin aromas o ninguna otra sensación, por un momento… no por mucho tiempo no tuve conciencia total, no sabía que ocurría a mi alrededor… no sabía siquiera quien era yo, no tenía aspecto, no tenía cuerpo… no tenía nombre.

Me había dejado arrastrar por la oscuridad, estaba en paz, no necesitaba nada, no tenía ningún arrepentimiento, ninguna ambición, tan solo quería disolverme en esa penumbra y dejar de existir. Pero de pronto pude sentir frio, nuevamente tenia mis sentido, tenía cuerpo y tenía nombre; yo era Vegeta príncipe de los saiyajin, los guerreros más poderosos del universo, poco a poco mis recuerdos volvían a mi… había muerto, mientras combatía a muerte con mi rival Kakarotto, una amenaza mayor se hizo presente. Un extraño y poderoso ser llamado Majin Boo había sido resucitado por un hechicero, el mismo al que había entregado mi voluntad a cambio de que borrara todo rastro de bondad en mí, para así poder pelear nuevamente con Kakarotto libre de ataduras. A causa de ese poderoso ser, decidí engañar a Kakarotto para dejarlo fuera de combate. Había decidido hacerme cargo de ese monstruo con mis propias manos, ya que por mis acciones había sido posible revivirlo. A pesar de que en corazón reinaba la violencia, una parte de mi aun guardaba afecto por mi mujer, mi hijo e incluso por mi rival. Por ello combatí contra Majin Boo con todo lo que tenía, sin embargo, esa bestia demostró ser mucho más fuerte que yo, dejándome como única opción hacer estallar toda mi energía para pulverizarlo, aun a sabiendas de que con ello terminaría con mi propia vida.

Fue así como termine en este lugar, confundido y en completo aislamiento… - Tu cuerpo será desechado y tu alma perderá todos sus recuerdos – las palabras de Piccoro resonaron en el fondo de mis pensamientos, ahora entendía, estaba en el otro mundo, había sido condenado al olvido, pero ahora por alguna extraña razón mi cuerpo y alma se habían vuelto a unir. Todo mi despertar debió tardar horas, quizás días, pero en un instante me encontraba volando en medio de un extraño y distorsionado mundo, sabía que debía dirigirme a un lugar, pero no estaba seguro de adonde, me desplazaba por puro instinto y sin embargo estaba seguro de que iba en la dirección correcta.

El tiempo en este lugar era extraño, no tenía idea de tan largo había sido mi viaje, pero tan repentinamente como mi “resurrección” encontré mi objetivo. Mi ser se estremeció al ver a un hombre en medio de lo que parecía ser un cristal de color rojizo, era Kakarotto; estaba maltrecho, con sus ropas desgarradas y lleno de arañazos, su hombro izquierdo parecía estar en más estado a causa de una herida. Mire a su alrededor y  vi a su oponente, una criatura de piel roja y enfundada en un traje lila que empuñaba una siniestra espada. El extraño sujeto alzo el arma con intenciones de blandirla, no sabía lo que pretendía a hacer desde esa distancia, pero en su mirada podía ver la sed de sangre y la disposición a dar el golpe de gracia. Sin pensarlo dos veces me transforme en súper saiyajin y le dispare un ráfaga de energía provocando que su ataque se desviara apenas un poco, del filo de la espada salió expelido un resplandor violáceo que corto en un extremo la sustancia que contenía a Kakarotto, esta estallo como si se tratara de un globo con agua y Kakarotto se precipito hacia el suelo.

