domingo, 18 de noviembre de 2012

Las Memorias de Vegeta (Entrada 55)



25 Julio 791

Tal como había predicho el padre de Bulma, mi recuperación solo requirió 2 semanas, pero aun así decidió suspender los experimentos un mes más para mantenerme en observación. Durante ese tiempo me pidió que no entrenara y me relajara; normalmente lo hubiera ignorado y habría hecho lo que quisiera, pero ya me había acostumbrado a un ritmo de entrenamiento mas tranquilo, así que no vi ningún problema en posponer mi entrenamiento. Durante ese mes encontré nuevas distracciones que hicieron mas llevadero el tiempo de espera antes de continuar con los experimentos, para empezar Bumlma insistió en que aprendiera a conducir apropiadamente, anteriormente ya lo había hecho, pero mis habilidades al volante eran todo menos eficientes, y los raspones en los costados de los autos de la casa lo probaban, varios oficiales de transito trataron de multarme, pero logre persuadirlos de no hacerlo cuando triture sus patrullas con mis propias manos, no cabe duda que los terrícolas son unos cobardes.

Como sea, Bulma me prometió una sorpresa si mejoraba mis habilidades de conducción así que acepte… en mi experiencia cuando Bulma prepara una sorpresa suele ser muy grata; haciendo acopio de mi paciencia deje que el padre de Bulma me diera unas lecciones, estuvimos practicando en su auto en una pista de pruebas de la corporación capsula. Esta estaba diseñada para probar todos los nuevos modelos que su compañía fabricaba, el circuito contaba con todo tipo de obstáculos, cambios, vueltas y todas las condiciones que pudieran presentarse en una calle real, de hecho no puedo recordar a cuentos “peatones” atropelle con el auto antes de aprender a dominar el freno, el cual el padre de Bulma tuvo que reparar docenas de veces, ya que cada que frenaba repentinamente terminaba pisándolo tan fuerte que lo hundía en la carrocería.

Luego de la primera semana practicando ya era capaz de completar el circuito con el auto entero y al finalizar la segunda podía terminarlo en tiempo record. Por lo que Bulma me llevo a sacar mi permiso de conducir, lo cual a sido una de las experiencias mas exasperantes de mi vida; el estar parado en una fila por mas de una hora para que una malhumorada secretaria revise la papelería y te de un sello de aprobación es algo tan arcaico, como se atreven a hacer esperar al príncipe de los saiyajin por un tramite que no debería tomar mas de 15 minutos. Definitivamente la burocracia es una completa estupidez, por eso mismo mi abuelo el rey Vegeta VII mando ejecutar a los miembros del consejo instituido por su antecesor y creo una mesa de 6 concejales en lugar de 212 representantes del consejo anterior. Estos seis concejales representaban a las 6 tribus que existían en la antigüedad y que luego fueron conocidas Purongu (Ver apéndice) las cuales se conformaban por facciones de guerreros, comunidades esparcidas a lo largo y ancho del planeta Vejita.

Tras intentarlo 2 veces pude aprobar el examen para obtener mi licencia, la primera vez estaba tan concentrado que escribí en mi idioma natal en el examen escrito por lo que me reprobaron, por supuesto el encargado de aplicar la prueba tuvo que volver a casa caminando ya que su auto apareció misteriosamente empalado en un poste de teléfono. Cuando por fin aprobé Bulma me esperaba en la cochera de la casa a lado de algo cubierto con una tela.

-          Muchas felicidades, estoy muy orgullosa de ti Vegeta – dijo al tiempo que descubría lo que había debajo de la tela.

Era un auto convertible de color azul, mi color favorito y tapicería en blanco, mi segundo color favorito.

-          ¿Te gusta?- pregunto – es un nuevo modelo que diseñamos mi padre y yo… lo llamamos  “El Súper V1” es nuestro mas reciente y mas veloz auto deportivo y es un convertible.
-          Súper… V… 1… - dije desconcertado.
-          Así es Vegeta – dijo el padre de Bulma lleno de orgullo – tu fuiste nuestra inspiración para este nuevo modelo, me atrevería a decir que es un “auto saiyajin” en cierta manera.
-          Y adivina ¿que? – agrego Bulma.
-          ¿Eh? – fue lo único que pude articular, estaba muy confundido.
-          ¡Es tuyo! – exclamo mostrándome una llave.
-          ¡¿Que?!  

Me tomo un momento procesar lo que estaba pasando, le di la vuelta al auto mirándolo desde cada ángulo, sus líneas eran curveadas y su forma general afilada, el esmalte azul cobalto brillaba con magnificencia, el aroma de la tapicería de piel era vigorizante y las molduras de madera de la consola y los controles le daban un gran toque de elegancia.

-          Anda, ¿Qué esperas? Llévame a dar una vuelta en el.
-          … - mire a Bulma por un momento y luego sonreí – de acuerdo, vamos a ver de que es capaz esta maquina.

Subí al auto y Bulma se puso del lado del copiloto, gire la llave en el arranque y el motor cobro vida con un rugido.

Aun recuerdo con claridad ese sonido, actualmente el Súper V12 es el modelo mas apreciado por los fanáticos de los autos, pero mi viejo V1 sigue andando y puede darle una paliza a cualquier niño adinerado que acaba de comprar uno nuevo, de hecho creo que ire a dar una vuelta antes de seguir escribiendo.

1 comentario:

Vitrioluz, El Fecundo en Ardides dijo...

Hace muchos años, uno de mis jefes tenía un Audi A4 color azul "Vegeta" con las vestiduras color hueso... o sea casi igual y la neta sí rifaba.