23 de Julio 791
Mi enojo hervía con fuerza en mi cerebro, pero
las señales que llegaban del resto de mi cuerpo no permitían que mi ira estallara, los brazos de Rabba me tenían
atrapado en un firme pero confortable abrazo; el calor de su cuerpo, la subida
de su piel y el aroma de su cabello saturaban todos mis sentidos, por varios
segundos perdí la conciencia de los que estaba pasando, nunca había estado tan
cerca de una mujer en mi vida y mi cuerpo era mucho mas chico que el de ella,
lo que me hacia sentir sobrecogido. De pronto mis oídos registraron otra sensación,
era una respiración entre cortada con gemidos y en mi mejilla pude sentir algo
de humedad; Rabba se separo de mi apenas un poco mientras permanecía de
rodillas para que sus ojos quedaran a la misma altura que los míos; sus ojos
estaban vidriosos y resplandecientes, dejo una mano sobre mi hombro y con la
otra se seco las lagrimas para luego esbozar una amarga sonrisa.
-
Lo siento, me deje llevar – dijo mientras
intentaba no gimotear – discúlpame Vegeta.
Estaba muy confundido, no por su
comportamiento, ni por sus lagrimas, ni siquiera porque era la segunda vez que
me llamaba por mi nombre, imagine que siendo mayor que yo, me veía como un niño
a pesar de ser el príncipe de los saiyajin; lo que me confundía era que no
tenia deseos de golpearla, ni siquiera de gritarle, de hecho no quería que se
alejara, no quería que me soltara, ¿Porque? ¿Por qué me sentía intranquilo al
verla llorar?
-
¡Es suficiente Rabba! – declaro un
voz firme a mis espaldas, al voltear a ver al dueño de esa voz lo reconocí de
inmediato… era mi padre, quien caminaba hacia nosotros a paso firme y con un
gesto severo en su rostro.
-
V… su alteza – se apresuró a
responder Rabba mientras se ponía de pie y hacia una caravana.
-
Ya has terminado con tus tareas de
hoy, retírate – ordeno mi padre.
-
… - Rabba mantuvo su posición de
reverencia, pero note que sus ojos se clavaron en los de mi padre, por un momento
pensé que cometería la insensatez de atacarle, tal y como hizo con aquel
soldado antes – como desee, majestad – dijo sin emoción, antes de erguirse,
entonces me miro y sonrió nuevamente – fue un placer servirle el día de hoy príncipe
– sentí que mis mejillas se enrojecían, así que desvié la mirada para no verla.
-
¡Tsk! Querrás decir importunarme…
mejor vete.
No lo vi, pero estoy seguro de que volvió a sonreír
antes de dar media vuelta y empezar a caminar - ¡Vamos Vegeta! – impero mi padre
mientras daba vuelta en dirección contraria a Rabba y su capa se sacudió con
magnificencia, le seguí, pero me detuve tras dar unos pasos para mirar atrás,
para mi sorpresa, Rabba había hecho lo mismo y se despidió de mi moviendo la
mano, no estoy seguro pero me pareció que de nuevo sus ojos estaban llenos de
lagrimas, luego volvió a caminar sin mirar atrás. Hicimos el camino de regreso
a pie, lo cual me pareció extraño, normalmente hubiéramos volado de vuelta al
palacio, pero mi padre dijo que no se sentía con deseos de volar; caminamos en
silencio todo el trayecto mientras el sol se ponía tras nosotros, conforme atardecía
nuestras sobras trepaban por el suelo frente a nosotros mientras crecían, para
cuando llegamos al palacio ya la iluminación artificial se había encendido, una
vez que entramos, mi padre se dirigió a
sus aposentos sin decir una palabra, para mi sorpresa, no solicito ninguna
concubina como solía hacerlo cada noche. Sin darle mayor importancia, me dirigí
a mi habitación; me sentía extrañamente cansado, así que en cuanto me quite la
armadura y las botas me deje caer en la cama, al cerrar los ojos, la imagen de
Rabba con el sol tras de ella se hizo presente en mi mente – que mujer tan
molesta, hasta en mis sueños quiere entrometerse – pensé, sentí que mi
conciencia se desvanecía por el sueño, antes de quedar dormido decidí que haría
de Rabba mi sirviente titular.
Desperté lentamente y desorientado, cuando mi
vista se aclaró me di cuanta que estaba en mi habitación de la corporación capsula,
tenia varios sensores conectados al cuerpo y no podía mover mis brazos y
piernas. De repente la puerta se abrió dejando entrar al padre de Bulma.
-
Menos mal, ya despertaste… ¿Cómo te
sientes?
-
Pesado, y con mucha sed – al hablar
note lo seca que estaba mi boca – ¿Qué sucedió?
-
Destruiste la prensa al usar toda
tu fuerza y por poco te destruyes a ti mismo – dijo señalando mis extremidades.
Estaban completamente vendadas, así como parte
de mi torso, no sentía dolor
alguno, no sentía nada.
-
Por un segundo superaste tu fuerza
en un 200% es la cifra mas alta que pude registrar antes de que destruyeras el
equipo, pero al hacerlo lastimaste muchos de tus músculos, eso fue apenas ayer,
te puse un potente analgésico, por eso no sientes el dolor, de otro modo estarías
gritando como loco, pero tampoco puedes moverte ¿no es así?.
-
… - simplemente asentí con la
cabeza.
-
Deberías estar como nuevo según calculo…
en una o 2 semanas, te sugiero que descanses… - hizo una pausa y su voz se
torno mas grave – Vegeta, se que te gusta exigirte el máximo, pero te pido que
no hagas locuras.
Luego se levanto y se dirigió a la puerta.
-
Le agradezco que aumentara el peso
cuando se lo pedí…
-
No fui yo… - respondió – fue Bulma.
Acabo de recordar que tengo que ir recoger un
smoking a la tintorería, Bulma insistió en que la acompañe a una cena de
negocios hoy en la noche, continuare escribiendo mañana.
1 comentario:
Hola, nuevamente Vitrioluz.
En mi humilde opinión, creo que Toriyama no se da cuenta del potencial que tiene Dragon Ball.
Creo que tiene lo necesario para convertirse en toda una mitología a la altura del Señor de los Anillos. No se sí porque de plano le acabó cansando o no le alcanza la imaginación o el nivel cultural para hacerlo, finalmente no es escritor.
¿Porqué te lo digo? Bueno, porque me parece fascinante el modo en el que detallas como vivían en el Planeta Vegita, buscas en cada acción la coherencia, y eso me atrapa en tu historia.
Aunque sigo pensando, que le falta lemon jajaja pero bueno, logras captar la tristeza del alma atormentada de Vegeta.
Muchas gracias por tomarte el tiempo para escribir y solo por favor, no lo vayas a votar... No nos dejes en ascuas vales?
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