-        ¿Te están dando una golpiza Kakarotto? – inquirí sarcásticamente mientras descendía a su lado - ¿Ya se te olvido que yo soy el único que puede derrotarte?
-        ¡¿Vegeta?! ¿Qué estas habiendo aquí Vegeta?
-        No me preguntes eso porque no lo sé… No me explico por qué mi alma regreso a mi cuerpo cuando me di cuenta ya me dirigía hacia acá.
-        Quizás esto sucedió porque Enma Sama está atrapado en su castillo.
-        ¡Kakarotto! ¡Te demostrare que puedo derrotar a ese sujeto! ¡No tiene caso que me ayudes!
-        ¡Vegeta!
-        Ju ju ju, hace tiempo que no peleaba con alguien – aun si no estaba vivo, mi sangre saiyajin comenzaba a hervir ante la presencia de un oponente.
-        ¡No Vegeta!
-        ¡Tu no sabes el sufrimiento por el que he pasado desde que llegue aquí! Cuando pienso en ello soy capaz de soportar cualquier cosa.


Me lance contra el a toda velocidad y le tire una patada al rostro, sin sorprenderme, el monstruo la esquivo con facilidad, pero estaba listo para su contraataque. Con destreza evite su patada hacia atrás al mismo tiempo que le disparaba con mi energía, sin embargo mi ataque se estrelló contra el suelo, esa criatura se había desvanecido, de pronto sentí su presencia detrás de mí y alcance por muy poco a esquivar su golpe seguido por una patada. De inmediato intente dispararle nuevamente, pero entonces me di cuenta de lo que estaba pasando; ese sujeto no era tan veloz, ante mis propios ojos su cuerpo comenzó a desmaterializarse, previendo su siguiente movimiento dispare a su rostro antes de que terminara de desaparecer y tal como había anticipado, la explosión se hizo presente a un lado mío mientras ese sujeta trastabillaba por el impacto de mi poder, presumiblemente pretendía aparecer en mi punto ciego para atacar desde ahí. Ahora era mi oportunidad, sin dudarlo le lance un doble puñetazo de martillo, pero antes de poder alcanzarle, su brazo se estiro sujetando me por el cuello; la longitud de su brazo crecía rápidamente hasta que me levanto varios metros por encima del suelo, su mano era más fuerte de lo que esperaba y comenzaba a asfixiarme, por un momento perdí la concentración y a la vez mi transformación en súper saiyajin y luego mi cuerpo se estrelló contra algo duro y por unos segundos casi perdí el conocimiento, mi persona azoto varias veces contra enormes esferas de cristal que flotaban en el aire mientras el brazo de ese sujeto seguía extendiéndose; de pronto sentí un estremecimiento en su mano y la dirección en la que me empujaba cambio bruscamente antes de soltarme, ahora me dirigía a toda velocidad y sin poder detenerme hacia el suelo. Sin poder pelear contra la inercia de mi caída, me precipite hasta chocar una superficie metálica, pero luego cientos de afiladas púas rosaron y desgarraron mi carne, un intenso dolor se apodero de mi mientras mi piel era arañada por esas frías hojas. Caí adentrándome en lo que parecía ser una cueva y me di cuenta que estaba formada por enormes bolas de metal cubiertas de espinas afiladas, aquellas agujas habían frenado un poco mi caída, pero estaba demasiado aturdido para retomar el control - ¡Vegeta! – la voz de Kakarotto alcanzo mis oídos casi al tiempo que su brazo me alcanzo a mí, detuvo mi caída y ambos descendimos hasta el fondo de aquella montaña de espinas. A penas y podía moverme, así que solo tuve fuerzas para girarme boca arriba mientras permanecía tendido en el suelo.

-        Ka Kakarotto… no te metas en esto – mi respiración era pesada, muy probablemente tenía un par de costillas rotas - ¡No pedí que vinieras a ayudarme!
-        Si, ya lo sé Vegeta, pero ese sujeto es muy fuerte… estoy comenzando a angustiarme.
-        ¡Urgh! – hice un esfuerzo enorme para que mis entumecidas piernas me levantaran y precariamente recupere el equilibrio- ¿quieres decir, que ninguno de los dos… podremos ganarle?
-        No… - negó recuperando la confianza- conozco un método que sirve para derrotarlo.
-        ¡¿Qué?!
-        Usaremos la fusión – declaro Kakarotto.
-        ¿La fusión?... ¿te refieres a fusionar nuestros cuerpos?
-        Así es… tú y yo uniremos nuestras fuerzas.
-        ¿Contigo… insecto? ¡Yo no puedo rebajarme a hacer eso!
-        No hay otro método para acabar con esa bestia, hasta tu mismo lo sabes… es demasiado fuerte.
-        ¡Bah! Piensa lo que quieras, prefiero morir a fusionarme contigo.
-        Je, Vegeta, pero si ya esas muerto, no tienes elección.

