domingo, 25 de noviembre de 2012

Las Memorias de Vegeta (Entrada 56)



25 de Julio 791

Algunos meses después de que mi recuperación estuvo completa, recibimos una invitación de la “viuda” de Kakarotto para celebrar el nacimiento de su hijo; por supuesto Bulma estaba mas que dispuesta a ir, aunque yo por mi parte no tenia mucho interés en celebrar al vástago de mi antiguo rival, quería saber que clase de hijo había dejado Kakarotto tras de si, específicamente quería saber cual era su potencial. Desde la batalla contra Cell, mi contacto con Gohan y su familia había sido prácticamente nulo, salvo por algunas visitas que Gohan había hecho a la corporación capsula, no habíamos estado frente a frente desde que despedimos a Trunks cuando regreso a su propia línea temporal; los amigos de Kakarotto a veces se reunían y por supuesto, Bulma asistía a dichas reuniones sin falta, pero yo siempre había preferido evitarlas, aun si tenia que lidiar con los berrinches de mi mujer mas tarde.

Trunks ya empezaba a hablar de manera mas coherente, con lo cual su curiosidad natural se desbocaba en forma de preguntas infantiles y como no tenia la paciencia como para explicarle cada cosa que preguntaba, me distancie bastante de el; además nunca he creído que pasar demasiado tiempo a su lado sea bueno para su formación como guerrero, después de todo es un saiyajin, desde pequeño debe tener un cierto grado de independencia. A menudo Bulma criticaba mi manera de relacionarme con nuestro hijo,  pero no era algo en lo que fuera a ceder terreno fácilmente.

Viajamos en avión hasta la montaña Paos, donde esta la casa de Kakarotto, para mi esta era la primera vez que visitaba este lugar, ya que hasta entonces no había tenido una razón para hacerlo. La casa estaba en una meseta rodeada de colinas, desde el avión se podía ver que había algunas otras casas desperdigadas por el territorio, pero en si el lugar era bastante tranquilo y aislado, a diferencia de la ciudad que contantemente estaba en movimiento y llena de bullicio, el paisaje boscoso envuelto por la cadena montañosa irradiaba una tranquilidad y al mismo tiempo una vida que hacia sentirse relajado; hasta donde sabia, Kakarotto había vivido aquí hasta los 14 años, quizá vivir en este apacible ambiente lo había hecho tranquilo en su naturaleza. Cuando aterrizamos, Gohan estaba a la entrada de la casa saludándonos con una mano.


-          ¡Bienvenidos! Que bueno que pudieron venir – dijo recibiéndonos un Gohan bastante mas alto de lo que lo recordaba, también su voz empezaba a perder el timbre de un niño.
-          Que gusto verte Gohan – saludo Bulma, quien llevaba a Trunks en los brazos - ¡muchas felicidades “hermano mayor”!
-          Je je je, gracias… - Gohan desvió la mirada al suelo apenado - ¡hola Trunks! ¡¿Cómo estas?!
-          … - Trunks oculto su rostro en el busto de su madre ignorando la mano que Gohan le había tendido.
-          Es muy natural, no te ofendas Gohan, lo que pasa es que hacia mucho que no te veía.
-          No hay problema… ¿ah? Tu también viniste Vegeta.
-          ¿Algun problema con eso mocoso?
-          ¡Ah! No, es solo que no esperaba que vinieras.
-          ¡Ya deja de ser tan cascarrabias Vegeta! – me reprendió Bulma al tiempo que jalaba de una de mis orejas.
-          No importa Buma, de cualquier modo me da gusto que hayan venido todos.
-          ¡HOOOLAAAA! – grito una voz desde el cielo.

Era Krillin, quien llego volando con las manos llenas de bolsas de plástico.

-          Krillin, asi que ya estabas aquí – dijo Bulma.
-          Si, llegamos hace una hora, pero Gohan me pidió de favor que fuéramos al súper mercado a comprar algunas cosas.
-          ¿”Llegamos”? – pregunto Bulma extrañada.

Tras de Krillin descendió otra persona, sentí un escalofrió cuando vi su cabello rubio y sus penetrantes ojos azul cielo mirándonos… era la androide No. 18 - ¡A un lado! – me lance contra ella al instante, estaba completamente sorprendido de no haberla notado antes, pero rápidamente recordé que ella no tiene un ki que se pueda percibir, en un segundo la distancia entre ambos se acorto y mi puño se dirigió hacia su rostro, pero otra figura se interpuso en mi camino.

-          ¡Espera detente! – era Krillin, cuyo rostro espantado estaba a milímetros de mis nudillos.
-          ¡¿Qué estas haciendo cabeza de rodilla?! ¡¿No vez que me estorbas?!
-          No Vegeta, no lo entiendes – replico Gohan.
-          18 no vino a atacarnos, ella viene conmigo.
-          ¿Qué, que? ¿18? – no entendía bien lo que pasaba pero una idea absurda empezó a asomarse en los recovecos de mi mente.
-          Mi mama y yo también nos sorprendimos mucho cuando nos lo dijo Krillin – agrego.
-          Espera un momento… ¿no me digan que?... – era inaudito, simplemente ridículo.
-          Si… - contesto Krillin ruborizándose – 18 y yo somos…

Mire entonces a la rubia a espaladas de Krillin, estaba tan roja como un tomate y volteo en otra dirección en cuanto yo la mire.

-          Ffu… ¡Fua ja ja ja ja ja ja ja! – sin poderlo evitar solté una risotada, me reía tanto que mis ojos empezaban a lagrimear – así que… ¡ja ja! Tu y ese balde de tuercas… ¡ja ja ja! Ella… ja ja ja.

Mi imaginación estaba desbordada, las mas hilarantes escenas amorosas se dieron sita en mi mente y en el centro de todas ellas estaban este enano y su “chica” me estaban empezando a doler los costados de tanto que me reia, pero de pronto una sensación gélida hizo que mis carcajadas pararan de golpe, mi instinto de supervivencia me hizo voltear hacia atrás, Bulma me miraba con ira reprimida mientras rechinaba los dientes, supe que esa era la señal de “si no te detienes ahora lo vas a lamentar” así que deje de reírme y mejor me aparte.

-          Eeeh… bueno, como sea, sé que ya la conocen pero permítanme presentárselas como es debido – continuo diciendo Krillin mientras tomaba la mano de la joven que parecía querer escapar de ahí - ¡amigos! Ella es Dieciocho… mi novia.
-          ¡Tonto! – renegó la androide quien estaba aun mas ruborizada que antes.

Todavia recuerdo que esa burla me costó caro después, Bulma me tuvo a régimen de vegetales por dos semanas, pero aun así valió la pena además ¿Quién iba pensar que esos dos terminarían por casarse y tener una hija? Hablando de hijas, ¿en donde esta la mía? Espero que no se haya ido de nuevo a dar la vuelta con alguno de esos insectos que la pretenden. Será mejor que me asegure, por lo que seguiré escribiendo mas tarde.

2 comentarios:

Leonardo dijo...

jajajajaja bien troll el Vegeta, que bueno esta el capitulo!! XD

Vitrioluz, El Fecundo en Ardides dijo...

XDDDDDDD Che Vegeta Culei jajajaja... Aunque creo que yo hubiera hecho lo mismo!