martes, 18 de agosto de 2009

¿Qué tan feliz estás con tu trabajo?

Es posible encontrar dos diferentes personalidades básicas opuestas en el ser humano que trabaja. Existen individuos a los que les disgusta el trabajo y siempre lo evitan, intentan no asumir responsabilidades, prefiriendo que sea otro quien tome las decisiones. Su principal motivación gira en torno a su salario y la seguridad que éste puede propocionarle.

Por otra parte, existen individuos que se sienten atraídos por su trabajo, resultándoles un desafío atractivo y tentador más que una carga pesada. Es innecesario vigilarlo, pues tienen una gran capacidad de autocrontol y un uso de la autonomía responsable. No rehúsan asumir responsabilidades sino que las aceptan, e incluso las buscan.

Siempre buscamos ubicarnos en la segunda personalidad, pero caer en la primera no es difícil. Ninguna de las dos existe en un 100% en un mismo individuo.

Es posible distinguir cinco características básicas que puede (o no) poseer nuestra tarea en una empresa y según los cuales podemos obtener nuestro grado de motivación:

Variedad de habilidades utilizadas: ¿Es un trabajo innovador y creativo, o por el contrario es sumamente rutinario y repetitivo?.

Identidad de la tarea: ¿El trabajo que hago se ve en el producto final, o es tan ínfimo que no se nota mi aporte?

Significado de la tarea: ¿Mi trabajo impacta y resulta importante en los demás, o nadie lo advierte?

Autonomía: ¿Tengo libertad para tomar decisiones acerca de cómo realizar mi trabajo, o debo hacerlo de la manera que me lo imponen?

Retroalimentación: ¿Me entero si mi trabajo fue satisfactorio, o nunca se me informa de mis resultados?

Asignando valores desde 7 (siete) hasta 1 (uno) según que nuestro trabajo tenga mucho o poco respectivamente de cada uno de los factores en la fórmula siguiente, cuanto más alto el resultado (con un máximo de 343) mayor el potencial de motivación, y en consecuencia más conformes con nuestro trabajo estaremos

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