¡Demonios! No supe que me dolió mas, si el que Kakarotto tuviera la razón o que no me hubiera acordado de ese importante detalle.

-        ¡De ninguna manera puedo fusionarme contigo! – replique.
-        ¿Ah? ¡Vegeta cuidado!
Kakarotto salto hacia atrás y dio una voltereta esquivando lo que parecían ser esquirlas de vidrio, yo no pude reaccionar a tiempo y estas se incrustaron en mi piel como navajas, la poca energía que pude recuperar se perdió al recibir ese ataque y caí de bruces contra el suelo nuevamente.

-        ¡Vegeta! ¿te encuentras bien?
-        ¡Maldición! – mi cuerpo entero era una masa de dolor, pero mi orgullo dolía mas que mis heridas – aun en el otro mundo… tengo que depender de ti – sin poderlas detener, lágrimas de frustración brotaron de mis ojos – ¡no puedo soportarlo!
-        Sé que es algo irremediable Vegeta, porque a mi no me quitaron mi cuerpo y he seguido entrenando arduamente, es natural que haya una gran diferencia entre tu alma y la mia.
-        ¡Cállate! ¡No necesito que me consueles, no soy un pobre diablo!
-        Lo sabía – dijo sonriendo con amargura – es imposible hacer la fusión… porque eres el príncipe de los saiyajin y sé que te duele lastimar tu orgullo.
-       
-        A decir verdad, me sorprendí mucho al saber cómo sacrificaste ru vida para vencer a Majin Boo… Lamentablemente ese monstruo no murió.
-        ¡¿Qué dijiste?! – en medio de toda mi confusión por recuperar mi cuerpo, me había quedado con la idea de que había eliminado a ese demonio.
-        No te alarmes, afortunadamente Gohan estaba bien gracias al supremo Kaio Sama y con la ayuda de Goten y Trunks pudieron vencerle… precisamente esos dos niños usaron la técnica de la fusión que les enseñe y obtuvieron un poder incomparable.
-        … Ya veo – mi mente nuevamente volvió a estar en paz al saber que por lo menos mi muerte había sido vengada.
-        De cualquier forma, es mejor movernos de aquí antes de que nos encuentre, vamos toma mi mano.
-        ¡No me toques con tus sucias manos! – con gran dolor logre incorporarme nuevamente.
-        Vegeta, tenemos que irnos.
-        Está bien Kakarotto… Haremos la fusión como lo deseas...
-       
-        … Si sigues teniéndome compasión, en ese caso prefiero…. – no podía sacar ninguna palabra de mi boca, un angustioso nudo se me apretaba en la garganta, esta decisión iba en contra de todo mi ser, pero sabía que no había otro camino.
-        Vegeta…
De pronto, Kakarotto me tomo del brazo e hizo su tele transportación, aparecimos al instante en una montaña de cubos de piedra, por un momento perdí el sentido de orientación, pero un estruendo a lo lejos me indico que estábamos a varios quilómetros de aquel lugar donde habíamos sido acorralados. Cuando la destrucción se detuvo una explosión de ki mando a volar toneladas de escombro por los aires, sin duda ese monstruo estaba experimentando una gran frustración al no encontrarnos.
-        Vegeta, no nos queda mucho tiempo – comenzó a decir Kakarotto.
-        … - me limite a asentir en silencio, toda mi moral estaba completamente abatida, simplemente quería que todo eso terminara.
-        Lo primero será igualar nuestro ki para que nuestros poderes puedan unirse, después el problema serán las poses de la fusión. Pero si lo hacemos a la primera nuestro plan funcionara a la perfección.
-        … ¿las poses? – mi sentido común me alerto de que algo desagradable se aproximaba.
-        Ahora mismo te enseñare cuales son las poses, así que pon mucha atención – demando mientras se apartaba unos pasos para tomar espacio.
-        Los dos debemos estar a una cierta distancia, y después hacemos esto – dijo mientras extendía ambos brazos hacia su derecha – hay que tener mucho cuidado con el ángulo en que colocas los brazos… ¡FUUUU! – exclamo mientras daba tres ridículos pasos a la izquierda y pasaba los brazos al otro lado- decimos “fuuu” mientras movemos los brazos, nos acercamos, tienes que dar tres pasos cuidadosamente- luego volvió a cambiar los brazos de posición y alzo una rodilla de manera muy afeminada - ¡SIOOON! Ten cuidado con el ángulo de las piernas y luego ¡HAAAA!-  con un movimiento rápido se arque a su izquierda estirando ambos brazos y extendiendo sus dedos índices – Aquí debemos extender los brazos mientras juntamos nuestros dedos y que no se te olvide estirar la pierna izquierda para que quedes opuesto a mí.
-        ¡¿Por qué QUIERES QUE HAGA ESAS RIDICULESES?! – grite completamente exasperado ante tanta idiotez.
-        Recuerda hacer las poses de forma apropiada – continuo sin prestarme atención - ¿hay algo que no entendiste?
-       
-        Anda, ya no hay tiempo, practiquémoslo una vez.
-       
-        Oye ¿de qué te preocupas? O ¿hubo algún punto en especial que no entendiste?

Sabía que no tenía objeto objetar, así que simplemente le seguí la corriente, hicimos esas tontas poses un vez y luego procedimos a expulsar nuestra energía hasta que pudimos igualarla – muy bien, ya igualamos nuestro ki, ¿Estás listo Vegeta?- dijo Kakarotto y de inmediato comenzamos esa estúpida danza - ¡FUUU… SIOOON… HAAAA!
De pronto nos vimos envueltos por una luz y por un momento volví a perder todos mis sentidos; segundos después había vuelto a la normalidad, pero me costaba trabajo respirar y sentía el cuerpo pesado. Frente a nosotros estaba ese monstruo, que se había aproximado atraído por el destello de la fusión.

-        ¡Ya veras, te mandare al infierno! – le espetamos señalándole con un regordete dedo.

Sin temerlo, nos arrojamos contra el con la intensión de golpearlo, pero en lugar de atacarle, nuestra cara se impactó contra su puño. Los minutos que siguieron fueron los más vergonzosos que hubiese experimentado. Nuestro cuerpo era lento y descoordinado, constante mente podía escuchar los pensamientos y el subconsciente de Kakarotto mezclarse con mis propias ideas, no podía moverme como quería ya que no tenía control total de aquel obeso cuerpo. Sabiendo que no teníamos posibilidades huimos despavoridos a escondernos, los pensamientos de Kakarotto me permitieron saber que la fusión solo duraría 30 minutos, así que la mejor opción era evitar que ese sujeto nos hiciera trizas. Escondidos como una rata, fue completamente humillante. De pronto fuimos descubierto y nos atacó con un centenar de estacas que se extendían hacia nosotros; sin podernos coordinar, nos quedamos paralizados, cuando estábamos a punto de ser empalados, nuestros cuerpos se separaron y las estacas quedaron justo entre nosotros dos. Sin dilación alguna, atacamos al mismo tiempo al sorprendido demonio y escapamos de ahí - ¡Vegeta prepárate! – grito Kakarotto en medio de nuestra huida.
-        ¡Kakarotto la fusión es estúpida! Nuestros poderes se debilitaron más, me engañaste ¿verdad? – le reclame mientras escapábamos.
-        ¡No eso no es verdad Vegeta!
-        ¡Goku! – llamo de pronto una voz que parecía provenir desde todos lados – ¡el dedo de Vegeta estaba en posición equivocada!
-        Ya veo, Vegeta fue quien se equivocó – declaro Kakarotto.
-        ¡Claro que no! ¡hice lo que me pediste INSECTO!

Aterrizamos en un páramo lejos de donde estaba aquel demonio.

-        Te dije que tenías que extender los dedos – aclaro Kakarotto.
-        ¡¿Y quieres que haga esas poses tan ridículas de nuevo?!
-        ¡Pues claro! Es la única manera de derrotarlo, ¡prepárate!

Comenzamos nuevamente, pero antes de que pudiéramos completar la técnica, un destello sobre nosotros llamo nuestra atención. Por poco pudimos escapar del ataque de nuestro enemigo, este se dispuso a atacar de nuevo pero fue repelido por la patada de un extraño.

-        ¡Goku! Yo lo distraeré, ustedes aprovechen para hacer la fusión – dijo el extraño que había venido a ayudarnos, por su piel verde por un momento pensé que se trataba de un Namekuseijin, pero no estaba muy seguro.
-        ¡Gracias Pai Ku Han! – agradeció Kakarotto - ¡Sígueme Vegeta!
Kakarotto salio volando para alejarse de esos dos y le seguí después de dirigir una rápida mirada a aquel hombre, dudaba mucho que pudiera retenerlo por mucho tiempo asi que me apresure. Realizamos la danza mientras que frente a nosotros, el monstruo le daba una paliza a ese individuo llamado Pai no se que. Me concentre en hacerlo bien esta vez y cuando las puntas de nuestros dedos se tocaron, una descarga eléctrica recorrió mi cuerpo y nuevamente una luz, mucho mas intensa que la vez anterior nos envolvió a mi y a Kakarotto. Esta vez, mi conciencia se perdió y se volvió una con mi compañero, no éramos nosotros, no era yo ni era el… éramos uno solo. Me transforme en súper saiyajin y de inmediato pude sentir la diferencia, el poder que expelía mi cuerpo me llenaba de una seguridad total, podía destruir a ese monstruo sin esfuerzo.

¡Yo no soy Goku ni tampoco Vegeta! – Declare – Ahora mi misión es acabar contigo.

Ataque con fiereza usando solo mis piernas y la bestia quedo con piernas temblorosas, no había razón para prolongar la pelea. Alce una mano y supe exactamente lo que hacía; usando el principio de la Genki Dama, reuní la energía extraña que llenaba los alrededores y tomo forma en una esfera multicolor de luz, al apretarla en mi puño se convirtió en brillantes destellos. Se los arroje a mi oponente quien se había lanzado para golpearme con toda su fuerza, su puño impacto en mi rostro, pero no pudo inmutarme, ya era demasiado tarde. Su torso estallo y su cuerpo comenzó a deshacerse disipándose en miles de destellos. Al final un joven ogro apareció como por arte de magia y al verme, corrió despavorido… todo había acabado.

Lentamente, todo comenzó a volver a la normalidad, luego de varios minutos, Kakarotto y yo nos separamos nuevamente, estábamos parados frente a un estaque de agua rojiza. Viendo mi reflejo en esa superficie, mi corazón nuevamente encontró la calma y supe lo que pasaría a continuación.

-        Vegeta…
-        Kakarotto, ni creas que volveré a fusionarme contigo – ahora que el rey del otro mundo estaba libre, el orden había vuelto, y las almas debían volver a descansar.
-        Hasta pronto… Vegeta – dijo con una sonrisa que llevaba en si tristeza y aceptación.

Le dedique una última sonrisa a mi rival y mi vista se hizo borrosa, mis sentidos se desvanecieron y nuevamente y conciencia quedo en la obscuridad.

1 comentario:

karime dijo...

akjhdaskdha te quedo bien interesante, y me gusto *-*